28 agosto 2013

Ignoto

Ignoto era atildado como ninguno en el barrio y pocos en la ciudad. Todas las mañanas pasaba camino del taller bien temprano, enfundado en su elegante gabardina gris rayón y poliester tamaño enanito de jardín; porque Ignoto era bajito, mucho; y calvo, mucho; apenas una corona de pelusilla circundaba una enorme tonsura redonda que ya quisieran para sí muchas personas mayores que él. Porque Ignoto era joven, bastante, aunque no lo pareciese. 
Al llegar al taller con un grácil gesto dejaba la gabardina en el perchero. Este gesto dejaba al descubierto el color de su camisa para ese día, distinta del anterior y del siguiente; y los tonos pastel de su pajarita, una distinta para cada semana. Pasaba por delante de la mesita de recepción dejando tras de sí un ligero perfume de bergamota que, ninguna de las chicas que estábamos en el taller, supimos nunca identificar correctamente a qué marca de agua de colonia pertenecía. Cogía el batín y la aguja y dedal o el lápiz, dependiendo de los días, y a trabajar. Porque Ignoto era primer oficial de costura en el más afamado taller de una capital de provincias. 
Ignoto llevaba al taller tonos de camisa imposibles, ideas de trajes impensables, pajaritas sublimes en tonos pastel o con estampados severos y, siempre, pantalones y chaquetas con caída perfecta. Porque Ignoto era elegante, mucho, aunque también a su manera. Estas son las tendencias de París, de Milán, decía. ¿Y en Madrid?, ¿qué se lleva en Madrid? preguntábamos. Niñas, Madrid, como España, todavía no pinta nada. Traía al taller revistas de nombres extraños y rimbombantes que no habíamos visto en nuestras vidas y que conseguía como en los tiempos del estraperlo. En ellas aparecían señoras vestidas con trajes y vestidos modernos, con telas como traídas del futuro, colores y tonos inimaginables. Todo esto y muchas cosas más que no os puedo contar, es el futuro y, cuanto antes nos acostumbremos, mejor para nosotros, nos contaba. Nosotros le rogábamos, ¡cuéntanos más Ignoto, por favor! Él se hacía el remolón con tono de comadre cariñosa. ¡Cuéntanos más secretos de lo que va a venir y va a estar de moda, Ignoto, por favor! Tratábamos de sonsacarle. Una peseta un secreto, ¡anda!...¡No lo haría nunca por dinero! Nos decía cogiéndonos las manos entre sus pequeños y regordetes dedos. Pero cogía las pesetas, y hacía confesiones sobre telas y diseños. Cogía las pesetas, nos pedía que cerrásemos puertas y ventanas y hacía como que se iba a bajar los pantalones; aunque al principio sólo mostraba una pequeña parte blanca del lateral del muslo. Había grandes risas en el taller en esas tardes.
Fue así, por una peseta como vimos las preciosas braguitas de perlé que usaba Ignoto; otras más grandes de raso; y otras preciosas de encaje, de un virtuosismo arabesco nunca antes visto e imposible de imitar. Y fue por una peseta como vimos el primer tanga de nuestras vidas, delimitando los femeninos albos glúteos  de Ignoto con un minúsculo hilo por detrás entre los mismos y con apenas un triangulo en la parte de delante, delimitador de todas las imaginaciones posibles.
El futuro era insinuador, sibilante, un pequeño fetiche de ricos y variados telillos; una jugosa manzana del bien y del mal a la que hincar el diente entre telas. 

01 agosto 2013

Celulosa

El fuerte olor a celulosa que impregna el papel con el que me he sonado la nariz, me ha trasladado por un momento a mi Pontevedra natal. Ese era el olor que emanaba del humo de la fábrica papelera que había instalada en su ría; me ha traído a la memoria las grandes chimeneas y esa bruma pegajosa que lo impregnaba todo por las mañanas en las que no sabías si lo que se veía al fondo era la romántica niebla marina o la descorazonadora espesura de la industrialización.  Fue por aquel entonces que dejé de salir a correr por la ría para dar mis paseos por el centro antiguo de la ciudad. Y es ahora que este olor me vuelve a recordar lo lejos que estábamos de todo, el ambiente propio y endogámico en el que se desarrollaban nuestras vidas en Galicia y la necesidad que teníamos a veces de sentirnos comunicados con el resto del mundo...más o menos como aquí...
Ese fuerte olor a celulosa es el mismo que tienen aquí los folios en los que te escribo esas cartas de las que nunca obtengo respuesta (tampoco la espero si he de decir verdad); por un momento imagino que debe ser lo único aséptico aquí en este chamizo que llaman hospital y en el que nos tiramos trabajando veintiséis de las veinticuatro horas que tiene el día. 
Aquí también todo está muy lejos del mapa pero la necesidad de huir es distinta porque lo que tenemos muy cerca es la vida y la muerte: ambas dos están siempre a un segundo de tu mano; de tus dedos encrespados; de una sutura bien hecha con una gasa mil y una vez usada o; de la correcta administración de una dosis de vacuna o la colocación más o menos casual de una mosquitera por las noches...
Cae el sol de nuevo y terminamos otra jornada extenuante de trabajo...allá abajo unos niños juegan al fútbol con un balón que nos regaló Messi en una anterior visita. Levantan una enorme polvareda roja, distinta a la  niebla de mi Pontevedra natal que era blanquecina apenas. Y por un momento, me reconforta pensar que todo en el mundo es igual y que lo único que cambia es el color que tiene la bruma de la amanecida o la puesta del sol.  

