2024/12/24

CUENTO FERROVIARIO DE NAVIDAD CON TRINÉFILOS

 (Este es un cuento diferente. No puede faltar un tren, pero, sobre todo, aparecen palabras  de mi nieto, y de su madre cuando tenía más o menos la misma edad. Se explica el significado en el vocabulario que se acompaña). 

Resultó sorprendente que el boico* del día, en el habitual apartado de agenda y actos previstos, no informara de aquel acontecimiento excepcional, que merecía, cuando menos, unas líneas por telegráficas que fueran. Tampoco en aladio* se oyó nada, y eso que en todas las emisoras se oían villancicos sin cesar, sobre todo ese simpático burrito sabanero, que empuja a bailar incluso al más patoso de los humanos. A lo mejor nadie sabía nada y fue una desconcertante sorpresa.

Ya estaban encima las navidades y en la plaza principal de la ciudad, la plaza de la catelán*, no se atisbaban visos del tradicional nacimiento, ni del árbol, ni colgaba adorno navideño alguno, cuando de pronto surca el cielo un avión de tonos grises que volaba no muy alto. Su estela blanca rompía la monotonía azul. El niño pelirrojo parecía tener un radar para detectar los aviones en el cielo y aunque estaba concentrado balanceándose en los papayos *, miró un momento hacia arriba y exclamó:

  • ¡Hala, qué alón* más grrrrande!

Como el niño no perdía de vista el avión, vio abrirse una compuerta y salir de ella un hetitoro* de color rojo chillón que comienza a perder altura hasta aterrizar en la plaza, junto a la estación del ferrocarril.  El niño torió* hasta llegar muy cerca de él, pero guardó una distancia prudencial porque aquel artilugio metía mucho hiro* con esa especie de titilador* que llevaba en el techo y tutaba* al nenín. 

Las hélices fueron perdiendo velocidad hasta pararse por completo. En ese momento se abrió una puertecilla y por una especie de vía con dos carriles se deslizaron dos paquetes, uno de ellos alargado y no muy grande, pero el otro descomunal, del que salían unos ruidos y unos olores extraños.

Primero se autodesembaló uno, el más alargado. Era un árbol de Navidad que nada más asentarse en las losetas, comenzó a ganar altura hasta alcanzar unas dimensiones considerables. En el picaracho lucía una estrella azul. Cintas de colores envolvían las hojas. Multitud de bolas de colores se fueron insertando en las ramas y, finalmente, las consabidas luces intermitentes que entiende pipaga* daban alegría a la plaza. 

El otro envoltorio se fue abriendo hasta tomar la forma de un enorme pesebre, en el que se posó un ángel anunciador que, con los toques de su tropenta*, avisaba de algún acontecimiento necesariamente excepcional. En el pesebre, entre pajas, dormía un niño muy cachetín*, al que un padre barbudo y una madre casi niña miraban embelesados, a la par que una mula y un buey, de docilidad excepcional, le daban calor.  Algunos animalinos se acercaban atraídos por el calor, como uno atinos* pintos, que miagaban sin parar poniendo en riesgo el sueño del niño. 

Una malvada bruja, emparentada con el rey Herodes, pretendió que le dejaran acunar al niño: 

  • Déjame coger el niño, que soy buena.
  • Mena pieta*, se oyó decir, por lo que marchó desaforada. 

La luz de una falora* permitió comprobar que la bruja toría* muto*, tanto que, en su huida tropezó con unos contenedores de la batura*, por lo que su aspecto resultó todavía más repelente. Unos pastores que se acercaban al portal la vieron adecentarse, dentro de lo que cabe, en una juente* cercana. 

En esto sonaron doce campanadas en el liló*de la estación, que fue la señal para que el tren de la Navidad partiera con sus vagones cargados de juguetes y de lilinos* para repartir entre los niños de todo el mundo. La máquina a través de la pichinea* echaba humo de variados colores, y así anunciaba su llegada a las estaciones. 

Y así ababó* este cuento ferroviario al que se asomaron extraños trinéfilos*. 

