Las reuniones de la Comunidad, si acaban bien, tienen algo entre entrañable y almodovariano. Si los comuneros posibles están entre ochenta y noventa hay tipología abundante.
Por ejemplo está el que no van nunca porque no quiere follones o está por encima del bien y del mal y no se mezcla con la chusma y los pequeños números o algo le pasó hace años y desde entonces nunca jamás.
Luego está el constructor que se quedó con una planta para plazas de garaje y nunca fue a las reuniones desde hace treinta años hasta hoy, que le dio por acudir para cuestionar la imputación de algunos gastos del seguro o de la luz o de un portón del garaje. Cuando, en el vino subsiguiente, te/preguntas por el motivo del aterrizaje del constructor discutiendo pequeñas cantidades, te lo aclaran: es la crisis, que obliga a aquilatar gastos.
También está el que llega tarde e interviene en cuestiones ya debatidas. Es su piso y tiene derecho a llegar cuando le da la gana y a que se le escuche.
Está la comprensible señora entrañable que colocó un anuncio de venta o alquiler de su plaza de garaje en el portal y se lo arrancan sistemáticamente. Apela a la grabación de las cámaras de seguridad y cuando le informan de las limitaciones se pregunta para qué se realizó el desembolso si no es para estos casos tan evidentes y justos.
En el vino posterior con los contertulios habituales, te pones al tanto de los últimos chismes y cotilleos del portal, el recién separado, el que se prejubiló, el que saca la basura por la mañana y la mete en una papelera (el mismo de la tertulia L’Alderique, que pagó una parte y ahora solo debe 171 euros según informaciones del administrador).
2014/02/28
2014/02/27
HOMENAJE CON ALGO DE REMORDIMIENTO
En cuanto te llamó tu mujer para decirte que hoy no comía en casa, pensaste inmediatamente en darte un homenaje. Para ti, un homenaje es comprar una barra de pan o un bollo y preparar un bocadillo de anchoas.
Después de la primera parte de la jornada y de una parada en un abrevadero, te encaminas al Alimerka. Eliges una baguette larga y estrecha de cuarenta y cinco céntimos. En este momento la sección del pan está atendida por la que en otras ocasiones corta el pescado, que no el bacalao. Le comentas que vale para todo, pero ella se encoge de hombros con más resignación que alegría. Tampoco ostenta mucha en su lugar habitual. ¿Tendrá gato encerrado la baguette? ¿podrán ofrecer ese precio por la polivalencia del personal, entre otros factores? (un día de estos escribirás algo sobre los economatos).
Te quedaste sin bebida de cola en casa y siempre conviene tener algo en la reserva, aunque estos días con el boicot a la Coca-cola no sabes qué hacer, o sí. Mientras te decides piensas en la eficacia o en la inutilidad de los boicots sociales, si se pueden llamar así. Coges algún otro artículo para que la nevera no esté absolutamente vacía y te vas camino de casa.
Hace unos días habías comprado un pack de tres pequeñas latas de anchoas en Mercadona y todavía no las habías probado. En su día las elegiste, sobre todo, por el precio. A veces te remuerde la conciencia (pero muy muy poco) cuando coges un artículo muy rebajado ¿eres un mísero? ¿cómo pueden ofrecerse algunos precios?.
Llegas a casa, te cambias de ropa, cortas la mitad de la baguette y guardas una parte en el congelador como reserva. La otra mitad la cortas longitudinalmente. Se van activando los jugos gástricos. Echas un poco de vino en el porrón, partes unas lonchas de tomate, abres la lata, repartes las anchoas en el pan, no están mal de tamaño y de aspecto, te cae a propio intento el aceite, colocas el tomate, te sientas,…
¡Qué bueno!