11 julio 2013

Fe de letras

Finalmente no se consumó el literaturicidio y nuestro querido amigo Goathemala ha vuelto, con calma, y está retomando, la sana costumbre de su sabio vouyerismo de letras. Para nuestra suerte, continúa asomándose a este mundo en el que todos somos un poco, otros. Gracias y que dure.
Pd. Por no eliminar la anterior postal, añado una nota rectificativa o fe de letras, más que de erratas y listo.

14 junio 2013

Un Buen Final...Nota Necrostálgica

Con ese título publicaba hace ya cinco días su, de momento, última postal, el amigo Goathemala en La Tierra de los Árboles. Y para ese blog, va esta nota necrostálgica. Porque la desaparición, aunque sea temporal, de algo que ha llenado tantos espacios vacíos en toda clase de mañanas, frías, negras, blancas, soleadas, es algo que, cuanto menos a este que esto escribe, le llena de una terrible nostálgia. Los primeros minutos de muchas mañanas, estaban dedicados a ver alguna imagen que el amigo Pedro, pudiera habernos regalado con esa mirada, tierna, pura y dulce con que camina por esta vida. Sus fotos siempre miran más allá del objeto principal, reflejan actitudes, ensoñaciones y rincones, vistos con el arte con que solo los espíritus nobles pueden ver. 
Con la misma ilusión, esperábamos sus relatos, su barroquismo literario, su palabra atinada que, al modo en que encajan todas las piezas de una primada catedral, diseccionaba realidades y sueños, cuentos, fábulas...porque en Goathemala se mezclaban Puck y D. Quijote; Góngora y Mújica Laínez, entre otros muchos y muchos...miles, reflejo de una enorme sapiencia en hombre humilde...
Y así, nos hemos quedado amigo, ENORMEMENTE AGRADECIDOS; pero mis mañanas se han tropezado con otras realidades y han quedado hueras de sus primeras imaginaciones, que eran las que encontraba en su blog...Me quedo con nostalgia pero sonriente...No tarde mucho en escribir y enseñar fotos...en la próxima reunión que tengamos...que de usted siempre hay que esperar lo mejor.
Un abrazo a usted y a su blog...hasta pronto...espero. 

13 junio 2013

Feria del Libro

Visitar la Feria del Libro de Madrid es siempre un placer...vamos para un cervantófilo como yo, visitar cualquier feria del libro...pero, mirar, rebuscar, encontrar pequeñas joyas y ver que, en todas esas páginas está o puede estar contenido todo el saber del universo y las vidas, escenarios, experiencias de miles y miles de personajes y protagonistas o secundarios que dejan girones de su vida en la tuya al abrir la página de un libro, es algo difícilmente explicable con palabras...para eso están los escritores, para hacernos vivir en negro sobre blanco, en cada página...esta vez me contuve...un poco...

Yo leo, tu lees, ellos imaginan, crean...nosotros vivimos...

02 junio 2013

Charles de Gaulle

La sala es, en general de un gris indefinido. Tiene grandes ventanales semicirculares cubiertos por unas cortinas de un amarillo macilento que en algún otro momento tuvieron que estar de mejor moda y que dan su vista a la zona de carga y los hangares. Grandes tablones rectangulares con caballetes hacen las veces de mesas. Suficiente. La verdad es que no sabía yo que en el aeropuerto internacional Charles de Gaulle, tuvieran semejante infraestructura, pero tampoco me resultó extraño habida cuenta lo chauvinistas que son los franceses, o lo detallistas que son para estas cosas, según se mire. Lo cierto es que aquí estoy, levantando mi copa, brindando con cava del duty free, junto a catorce o quince personas más, de las que solo conozco a tres o cuatro, novio incluído por la felicidad duradera de la pareja. 
Y es que Mario conoció a Chikako en una de las pocas veces que salió de su Valencia natal para ir a Madrid a un ciclo de conferencias sobre la conjetura de Hodge. Allí la conoció y, allí alteró todo su universo vital. Eso es lo que alcanzó a contarme a mi su mejor amigo, que el resto de detalles, estoy seguro que se los guarda y alguna vez los conoceremos. Él que tenía en Valencia, su pareja de hecho o unión civil estable, con sus dos hijas, sus clases en la facultad y una ausencia total de preocupaciones, repentinamente en el AVE de vuelta a casa tras el simposio, vio que nada de lo que antes era tan real, encajaba; desde ese congreso y Chikako, sus fórmulas vitales no tenían soluciones ciertas, sino que llevaban a otras incógnitas y se elevaban sus dudas exponencialmente. Todo dejó de tener sentido en su vuelta desde lo que pasara en Madrid con esa linda japonesa de piel de porcelana, modos y gustos suaves y una dulzura de emperatriz de la era Heian. Arregló los temas en la universidad con una beca para estudios en el extranjero; me pidió que le arreglase los papeles de modo que no le faltase nada a Lola y sus niñas y...hasta ahora, en esta sala, con un menú del tipo que dan en los aviones, con una tarta que he traído yo de España no sin dificultades y un grupo de amigos de la pareja a los que no les importa viajar para ir de boda, en el tiempo muerto entre dos vuelos intercontinentales porque Chikako, y ahora Mario, viajan mucho de ciclo de conferencias en ciclo de conferencias, intentando resolver incógnitas matemáticas, para otros; que, de momento su ecuación tiene una solución muy clara. 

