Tienes un tanto desatendido estos apuntes porque volviste a pasarte al enemigo, no para siempre, solamente con alguna intermitencia. El enemigo de la escritura en este caso es la lectura obligada/voluntaria de un primer bloque de cien cuentos como miembro de un jurado.
Entre cuento y cuento abandonas a veces la concentración para pensar cómo ante las mismas actividades hay quien paga, hay quien cobra y hay quien empata. Así, algunos cobran por ir de jurado de un concurso, por cantar, por escribir un artículo, jugar al fútbol o realizar una presentación. Por el contrario, hay quien paga por algunas de esas actividades, otros simplemente quedan empatados. Todo depende del nombre de cada uno, y a veces de los faroles. También cabe la posibilidad de ir de pardillo. O no, porque en un equipo de fútbol, en una compañía de teatro, en un plató, en un periódico, no todos perciben el mismo salario/hora.
En el caso ser un jurado de un concurso literario te entra la duda de si cabe una retribución en especie, como alguien te apuntó en alguna ocasión frente a tu escepticismo: apropiarse de ideas ajenas, y ya que estamos en carnavales, disfrazarlas y vestirlas como propias debidamente acicaladas.
2012/02/24
2012/02/21
ENCUENTROS CASUALES
1/ Le saludabas desde hacía unos años cuando te autopresentaste a raíz de descubrir que aquel hombre con el que te cruzabas a veces cerca de la estación, era el mismo que aparecía en las fotos colgadas en Internet de los reencuentros anuales de otros seminaristas más veteranos.
Así transcurrieron varios años, hola y adiós, hasta que un día se retrasaron tus amigos del café y mientras esperabas entablaste una conversación rutinaria con aquel conocido/desconocido, algo así como “voy a tomar un café si los trenes lo permiten”. Resultó que su empresa es la que desde hace varios años hace para la tuya las encuestas de cliente misterioso o viajero invisible, unas encuestas que está muy recomendado que sean secretas y que no se conozca al cliente para que no resulten viciadas.
Sin buscarlo, acabas por conocer al dueño de la empresa, esa de la que no diste siempre muy buenos informes. Maldita sea. Se es más independiente sin conocer a nadie.
2/ Como tienes a tu mujer trabajando unos días en otra provincia, das un garbeo por la calle Gascona en busca de un chiringo donde tomar una sidra y ver un partido, que podías ver en casa porque era en abierto, pero el fútbol en silencio es aburrido. Merodeas por la calle pensando dónde entrar, cuando te encuentras con tu primo Víctor, de León, que de casualidad se acercó a Asturias acompañando a una amiga para una convención que Zara celebraría el día siguiente.
Parola va, parola viene, la chica dice que es de un pueblito de León,
- ¿De qué pueblito?
- De Carrizal de Almansa.
Y, para su pasmo y el tuyo, comienzas a relatar la cantidad de gente que conoces, y por qué, de ese pueblo.
3/ Te convocan nuevamente como jurado para un concurso de cuentos, seguramente por pura cortesía en atención a que el año pasado acudiste ante la escasez o el cansancio de otros candidatos. Este año el quórum está más que cubierto. Para tu sorpresa, en el jurado tienes un escritor de éxito del que leíste dos libros este último verano y del que fuiste a ver la obra que presentó hace quince días en un teatro de la comarca.
Con otro de los miembros del jurado, al que no conocías, te cruzaste no hace ni un mes unos correos a raíz de un artículo que, como historiador, publicó en la prensa sobre un maestro/tabernero de Fierros de finales del siglo XIX.
Con un tercero estuviste charlando en una presentación sobre fosas comunes que se celebró hace algo más de un año en la misma casa de la cultura.
Se dieron más casualidades, de resultas de esta convocatoria, pero no todo es publicable.
Así transcurrieron varios años, hola y adiós, hasta que un día se retrasaron tus amigos del café y mientras esperabas entablaste una conversación rutinaria con aquel conocido/desconocido, algo así como “voy a tomar un café si los trenes lo permiten”. Resultó que su empresa es la que desde hace varios años hace para la tuya las encuestas de cliente misterioso o viajero invisible, unas encuestas que está muy recomendado que sean secretas y que no se conozca al cliente para que no resulten viciadas.
Sin buscarlo, acabas por conocer al dueño de la empresa, esa de la que no diste siempre muy buenos informes. Maldita sea. Se es más independiente sin conocer a nadie.
2/ Como tienes a tu mujer trabajando unos días en otra provincia, das un garbeo por la calle Gascona en busca de un chiringo donde tomar una sidra y ver un partido, que podías ver en casa porque era en abierto, pero el fútbol en silencio es aburrido. Merodeas por la calle pensando dónde entrar, cuando te encuentras con tu primo Víctor, de León, que de casualidad se acercó a Asturias acompañando a una amiga para una convención que Zara celebraría el día siguiente.
Parola va, parola viene, la chica dice que es de un pueblito de León,
- ¿De qué pueblito?
- De Carrizal de Almansa.
Y, para su pasmo y el tuyo, comienzas a relatar la cantidad de gente que conoces, y por qué, de ese pueblo.