Después de la primera parte de la jornada y de una parada en un abrevadero, te encaminas al Alimerka. Eliges una baguette larga y estrecha de cuarenta y cinco céntimos. En este momento la sección del pan está atendida por la que en otras ocasiones corta el pescado, que no el bacalao. Le comentas que vale para todo, pero ella se encoge de hombros con más resignación que alegría. Tampoco ostenta mucha en su lugar habitual. ¿Tendrá gato encerrado la baguette? ¿podrán ofrecer ese precio por la polivalencia del personal, entre otros factores? (un día de estos escribirás algo sobre los economatos).
Te quedaste sin bebida de cola en casa y siempre conviene tener algo en la reserva, aunque estos días con el boicot a la Coca-cola no sabes qué hacer, o sí. Mientras te decides piensas en la eficacia o en la inutilidad de los boicots sociales, si se pueden llamar así. Coges algún otro artículo para que la nevera no esté absolutamente vacía y te vas camino de casa.
Hace unos días habías comprado un pack de tres pequeñas latas de anchoas en Mercadona y todavía no las habías probado. En su día las elegiste, sobre todo, por el precio. A veces te remuerde la conciencia (pero muy muy poco) cuando coges un artículo muy rebajado ¿eres un mísero? ¿cómo pueden ofrecerse algunos precios?.
Llegas a casa, te cambias de ropa, cortas la mitad de la baguette y guardas una parte en el congelador como reserva. La otra mitad la cortas longitudinalmente. Se van activando los jugos gástricos. Echas un poco de vino en el porrón, partes unas lonchas de tomate, abres la lata, repartes las anchoas en el pan, no están mal de tamaño y de aspecto, te cae a propio intento el aceite, colocas el tomate, te sientas,…
¡Qué bueno!
2014/02/25
PIXELANDO EXAGERADAMENTE
Sobre el trágico incendio en la casa burgalesa, en la que murieron seis gijoneses, la última palabra la tiene la Justicia, que tendrá para largo.
Se informó con profusión de las circunstancias personales, laborales o escolares de todos los fallecidos, perfectamente identificados no solo con fotografías recientes, sino también con datos descriptivos de sus actividades. Nada que objetar. No encuentras, sin embargo, explicación a que se pixelen las imágenes de los niños fallecidos, por cierto un pixelado mínimo y, por ende, ridículo. Los niños murieron y el objeto de protección, la preservación de su imagen para evitar perjuicios futuros, desapareció. Una vez muertos no ves qué perjuicios se les puede irrogar ya no a ellos, sino ni siquiera a sus familias. Ante la igualadora muerte, que se difuminen todos o que no se difumine ninguno.
Simplemente, cosas de la inercia.
2014/02/24
L'ALDERIQUE
Casi se te indigesta el pincho de picadillo que, con la correspondiente botella de sidra, estabas tomando plácidamente en El Fontán. La culpa, un recorte de prensa con una noticia de la enésima reunión de la tertulia L’Alderique para dar la parpayuela. No sabes qué aportan a la sociedad asturiana estos ilustres personajes que, bajo tan simpático y sonoro nombre, se reúnen periódicamente para comer y parlar.
No puedes decir que traicionen su denominación de origen. Aldericar es contestar refunfuñando, entre dientes/Argüir, alegar algo refunfuñando, a lo que los que escuchan no conceden importancia/Decir cosas inoportunas, que no vienen a cuento.
El día anterior sacabas del buzón la convocatoria para una próxima reunión de la comunidad. Al abrir el sobre miraste el saldo de deudores y allí aparece tu aldericador favorito encabezando el ránking con unos números rojos de 671,48 euros, el que no pierde cita de L’Alderique, tan atento a la foto y a ditirambos vacíos como a aquilatar los pagos para evitar demandas abusando de la ley y de sus convecinos desde hace más de veinte años.
Hablaron de justicia ¿no es para mear y no echar gota?
2014/02/22
MANCOMUNIDADES
Funcionan o al menos existen en Asturias varias mancomunidades de ayuntamientos que se coaligaron para prestar determinados servicios repartiendo gastos, pensando más en la cartera que en futuras fusiones.