23 abril 2013

Día Mundial del Libro

"¡Hola! Me llamo Cocó y soy un Dragón Rojo con cresta amarilla. También tengo puntos amarillos por todo el cuerpo...soy de los pocos que quedan de mi especie...y vivo en una cueva muy cerca del río...". Así comienza el último cuento que voy a leer...porque sí. Porque me gusta descubrir nuevos mundos, nuevas historias. Porque los libros son vida; porque las letras son como los segundos de nuestro tiempo, lean, escriban, promuevan la lectura y la escritura...es un buen modo de vivir. 
Por cierto, dos cositas para terminar esta postal. Una felicitación a la Biblioteca Municipal Miguel de Cervantes de Mota del Cuervo ganadora del Premio Maria Moliner de fomento de la lectura. 
Y otra una apuesta que hago y que también voy a leer: Claire Castillon, joven escritora francesa de la que estamos buscando lo que tenga publicado en español. A ver cómo se da.
Feliz día del libro a todos...felices rosas y muchas letras... 

18 abril 2013

Papelera de Reciclaje

Todos los años lo mismo. Del mismo modo que se habla de la magnífica floración en el Jerte, o las Fallas de Valencia, o de los pesados de la Feria de Sevilla, cuando llega la primavera, hay algún momento en el que M. sale en todos los medios. Y es siempre por lo mismo. Para el resto del mundo parece un hecho fortuito, pero es que la memoria de la gente está cada vez más enflaquecida, apenas leen, ni comprenden lo que trato de explicar. Y, además no tienen, como yo, que enfrentarse a la tarea de informar, año tras año, sobre el mismo acontecimiento. 
A ver cómo enfoco este año la crónica porque estamos a 16 de abril y el alcalde ha decidido que ya es primavera, que entra hoy...
"En M. hay dos tipos de hombres: los que llevan chándal para todo; y los que llevan pantalones de pinzas y, en las más de las ocasiones, chaqueta. Los primeros, ya sabemos a lo que se dedican en nuestra sociedad. De los segundos, nada más que podemos intuir algo de sus actividades, aunque mucha gente en M. sospecha que puedan ser tan ilícitas como lo son las de los primeros. Lo cierto es que, cuando en M. el señor alcalde decide que ha entrado la primavera, se abre un periodo de incertidumbre para los hombres que llevan pantalones de pinzas o chaqueta. Y es que todos los años, con los primeros calores, se produce el asesinato de uno de ellos, casi siempre por parte de alguno de los desheredados que visten de chándal. Pareciera que existe un periodo en el que dichos actos están permitidos, desde la proclamación de la primavera por el primer edil hasta que entra el verano casi un mes después. Una especie de venganza o equilibrio social, no sé cómo llamarlo. 
Este año no ha sido diferente y, en la zona de M. conocida como de Las Huertas, ha aparecido entre limoneros y florecillas de San Juan, el cadáver de un hombre de mediana edad, asesinado por arrebato u obcecación presuntamente por uno de sus convecinos de M. 
La policía investiga ya el lugar del crimen, si bien no toman mucho interés, porque con estos primeros calores, cierto desquite o expresión de furia parece permitirse en M. Ya se sabe, alguna rencilla, algún asuntillo que quedó pendiente...en M. esta es la época para arreglarlo..." 
No sé, no me termina de gustar, me limitaré a contar los datos como todos los años, un señor de mediana edad ha aparecido muerto, bla, bla...porque del resto nadie va a entender una palabra...A ver, papelera de reciclaje...ya está...borrado. 
Estaré atento a partir de ahora a los calores. 

28 marzo 2013

Día Mundial del Teatro

Ayer se celebraba el día mundial del teatro. Entre la vorágine de información sobre la crisis, los corruptos, los jueces y demás grey absolutamente irrepresentativa, este día ha pasado desapercibido; cuando el teatro es una de las cosas más reales que hay en la vida, son momentos únicos los que brinda; son momentos reales y, a pesar de todo, momentos imaginados. Sirve de escapatoria a esta realidad tan miserable, en casi todos los sentidos, que parece que vivimos. Ir al teatro, disfrutar de los teatros continúa siendo un momento excelso, sublime...sobre las tablas de los mismos, se respira, profundamente, se imagina, se recita, se declama, se vive...
Por eso no se nos puede olvidar apoyarlo, como a tantas otras grandes cosas y causas que tenemos, y gritar por la absoluta injusta medida que supone la subida del IVA que únicamente un personaje vil, abyecto ,vampírico, estrecho y corto de miras puede atreverse a perpetrar.
No convirtamos ese acto cultural sublime en algo a extinguir y honremos a los grandes actores y dramaturgos que en España han sido. No dejemos que gente mediocre nos quite nuestra realidad...porque la vida es puro teatro, porque la vida es un sueño y los sueños...sueños son...