3/ Te convocan nuevamente como jurado para un concurso de cuentos, seguramente por pura cortesía en atención a que el año pasado acudiste ante la escasez o el cansancio de otros candidatos. Este año el quórum está más que cubierto. Para tu sorpresa, en el jurado tienes un escritor de éxito del que leíste dos libros este último verano y del que fuiste a ver la obra que presentó hace quince días en un teatro de la comarca.
Con otro de los miembros del jurado, al que no conocías, te cruzaste no hace ni un mes unos correos a raíz de un artículo que, como historiador, publicó en la prensa sobre un maestro/tabernero de Fierros de finales del siglo XIX.
Con un tercero estuviste charlando en una presentación sobre fosas comunes que se celebró hace algo más de un año en la misma casa de la cultura.
Se dieron más casualidades, de resultas de esta convocatoria, pero no todo es publicable.
2012/02/15
LA EMPRESA
Cuando te casaste concelebraron tres curas. Hoy te sorprendería menos, pero entonces sí te llamó la atención que, aunque fuera de guasa, uno de ellos, ya fallecido, cuando tenía que ir hasta la parroquia dijera que iba para la oficina. Creías que ser cura era otra cosa, aunque tú ya no lo fueras a ser.
Por aquella época sería cuando al iniciarte en el Derecho del Trabajo y acercarte al principio del temario al concepto de empresario o empleador, se definía como aquella persona física o jurídica o comunidad de bienes que recibía la prestación de trabajo de otra persona, denominada trabajador. Una iglesia, un sindicato, un partido también podían ser empresarios. También te sorprendió de aquella, pero el manual ponía un ejemplo claro: si una Comunidad religiosa tenía un jardinero, era empleadora respecto de su operario.
Hoy lees con disgusto las declaraciones del Secretario de la Federación Socialista Asturiana, que se refirió con total naturalidad a la recepción de una cesta de navidad de Igrafo porque pensó que sería o que aspiraba a ser proveedor de la Federación, es decir, de la empresa. Se hizo el nuevo. Será verdad, pero bien que te extraña. Decía un antiguo jefe que tuviste que sus competencias eran tan reducidas que al final se limitaban a repartir las agendas de Navidad. Lógicamente era un decir, pero cestas, agendas y signos de ostentación e influencia, no se dejan en manos de un auxiliar administrativo.
No vas a restar mérito a esta confesión de parte de Javier Fernández, hombre serio y respetable al que vas a apoyar con el voto cuando toque, pero convengamos que es solamente una circunstancia atenuante, como atenuante es confesar inmediatamente un homicidio después de cometerlo. No debe olvidarse lo esencial, el crimen.
Que pienses y lo declares así no les gusta a tus amigos simpatizantes o afiliados al Partido Socialista. No te importa que corran champanes y cestas en el Partido Socialista de Ulan Bator o de San Petersburgo, sí que por los lares astures hayan penetrado hasta el tuétano ese relajo en las costumbres del Partido al que sueles votar, que cuando observan en otros, tanto se critica.
Habrá más porquería en otros partidos (o no) pero, cinismo pudiendo evitarlo, el mínimo.
Por aquella época sería cuando al iniciarte en el Derecho del Trabajo y acercarte al principio del temario al concepto de empresario o empleador, se definía como aquella persona física o jurídica o comunidad de bienes que recibía la prestación de trabajo de otra persona, denominada trabajador. Una iglesia, un sindicato, un partido también podían ser empresarios. También te sorprendió de aquella, pero el manual ponía un ejemplo claro: si una Comunidad religiosa tenía un jardinero, era empleadora respecto de su operario.
Hoy lees con disgusto las declaraciones del Secretario de la Federación Socialista Asturiana, que se refirió con total naturalidad a la recepción de una cesta de navidad de Igrafo porque pensó que sería o que aspiraba a ser proveedor de la Federación, es decir, de la empresa. Se hizo el nuevo. Será verdad, pero bien que te extraña. Decía un antiguo jefe que tuviste que sus competencias eran tan reducidas que al final se limitaban a repartir las agendas de Navidad. Lógicamente era un decir, pero cestas, agendas y signos de ostentación e influencia, no se dejan en manos de un auxiliar administrativo.
No vas a restar mérito a esta confesión de parte de Javier Fernández, hombre serio y respetable al que vas a apoyar con el voto cuando toque, pero convengamos que es solamente una circunstancia atenuante, como atenuante es confesar inmediatamente un homicidio después de cometerlo. No debe olvidarse lo esencial, el crimen.
Que pienses y lo declares así no les gusta a tus amigos simpatizantes o afiliados al Partido Socialista. No te importa que corran champanes y cestas en el Partido Socialista de Ulan Bator o de San Petersburgo, sí que por los lares astures hayan penetrado hasta el tuétano ese relajo en las costumbres del Partido al que sueles votar, que cuando observan en otros, tanto se critica.
Habrá más porquería en otros partidos (o no) pero, cinismo pudiendo evitarlo, el mínimo.
2012/02/14
PADRINOS Y FIESTAS LAICAS
Suena aleatoriamente en tu MP3 una poesía de León Felipe, que se titula precisamente Deshaced ese verso
Deshaced ese verso,
Quitadle los caireles de la rima,
el metro, la cadencia
y hasta la idea misma.
Aventad las palabras,
y si después queda algo todavía,
eso será la poesía.