Estos días se está pensando Quirós si continúa en la Mancomunidad de los Valles del Oso o se despide de sus antiguos socios con un “ahí os quedáis”. Como motivo principal alega la elevada deuda del ente y su creciente déficit, lo te obliga a plantearte varias preguntas:
- ¿Las mancomunidades son como sociedades anónimas? es decir, se fundan por si dan beneficios, pero si arrojan pérdidas solamente responden del capital desembolsado, dejando a los acreedores en la estacada y anotando su deuda en el techo.
- ¿Las economías de escala no ahorraban costes? Así lo crías hasta el momento. Te parecía que las centrales de compras, las sindicaciones de los pequeños servían para aunar fuerzas, defender intereses y abaratar costes. Eso se lee a veces cuando interesa, cuando no, se echa mano del argumento contrario de la especialización.
- Derivado del guión anterior: ¿no son la crisis y la escasez de recursos un buen momento para las uniones?
Parece que no. Malos momentos para la solidaridad supramunicipal o supra-nada.
Estos días se está pensando Quirós si continúa en la Mancomunidad de los Valles del Oso o se despide de sus antiguos socios con un “ahí os quedáis”. Como motivo principal alega la elevada deuda del ente y su creciente déficit, lo te obliga a plantearte varias preguntas:
- ¿Las mancomunidades son como sociedades anónimas? es decir, se fundan por si dan beneficios, pero si arrojan pérdidas solamente responden del capital desembolsado, dejando a los acreedores en la estacada y anotando su deuda en el techo.
- ¿Las economías de escala no ahorraban costes? Así lo crías hasta el momento. Te parecía que las centrales de compras, las sindicaciones de los pequeños servían para aunar fuerzas, defender intereses y abaratar costes. Eso se lee a veces cuando interesa, cuando no, se echa mano del argumento contrario de la especialización.
- Derivado del guión anterior: ¿no son la crisis y la escasez de recursos un buen momento para las uniones?
Parece que no. Malos momentos para la solidaridad supramunicipal o supra-nada.
2014/02/21
LA CULTURA Y EL DINERO NEGRO
Leías estos días una de esas declaraciones que, lapidariamente resumidas en una frase, pueden no responder al conjunto de un pensamiento, pero, haciendo un juego de palabras facilón, presumamos que aciertan en la síntesis.
Te parece que Andrés Presumido, autor y director teatral pujante por estos contornos, mezcla peligrosamente la recaudación y el dinero negro, con lo que coincide en los argumentos con los defensores liberales de la rebaja generalizada de los impuestos, sea de los productos manufacturados, de las estancias en los hoteles o de las entradas de cine. Según corriente generalizada, se defrauda porque se pagan muchos impuestos. Si bajaran éstos, se defraudaría menos. Puede ser, pero hasta ahora creías que la venta de periódicos o de libros o la entrada a conciertos quedaba fuera de este círculo vicioso y negro, pero tampoco.
2014/02/14
RAJOY ACABA CON ERDOGAN
Como este sábado no vas a poder ir hasta El Fontán para degustar (o deglutir) el pincho de picadillo junto con la inspiradora botella de sidra, adelantas la visita.
Estás leyendo relajadamente el periódico cuando das con una noticia enigmática y polivalente. Aunque se refiere a las actividades de nuestro presidente por el extranjero, consta en las páginas de nacional, pero no es un error, es por realismo: el mundo es nuestro. Seguramente las excursiones de Obama por el globo se plasman también en la sección nacional en la prensa estadounidense porque, no ya América Latina, sino casi todo el mundo es su patio trasero.
Estás leyendo relajadamente el periódico cuando das con una noticia enigmática y polivalente. Aunque se refiere a las actividades de nuestro presidente por el extranjero, consta en las páginas de nacional, pero no es un error, es por realismo: el mundo es nuestro. Seguramente las excursiones de Obama por el globo se plasman también en la sección nacional en la prensa estadounidense porque, no ya América Latina, sino casi todo el mundo es su patio trasero.