 

Luis Simón Albalá Álvarez 

sipiluchi.blogspot.com.es

Diciembre de 2024

2024/12/20

DE FACEBOOK. DEL 17 AL 20 DE DICIEMBRE

 LECTURA DE LA PRENSA. DAVID RIVAS

Se fijó uno en varias noticias pero hoy no quiere mezcolanzas.
Hace unos días murió David Rivas, que recibió un merecido homenaje del asturianismo militante en la despedida que se le realizó en el tanatorio gijonés.
Casualmente no hará ni quince días que uno vio y escuchó con atención la entrevista que en el año 2016 le realizó Justo Braga para la TPA. Hoy repasó uno aquella entrevista y la recomienda vivamente. Comienza hablando del nacionalismo asturiano, después sigue con la lengua asturiana, para finalizar con la economía en general y la política nacional. Todo ello a partir del minuto -16 aproximadamente. https://www.rtpa.es/video:Pasaron-por-Vidas-publicas...
En la noticia se informa de que un gaitero ejecutó la Marcha d’Antón el Neñu. Mira que escuchó uno esos sones en algunos funerales al despedir el féretro y no sabía el nombre de la pieza, emocionante desde luego. https://www.youtube.com/watch?v=ozQBMIIUR4s

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LECTURA DE LA PRENSA. BATALLA PERDIDA
En la prensa del día destacó uno varios asuntos relevantes, pero quiere centrarse en un único aspecto.
Es una batalla perdida, pero uno tiene derecho a colgar en su página este vídeo tantas veces como en los medios de comunicación se siga hablando de los trenes que no cabían por los túneles. No sataniza uno a El Comercio, que publica lo que publica, porque el resto de medios hacen lo mismo cuando toca hablar de este caso, aunque sea de refilón. No digamos las redes sociales, un foco de babayadas las más de las veces. Suficiente con visualizar el vídeo entre los minutos dos y tres, independientemente de que la COPE titulara en su momento la noticia como le haya petado.
Con esto no dice uno que la gestión de aquel caso haya sido correcta, que fue calamitosa, pero no fue cono acabará pasando a la historia, porque Dios esto no lo remedia.
Otra babayada, en este caso avalada por la irresponsabilidad de los administradores de las comunidades de propietarios es el cartelito colgado en tantos portales que habla de la prohibición de depositar publicidad en aplicación de un decreto que se reproduce aquí. Ese Decreto lleva derogado veinticinco años, pero queda muy bien en los portales. Con esto uno no dice que se pueda meter publicidad en los buzones, pero si no se puede no será en aplicación de ese decreto derogado, sino en aplicación de otras normas o criterios, que no es el caso exponer aquí.
Imposible pelear contra algunos tópicos. O bulos: responsables quienes teniendo la información la obvian.

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LECTURA DE LA PRENSA. LOS NOMBRES DE LAS CALLES
Hace unos días el prolífico y respetado escritor lavianés Albino Suárez, que pasa de los noventa años, publicó un artículo en La Nueva España titulado “Pueblos que no son agradecidos. Personajes de Laviana que se merecerían dar un nombre a una calle o plaza”. Respetando todas las opiniones, a uno le encanta llegar al pueblo de Campomanes y ver que la mayor parte de los rótulos de sus calles, en castellano o en asturiano, recuerdan qué había allí o en sus proximidades antes de la urbanización, por ejemplo, las calles de La Ferrería, Las Nieves, Peña Chago, La Panchona, La Divisa, El Molín, Mercadichu, Trambasaguas, calle de la estación, Campo la Iglesia o la Avenida del Güerna. O en la capital del concejo ver que existen calles como la escalinata de la Fuentina, Monte Roces, La Nozaleda, Les Nozales, La Rinconada, Naredo, Robledo, La Escanda, La Peralera. Mismamente en Oviedo existe la calle Argañosa, el Arco de los Zapatos, Fuente de la Plata, Canóniga, Ecce Homo, Carta Puebla, Fontán, Gascona, Magdalena, Oscura, Pozos, Peso, Postigo Alto, Rosal, Regla, Los Avellanos, Las Huertas, Foncalada, La Lila, La Noceda, Progreso, Prao Picón, Sacramento, Aguamiera, las Avenidas de Torrelavega, de Los Monumentos, de Santander, de Pando, de Galicia, la Calleja de los Huevos, Calleja de la Ciega, la Plaza del Paraguas, la del Carbayón, la del Sol, la de Trascorrales, la de Castilla, la del Fresno, la de los Cuatro Caños, o el Paseo de de Los Álamos o el del Bombé. En definitiva, cuando se bautiza una nueva calle o se cambia de nombre otra, uno querría recordar qué había allí antes del asfalto.