Habías leído hace unos días que el ex presidente José Luis Rodríguez Zapatero tomaba posesión como miembro del Consejo de Estado siendo su padrino Fernando Ledesma, ex Ministro de Justicia del Gobierno de Felipe González, y madrina María Teresa Fernández de la Vega, ex vicepresidenta con Zapatero. Se insistió mucho en el rejuvenecido look de Fernández ce la Vega, y nada en el padrinazo y madrinazgo espiritual o más bien solamente protocolario.
El padrinazgo tiene su origen, que sepas, en la religión cristiana (Gustavo Bueno encontraría antecedentes en Grecia o más allá) cuando el neófito necesitaba la protección espiritual de alguien de prestigio que apoyara al recién llegado al mundo. Incluso se decía que, llegado el caso, debía hasta sustituir al padre o a la madre en caso de fallecimiento de éstos.
Zapatero y María Teresa Fernández de la Vega impulsaron el laicismo de la sociedad. Sin embargo, se apuntan a tan rancia ceremonia como este padrinazgo del Consejo de Estado cuando bien podían haber aprovechado la oportunidad para dar un paso más y deshacerse de los caireles de la rima, de oropeles y ceremonias.
Todo se andará. De momento, con el color político contrario, se habla de pasar fiestas a los lunes, no tardarán en llegar rumores de supresión lisa y lasa, pero si se mantienen las catorce fiestas ¿qué catorce fiestas eres capaz de imaginar que no tengan una connotación religiosa? Decía León Felipe “si después queda algo todavía, eso será la poesía”. Nada. Hasta Zapatero necesita algo de hojarasca, que las ceremonias estrictamente laicas quedan un poco sosainas.
Deshaced ese verso,
Quitadle los caireles de la rima,
el metro, la cadencia
y hasta la idea misma.
Aventad las palabras,
y si después queda algo todavía,
eso será la poesía.
Habías leído hace unos días que el ex presidente José Luis Rodríguez Zapatero tomaba posesión como miembro del Consejo de Estado siendo su padrino Fernando Ledesma, ex Ministro de Justicia del Gobierno de Felipe González, y madrina María Teresa Fernández de la Vega, ex vicepresidenta con Zapatero. Se insistió mucho en el rejuvenecido look de Fernández ce la Vega, y nada en el padrinazo y madrinazgo espiritual o más bien solamente protocolario.
El padrinazgo tiene su origen, que sepas, en la religión cristiana (Gustavo Bueno encontraría antecedentes en Grecia o más allá) cuando el neófito necesitaba la protección espiritual de alguien de prestigio que apoyara al recién llegado al mundo. Incluso se decía que, llegado el caso, debía hasta sustituir al padre o a la madre en caso de fallecimiento de éstos.
Zapatero y María Teresa Fernández de la Vega impulsaron el laicismo de la sociedad. Sin embargo, se apuntan a tan rancia ceremonia como este padrinazgo del Consejo de Estado cuando bien podían haber aprovechado la oportunidad para dar un paso más y deshacerse de los caireles de la rima, de oropeles y ceremonias.
Todo se andará. De momento, con el color político contrario, se habla de pasar fiestas a los lunes, no tardarán en llegar rumores de supresión lisa y lasa, pero si se mantienen las catorce fiestas ¿qué catorce fiestas eres capaz de imaginar que no tengan una connotación religiosa? Decía León Felipe “si después queda algo todavía, eso será la poesía”. Nada. Hasta Zapatero necesita algo de hojarasca, que las ceremonias estrictamente laicas quedan un poco sosainas.
2012/02/13
COMO UNA PLAGA DE LANGOSTAS (obra de teatro)
Asistes en la casa de la Cultura de Mieres a la representación teatral de una obra escrita o adaptada por Fulgencio Argüelles e interpretada por el grupo de teatro de la Asociación Cultural Serondaya, de Cenera.
Te costó decidirte porque para esa misma hora estaba anunciada también la presentación de un relato de Tito Montero, descendiente de Fierros, pero como se repetirán las presentaciones en otros puntos, irás otro día.
Acudes a Mieres porque conoces al autor y a Sabino Alberto Quesada, (allí Alberto) de Pola de Lena, compañero de la oficina, que desempeña un papel destacado entre los actores principales. Eso ya lo sabías. También te encuentras con la sorpresa de que entre el equipo técnico participa como fotógrafo Alberto Flecha, compañero de los hermanos separados de ADIF.
A tu mujer le gustó y eso justifica la entrada. En la ocasión anterior le metiste un embarque para ver en Castrillón una adaptación de una obra de Casona, que al poco de empezar estabas deseando que terminara. Esta de Mieres es otra cosa. Por de pronto sabían el papel y si en algún momento sufrieron una laguna, no se notó.
Original el montaje escénico, interponiendo en algún momento una pantalla transparente que permitía visualizar fotografías en primer plano mientras se desarrollaba alguna escena al fondo. Los actores y actrices se movían en el escenario con soltura. Los efectos especiales estaban logrados. La danza prima y otras canciones tradicionales asturianas, espaciadas a lo largo de la obra, amenizaron la representación y añadieron un toque coral y colorista.
Uno que hace sus pinitos en actividades culturales, valora especialmente las horas de trabajo que llevan encima, premiadas con un resultado más que bueno.