Lees el titular y tardas un rato en asimilar su contenido. En principio creíste entender que Rajoy había acabado (físicamente) con el primer ministro turco Erdogan. Y lo hizo nada menos que en un mitin con los islamistas, ahí es nada, seguramente envalentonado después de inaugurar el metro de Ankara. Una jornada triunfal sin duda.
Más tarde te pareció que Rajoy había inaugurado el metro y, quizá perdido en su novedoso mapa de líneas, colores y políglotas símbolos, acabó con sus doloridos huesos y pies en algún punto donde se celebraba un mitin islamista, cual televisivo follonero.
Más tarde te entra la duda de quien inauguró el metro, si Erdogan o nuestro presidente o los dos. También puede ser que fuera Erdogan quien inauguró el metro y, embriagado y descuidado, acudió a un mitin con los islamistas, y allí le tendió una emboscada el taimado Rajoy acabando con él.
Hay más posibilidades, pero seguramente fuiste tú el que te armaste un lío entre la sidra, el picadillo y tu presidente, que de tanto subir y bajar escaleras para despistar, confundió al linotipista y, de resultas, por poco te genera un síncope.
2014/02/11
VÍCTOR EL SUBJEFE
Lees en Internet la esquela de Víctor González, para tus efectos Víctor el Subjefe.
Cuando hacia el año 90 comenzaste a trabajar en el Depósito (una amiga siempre preguntaba ¿de cadáveres?, y tú, no: de máquinas y de maquinistas) pasaste a una oficina que llevaba unos meses vacía y era la que había ocupado Víctor el Subjefe durante bastante tiempo. A juzgar por los papeles que dejó tuvo que ser un hombre metódico.
En aquella época se produjo un cambio organizativo notable y de tres subjefes (de incidencias, de hojas y de boletines) se pasó a uno. De ser el Depósito dependencia cuestionada pasó a ser un organismo cuestionador y dominante, en consecuencia, no procedía que ningún otro pidiera explicaciones a su personal, por lo que era inútil recopilar incidencias, es decir, anomalías en el desempeño del servicio. La nueva preponderencia necesitó un cambio de nombre y el Depósito se convirtió en Base de Tracción.
Las carpetas de Víctor respiraban orden, pero tú no las necesitabas porque tu labor era otra. Nadie más las volvió a consultar. Cuando a los cinco años desalojaste el lugar para llegar en patera a Cercanías, allí quedaron los legajos.
Te preguntabas quién habría sido el tal Víctor, pero no acababas de ponerle cara y eso que resultó ser una persona con la que te cruzabas muchas veces camino del trabajo. Tenías una remota idea de que aquel señor era un jubilado de Renfe. Hacía años que habías marchado del Depósito cuando alguien te preguntó si no saludabas a Víctor, el señor con el que os acababais de cruzar.
Hace unos meses intercambiaste con él unas palabras a la salida de un entierro para decirle que todavía hoy recordabas su pulcritud, corroborada en el acto por su mujer.
Descanse en paz.
Cuando hacia el año 90 comenzaste a trabajar en el Depósito (una amiga siempre preguntaba ¿de cadáveres?, y tú, no: de máquinas y de maquinistas) pasaste a una oficina que llevaba unos meses vacía y era la que había ocupado Víctor el Subjefe durante bastante tiempo. A juzgar por los papeles que dejó tuvo que ser un hombre metódico.
En aquella época se produjo un cambio organizativo notable y de tres subjefes (de incidencias, de hojas y de boletines) se pasó a uno. De ser el Depósito dependencia cuestionada pasó a ser un organismo cuestionador y dominante, en consecuencia, no procedía que ningún otro pidiera explicaciones a su personal, por lo que era inútil recopilar incidencias, es decir, anomalías en el desempeño del servicio. La nueva preponderencia necesitó un cambio de nombre y el Depósito se convirtió en Base de Tracción.