2024/12/17

DE FACEBOOK. DEL 12 AL 16 DE DICIEMBRE

 LECTURA DE LA PRENSA. PREGUNTA

Debe ser la primera vez que uno no comenta nada al hilo de la lectura de la prensa, sino que simplemente pregunta a quien sepa la respuesta, que a lo mejor es de cajón, pero uno la desconoce.
De vez en cuando uno deposita en el contenedor rojo la ropa que está en estado aceptable para poder ser reutilizada, pero arroja a la bolsa negra la que está claramente inservible por entender que dejar prendas así en el contenedor rojo es una tomadura de pelo, un desprecio a los más necesitados. Sin embargo, hace unos meses escuchó uno, de refilón y sin prestar demasiada atención, un programa de radio que hablaba del reciclaje de ropa. Quiso uno entender que en el contenedor rojo deberían depositarse no solo las prendas en estado aceptable sino cualquier prenda, porque a partir de ahí se sometía a un proceso de separación, primero manual y después mecánico, de manera que los enseres medianamente aprovechables se reparaban y se ponían un mercado, aunque fuera secundario, mientras que las prendas rotas y, en principio inservibles por su estado calamitoso, se reciclaban en plantas al efecto y generaban la materia prima necesaria para ulteriores procesos de fabricación. Le pareció a uno entender entonces que este proceso de reciclaje era más caro que si se utilizara materia prima 'virgen', pero no es esta la cuestión central, de momento, sino la otra.
¿Alguien sabe si es correcto dejar en el contenedor rojo las prendas calamitosas, calzado incluido?

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LECTURA DE LA PRENSA. LA SIDRA, PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD
De la sidra habló uno bastante, al menos desde los personales puntos de vista psicológico y sociológico, pero esta meditación de hoy es exclusivamente lingüística, especialmente desde la óptica de la llingua asturiana, del asturiano o bable.
Una frase tan sencilla como la que encabeza esta entrada puede leerse en asturiano realizando las siguientes combinaciones, con lo que resultan seis posibilidades. No es que uno ya haya visto las seis, pero puede verlas, leerlas u oírlas. El matiz de ‘leer’ u ‘oír’ es importante, como intentará uno apuntar después.
1A 1B 1C 1D 1E 1F: La sidra, patrimoniu de la humanidá.
1A 2B 1C 1D 1E 1F: La sidre, patrimoniu de la humanidá.
1A 1B 1C 2D 1E 1F: La sidra, patrimoniu la humanidá.
1A 2B 2C 2D 1E 1F: La sidre, padremuñu la humanidá.
1A 1B 2C 1D 1E 1F: La sidra, padremuñu de la humanidá.
1A 2B 2C 2D 1E 1F: La sidre, padremuñu la humanidá.
No se negará que a veces ve uno escrito sidra y a veces sidre. Más extraño es leer u oír ‘padremuñu’. Puede aportar evidencias impresas, pero preferiría no tener que hacerlo. La omisión de la preposición ‘de’ está autorizada por la Gramática de la Academia de la Llingua cuando el antecedente anterior termina en vocal, no cuando lo hace en consonante. Así, es admisible en un asturiano ortodoxo decir ‘casa Luis’ pero no ‘camión Luis’. A fuer de honestidad, es posible que un lingüista medio pueda rebatir a uno indicando que en las comarcas donde se dice ‘sidre’ no se dice ‘padremuñu’, sino ‘patrimoniu’. Admite uno que en este escrito puede pecar de hiperbólico.
Ya le gustaría a uno conocer en profundidad cómo fue la evolución de los diferentes diccionarios y gramáticas que la Real Academia de la Lengua Española publicó desde su fundación en el año 1713, porque en propio siglo XVIII vieron la luz varias ediciones, seguramente con importantes modificaciones desde la primera a la última del siglo. Ese comentario viene a cuento de que uno se hace una foto fija y definitiva de la lengua asturiana tal como uno la percibe fijándose en cómo se expresan de palabra o por escrito los defensores de la oficialidad de la lengua: fundamentalmente los académicos o autores reconocidamente defensores de la oficialidad. En este saco mete uno a los autores de textos en asturiano patrocinados por el Principado de Asturias. ¿Cómo, si no, puede uno conocer lo que se pretende que sea el idioma asturiano?
Contra la crítica de las variantes dentro del asturiano, dicen los defensores que el castellano y cualquier idioma también las tienen. Es cierto, pero no se puede comparar la variación que puede existir entre una palabra de León con una de Antequera porque hay muchos kilómetros de distancia, no así entre Salas y Ribadesella (sidra versus sidre, por ejemplo). También es cierto que no se habla igual en Valladolid que en Sevilla, pero los propios sevillanos no escriben ‘Seviya’ cuando se refieren a la capital andaluza, aunque la pronuncien así, y le da a uno la impresión de que los defensores del asturiano santifican que se puede escribir lo que se pronuncia, y que se admita como válido.
La manga ancha de la ortodoxia. Esa es otra. Las pautas actuales de la RAE no son lo que eran en otros tiempos: taxativas, que delimitaban claramente lo correcto de lo incorrecto. Hoy lee uno alguno de sus libros y se tienden a tolerar los usos generalizados. En el asturiano, la tolerancia es mayor, quizá por ser reciente la tarea académica. Por eso apuntaba uno que le gustaría saber cómo se fueron cociendo las gramáticas y los diccionarios de la lengua española, de ahí que en algunas apreciaciones se fíe uno más de intuiciones que del rigor científico.
Es posible que el método de trabajo histórico de la Real Academia Española haya sido antidemocrático, es decir, que haya impuesto para todo el territorio las pautas, costumbres y sonidos de un territorio determinado, y las haya extendido a toda la península. Y territorios de ultramar. Y que si un diccionario tal se elaborara hoy sería casi imposible si tienen que recoger como ‘buenas’ todas las mínimas variantes de cualquier territorio. A uno le parece que eso pretenden los defensores del asturiano, y no duda de que sea un método más respetuoso con las variantes, pero muestra su perplejidad entre lo que más o menos conoce (la lengua castellana) y lo que se pretende entronizar.
No es todo lo que uno tiene que decir en la materia, ni siquiera en los aspectos tocados aquí, porque le tiene dado y sigue dando muchas vueltas a la lengua asturiana y a la petición de oficialidad.
(Continuará).