El argumento acorde con los miembros que conoces. No les habrá costado representar que los soldados medievales de ocupación, con el comendador al frente, son como una plaga de langostas.
Te costó decidirte porque para esa misma hora estaba anunciada también la presentación de un relato de Tito Montero, descendiente de Fierros, pero como se repetirán las presentaciones en otros puntos, irás otro día.
Acudes a Mieres porque conoces al autor y a Sabino Alberto Quesada, (allí Alberto) de Pola de Lena, compañero de la oficina, que desempeña un papel destacado entre los actores principales. Eso ya lo sabías. También te encuentras con la sorpresa de que entre el equipo técnico participa como fotógrafo Alberto Flecha, compañero de los hermanos separados de ADIF.
A tu mujer le gustó y eso justifica la entrada. En la ocasión anterior le metiste un embarque para ver en Castrillón una adaptación de una obra de Casona, que al poco de empezar estabas deseando que terminara. Esta de Mieres es otra cosa. Por de pronto sabían el papel y si en algún momento sufrieron una laguna, no se notó.
Original el montaje escénico, interponiendo en algún momento una pantalla transparente que permitía visualizar fotografías en primer plano mientras se desarrollaba alguna escena al fondo. Los actores y actrices se movían en el escenario con soltura. Los efectos especiales estaban logrados. La danza prima y otras canciones tradicionales asturianas, espaciadas a lo largo de la obra, amenizaron la representación y añadieron un toque coral y colorista.
Uno que hace sus pinitos en actividades culturales, valora especialmente las horas de trabajo que llevan encima, premiadas con un resultado más que bueno.
El argumento acorde con los miembros que conoces. No les habrá costado representar que los soldados medievales de ocupación, con el comendador al frente, son como una plaga de langostas.
2012/02/12
EL CUADERNO GRIS, de Josep Pla
Un buen día fuiste a la Biblioteca Pública con intención de leer algo de Saramago, pero los estantes de la literatura portuguesa lindan con los de la literatura catalana y echaste una ojeada a los lomos. Diste así con Josep Pla, del que nunca habías leído nada pero habías oído hablar mucho. Lo último que recuerdas fueron unos reportajes que como cronista de la guerra civil realizó sobre Asturias y que publicó la prensa local para conmemorar algún aniversario.
Sabías de Pla que era el prototipo de payés, un tipo con sus rarezas (Pla, no el payés) pero poco más. ¿Qué leer del abanico de obras que tenías delante? Ninguna obra suya te sonaba, así que consultaste sobre la marcha una enciclopedia de literatura de un estante próximo y te decides por El cuaderno gris, que era unos diarios.
El prólogo de libro está a cargo de Carmen Rigalt, que destaca que es una faena que haya escrito ese cuaderno, su obra maestra, a los veinte años, entre 1918 y 1919. Nunca volvió a alcanzar la misma altura.
El Cuaderno gris es un diario en el que detalla vivencias y expone ideas de todo tipo. Sorprende la madurez de pensamiento y sentimiento de una persona de esa edad.
Difícil extractar un libro de 560 páginas, irresumible, pero se intenta. Muchos pensamientos parecen de hoy mismo.
“¡Recuerdo tantas cosas de aquella época! Los inviernos largos y my fríos, más fríos que los de ahora, me parece”. Misma sensación que se sigue teniendo hoy.
“Los rusos están ahora implantando la justicia en su país. Sufrirán muchísimo. Lo pasarán muy mal. Se verán obligados a crear un Estado meramente policíaco, frío, siniestro”. Clarividente.
“Algunas veces he tratado de saber en qué consistió en casa la educación familiar. En realidad consistía en transferir la cuestión al colegio. Hoy me parece que los padres no tenían ninguna capacidad ni ningún procedimiento para resolver la cuestión y que no habían tenido otro remedio que pasar el paquete al colegio”. ¿Hubo algún cambio hasta hoy?
“En casa lo que abunda es lo gris. A ninguno de mis antepasados se le ocurrió ser un héroe o un gran hombre”. Aquí se puede encontrar una explicación para el título del libro.
“En el año 1855, Palamós era una población llena de encantos. Ahora, ya ha comenzado a perder carácter. Con el tiempo, las fábricas y la actividad del muelle que se deberá construir lo borrarán todo”. ¿Algún cambio comparándolo con hoy?
“En los pueblos vale más no tener ninguna idea que cambiar de opinión. Esto último no lo perdonan ni los amigos”.
“Toda persona que necesita de la banca para llevar a cabo cualquier iniciativa, por buena que sea, tendrá que pasar por un calvario siniestro”.
“Desde Palafrugell a las playas de Calella hay exactamente tres kilómetros y medio. El año pasado fue a vivir a Calella un amigo mío con su familia. Este año han dado por terminada su estancia allí. “Estábamos muy bien, pero nos añorábamos inexplicablemente”. ¿Es posible añorarse a tres kilómetros y medio del lugar de origen?¿o es que el catalán es un animal que se añora?”.
“Me apasionan tanto las personas muertas como las vivas. La memoria histórica es para mí tan real como la actualidad misma”. Ya existía la memoria histórica.
