domingo, 9 de octubre de 2011

Fotografías de difuntos

Hace poco leí un post en un blog en el que hablaban de fotografías de difuntos, una "tradición" que tal vez ahora nos resulta extraña y macabra, pero que no lo era. Así que me puse a pasear por la red intentando recopilar información.

Actualmente la tecnología nos ayuda a tener imágenes de los seres queridos de forma fácil y rápida. La mayoría de nosotros tenemos cientos de fotografías o vídeos de nuestros familiares. Pero antes no era así, de tal forma que el nacimiento de la fotografía dio la oportunidad de poder conservar un recuerdo de sus difuntos, una imagen con la que perpetuar su recuerdo. Es muy difícil para la gente en los tiempos modernos entender el concepto de post-mortem de fotografía, a no ser que se trate de testimonios de guerras, holocaustos, hambrunas o de personas famosas. En los días antes de Polaroids, cámaras de vídeo y fotografías digitales, las familias que deseaban preservar la memoria de sus seres queridos tenían solo las fotografías. Lo que comenzó como simples fotos de sus seres queridos fallecidos poco a poco se convirtió en una embarcación de diseño propio, con la puesta en escena, iluminación, decoración, lo que representa, y otras cualidades de la producción que a menudo parecía un segundo funeral en sí mismo. La práctica finalmente se desvaneció en popularidad en la primera parte del siglo 20.

Al mirar estas imágenes, hágalo con respeto, y dentro de su contexto. Estas fueron personas que vivieron , con las familias que los amaban, y su decisión de hacer esto fue por amor ... Algunos tenían dinero para contratar a un fotógrafo profesional, algunos tenían poco dinero para nada. Simplemente ponían sus esfuerzos por preservar la memoria de alguien que ellos apreciaban dada la tecnología que tenían.
En pintura, han sido muchos las épocas y autores que han utilizado el tema de la muerte, ya hablamos de eso en este blog.. Sin embargo, un muerto pintado es, creo yo, mucho más distante que un muerto fotografiado.

La Fotografía de Difuntos fue una práctica "muy" extendida en el siglo XIX. Básicamente, consistía en vestir a un cadáver recién difunto con sus ropas personales y participarlo de un último retrato grupal, con sus compañeros, familiares, amigos, o retratarlo individualmente.
Los difuntos, por otra parte, eran sujetos ideales para el retrato fotográfico, por los largos tiempos de exposición que requerían las técnicas del siglo XIX. En la toma de daguerrotipo la exposición seguía siendo tan larga que se construían soportes disimulados para sostener la cabeza y el resto de los miembros de la persona que posaba evitando así que ésta se moviera.
Las fotografías de difuntos los muestran "cenando" en la misma mesa con sus familiares vivos, o bebés difuntos en sus carros junto a sus padres, en su regazo, o con sus juguetes; abuelos fallecidos con sus trajes elegantes sostenidos por su bastón.
A veces, agregaban elementos icónicos -como por ejemplo una rosa con el tallo corto dada vuelta hacia abajo, para señalar la muerte de una persona joven, relojes de mano que mostraban la hora de la muerte, etc.
Angelitos era la forma en que en el siglo XIX se conocía a las fotografías post mortem de niños, teniendo en cuenta la gran cantidad de estas por el alto índice de mortalidad infantil de dicha época, dado por los escasos recursos médicos en esos tiempos entre otras cosas. Una familia común sumaban entre 8 y 10 hijos de los cuales solían fallecer la mitad.
Tomando en cuenta ese contexto, las fotografías del niño fallecido junto a sus padres y/o hermanos estaban comprensiblemente aceptadas. En la cultura religiosa católica de América los niños que morían sin pecado original por haber sido bautizados y sin ningún otro pecado en vida, iban directamente al cielo para convertirse en Angelitos, en cambio, los que no habían sido bautizados eran enterrados con los ojos abiertos para que pudiesen ver la gloria del señor. (Fuente: PDD)

Era común maquillar al cadáver y colocarlo en poses que simularan vida (vistas hoy, muchas de esas fotos pueden herir la sensibilidad y llegan a asustar a quienes descubren que están mirando personas muertas). También se colocaba a la familia en torno al fallecido como si se tratara de un retrato común. Recuerda que esta foto podía representar la oportunidad de una vida de inmortalizar a toda la familia junta.

Estas fotos, conocidas como “fotografías post-mortem” se realizaban pocas horas después del fallecimiento de la persona. Este género se hizo muy popular entre las personas entregadas con fervor al misticismo religioso. Tanto fue así que surgieron los fotógrafos especializados en este tipo de trabajo. Era tanta la demanda que estos fotógrafos llegaban a atender varios encargos en un mismo día. Estos profesionales se volvían expertos a la hora de recrear situaciones en que el difunto se viera vivo y preservarlo así ante la vista de todos. El fotógrafo tenía plena libertad creativa. Después de todo, se trataba del último homenaje al ser querido.

En Estados Unidos y Europa la demanda por estas fotografías llegó a aumentar el precio del trabajo por lo costoso de los desplazamientos y la urgencia en tomarlas (existen ejemplares que se tomaron hasta 10 días después del fallecimiento). Al principio se utilizaba la postura de dormido para reflejar el “eterno descanso”, pero se sustituyó por el acto de simular que estaban vivos, así que les abrían los ojos y los acomodaban en diferentes poses. Con la ayuda del maquillaje se llegaron a crear fotos sorprendentes en unos casos y patéticas en otros. Como se situaba la cámara a la altura del rostro, el daguerrotipo resultaba muy crudo así que se fueron añadiendo detalles como flores y otros adornos.

Esta costumbre llegó hasta mediados del siglo 20. Cayó en desuso por la difusión de las nuevas cámaras que permitían tomar fotografías de personas vivas con un resultado más agradable para la sociedad.

Debo hacer referencia al la página The thanatos Archive, un archivo fotográfico que se remonta a fotografías de 1840. Dicho archivo está localizado en EEUU, en la ciudad de Seatle.

Si desean ampliar la información, lean el siguiente enlace.

Hoy existe en los Estados Unidos una organización llamada Now I Lay Me Down to Sleep que ofrece los servicios de fotógrafos voluntarios para realizar fotografías de fetos nonatos desde 25 semanas de gestación y niños fallecidos para que sus padres cuenten con un recuerdo grafico de su corta existencia. Sorprendente.

Hay un artículo muy curioso sobre la figura de
William H. Mumler, el llamado Fotógrafo de los Muertos, en realidad un timador que se hizo muy popular y cuya historia está reflejada en varios libros.

También
Fotografía post mortem en el Perú del siglo XIX. Y La vida fugaz de la fotografía mortuoria: Notas sobre su surgimiento y desaparición, un texto de Luis Ramírez Sevilla, muy interesante, también Con la muerte en el álbum, de Diego Fernando Guerra.


Fuentes: Wikipedia, The thanatos archive, PDD,

También hoy dos vídeos, pero si son ustedes especialmente sensibles al tema del que he hablado hoy, no lo vean. Se trata de una serie de fotografías como las que he mostrado anteriormente.






Saludos y hasta pronto.