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LECTURA DE LA PRENSA…INTERNACIONAL
Las más de las horas las pasa uno preocupado por lo que ocurre en su(s) municipio(s) y corre el riesgo de perder la perspectiva. ¿Cómo por su municipio? Todavía baja uno un peldaño: preocupado por si se pintan las escaleras del propio edificio, pero eso es (fue) objeto de la reunión de la comunidad y como resultó pacífica, no saldrá reflejada en ninguna gaceta. Por suerte.
Por aquello de coger perspectiva, hoy tuvo uno la oportunidad de asomarse a la prensa internacional y hacerle una foto para ver que dicen de España por esos mundos de Dios. La foto no es de fiar, pero eso no lo dice uno, lo asegura una fotógrafa cuyo nombre no recuerda, porque la vio de pasada en un programa minoritario de la televisión autonómica. Sí recuerda que tal fotógrafa explicó, al presentar una exposición, que daba fe de que no manipulaba las fotografías, pero que estas no eran toda la realidad, sino solamente lo que había captado fugazmente en su cámara y que fuera del marco estaba la mayor parte de la vida. Lo mismo piensa uno de esta lectura tan esperpéntica de la prensa, de alguna prensa.
En Le Monde hablan en dos ocasiones de España, en el primer caso se trataba de una noticia que destacaba el mal estado de la economía francesa, Concretaba que el último dato conocido de crecimiento del PIB era del 4%, cuando en España llegaba al 6,6%. Lo dice Le Monde. Se ignora si Pedro Sánchez ordena insertar en el periódico francés publicidad institucional.
También aparecía, de refilón, aludida España en un artículo del presidente del Círculo Francés del Agua, Thierry Burlot, para reivindicar una gestión integral del agua. Entre las señales de alerta mencionaba el drama de Valencia para recordar la vulnerabilidad de algunos territorios.
En el londinense The Times dedican casi una página a Isak Andic, el dueño de Mango, recientemente fallecido en un accidente de montaña. Uno destaca algún párrafo del artículo. “Cuando España emergió de su dictadura de décadas después de la muerte de
Franco en 1975, Andic y su hermano encontraron una generación de consumidores jóvenes ávidos de ropa más moderna y elegante que combinara con sus nuevas libertades democráticas”. O este otro: “Aunque fue fotografiado en eventos de alfombra roja y fue activo en la comunidad judía de España, prefería evitar ser el centro de atención y se esforzaba mucho por preservar su privacidad. Aun así, disfrutaba de los lujos de su riqueza, incluido un superyate de 53 metros llamado Nirvana Formentera, que mandó construir según sus especificaciones en 2007”.
También The Times en sus páginas deportivas se refiere de pasada a Nico Williams y a Raphinha, que pudieron haber fichado por otros equipos.
Cruzando el charco, en el Washington Post la sorprendente noticia de que Nigel Richards, campeón neozelandés de Scrabble, triunfó en el campeonato de Scrabble en español prácticamente sin conocer el idioma. El Scrabble es un juego de palabras, pero por lo visto, otras habilidades pesan más que el dominio de la lengua. Por contraposición, uno sabe de filólogos al mando de empresas ferroviarias.
En The Wall Street Journal se cuenta que los viajeros norteamericanos que viajen a Europa (el periódico tiene la delicadeza de indicar que España está en Europa) tendrán sus rostros y huellas dactilares escaneados y registrados en un nuevo sistema de registro digital, que probablemente comenzará el año próximo.
Cuenta también ese medio, en la noticia de que Israel cierra su embajada en Irlanda, que ese país, junto con Noruega, España y Eslovenia anunciaron el reconocimiento del estado palestino.