A raíz de unas prácticas en un Juzgado escribe: “La justicia, vista de cerca, es como casi todas las cosas vistas de cerca: es como las mujeres, como los hombres, como el comer, como este calor horrible que hace, como este café que acaban de servirme. La justicia, vista de cerca, como casi todas las cosas vistas de cerca, es una m…”
“Estas fiestas mayores me rompen la costumbre y no están hechas para mí. Me declaro partidario de la vida cotidiana, de la habitual. Vas a tomar café y no se sabe en qué café lo tomas”.
Sobre un mosén. “Primero dice unas frases de salutación y pregunta por la familia. Luego hace unas consideraciones sobre la inmoralidad de las playas y la marcha diabólica que el mundo ha emprendido y que conducirá fatalmente a la catástrofe”.
“Los hombres y las mujeres reciben en las escuelas educaciones esmeradas: se les enseña la historia y la gramática, la aritmética y a física, la gimnasia el francés. No sé por que no han de recibir lecciones de idealismo, de cordialidad y de amor”. Precursor de Educación para la Ciudadanía…o de Formación del Espíritu Nacional.
“Me pregunto a menudo si este dietario es sincero, es decir, si es un documento absolutamente íntimo”. Buridán quedamos que no, se lee en el subtítulo.
“No sé a qué partido político pertenece mi padre. Probablemente a ninguno. Estoy seguro de que le hubiese gustado formar parte de alguno. No habiendo encontrado ninguna hasta ahora, continúa buscando el partido. Su caso, en el país, es más general de lo que parece a primera vista”.
“Si no otra cosa, esta guerra habrá traído una gran modificación: habrá implantado los calzoncillos cortos. Ahora la cosa se ha saneado y el aire circulará por espacios que se consideraban clausurados tradicionalmente. Esto supone, en la manera de vestir una revolución inmensa”.
“¿Qué es más adecuado y plausible, la vox populi, vox Dei o la vox populi, vox stultorum? Es uno de aquellos problemas ante los cuales sentimos que tendremos que meditar toda la vida en la seguridad de no poder sacar el agua clara. Después de meditar toda la vida, os moriréis y el agua continuará igualmente turbia”.
- ¿Qué se entiende por un entierro importante?
- Un entierro con las setenta personas cuya presencia en el acompañamiento le da una importancia notoria.
- Y ¿Quiénes honestas setenta personas cuya presencia da importancia a los entierros?
- Son las setenta personas que disponen de ropa adecuada para ir a un entierro.
“Ha presidido el duelo su hijo mayor, Telm, muy abatido, con el sombrero en el cogote. Volviendo del cementerio pensaba en el cambio considerable que se produce en la gente del país, según lleven o no lleven sombrero. Parecen diferentes”.
“Por la noche voy a la tertulia del Centre Fraternal. Encuentro a Coromina, LLuís Medir, Enric Frigola…Se habla de Palafrugell. Es decir, hoy toca el turno de hablar mal de Palafrugell”.
“Entro a misa de once. La impresión que causan muchos de los que la oyen es de una cierta, general indiferencia. Es la misa de las personas acomodadas. El que no mira satisfecho los propios zapatos, tan brillantes, mira al techo o a la cara de una señora vecina, o las uñas de sus manos. En el púlpito, mosén Bosch, hipocritón y patán, parece una figura románica. Recita un sermón monótono, desprovisto de retórica y de gesticulación, con el aire triste y arrastrado del que hace una visita forzada. Habla tan bajo y con una opacidad tan densa que nadie le entiende manda, pero esto también forma parte del programa del domingo”.
“La gripe continúa matando implacablemente a la gente. En estos últimos días he tenido que asistir a diversos entierros. Esto hace que empiece a sentir una mengua de emoción ante la muerte –que sentimientos reales y auténticos se me transformen en una especie de rutina administrativa-. Nuestros sentimientos están siempre afectados por lo poco o por lo mucho –son de una movilidad indecente-. Aunque solo fuese por esta razón, convendría que este escándalo de la patología tuviese un fin-que la gripe no matase a nadie más.”
“Antes de cenar, larga conversación con mi padre sobre el nuevo mapa de Europa y la acometida enorme del socialismo. Mi padre, que ha creído hasta donde le ha sido posible que Alemania ganaría la guerra porque era –según él- conveniente para la marcha del progreso, está enormemente impresionado. Personalmente, el empuje de los pobres me hace un efecto enorme: una mezcla la de satisfacción y de miedo insuperable.”
“Yo comprendo todas las utopías sociales, todas las ideas, las que sean. El anarquismo, sin embargo, me ha producido siempre una sensación de molestia física, de barullo desagradable, de llegar a la cama y encontrar que aún no está hecha”.
“Dan el viático a Teresita Bordas. Tiene dieciséis años, una flor de criatura, una chica bellísima. Suenan las doce de la noche. En la puerta de la casa hay un grupo de gente diversa que forma una mancha oscura. Tiemblan de frío. El cuchicheo de la gente, sordo, difuso. Un hombre bosteza irresistiblemente. Los cirios proyectan un resplandor amarillo sobre las paredes húmedas, sobre el barro de la calle. El cura sigue, la campanilla se aleja en el vacío de la noche. La pobre criatura que se muere detrás de esta pared…”.
