Hay medidas constructivas que si no las promueve el poder público, no las promueve nadie: el constructor no tiene mayor interés en alentarlas. Al fin y al cabo, acabará vendiendo todos los pisos, los buenos y los malos. Que todos los pisos tengan una buena orientación, o al menos una mejor orientación que los actuales, es una gran noticia. Un piso soleado en el que uno se sienta cómodo es un acicate para seguir viviendo en él y para frenar mudanzas caras e innecesarias, en las que el comprador del piso sombrío saldrá perdiendo a largo plazo, aunque de momento tendrá que caerse a él si no puede llegar a otra cosa.
¿A quién perjudica el nuevo plan? Quizá al propietario del terreno, que no verá su campo tan saturado de cemento como lo vería de haber construido años atrás. ya que tendrá que dejar pradera para que se oxigenen las nuevas paredes. En este caso, crees que disfrutar de vistas y de sol es digno de protección, y si se perjudica a alguien...No siempre se puede ganar. A veces hay que confirmarse con el empate.