2024/12/12

DE FACEBOOK. 11 DE DICIEMBRE

 LECTURA DE LA PRENSA. EVOCACIONES ALREDEDOR DE LA SIDRA

(Intenta uno un poco de coordinación entre texto y fotos, pero es necesario que el lector eche mano de su imaginación).
Ver la foto en La Nueva España de la sidra entre la nieve y ponerse a escarbar entre los propios ficheros para encontrar recuerdos níveosidreros es todo uno. Ahí está una foto bajo los soportales de casa Ramón en El Fontán, que tanto frecuentó uno en otros tiempos. Merece un comentario especial dentro de un momento, que esto es todavía introducción.
La sidra principia por la recogida de la manzana, y ahí aparece uno escogiendo a mano la fruta prohibida por si diera el caso de certificar una hipotética cosecha casera como Denominación de Origen Protegida (DOP).
Después hay que mayarla, es decir, machacarla en el duernu, tarea en la que uno colabora con Luis López, amigo de Trobajo del Camino, León. Ya su padre y el de uno compartieron amistad en León y, más tarde, en Gijón. De esa herencia proviene el sportinguismo de los vástagos, más exacerbado el del leonés, cosa del carácter.
Hablando de padres, ahí aparece Jesús el Rubio, en dos imágenes, en Naveo, en una con unos cuantos compañeros de trabajo y en otra escanciando cuando su salud ya escaseaba, lo que le impedía estirar el brazo como exigen los cánones.
Antes de consumirla conviene un poco de historia. Nada mejor que pasar por el Museo de la Sidra de Nava. Ahí aparecen padre e hija en la entrada.
¿Dónde se consume? Sobre todo en los chigres y en las fiestas. Y en los propios llagares, claro. En casa uno no tiene ni media botella. Comenzamos por una foto de un chigre, el aparato que da nombre al bar en acertada metonimia.
¿Por qué bares anduvo uno a lo largo de su vida? Incontables, pero ahí se relacionan unos cuantos:
- Un vaso del Bar Mino de Pola de Lena recuerda quizá el primer lugar en el que uno se aficionó a la sidra cuando, de joven, vivió ahí y frecuentaba el grupo de Silvino, Santa el del estanco, Julio el de León y otros. Uno sigue siendo relativamente asiduo del Mino, donde se inclina por el palo de Foncueva.
- Ya en Oviedo, tiene uno parado casi diariamente en El Valle, antes de que, tras la pandemia, recortaran la barra y se convirtiera en otra cosa. Como recuerdo queda una foto con Tino Barros, originario de Parana, al que no le queda mucho para llegar a los cien años.
- Paró uno bastante en El Leonés, al que dedicó unas líneas cuando cerró hace unos meses por jubilación. De su escuela y familia es la actual sidrería Muñiz, donde se sirve Acebal, sidra que se bebe poco en Oviedo, de ahí que uno haya sacado (tirado dicen los gallegos) una foto a una botella de esa marca como curiosidad.
- También paró uno mucho en el Esteban y comió allí un año con los compañeros de la promoción. Uno dedicó un artículo al Esteban cuando cerró. Por su extensión, se reproduce como comentario aparte.
- Le gusta a uno La Belmontina, para ir sin prisa y disfrutar de la vista de la catedral. Pese a tanto gusto, uno la frecuenta poco porque no se puede andar por todos los sitios. Ahí solía uno leer El Comercio.
- Llegamos ya a Casa Ramón, pero no con la gerencia actual, sino en la época del gran Ramón, cuando servía únicamente sidra Fran. En aquel tiempo, casi bíblico, uno consumía tres productos como lote indeformable: botella de sidra, pincho de picadillo y lectura de La Nueva España, previamente adquirida en el quiosco de Rosa, que también cerró. Tan emblemático era aquel vicio, que un amigo le dedicó un montaje fotográfico porque, de aquella, uno escribía muchas veces en el blog-Buridán una entrada contando lo que le había sugerido la lectura del periódico mientras degustaba los manjares líquido y sólido. La foto de la nieve está ahí. Pero se jubiló Ramón y la nueva gerencia no tardó en abandonar el palo de Fran y, sobre todo, endilgó escanciadores mecánicos, lo que obligó a uno a cambiar de ritual, sobre todo los sábados, cuando uno visitaba casa Ramón después de pasar por la biblioteca pública. Uno inmortalizó su último consumo, y, aunque puso cara de risa para la foto, lloraba por dentro porque estaba diciendo adiós a un ritual de años.
- En Lugo de Llanera, donde uno emparentó para siempre, tiene parado en muchos sitios. Por la calidad de los escanciadores uno selecciona dos, el ya cerrado Pondal, regentado por Luis Ángel (ahí queda su logotipo para la posteridad) y La Bolera. De Luis Ángel puede decirse, como sidrero, que de casta le viene al galgo. Uno reflejó hace años un detalle de maestro. La sidra requiere una temperatura muy precisa y Luis Ángel la cataba cogiendo la botella por el cuello. Si él mismo veía que calentaba, la ponía a enfriar sin que lo pidiera el cliente. La Bolera la regenta Rubén, un chigrero que lo intenta en los concursos de escanciado, aunque, de momento, no puede con el poderío hispano. Aparece uno en una foto en el merendero de La Bolera intentando un escanciado de andar por casa. (Dicho sea entre paréntesis, el Pondal se llamaba así en recuerdo del lugar en el que desembarcó la estación de Lugo de Llanera, que arrebató de esta forma el nombre al pueblo, cosa que ocurrió en más sitios, por ejemplo Puente de los Fierros, que se asentó en la antigua Veguellina, y hay más casos, pero no son objeto de estas líneas).