22 febrero 2013

M.

M. era un pueblo robado. Era como uno de esos niños de Sor Maria, sin destino, sin historia. Estaba literalmente enclavado en el fondo de un valle en el que, en algún momento tuvo que haber un río, pero que ahora constituía un cauce seco plagado de adelfas. En M., miraras donde miraras, nada más que veías, su tierra amarilla, los laterales de unas montañas yermas y violetas y una vieja carretera, gris y serpenteante que aparecía por una punta del pueblo, su lado este, y dibujaba un sinuoso trazo de huida por el lado oeste. A la entrada en el lado este, justo al lado del desvencijado cartel que anunciaba la entrada en M. había una pared y una pintada en la que se podía leer " la sociedad está preocupada por la banalización de la violencia"; y otra con un enorme pene junto al que se leía "bienvenidos al fin del mundo". Junto a esa pared que en tiempos pudo ser una casa, se situaba todas las tardes de sol de invierno Victoria en su silla de ruedas. Y desde su atalaya móvil daba la bienvenida agitando el brazo a los pocos coches que pudieran llegarse al pueblo: algún coche despistado, algún camión de reparto o; sin duda, el que más le gustaba, el de Correos que se veía desde lejos descender por el valle, contrastando su amarillo huevo con el violáceo brillo de las montañas. Dejaba alguna carta si acaso y huía de M. Porque en M. nadie se queda ni llega, salvo Victoria que, debido a un desgraciado accidente, tuvo que dejar la capital donde estaba sirviendo para volver a sus orígenes.
 Ya no llegaba tampoco el tren y, el viejo apeadero es ahora un esqueleto de la postmodernidad. Nada que ver con los buenos tiempos, tras la guerra que nos dejó vacíos a todos, en los que algún tren que iba a la ciudad capital paraba para cargar algún pasajero o recargar agua y Victoria, niña, se asomaba a las ventanillas de la primera clase para ofrecer agua de anís en su botijo nuevo, a recoger para comer las cáscaras de naranja que se arrojaban desde el tren al andén del apeadero de  M. y pelearse por ellas con una cabra que tenía por allí el jefe de estación para, con su leche, alimentar al menor de sus hijos.
En M. no se queda  ni la lluvia, pasa de largo por el pueblo llevada en volandas por un viento agrio que hiela los espíritus que roza. Por eso, los días de viento y lluvia, no hay nadie en las calles de M.; y por eso Victoria esos días, se queda en su casa y ve llover y agitarse las hojas de los árboles tras la ventana de su salita de estar. Y M., en la tormenta, parece el escenario de cartón-piedra de cualquier Viridriana, robado del tiempo y de la historia.

31 diciembre 2012

¡¡Espíritu Navideño, coño!!