Las carpetas de Víctor respiraban orden, pero tú no las necesitabas porque tu labor era otra. Nadie más las volvió a consultar. Cuando a los cinco años desalojaste el lugar para llegar en patera a Cercanías, allí quedaron los legajos.
Te preguntabas quién habría sido el tal Víctor, pero no acababas de ponerle cara y eso que resultó ser una persona con la que te cruzabas muchas veces camino del trabajo. Tenías una remota idea de que aquel señor era un jubilado de Renfe. Hacía años que habías marchado del Depósito cuando alguien te preguntó si no saludabas a Víctor, el señor con el que os acababais de cruzar.
Hace unos meses intercambiaste con él unas palabras a la salida de un entierro para decirle que todavía hoy recordabas su pulcritud, corroborada en el acto por su mujer.
Descanse en paz.
2014/02/09
VARA DE MEDIR LA CORRIENTE
Hace unas semanas se supo que unos cuantos bares de la zona de los vinos de Oviedo, pero también de otros barrios, quedaban sin luz por haberles cortado la corriente la compañía suministradora. Con alivio observaste que aunque habías entrado ocasionalmente en alguno de los afectados, con ninguno te sentías especialmente identificado.
Tomando una botella de sidra y un pincho de picadillo hace unos sábados, lo comentaste con un amigo corista e hidroeléctrico que pasaba por allí. Confirmó tus sospechas: son poco creíbles las versiones sobre legítimas instalaciones que se llevan a cabo para montar acumuladores o equipamientos de bajo consumo, más bien demuestran mucha habilidad y pocos escrúpulos al puentear los contadores metiendo el mico a la comunidad de propietarios (pecado mortal) o a empresa de electricidad (pecado venial como máximo por aquello de los mil años de perdón de quien roba al ladrón). Seguramente se considera más pecaminoso la adulteración de la libre competencia que esa trampa implica.
Especialmente significativo, por expresarlo con neutralidad, fue descubrir que uno de aquellos era el promotor máximo de la moderna ruta ovetense de los vinos, empresario emblemático y brillante por otra parte.
Pues bien, este domingo hubo que cambiar el habitual punto de cita de tu pueblo de adopción porque el bar estaba clausurado. Quieres creer la versión oficial: que los instaladores del establecimiento anterior, antes del traspaso, dejaron una chapuza para la posteridad.
Tu pecado, la distinta vara de medir.
Tomando una botella de sidra y un pincho de picadillo hace unos sábados, lo comentaste con un amigo corista e hidroeléctrico que pasaba por allí. Confirmó tus sospechas: son poco creíbles las versiones sobre legítimas instalaciones que se llevan a cabo para montar acumuladores o equipamientos de bajo consumo, más bien demuestran mucha habilidad y pocos escrúpulos al puentear los contadores metiendo el mico a la comunidad de propietarios (pecado mortal) o a empresa de electricidad (pecado venial como máximo por aquello de los mil años de perdón de quien roba al ladrón). Seguramente se considera más pecaminoso la adulteración de la libre competencia que esa trampa implica.
Especialmente significativo, por expresarlo con neutralidad, fue descubrir que uno de aquellos era el promotor máximo de la moderna ruta ovetense de los vinos, empresario emblemático y brillante por otra parte.
Pues bien, este domingo hubo que cambiar el habitual punto de cita de tu pueblo de adopción porque el bar estaba clausurado. Quieres creer la versión oficial: que los instaladores del establecimiento anterior, antes del traspaso, dejaron una chapuza para la posteridad.
Tu pecado, la distinta vara de medir.
LA SONRISA DE LA INFANTA
No leíste el interrogatorio de/a la Infanta Cristina, ni siquiera sabes si ya está publicado en alguna web. Te fijas únicamente en aspectos puramente formales y accesorios, como si fueras un cronista del corazón.
