viernes, 24 de abril de 2015

Pizol

Sigo con el desfase entre entradas y excursiones. No paro quieto, y el blog no da abasto para enseñaros todo lo que quiero, así que nos remontamos a una salida que hicimos por Pizol, en el norte de Suiza, allá por el mes de octubre del año pasado.

Como de costumbre, tomamos un funicular para no cansarnos en la subida. Otros, más madrugadores, ya iniciaron el descenso.




Nosotros vamos tarde, pero ya volveré en otra ocasión, cuando no dependa de mis “perezosos” amigos.

Ascendemos pronto por encima de los 2.000 metros, y la vegetación desaparece. Pero nos quedan estas vistas.


Un día así en Suiza, con este cielo azul, es una joya.





Hay varios lagos en esta zona, aunque no parece que estén bien indicados. Nosotros nos tuvimos que conformar con éste, que era el que estaba más cerca.    






Ganamos algo de altura para verlo mejor.



Y nos asomamos hacia la otra vertiente.


También estuvimos experimentando con un efecto que había visto en la Red. Las fotos no están trucadas ni han sido procesadas. 



Yo estaba sentado en el suelo, haciendo una panorámica lo más despacio posible mientras mis amigos daban vueltas a mi alrededor. De esta forma conseguí sacarlos varias veces en la misma toma. Importante: ellos corrían en dirección contraria, y se paraban cuando yo les decía.    


Pronto regresamos para iniciar el descenso, ya que teníamos previsto darnos una vuelta por Vaduz, capital de Liechtenstein. Se aprecia al fondo de la foto, a la derecha.    


No es que sea gran cosa, pero me hacía ilusión añadir un país más a mi lista de lugares visitados. Mientras esperábamos el teleférico vimos este anuncio en español.    


¡Hasta la vista Heidi!