La gente se arremolinaba en la puerta de la oficina tras el cordón policial. Cuchicheos, algún grito de susto y más y más gente que llegaba a ver qué estaba pasando; qué accidente había tenido lugar o qué nuevo pirado había descargado su furia tiroteando a diestro y siniestro. Cuatro ambulancias, dieciséis coches de policía, dos de bomberos y un helicóptero que sobrevolaba las azoteas de los edificios. Esos mismos altos edificios que, a fuerza de no dejar pasar el sol, habían convertido la ciudad en un sitio más gris. Los SWAT llegaron a la escena del crimen y se pertrecharon cogiendo su impedimenta. Tras ello y un estudio de la situación por parte de los mandos competentes, con aire cucarachil, se fueron dispersando entre la multitud y subiendo a diversas atalayas, ventanas, puertas, cubriendo todos los ángulos que, en la matemática y la balística de la situación pudieren existir. 
La gente comenta: un pirado que ha entrado en la sucursal bancaria. Se oye: y va disfrazado de Papá Noel. ¡Claro, para no despertar sospechas! Aunque en esta ciudad ya casi todo el mundo las despierta, porque el carácter de los ciudadanos de M. hace mucho tiempo que se volvió agrio y desconfiado. ¡Ho, ho, ho! Grita a lo lejos otro Papá Noel desde los grandes almacenes de enfrente. Unos cuantos metros de asfalto y parece que hemos dado la vuelta al mundo; nada parece ocurrir al otro lado de la acera. Tras el cordón policial, la vida fluye como siempre y es que la gente ya está un poco harta de noticias...de todo tipo. Los periodistas, en esta época son los nuevos apestados sociales sobre los que se pueden cargar las culpas.
Lo cierto es que las imágenes pixeladas de las pantallas de los televisores muestran el morbo, muestran las caras de expectación de la gente porque pase algo que poder colgar en su muro de facebook. Los ciudadanos de M. más que animales políticos se han convertido en seres que lo único que necesitan es alguien que les escuche lo que sea.
Las imágenes pixeladas de las pantallas de los televisores muestran como, dentro de la oficina, Papá Noel, anda repartiendo regalos entre los empleados, clientes y el agente de seguridad que se encuentran sentados en el suelo. No sabemos, porque no se escucha, aunque se intuye en los gestos y los vaivenes, pero hasta parece que les obliga a cantar algún villancico. Ha levantado a una señora, parece que la obliga a sonreír.
A punta de lo que parece ser una pistola ha obligado a dos empleados a darse un fortísimo abrazo. Se abraza la gente dentro de la sucursal, cantan y sonríen. Vuela el papel de colorines de los regalos que se han intercambiado. El director de la sucursal hasta ha sacado un pequeña botella de whisky que guardaba en algún cajón...son segundos de felicidad eterna para todos los que se encuentran dentro...
Porque los que están fuera no saben qué pensar. Los SWAT andan varios minutos pidiendo autorización para dejar seco al tío ese que se empeña en repartir un poquito de felicidad y a escuchar. El comisario al mando de la operación no sabe qué orden dar, si entrar o que paren de cantar o...
Al cabo de unos minutos, dentro de la sucursal todos andan sentados en un enorme corro. Ríen tranquilos, a alguno se le han subido los colores a la cara. Pero, por los gestos, se denota que la felicidad ha un rato que ha marchado para otro lugar...todos se despiden y abrazan...
En las pantallas pixeladas de los televisores se ve cómo Papá Noel se entrega, sale a la calle, deja su saco rojo de felicidad a un lado e, inmediatamente, dos gigantescos agentes se abalanzan contra él para detenerlo.  No llevaba arma reglamentaria más allá de una de chocolate que luego se comió. En el saco llevaba regalos como corresponde a estas fechas. Ninguno de los presentes en la sucursal, presentó cargos y el fiscal, cuando llegó el momento de acusar dudó entre el tipo penal de detención ilegal con la atenuante de FELICIDAD MENTAL TRANSITORIA, algo muy grave a decir de todos; o el de coacciones con la atenuante de REPARTO DE REGALOS Y SONRISAS.
Yo por mi parte lo condené a 20 meses de trabajos en beneficio de la comunidad, que habría de cumplir en un centro de su elección. Que me expediente el ministro si quiere...
(Desde este blog, Feliz año a todos, prósperrimo 2013)

06 diciembre 2012

La que espera

Se ha apretado el muslo con la mano derecha y se ha descubierto piel de naranja... Bueno, el frío tiene que ser magnífico para esto; pero la próxima vez me traigo o las mallas o los pantalones elásticos imitación de vaquero, que ya no está el tiempo para estas exhibiciones. O también puedo traer una mantita y dejarla en la silla. ¡Hola! Permítanme  presentarme. Yo soy la que espera, aunque en realidad me llamo Juana y soy de Y, un pueblo de aquí al lado. Tengo el pelo moreno aunque como verán me lo tiño de rojo. Tengo los ojos azules y grandes, algo que a mi madre le gustaba muchísimo. Mi trabajo es esperar, para eso tengo esa sillita de cocina venida en el tiempo desde los años setenta. Aunque casi siempre estoy de pie, que hay que mostrar bien el producto que una vende, andando de aquí para allá, en este cuartito de terreno. Antes todo era mucho más fácil. Estábamos en el local, sí, ese de los conejitos en las chimeneas, y dábamos cenas de todo tipo que luego, el que quería compañía se venía con alguna de nosotras a las habitaciones y allí, sumisas, o hacíamos o nos dejábamos hacer, según el caso. Luego una ducha, un buen enjuague y a otra cosa mariposa. Estábamos, por lo menos algo resguardaditas, que si alguno se ponía tonto, venía Gabriel, el segurata cubano que nos cuidaba, como un arcángel a salvarnos. Era gracioso porque teníamos para avisarlo un botón de alerta parecido al que hay en los bancos.
Pero bueno, ya sabe...que con la crisis, ¡dichosa crisis! la gente está más desanimada, ya no venían los empresarios de la zona a cerrar sus acuerdos y a abrir otros campos de negocio entre cubatas y cubanas; hicieron un E.R.E. en Wurth y muchos de sus trabajadores que, durante la semana, entraban y salían a echar un polvo rápido cuando iban de M. a O. repartiendo, dejaron de venir; el dinero de la indemnización y el paro lo necesitaban para mantener a sus familias. Yo a todos les decía, desde mi cómoda postura boca arriba, que todo pasaría, que la crisis esta no puede durar muchos años. Y ahora mírame, he tenido que diversificar y salir a buscar el trabajo, porque el trabajo no llegaba a donde estábamos. 
¡Cuántas veces, habré repetido yo que la vida es un círculo! Ahora lo veo claro. El mío es eterno y se limita a esta rotonda a las afueras del polígono en la que, dando vueltas, soy la que espera. 