“El domingo pasado, en el cine daban La passeggera con Pina Menichelli, una mujer delgada y prieta, morena y picante. Al salir, pregunté a una señora, muy de iglesia, si le había gustado.
- Es demasiado atrevidilla, demasiado atrevidilla, -me contestó alegre, contentísima.”
“Por la noche voy a la tertulia del Centre Fraternal. Encuentro a Coromina, LLuís Medir, Enric Frigola…Se habla de Palafrugell. Es decir, hoy toca el turno de hablar mal de Palafrugell”.
“Entro a misa de once. La impresión que causan muchos de los que la oyen es de una cierta, general indiferencia. Es la misa de las personas acomodadas. El que no mira satisfecho los propios zapatos, tan brillantes, mira al techo o a la cara de una señora vecina, o las uñas de sus manos. En el púlpito, mosén Bosch, hipocritón y patán, parece una figura románica. Recita un sermón monótono, desprovisto de retórica y de gesticulación, con el aire triste y arrastrado del que hace una visita forzada. Habla tan bajo y con una opacidad tan densa que nadie le entiende manda, pero esto también forma parte del programa del domingo”.
“La gripe continúa matando implacablemente a la gente. En estos últimos días he tenido que asistir a diversos entierros. Esto hace que empiece a sentir una mengua de emoción ante la muerte –que sentimientos reales y auténticos se me transformen en una especie de rutina administrativa-. Nuestros sentimientos están siempre afectados por lo poco o por lo mucho –son de una movilidad indecente-. Aunque solo fuese por esta razón, convendría que este escándalo de la patología tuviese un fin-que la gripe no matase a nadie más.”
“Antes de cenar, larga conversación con mi padre sobre el nuevo mapa de Europa y la acometida enorme del socialismo. Mi padre, que ha creído hasta donde le ha sido posible que Alemania ganaría la guerra porque era –según él- conveniente para la marcha del progreso, está enormemente impresionado. Personalmente, el empuje de los pobres me hace un efecto enorme: una mezcla la de satisfacción y de miedo insuperable.”
“Yo comprendo todas las utopías sociales, todas las ideas, las que sean. El anarquismo, sin embargo, me ha producido siempre una sensación de molestia física, de barullo desagradable, de llegar a la cama y encontrar que aún no está hecha”.
“Dan el viático a Teresita Bordas. Tiene dieciséis años, una flor de criatura, una chica bellísima. Suenan las doce de la noche. En la puerta de la casa hay un grupo de gente diversa que forma una mancha oscura. Tiemblan de frío. El cuchicheo de la gente, sordo, difuso. Un hombre bosteza irresistiblemente. Los cirios proyectan un resplandor amarillo sobre las paredes húmedas, sobre el barro de la calle. El cura sigue, la campanilla se aleja en el vacío de la noche. La pobre criatura que se muere detrás de esta pared…”.
“El domingo pasado, en el cine daban La passeggera con Pina Menichelli, una mujer delgada y prieta, morena y picante. Al salir, pregunté a una señora, muy de iglesia, si le había gustado.
- Es demasiado atrevidilla, demasiado atrevidilla, -me contestó alegre, contentísima.”
“Pienso largamente en este inútil cuaderno. Casi Todo lo que contiene me lo hubiera podido perfectamente ahorrar”.
“La educación consiste en el cultivo de la mediocridad imitativa generalizada. Quizá no es tan pintoresco pero sospecho que es mucho más agradable vivir en este mundo de tono gris que en un mundo de personalidades aparatosas y asfixiantes”.
“¡Hay que aprender el manual!, dice a menudo el sargento. La descripción que el manual hace del fusil es, para mí, ininteligible. Sería mucho más eficaz una lección práctica. La descripción de una máquina es muy difícil de entender”. De acuerdo, siempre te pareció que había que ir de la práctica a la teoría.
“Cuando vivíamos en la plaza de Palacio todo el mundo ponía cocido cada día. Ahora he visto que apenas hay quien lo haga”. Esa impresión se sigue teniendo ahora. La vida rueda y rueda.
“Hoy la clase de Derecho Mercantil se ha dado en lengua catalana. Yo esperaba alguna protesta. Recordaba declaraciones anteriores que me habían parecido muy contundentes. Todo el mundo lo ha encontrado magnífico y ha estado encantado. Es un mundo de hojaldre. Ni fuerza para servir ni para protestar.”
“Don Eligio es un andaluz de gran volubilidad verbal, chistoso, aburridísimo”. Suscribes. El humor de los Morancos, de Paz Padilla, y por ahí, no me van. ¿Será así el Norte?.
“La educación consiste en el cultivo de la mediocridad imitativa generalizada. Quizá no es tan pintoresco pero sospecho que es mucho más agradable vivir en este mundo de tono gris que en un mundo de personalidades aparatosas y asfixiantes”.
“¡Hay que aprender el manual!, dice a menudo el sargento. La descripción que el manual hace del fusil es, para mí, ininteligible. Sería mucho más eficaz una lección práctica. La descripción de una máquina es muy difícil de entender”. De acuerdo, siempre te pareció que había que ir de la práctica a la teoría.
“Cuando vivíamos en la plaza de Palacio todo el mundo ponía cocido cada día. Ahora he visto que apenas hay quien lo haga”. Esa impresión se sigue teniendo ahora. La vida rueda y rueda.
