Vivo sola y cuando voy a hacer recados me gusta comprar de todo.
Y si les hago sin haber comido ni te cuento!
Pero ocurre que hay veces que abro la nevera y. . . . diosss! Un montón de cosas pasadas de fecha y claro, me niego a tirarlas.
Primero porque dice consumir preferentemente y no antes. . . . o. . . ¡YA!
Segundo porque me cuesta mucho ganarlo como para que vaya después por el WC o a la basura.
Y tercero porque por hacer se puede hacer una fiesta de todo y yo esta semana voy a hacer la de "Las cosas caducadas".
Muchos de los que leéis esto, incluida la que "sus-escribe", pasamos ya la cuarentena y por eso no cogemos y nos vamos directamente a meter la cabeza al contenedor para volcarnos dentro de él ¿no? Pues las cosas de mi nevera tampoco. Ni las de las vuestras. . . .porque, por supuesto, estáis todos invitados!
Será en mi casa. Voy a mover uno de los sofás que tengo en la sala y en su lugar pondré una mesa alargada con un mantel de lino y varios tarros llenos de flores que servirán de adorno. Ahí dejaremos la comida, a modo de expositor.
Y dicho así pensareis. . . ha dicho uno de los sofás. . .¿cuantos tendrá???
O. . . le va a mover hacia otro lado de la sala. . . .¿como será su sala? ¿como mi casa entera???
No. No podremos ni movernos pero mejor. Estaremos muy juntitos, que es lo que importa.
El invitado estrella en esta fiesta, como no podía ser menos, será el bote de melocotón en almíbar.
¿Quién no tiene en el armario de las conservas algún bote o lata de melocotón? Seguro que todos.
Y el caso es que no los tenemos porque se nos ocurra comprarlos. Siempre tenemos uno a mano gracias a las cestas de navidad. Si. . . cesta de navidad. Acordaros. . . .Ese lote de productos que nos daban todos los años allá por diciembre en nuestra empresa. Si. . . . empresa. Esos sitios que había antiguamente a donde ibamos a trabajar. Si. . . .trabajar. . . . (me callo que esto me puede dar para otras cuatro entradas por lo menos).
Y por supuesto y para acompañar al melocotón. . . . . ¡el bote de piña!!
Poneros en su situación. Son años y años metidos en ese armario. Sin separarse más que para dejar sitio a algún que otro tarro de esparragos. Aayy! Esos si que no les dejamos caducar!
Así que si hasta ahora han estado juntos, que sigan haciéndose compañía encima de esa mesa. La de las cosas caducadas que he puesto en mi sala.
Además lo curioso es que, aunque sean de agosto de 1945, cuando los abres están buenos. Mejoran con el tiempo (como nosotras chicas!).
Tampoco pueden faltar nuestras amigas las patatas, las que están llenas de tentáculos enormes y alargados que parecen garras.
Yo hay veces que cojo la caja donde las tengo metidas y me dan hasta miedo. Cualquier día saltan y me atacan!!
Pasa tanto tiempo desde que las compro hasta que me decido a ponerme una tortilla que si las viese Spielberg rodaría con ellas la décima parte de Alien: "Alien, el tentaculo patatero".
Y los huevos. . . . .
Con ellos es más dificil que se ocurra pero seguro que alguna vez se os habrá quedado alguno en la nevera y pasado de fecha.
Recuerdo
un día que escuché ruidos extraños. Estaba en la habitación y me acerqué a la cocina a ver qué pasaba. Encontré dos pollitos campando a sus anchas por allí. Que monos!! No pude resistirme. Me los quedé y les crié como si fuesen míos. Han vivido años conmigo. Unos gallos estupendos. . . . . Quería cocinarlos para navidad pero se me han caducado también. Se han muerto. Se han hecho viejos y no me ha dado tiempo. Siempre me pasa lo mismo!
Pero a lo que vamos, lo bueno que tienen los huevos es que te das cuenta al instante. En cuanto les cascas, para freírlos, si están malos tienes que salir corriendo de casa y estar una semana de okupa en la de tus padres o en un hotel hasta que acaben de "fumigar" semejante olor!
Y así podríamos encontrar cientos de cosas caducadas.
Las latas de sardinillas que siempre tienes en el fondo del armario. Esas para los momentos de apuro en los que no sabes que cenar y que al final nunca abres:
"20- 08-1995. . . . igual ya no la abro. . . . . Seguro que me las traje de casa de mi madre y la fecha de caducidad está hasta trucada: 16-11-1969. Joeee!! Pero si no había ni nacido!!"
Las latas de anchoas. Esas que al abrirlas huelen tanto a sal (y saber ni te cuento. . . ) que te planteas hasta montar una desaladora para reciclarla.
El tarro de miel que solo usas una vez en invierno cuando coges esa gripe un poquito más fuerte que las otras cuatro del mes anterior.
Ese tarro que te empeñas en guardar durante tantos años. Siempre el mismo.
Tal es ese empeño por guardarlo que hasta las abejas visitan tu casa a modo de museo para ver lo que una vez fueron capaces de hacer sus antepasados y que todavía perdura en el tiempo. . . gracias a ti.
Tal es así, que cada vez que lo coges para mezclarla con la leche y el coñac se te quedan las manos pegajosas durante tres días mínimo.
Y si el invitado estrella es el melocotón el invitado super vip a esta fiesta de las cosas caducadas es: El Yogurt!!
Siempre. . . siempre. . . siempre y en todas las neveras hay por lo menos un yogurt pasado de fecha. Pondría la mano en el fuego por asegurarlo y si no levantaros e ir a ver. Seguro que encontráis uno fijo!
Yo tengo que confesar que alguna vez he comido alguno caducado al menos de hace un mes o más y aquí estoy. No pasa nada. Quizá la cabeza un poco. . . . pa allá. . .quizá. . . . Pero por lo demás? Perfecta.
¿ Habéis vuelto de la cocina? Vale, pues los que tengáis alguno lo traéis ¿ok?
Pero sobre todo latas. Todo lo que esté enlatado lo más probable es que se caduque.
Generalmente en ese tipo de envase los alimentos son muy duraderos. Los compramos porque duran lo menos tres años y así las tenemos de reserva por si acaso. . . para esas noches, como he dicho antes, que no sabemos que cenar.
Al final se acaban caducando también.
. . . . . .de reserva por si acaso. . . . . Semejante absurdez!
Para llevar a la guerra todavía! pero para tener en casa??
Sabremos lo que vamos a comer de aquí a tres años!
Bueno. . . . yo como vengan mal dadas si lo sé: los botes de melocotones que todavía tengo guardados.
Por supuesto también sirven cosas caducadas que no sean comida, como por ejemplo los tickets de la ropa que piensas devolver antes de un mes y que luego nunca haces.
El carnet de la piscina. Las tarjetas de crédito. . . .
Incluso esas mujeres que cruzan los brazos levantando de soslayo uno para apoyar la cara en la mano mientras te escuchan atentamente lo que les estas contando. . . . . .
Como veis, todo vale.
Ya sabéis entonces: condición indispensable para venir a esta fiesta es traer algo caducao de casa.
A ver. . . .sé que algunos estáis pensando en traer a vuestros abuelos. . . . No lo hagáis. Ni se lo insinueis siquiera. Mi abuela lleva una semana sin hablarme.
Por lo demás, aparte de la comida, traer pocos escrúpulos y ganas de pasarlo bien y de ser capaces de celebrar, como veis, cualquier cosa.
Y ¿tú?. . . . ¿Que vas a traer?
Besosss, Money.