15 octubre 2012

The Power of We

Un año más tomamos acción y conciencia con el Blog Action Day. Si pasáis por aquí de cuando en cuando sabréis que se trata de una iniciativa por la que blogueros de todo el mundo nos unimos para levantar la voz por una buena causa o poner el foco de luz sobre algún tema. Este año, como el título dice, nos referimos al poder de We, del nosotros. Es curioso que se plantee el tema este año, justo en medio del caos de crisis que estamos padeciendo; caos por muchos motivos, por el exceso de información que nos hace saber de todo en ciento cuarenta caracteres pero, a la vez, no saber de nada; caos porque unos cuantos que NO FORMAN PARTE de ese nosotros han estado haciendo y deshaciendo a sus anchas y quieren continuar haciéndolo sin ningún control y por un mero afán crematístico; caos porque las ideas se han arrinconado y se han quedado en un extremo al que es difícil llegar con un mínimo de normalidad de pensamiento; caos por la absoluta mediocridad de unos líderes y políticos encastillados en posiciones absurdas, un cúmulo de prejuicios y absolutamente miopes o ciegos (directamente) para liderar un proyecto a largo plazo ni nada que, ni remotamente, se le pueda parecer; caos, porque se ha olvidado a las personas. Ahora se trata de calmar a los mercados, impedir que la prima de riesgo se dispare, que la Bolsa suba o baje...la Bolsa o La Vida...no hay individuos, ni colectividades en esos cálculos...las personas, nosotros, hemos pasado a un segundo o tercer plano. No sabemos para qué gobiernan, no sabemos para qué recortan, no sabemos donde estamos en esta época y lo peor, no sabemos a dónde nos llevan las personas que pusimos para que, como líderes que son, intentasen manejar la situación. No se puede esperar nada de unas personas de las que se piensa que uno mismo podría hacerlo mejor...por eso, 
NOSOTROS que no hemos vivido por encima de nuestras posibilidades sino que hemos puesto a memos y a gente absolutamente mediocre para gobernarnos, se lo decimos a la cara...adopten medidas o márchense.
NOSOTROS no somos contingentes (como se diría en Amanece que no es poco) sino necesarios; NOSOTROS somos los secundarios de lujo que hacemos girar todas las ruedas.
Es para NOSOTROS las personas, para las que se ha de gobernar, no para los mercados...
NOSOTROS tenemos el poder, y podremos y sabremos cómo utilizarlo...porque las personas somos el futuro...y NOSOTROS estaremos para verlo...seguro...

29 agosto 2012

Agosto es lo que tiene

Agosto es lo que tiene, cogían vacaciones nuestros padres (las madres nunca las han tenido) y se hacía perenne su presencia en el patio sentados, leyendo el periódico o limpiando uno a uno los radios de las ruedas de las bicicletas para, después engrasar estas; era "el ya estoy de vacaciones" personal que el paterfamilias se imponía como ritual anual. Después una compra grande para el mes para abastecer las necesidades de su "desnutrida" familia y listo; por delante, toooodo un mes de desayunos al aire libre, paseos por el puerto nuevo y el viejo, peregrinas visitas a la plaza de abastos a por pescado y las siestas de verano, largas y plomizas como un día de invierno. 
Y es que en agosto, venían también los amigos de Madrid, con sus vidas doradas que, siempre parecían mejor que las nuestras, que si Madrid tal, que si Madrid cual...que si en Madrid voy a un sitio de tal, en Madrid parecía todo grande; lo es y aparte hay mucha gente por todos sitios... Más tarde con el tiempo uno se da cuenta de la realidad, aunque ya intuía yo entonces que, los que llevaban escudos y camiseta del Atlético de Madrid, tenían una vida menos dorada o más de barrio que los que la llevaban del Madrid; estos sí que eran pijos, pijos; los otros se acercaban más al ideal provinciano que teníamos en el pueblo, parecían más reales. Lo cierto es que llegaban casi de madrugada y, ¡pop! en la mañana del día 2 de agosto, allí te los encontrabas, en tu puerta saludando para contarte todo un año en el que no se había tenido el más mínimo contacto, tan efímeros son los veranos. Empezaba entonces nuestro pequeño ritual de puesta al día, muestrario de los últimos comics de Garfield que no habían llegado a provincias, lo último de Sabina que nosotros no teníamos en original y los interminables juegos de roll que estuvieron de moda en la temporada invernal y a los que la luz del verano sentaba mal (yo siempre creí que a los monstruos del averno y demás seres oscuros los deshacía y derretía el verano peninsular), sin frío y lluvia fuera no eran lo mismo. También el cine de verano en sesión doble, con sus inagotables golosinas y los duros asientos que a todos nos dejaban el culo cuadrado; y los paseos, y los atardeceres ya menos eternos en agosto, y...y después terminaba agosto y se iban los "chamarileros" de las novedades capitalinas y los de provincias, nos quedábamos algo huérfanos de solaz y de amigos; estos volvían a sus vidas normales en Madrid, a sus trabajos los padres, a sus colegios los amigos, todos a sus barrios y a sus casas...En el pueblo, el viento helado de la mañana, marcaba el inicio de la temporada de soledades, para grandes y pequeños, de rutinas...ahora creo que lo único que cambia es el nombre del viento que da inicio a los invernales, el resto, es casi idéntico...sobrevivir... 