“Hoy la clase de Derecho Mercantil se ha dado en lengua catalana. Yo esperaba alguna protesta. Recordaba declaraciones anteriores que me habían parecido muy contundentes. Todo el mundo lo ha encontrado magnífico y ha estado encantado. Es un mundo de hojaldre. Ni fuerza para servir ni para protestar.”
“Don Eligio es un andaluz de gran volubilidad verbal, chistoso, aburridísimo”. Suscribes. El humor de los Morancos, de Paz Padilla, y por ahí, no me van. ¿Será así el Norte?.
“Después de estos cinco años pasados en la universidad, me parece que lo que se suele decir rutinariamente: que se pierde el tiempo y que al salir es cuando se tiene que empezar a olvidar lo que se ha aprendido, absolutamente secundario”. ¿Cambió algo después de tantos cambios en los programas?
“Ventura Gassol tiene la malicia y la socarronería del que ha pasado por el seminario” ???
“-El hecho será comunicado a las personas que puedan tomar medidas…decía el Señor Codina (Díos mío, los mismas palabras en mis respuestas burocráticas).
“Quizá sería hora ya de abandonar estos lamentables y pueriles cuadernos y dedicar íntegramente las horas a estudiar, a empollar, pero es un hecho que me cuesta dejarlos. El primer interés que tienen estos papeles para mí es que, probablemente, no se publicarán nunca. Si se publican algún día será dentro de tantos años que lo que escribo estará fuera de toda vanidad veleidosa. Estos papeles me aburren y me fastidian, pero hago un esfuerzo para mantenerlos al día, porque sólo cuando me encaro con el cuaderno me encuentro a mí mismo. Este papelorio está escrito en un estilo demasiado natural y abandonado, pero como en cuento me pongo a escribir algo para publicar tiendo a escribir pretenciosamente, oscuro y pedante, las líneas que escribo aquí cada día me resultan tan vitalmente necesarias como respirar.”
“Como hombre de educación católica, empecé estas reflexiones muy tarde. De todas maneras, tuve suerte. Los hay que no empiezan nunca”.
“Después de haber escrito estas cosas, siento una sensación de tranquilidad. ¿Por qué será que, cuando tengo una cosa que me preocupa y la escribo, la preocupación se me va?”.
“Primeras manifestaciones de las diferencias de los aliados ante Alemania vencida. Cuando se pierde una guerra o una cuestión cualquiera ante una coalición, el vencido entra fácilmente en un terreno de ventaja, que es el terreno de las diferencias de los coligados. El juego es antiquísimo y, si se tiene habilidad para saberlo llevar a cabo, es muy fructífero. La lectura de los diarios de estos días me transporta a años pasados leyendo a Tucídides”.
“Cuantitativamente hablando, este cuaderno va tomando unas proporciones inusitadas. Cuando de aquí a treinta o cuarenta años estos papeles se publiquen ¿qué reacciones producirán en el espíritu del lector, si es que tiene algún lector descabalado?. Yo sólo me atrevería a pedir que los leyese con calma, lentamente. Los liros gratuitos pueden ser leídos página sí, página no. Pero el caso es que 3este cuaderno empezado frívolamente se ha convertido en una necesidad íntima”.
“El sargento tenía una magnifica voz de bajo, llena de eficacia para mandar, que contrastaba con el aire asustado que tomaba ante los superiores. Cuando los oficiales le hacían una advertencia, se le ponía en la cara una palidez quebrada y, en cambio, cuando se podía estirar, crecía, cogía más volumen y pacería que se había pasado la vida ganando batallas”.
“La cuestión es mirar las cosas, mirarlas bien, observarlas y después escribirlas”.
“Cojo, como siempre, en la estación de Francia, el tren correo de las primeras hors de la tarde. Esta estación es desordenada e infecta. Hay una larga cola ante la ventanilla. Mucha gente, mucho calor. A veces la bfrisa del mar, húmeda, nos llena la nariz de la tufarada que exhalan las meadas de los caballos de los coches de punto, de los Simones y de los ómnibus que hacen el servicio de la estación. Este olor del líquido, mezclado con el calor asfixiante y la impregnación del humo de carbón e las máquinas, produce una sinfonía olfativa de una amenidad muy escasa”.
“-¿Sabe a qué hora comemos hoy, mosén Narcís?, dice mi padre-. Serán más de las dos. Es insoportable. ¡Si los viejos volviesen del otro mundo!.
Es la conversación indefectible que cada año, por Santa María, tienen mosén Narcís y mi padre. Lo que impresiona es el automatismo anual de la conversación ¿Es posible que cuando se encuentran dos personas, hablen siempre de los mismo? a veces sospecho que la característica de una sociedad civilizada es el automatismo coloquial.”
“Ventura Gassol tiene la malicia y la socarronería del que ha pasado por el seminario” ???
“-El hecho será comunicado a las personas que puedan tomar medidas…decía el Señor Codina (Díos mío, los mismas palabras en mis respuestas burocráticas).
