domingo, 17 de abril de 2011
Montañas encendidas
Mirando el fuego desvanecerse en la chimenea me viene a la mente una casa llena de calor en meses invernales y una pareja en el sofá con el amor encendido. Esta época es buena para echar de menos, o echar de más... La chimenea calienta, incluso cuando se viste de ceniza. Esta noche dormiré con una manta menos, me gusta que la sustituyas, mejor tú que otra manta áspera sin caricias nocturnas. La música no se quiere perder la noche y nos acompaña atenta desde el fondo del salón, arde también. Arde la habitación entera y nosotros con ella.
lunes, 11 de abril de 2011
De par en par
No sé exactamente a qué me recuerda el aire fresco que entra por mi ventana, pero me transporta a viajes constantes en avión hacia tierras desconocidas, a una vida con despertares azules todos los días. Cada vez que una ligera brisa mueve mis cabellos asomados a la ventana mi mente imagina atardeceres en las montañas sentada en una roca en medio de la nada y sin nadie a mi alrededor. Yo sola. También enmudecen mis recuerdos italianos que se convierten en imágenes casi reales proyectadas en el edificio de enfrente. Con la ventana abierta se me viene toda la nostalgia de golpe, toda mi habitación se inunda de ella. Busco un rincón al que huir, pero no quiero cerrarla, quiero seguir sintiendo el viento sobre mis párpados y olvidar por un momento la realidad urbana.
sábado, 9 de abril de 2011
Perdidos en la montaña
Buscas el lado frío de la almohada y te encuentras conmigo. Las montañas aúllan soledad. Tu brazo, desobediente, acompaña a mi espalda bajo las sábanas. Atravesamos umbrales de caricias. La noche empieza a las 03:07h. de la madrugada de un sábado primaveral, también la vida. Acércame unos besos... que no llego. Con los ojos cerrados vemos mucho mejor, lo vemos todo. Silencio que lo dice todo, escuchamos atentos las palabras de la naturaleza y sentimos el viento curiosear desde fuera, sobre las paredes blancas. Duérmete, mañana volveremos a despertar frente a montañas curiosas.
viernes, 8 de abril de 2011
Mar, sol, mañanas
Mañana con los buenos días de tu barba en mi mejilla y las cortinas rebeldes ondeando sobre nuestras cabezas. Huele a mar recién levantado y a besos de café. Volvimos tarde y amanecemos temprano, no podría perdonarme el haber desperdiciado un día como este... Desayuno en la cocina, como siempre, uno frente al otro y los dos frente a la arena húmeda. ¿De verdad algún otro paisaje puede superar estas vistas? El corazón late con más fuerza, se desnuda dejando al descubierto todo el cariño que esconde. Miras al sol, luego a mis ojos, y sonríes. Debo decirte que estás más bonito que nunca, te quedan bien estos amaneceres. El primer contacto con la arena sirve para darnos cuenta de que estamos donde debemos estar, abrazando la naturaleza, escuchando la vida caminando por la orilla. Labios con sabor a mar, piel salada...
martes, 5 de abril de 2011
Arranca
Mirándonos a oscuras tras el espejo del baño, donde se reflejan todos los meses de invierno... Ataca la primavera con sus mejores armas y tú atacas de frente con tus mejores sonrisas. Nunca antes había escuchado silbidos tan poéticos como los que anidan en tus labios cada mes de abril. Luz, como la que nos encontró al final de la madrugada en la parte trasera de nuestro 4x4 planeando una nueva huida. Perdernos entre caricias es nuestro plan matutino, el resto vendrá después, tras arrancar el motor de la vida, pisar el acelerador y seguir sin saber cuántos kilómetros recorreremos hoy ni qué montañas besaremos con nuestros espíritus. Mientras, seguiré escribiendo nuestras historias en la palma de mi mano, dejando la huella de cada recorrido dondequiera que vayamos.
sábado, 2 de abril de 2011
Cortinas de buena mañana
Amanece abril bostezando delante de mi ventana. El sol le acariciará los días y las mañanas se convertirán en besos, los tuyos. Tanta distancia empieza a gustarme, puedo imaginarte encima de alguna montaña gritando mi nombre... manteniendo la esperanza de que tus gritos llegarán a mis oídos. Esta vez no llegaré tarde a la cita con tus labios y retrasaré el reloj cada vez que se acerque la hora de volver a casa, porque el tiempo no nos gusta, y menos que pase. Descorre las cortinas que voy, no vamos a esperar a que pasen más inviernos.
viernes, 1 de abril de 2011
Una semana tan larga como sus borracheras
Un sol feroz llama a mi ventana, es abril. Me quedaría una vida y media observándolo, viendo cómo se queda quieto allí arriba. Solo esta luz sabe cómo me gustan las mañanas, y es capaz de regalarme las mejores de mi vida. Sobre los edificios semiderruidos de esta capital asoman sueños que viajan sin dueño, buscando una ventana rota por la que poder colarse. La mayoría de los muchachos desistieron de perseguirlos, ahora son ellos quienes buscan cerebros que los puedan fantasear a altas horas de la madrugada y sin cervezas de por medio. Suena la vida, suena a pueblos escondidos entre montañas mucho más escondidas. Suena bien. Y mejor sabe... a tierra mojada en tus labios de música silenciosa. Poesía en noches de primavera anuncian tu llegada como un huracán, pero a lo bonito. Leeré tus caricias si tú lees las mías, están en versión extendida y con contenidos adicionales. Llámame a gritos, me gusta que desgastes las cuerdas vocales y luego me susurres a la boca los lugares a los que quieres viajar antes del año que viene. Bajito, muy bajito.
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