Quedamos que la sidra también es bebida obligada en las fiestas. Deja uno testimonio de ello con una caja de sidra frente a la ermita de Las Nieves en las estribaciones del Pajares. Uno es cofrade (confrade dice la madre de uno, con lógica etimológica aplastante) de Las Nieves, que tiene una historia entrañable y triste. Conserva uno sus estatutos decimonónicos, pero esto es harina de otro costal. Si se acerca la imagen, arriba se ve pasar un tren embocando precisamente el túnel de Las Nieves. También frecuenta uno la fiesta de Sant’Antón en Lugo de Llanera, donde aparece escanciando bajo la carpa.
Algún parecido con el consumo en las fiestas lo tiene la espicha en los llagares. Estuvo uno en unos cuantos (Cortina, Juanín, Tiñana, Quintana,...) con la familia o con alguno de los colectivos que mencionará más tarde, pero no se incluyen fotos por no repetirse.
Por si quedara alguna duda de la afición (moderada) a la sidra, cuando uno cumplió sesenta años, en la fiesta que le organizó la hija, colgó unos recuerdos que lo atestiguan: varias fotos alrededor de la sidra, fotos emblemáticas y frases que, por lo visto, uno suelta.
La sidra da lugar a curiosidades, como esa foto en la que aparece uno asomando la cabeza enfundado en un traje tradicional, o esa otra con una lechera-escanciador que encontró en un chigre costero después de una caminata con la santa.
Uno toma sidra en familia. El padre de uno, pese a ser de Cazurrandia, llegó a envasar sidra y le tiene salido bien muchas veces. A última hora, su salud le hizo perder tino, pero uno la tomaba con fe y le decía que estaba buena, pero él no se fiaba, así que preguntaba a la legítima de uno: “Dímelo tú, hija, ¿cómo está?”. Ella torcía un poco la boca y él entendía. Pues con la legítima aparece uno tomando una sidra (o dos) después de una caminata, como muestra el bocadillo envuelto en papel de aluminio.
Con parte de la familia paterna celebra uno los encuentros, sidra mediante, si la feliz coincidencia ocurre en Asturias. Ahí está Simo por ejemplo (Simón era el abuelo de uno, muerto en el accidente de Torre del Bierzo, y ese nombre justifica que dos descendientes se llamen así) con la bufanda de la Cultural y la hija de uno con la del Oviedo. En su inclinación futbolera pesó más el abuelo materno que el paterno. ¡Qué le vamos a hacer!
Con los amigos y compañeros que uno frecuentó a lo largo de su vida son inevitables las charlas alrededor de una sidra, lo mismo que como colofón de actividades en las que uno participó o participa. Sirvan como muestra encuentros con compañeros de la promoción ferroviaria (en la calle Gascona y en el Marcelino, que, por cierto, tiene los mejores escanciadores de la capital, porque tienen puntería y echan la sidra en el mismo borde del vaso), del Seminario (ahí está Masimín Pazos en Casa María en Felgueras) compañeros de Renfe comiendo un cordero en La Barraca en Pola de Lena (nunca comió uno un cordero mejor, en su punto, caliente, hasta la ensalada de lechuga estaba buena, lástima que cerrara por jubilación; un recuerdo para los compañeros de la foto fallecidos), amigos de León (ahí está un Manolo Manteiga jovencísimo intentando un culín con bastante buen estilo en Naveo). De compañeros de Renfe está la foto con Emilio en El Valle. Si uno se fija aparece un reposalibros de Sherlock Holmes: cuando uno se jubiló, Emilio le hizo entrega de esa figura como reconocimiento (o crítica, a saber) de lo a fondo que uno investigaba los casos que le competían. Del paso por el coro Reconquista queda cono muestra la foto de Ángel, el director, espitando un culín en alguna fiesta de fin de curso: otra forma de servir la sidra.
También se bebe sidra en algún evento de la lenense Asociación Vindonnus, por ejemplo, en San Feliz.
En una foto anterior salió uno charlando con otro cliente chigrero. Es lo que se debe hacer en la barra: platicar. Pero no siempre se cumple. A veces se enfrasca uno mirando el móvil: sirva una foto como penitencia, pecado cometido en la calle Gascona.
Además de la sidra natural hay otras como la achampanada. Como muestra, una en la casa materna, donde se ve de testigo a Enrique el de La Romía, uno de los hombres más tranquilos del planeta.
Amplio abanico de sidras despliega el llagar Trabanco, que uno y la legítima conocieron por regalo-invitación de la hija. También hay foto.