La infanta no apeó la sonrisa desde que se apeó del coche en el que viajó junto a su abogado Roca Junyent, para este caso solamente Roca. Ahí ganó el primer tanto por contraposición al paseíllo envarado de su querido Urdangarín cuando, meses atrás, descendió serio por la rampa y efectuó un brusco giro para realizar unas declaraciones provisadas a la prensa.
Ni una foto se habrá conseguido de la infanta en la que no aparezca sonriendo ni a la entrada ni a la salida. No constará esa sonrisa en el papel timbrado, pero alguna influencia tendrá incluso entre los intérpretes de la ley. No es lo mismo entrar triste y salir triste, que entrar alegre y salir alegre, que entrar triste y salir alegre o entrar alegre y salir triste. El juez estaría próximo a ocupar su sitio y no habrá visto en directo su sonrisa, pero sí y repetidamente en diferido. Para él sonreía la infanta, y también para el electorado, que no tardará en votar, aun no monarquía o república, pero sí programas que aspiren a la república aunque ninguno airee excesivamente su monarquismo, artículo en declive.
Bien dijo Roca que la infanta había contado su verdad, que es a lo que iba. La sonrisa, en apoyo de su verdad
2014/02/08
LOS PAISANOS ASTURIANOS Y VÍCTOR HUGO
Por mucho que te apures de aquí a mediados de marzo, no te va a dar tiempo a leer las mil doscientas once páginas de “Los Miserables”, de Víctor Hugo, que los Reyes Magos trajeron en casa de tu hija con la encomienda imposible de que tenías que ultimar su lectura antes de sentarte en la butaca para contemplar el espectáculo musical del mismo nombre que Asturias podrá disfrutar, gracias, en tu caso, a la entrada que los mismos Reyes trajeron en el generoso lote.
Por lo que llevas leyendo, cuenta historias de buenos muy buenos y malos muy malos, como corresponde al espíritu romántico del autor y de la época.
Héteme aquí que quedas pasmado al hilo del siguiente párrafo “Los paisanos asturianos están convencidos de que en toda camada de loba hay un perro que la madre mata para que, al crecer, no devore a sus hermanos”.
¿Cómo llegó a oídos de Víctor Hugo esa leyenda? ¿tendrá reflejo en el musical? ¿habrá morcilla para Asturias? ¿a qué camadas se refiere Víctor Hugo? ¿a qué lobos? ¿a qué perros?
2014/02/07
FOTÓGRAFOS Y EDITORES
Con motivo del temporal que azotó la región asturiana y otras, destacas las fotos de portada de dos días consecutivos: en el primero refleja un cementerio destrozo con los nichos al descubierto. En el segundo, se ve cómo quedó una franja costera.
Son una foto buena y una mala. La buena, la del cementerio: hasta el Cristo se tapa los ojos para no ver. La mala la del mar: no acabas de ver el parecido entre el ayer y el hoy.
Ves este tipo de defectuosos montajes muchas veces y no te parece que resulte especialmente difícil para el fotógrafo situarse exactamente en el punto donde se hizo la foto en otra época. Simplemente hay que llevar la foto vieja en la mano, sacar una y comparar en el acto.
2014/02/06
SINCERIDAD
Te sorprendió el titular: Javier Fernández, presidente del Gobierno asturiano, pide sinceridad a Cascos, con motivo de las recientes noticias que lo sitúan en el entramado del caso Gürtel.
http://www.lne.es/espana/2014/02/04/javier-fernandez-pide-cascos-explicacion/1537978.html
Unos políticos conminan a otros a decir verdad, pero cuando oyes esa plática, no estás pensando en el permanente ser sino en el transitorio estar. No es lo mismo ser sincero que decir verdad, como no te parece que ante una hilera de declaraciones o frases, unas ciertas y otras falsas, se pueda decir que en las verdaderas se fue sincero y en las otras mendaz. La sinceridad no se predica de hechos aislados sino de comportamientos continuados de procedencia íntima.
