8/27/2008
8/25/2008
polar
Se me'n fot si a la lluna no s'hi pot viure, us ben juro que de vegades agafaria un coet i me n'hi aniria de vacances indefinides a veure la terra petita petita i ja inventaria algo per poder-hi estar sense vestits d'astronauta, que deuen ser incòmodes a més no poder.
8/19/2008
a ver
¿Treinta días naturales de vacaciones a cuantos días laborables equivalen?
Hoy es un día lento. Un día no natural por lo que parece, ya que todo parece lo que no es. Las emociones crecen en exceso y todo es un demasiado constante. Ayer fue un día raro (adjetivo demasiado utilizado pero que encaja a la perfección). A veces cuando quieres celebrar algo te sale el tiro por la culata. Pum. Y a la mierda la sorpresa y las ganas. Pero otro día más y mejor.
Era lunes. Puede que sólo fuera eso.
El fin de semana tremendo. Agosto y fiesta mayor de Gràcia. Hoy incluso me he permitido el lujo de venir al despacho en pantalón corto porque me da que me sentará mejor el día si me lo tomo en plan estival que ayer los pantalones pirata me dieron un mal día (le hecho la culpa a los pantalones por no culpar al tiempo, que es el que siempre recibe).
El domingo me fui a dormir después de haber visto mi primer concierto de Mishima y encima, con él. Me parece que es uno de esos momentos a recordar. No sé. Ñoñería añadida al hecho de que fuera la noche de los dos y medio. Dos años y medio ya del principi de tot plegat. Y ayer lunes a trabajar como unos campeones.
Hoy volveremos a Gràcia.
Sueño(s).
8/04/2008
xoff
Lo que faltaba, mi ordenador se ha cogido vacaciones en agosto. No me gustaría pensar que ha muerto, digamos que esta en coma profundo porque se ha querido ir soñando a Honolulu y no quedarse en casa con todo el calor.
Esperemos que solo sea eso y que el señor mecánico tampoco decida hacerme pagar sus vacaciones a cambio de resucitarme la máquina.
Él a Honolulu y yo en Barcelona. De cine.
Esperemos que solo sea eso y que el señor mecánico tampoco decida hacerme pagar sus vacaciones a cambio de resucitarme la máquina.
Él a Honolulu y yo en Barcelona. De cine.
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