No se olvida uno de la sidra sin alcohol, que toma a veces aunque no está tan lograda como su prima, la cerveza sin alcohol, quizá porque el bajo consumo no favorece el progreso técnico imprescindible para la mejora del experimento. Que uno sepa, la hay por ejemplo en el Muñiz y en el Ferroviario, en Oviedo. Cuando toma uno sidra sin alcohol es posible que tenga que dar explicaciones a los bebedores convencionales, propensos a comentar que la sidra sin alcohol es una... No reproduce uno el término para evitar la segura reprobación de Irene Montero o Ione Belarra.
¿En dónde termina la sidra? En el urinario. Los urinarios sidreros tienen su tipismo. En un bar ya citado aquí, se rotula como “Mexaderu” (En Lena sería 'Mexaíru', no en vano el nieto de uno llama malitiru al maletero). Otros más genéricos, como el de ‘La Plaza’, que también uno frecuenta, los rotula como se ve en la foto: Sidreros, Sidreras.
Vamos al futuro, aunque ya es presente. La hija salió también sidrera. Ahí aparece escanciando sendos culinos (para los León, culines) en Naveo





























y en la cuesta del Cholo en Gijón. E ilustrando, con agua, a su retoño: para algo la sidra es patrimonio de la Humanidad. Por cierto, cuelga uno aquí un podcast de la hija, invitada como forofa sidrera a un coloquio con Juan Stové, director del Museo de la Sidra de Nava, y con David Castañón, influencer sidrero. Merece la pena escuchar los dos primeros minutos de la presentación, por lo menos. https://open.spotify.com/episode/3VtgI31UXsoWW4gpN6aGVD...