Buscando qué sea la sinceridad, acudes al diccionario de la lengua y te encuentras con una definición poco satisfactoria: sencillez, veracidad, modo de expresarse libre de fingimiento. Te gusta más la versión de María Moliner al definir sincero (que aclara que se utiliza con el verbo ser): aplicado a personas y, correspondientemente, a sus palabras, acciones o actitudes, se dice del que habla o procede mostrando lo que piensa o siente o su manera de ser. Casi nada: palabras, acciones o actitudes; habla o procede; piensa, siente o refleja su manera de ser.
Por dar un paso más, acudes al diccionario etimológico de Corominas. Deriva del latín sincerus: intacto, natural, no corrompido.
Difícil ser sincero, casi imposible serlo en la política. Y lo dices con grande pena, seguramente de resultas de un libro que acabas de terminar recientemente, un libro nada político titulado “Experiencias de un ferroviario”, sobre el que volverás (suponiendo).
http://www.lne.es/espana/2014/02/04/javier-fernandez-pide-cascos-explicacion/1537978.html
Unos políticos conminan a otros a decir verdad, pero cuando oyes esa plática, no estás pensando en el permanente ser sino en el transitorio estar. No es lo mismo ser sincero que decir verdad, como no te parece que ante una hilera de declaraciones o frases, unas ciertas y otras falsas, se pueda decir que en las verdaderas se fue sincero y en las otras mendaz. La sinceridad no se predica de hechos aislados sino de comportamientos continuados de procedencia íntima.
Buscando qué sea la sinceridad, acudes al diccionario de la lengua y te encuentras con una definición poco satisfactoria: sencillez, veracidad, modo de expresarse libre de fingimiento. Te gusta más la versión de María Moliner al definir sincero (que aclara que se utiliza con el verbo ser): aplicado a personas y, correspondientemente, a sus palabras, acciones o actitudes, se dice del que habla o procede mostrando lo que piensa o siente o su manera de ser. Casi nada: palabras, acciones o actitudes; habla o procede; piensa, siente o refleja su manera de ser.
Por dar un paso más, acudes al diccionario etimológico de Corominas. Deriva del latín sincerus: intacto, natural, no corrompido.
Difícil ser sincero, casi imposible serlo en la política. Y lo dices con grande pena, seguramente de resultas de un libro que acabas de terminar recientemente, un libro nada político titulado “Experiencias de un ferroviario”, sobre el que volverás (suponiendo).
2014/02/03
CARLOS PARÍS
La reciente muerte del filósofo Carlos París te remonta a una época en la que leías de todo, quizá por el ansia de saber de muchas cosas, quizá porque envidiarías a jóvenes o adultos que dominaban con soltura cualquier materia, quizá porque equiparabas crecimiento con sabiduría o con triunfo. Ese atolondramiento mental, padre de las dudas, llega debidamente matizado hasta hoy.
Como recuerdo de aquella época, tomas el libro de José Luis Abellán La Cultura en España (Ensayo para un diagnóstico), un libro de 1971 la Editorial Cuadernos para el Diálogo, seguramente una compra de segunda mano en la librería Valdés. En la contraportada viene fijado el precio en 100 pesetas, pero en la tercera página, a lápiz se lee 130. ¿Una revalorización de la cultura?
Ese libro da un repaso al panorama cultural de la época y dedica un capítulo a Carlos París, que titula Sobre la filosofía de la ciencia. No hace mucho tocabas tangencialmente la materia al recordar el fallecimiento de don Jesús el de Jomezana.
En el día de hoy al leer algún párrafo de esta obra no puedes dejar de sonreír recordando cosas que en otro tiempo creíste a pies juntillas: “La promoción de un humanismo actual solo puede alcanzarse por la doble vía de humanizar al máximo el trabajo, que no es tanto aliviar su penosidad y riesgo como darle la plenitud de su goce creador, y conseguir que sus valores, la épica e la producción, primen sobre los del mercado”.
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