10 agosto 2012

The Season of the Witch


En la época de las brujas en el pueblo no se podía concebir porque, se decía, dependiendo del tiempo, el nacimiento no se llevaba a cabo o el bebé nacía malparido. No era nada científico, pero durante este periodo, todas las embarazadas que había en el pueblo, pasaban por la parroquia, cuando tenía lugar el septenario por las fiestas de la Patrona, para rezarle y que no se les yermase la madre. Aunque, oficialmente, la misa del martes de las fiestas, a las seis de la tarde, fuese para la ofrenda de los niños y las familias. Alguna vez también intuí yo que pasaba por mi casa alguna mujer. Y digo intuí, porque en plena canícula en el verano, a esas horas del mediodía yo tenía que estar durmiendo la siesta, pero como pasaban por la corrala a la habitación del fondo, muchas veces no podía evitar oír los susurros y los pasos quedos. Y muchas veces, me deslizaba del camastro, atravesaba el patio y me asomaba al ventanuco, desde donde podía observar sin ser visto. La mujer que estaba embarazada o creía estarlo, se desnudaba por completo y se tumbaba boca arriba en un viejo colchón de lana que, cuando no estaba para estos usos hacía las veces de cama de “invitados”. En la habitación había una zafra de la que se cogía un poco de aceite y se untaba la barriga de la mujer; después con el dedo y el aceite y sobre la barriga se hacían determinados símbolos y se recitaban unas oraciones que nunca alcancé a escuchar; tras ello se colocaba encima del aceite una ramita de olivo y una espiga de trigo formando una cruz de San Andrés; se volvía a rezar algo; por último se retiraban las ramas y se limpiaba la barriga con agua, que se recogía en un cacharro junto con el aceite que llevara. “Este cacharro con el agua y el aceite lo conservas, en él metes la rama de olivo y la espiga y lo tienes hasta que se sequen; pero fuera de casa, no debe por nada del mundo entrar en tu casa…una vez secas lo quemas todo donde sea…” Yo me volvía a la cama para no ser descubierto y, ya desde la ventana de mi habitación, veía salir a la chica con su bolso de esparto para llevar el tratamiento y la tranquilidad en las entrañas…en esa hora de la tarde en la que no pasa nada, se paran los relojes y, a lo sumo, algún gato camina cansinamente por algún tejado en busca de una sombra que le preste acogimiento. 

06 agosto 2012

Perisgrundvägen

Perisgrundvägen es una pequeña localidad al norte de Helsinki, al oeste de Finlandia en la que Brad Olessün tiene su pequeña cabaña. Brad, dedica sus días a talar los troncos de las coníferas que hay en el bosque cercano, en virtud de una concesión que tiene del gobierno finlandés. Pero a sus 62 años Brad, ha considerado que ya no tiene la misma fuerza para manejar el hacha y la sierra y puso un anuncio en internet para aquellos interesados en continuar con su importante labor en el bosque y en su cabaña. Pero Brad, no quiere dejar en manos de cualquiera sus queridas herramientas, así que está llevando a cabo una especie de “casting” para seleccionar a la persona idónea que sepa desempeñar el trabajo y se adapte bien a la vida de leñador. ¿Qué tengo yo que ver en todo esto? Pues que respondí al anuncio y me voy este mes de agosto a superar la prueba y desestresarme cortando enormes troncos. Se me ha prometido un buen sueldo, atardeceres eteeeerrrrnos y una bebida compuesta con laurel, miel y whisky que elabora el propio Brad y que se toma caliente. Con todo, lo que más me ha interesado ha sido poder hacerme con su colección de pipas y tabacos especiados…
Creo que en la mochila me llevaré mis calzoncillos pulgueros, los vaqueros viejos y, como no, mi camisa roja de cuadros y franela. También algún libro para cuando el viejo Brad y yo terminemos la jornada poder leer algo antes de dormir. No entiendo el finés y, es más, me han dicho que el acento de la zona es tremendamente complicado, pero bueno, creo que ambos pondremos buena voluntad y que, esa pequeña inconveniencia no deba ser un problema...

06 julio 2012

VII---Felicidades

Querido blog, 
Permíteme que hoy me muestre más como autor y que no seas tú el que llena mis momentos sino que sea yo el que llene tus huecos con palabras. Hace unos días cumplías 7 años. Ni más ni menos. Empezamos esta andadura un 25 de junio de 2005...y ahí seguimos, con muchas, muchas letras...y relatos e historias. Y he de decirte que, incluso nada más que teniendo 7 años, nos quedamos anticuados. En esta generación de los bombardeos en ciento cuarenta caracteres, que pueda haber espacios en los que dialogar con palabras (y no con emoticonos), leer cuentos o soñar historias, parece algo de otro tiempo. El tiempo virtual en la red y este tipo de cosas pasa mucho más rápido que el real, y los que escribimos, y decidimos decir palabras e historias somos una especie de lutiers y andamos siempre reparando calmas, sosegando realidades y contándolas con la parsimonia y cuidado con el que se toca lo recién reparado o rehabilitado...
Querido blog, tú no te preocupes que, tenga tuiter, ebook, etc...nunca dejo nada abandonado y mucho menos rincones tan bonitos (con cierto arrebol lo digo y me sonrío)...porque además, en sitios como este se encuentran otros lutiers maravillosos, geniales contadores de historias, amigos para toda la vida...y toda esa gran arquitectura de palabras y sentimientos no se puede dejar para que coja polvo....
Gracias a ti y a todos por hacer posible este espacio...y felicidades...

25 mayo 2012

Ana


Hace todo y todo lo hace bien...¡Brindo por poder compartir tus segundos, tus primaveras!

05 mayo 2012

Homo Erectus

No veo apenas nada más que figuras verdes moviéndose de un lado para otro. Para las pruebas me han quitado las gafas y no distingo nada bien. Únicamente a la anestesista que es morena y muy guapa, soy capaz de identificarla y es porque se ha acercado a explicarme que van a pincharme un sedante para que no tenga dolor alguno durante el proceso. La sigo un poco con la mirada en su constante ir y venir entre todas las camas que hay en esta sala. Me siento observada, me dice. No se preocupe que soy miope. Hay un frío blanco en la sala y a mi solo me han tapado con una sabanita que no me llega ni a los hombros. No me extraña que los virus no aguanten esta asepsia, con lo a gusto que se está fuera en el calor del naciente verano. 
Tras un rato de idas y venidas de muchas figuras difuminadas, se acerca el doctor a mi cama. ¿No irá usted a operarme?. No, todavía no; primero hay que hacerle unas pruebas para comprobar el estado de las cosas; lo que ocurre es que el protocolo indica que, las extracciones de tejido y demás comprobaciones, han de hacerse en quirófano. 
Me explica el proceso. Tienen que extraer un poco de tejido de la médula para comprobar, me dicen, si ha habido alguna mutación genética, cromosómica o proteínica "contra evolutio". El resto son tecnicismos que, por más y mejor voluntad que ponga el doctor en explicarme, creo que jamás entendería. 
Amigo, me dice finalmente, vamos a comprobar porque usted camina erguido, cuando todos sus congéneres humanos no lo hacen ya. Creemos que es el único caso en el mundo; todo el género humano caminando otra vez "agachado" tras millones de años y...¡pop!, de repente, en pleno siglo XXI un señor que camina erguido. No dirá que no es un caso a investigar...seguro que se sentía raro cuando iba por la calle. 
No, sí, si yo...

11 abril 2012

Tésis (que he encontrado por ahí)

Jean Philippe Marouac es considerado por los críticos y expertos en arte como el fundador del realismo tal y como lo conocemos en la actualidad. Sus cuadros gozan del privilegio de la mirada, la perspectiva, e interpretación que su autor hace de la realidad que le rodea. Además la época que le tocó vivir era propicia en acontecimientos y se prestaba dulcemente a ser retratada. El París de finales del XIX y principios del XX constituía para nuestro autor, un enorme lienzo en el que plasmar o del que coger toda su fuerza creativa; su potente pincelada, casi violenta en los albores de su carrera, igual refleja a la alta burguesía, con sus señoras y sus criadas (por cierto, muchas de ellas españolas), que a la más mísera prostituta del Montaparnasse. Con sus cuadros Marouac se convirtió en un testigo de excepción de una época, comienzo de la melancólica y maravillosa decadencia que es París en la actualidad; si bien, no fue conocido, ni estudiado, ni apreciado al "no aportar nada significativo a los movimientos de vanguardia al uso de la época" (Modernisme á Paris, un art decádent, E. Blesson, Editores Reunidos, 1968, página 315). Era lógico, entre la diversidad de las vanguardias, la totalidad de movimientos pictóricos, podríamos decir, de fachada, porque duraron poco o nada para la influencia que se les ha querido dar después, Marouac era lo más parecido a un fotógrafo, pintaba realidades.
Es, sin embargo, a partir de los años 80, cuando, ante el inexplicable auge que tienen las instalaciones y la pérdida de rumbo que toma la pintura como tal, cuando se descubre o redescubre a este genio de la normalidad. Y todo, a raíz de un misterioso personaje que se halla en todos sus cuadros. Es un transeúnte que, unas veces aparece de espaldas, otras mira un escaparate distraído, toma un café o un vino en un cenador, sentado frente a un periódico, otras mirando al pintor mientras este "toma" su fotografía...Y decimos que misterioso porque, al momento de redactar esta tesis, ninguno de los autores estudiados, y que serán referenciados oportunamente en la bibliografía de este ensayo, han dado cumplida y certera explicación de ese personaje. Los más creen que se trata del propio autor que juega a introducirse en sus cuadros al modo que lo hiciera Velázquez en Las Meninas. No se comparte esta opinión, por cuanto en nada se parece físicamente al autor y porque, razón fundamental, el propio Marouac, no sabemos si jugando al despiste, lo negó en la única entrevista a TF1 de él conocida. Lo cierto es que ese transeúnte de traje gris, constituye en casi todos los cuadros el punto de fuga por el que " se escapa o diluye" el cuadro. Una vez hallado ese personaje, lo demás se borra, se difumina y pasa a un segundo plano. Esté o no mirando al espectador, cobra una fuerza inusitada constituyéndose en el elemento central del cuadro que, a la par, dota al mismo de una equilibrada estructura y da sentido al resto del lienzo. [...] (Hombre de Gris, Redescubriendo a Marouac, Univ. Autónoma de Chile, año 1998)