“Quizá sería hora ya de abandonar estos lamentables y pueriles cuadernos y dedicar íntegramente las horas a estudiar, a empollar, pero es un hecho que me cuesta dejarlos. El primer interés que tienen estos papeles para mí es que, probablemente, no se publicarán nunca. Si se publican algún día será dentro de tantos años que lo que escribo estará fuera de toda vanidad veleidosa. Estos papeles me aburren y me fastidian, pero hago un esfuerzo para mantenerlos al día, porque sólo cuando me encaro con el cuaderno me encuentro a mí mismo. Este papelorio está escrito en un estilo demasiado natural y abandonado, pero como en cuento me pongo a escribir algo para publicar tiendo a escribir pretenciosamente, oscuro y pedante, las líneas que escribo aquí cada día me resultan tan vitalmente necesarias como respirar.”
“Como hombre de educación católica, empecé estas reflexiones muy tarde. De todas maneras, tuve suerte. Los hay que no empiezan nunca”.
“Después de haber escrito estas cosas, siento una sensación de tranquilidad. ¿Por qué será que, cuando tengo una cosa que me preocupa y la escribo, la preocupación se me va?”.
“Primeras manifestaciones de las diferencias de los aliados ante Alemania vencida. Cuando se pierde una guerra o una cuestión cualquiera ante una coalición, el vencido entra fácilmente en un terreno de ventaja, que es el terreno de las diferencias de los coligados. El juego es antiquísimo y, si se tiene habilidad para saberlo llevar a cabo, es muy fructífero. La lectura de los diarios de estos días me transporta a años pasados leyendo a Tucídides”.
“Cuantitativamente hablando, este cuaderno va tomando unas proporciones inusitadas. Cuando de aquí a treinta o cuarenta años estos papeles se publiquen ¿qué reacciones producirán en el espíritu del lector, si es que tiene algún lector descabalado?. Yo sólo me atrevería a pedir que los leyese con calma, lentamente. Los liros gratuitos pueden ser leídos página sí, página no. Pero el caso es que 3este cuaderno empezado frívolamente se ha convertido en una necesidad íntima”.
“El sargento tenía una magnifica voz de bajo, llena de eficacia para mandar, que contrastaba con el aire asustado que tomaba ante los superiores. Cuando los oficiales le hacían una advertencia, se le ponía en la cara una palidez quebrada y, en cambio, cuando se podía estirar, crecía, cogía más volumen y pacería que se había pasado la vida ganando batallas”.
“La cuestión es mirar las cosas, mirarlas bien, observarlas y después escribirlas”.
“Cojo, como siempre, en la estación de Francia, el tren correo de las primeras hors de la tarde. Esta estación es desordenada e infecta. Hay una larga cola ante la ventanilla. Mucha gente, mucho calor. A veces la bfrisa del mar, húmeda, nos llena la nariz de la tufarada que exhalan las meadas de los caballos de los coches de punto, de los Simones y de los ómnibus que hacen el servicio de la estación. Este olor del líquido, mezclado con el calor asfixiante y la impregnación del humo de carbón e las máquinas, produce una sinfonía olfativa de una amenidad muy escasa”.
“-¿Sabe a qué hora comemos hoy, mosén Narcís?, dice mi padre-. Serán más de las dos. Es insoportable. ¡Si los viejos volviesen del otro mundo!.
Es la conversación indefectible que cada año, por Santa María, tienen mosén Narcís y mi padre. Lo que impresiona es el automatismo anual de la conversación ¿Es posible que cuando se encuentran dos personas, hablen siempre de los mismo? a veces sospecho que la característica de una sociedad civilizada es el automatismo coloquial.”
“- Esta salsa es sublime”. Oye quieres hacerme el favor de decirme qué quiere decir sublime?
- No lo sé…Es una palabra de los señores que levan cuello planchado los días de trabajo. Nosotros podemos pasar sin ella”.
“La política de este país no va muy bien. Se diría que n hay nadie que tenga el país en la cabeza”. Hasta que llegó Fraga, que tenía el Estado en la cabeza, según frase que pasó a la posteridad.
“No tengo la apetencia del dinero pero cada día que pasa me hace comprender que sin dinero, poco pero suficiente, no se puede hacer absolutamente nada”.
“Estudiar no solamente quier decir leer y repetir. Estudiar quiere decir leer y además reflexionar, relacionar, integrar, detallar, aclarar, absorber, rechazar, decidir, saber lo que tiene importancia y lo que no”.
“Tal como funcionaba, la Biblioteca Universitaria hubiera sido de utilización imposible. Era una biblioteca de mírame y no me toques, de absoluta separación entre el lector y los libros que contenía, una biblioteca irrisoria, inasequible, arcaica, antiquísima”. Igualito, que la que uno conoció. Ahora a lo mejor cambió algo.
2012/02/09
LA GENTE SE BUSCA LA VIDA
Suena a risa, pero acudes a la estación a antigua usanza para despedir a tres parientes que marchan en el tren de las nueve de la noche para Barcelona. Es un parentesco de sexto grado. Exactamente el parentesco consiste en que vuestros bisabuelos eran hermanos, pero los parientes de Payares siempre tuvieron predicamento en tu casa, quizá desde el tiempo en el que tu abuela vendía chucherías por los pueblos y a lo mejor en alguna ocasión le dieron un plato de sopa o un vaso de leche por allí. Los agravios y los desagravios no se olvidan en una sociedad que ya no es rural, pero que conserva algunas costumbres de entonces.
Hizo un día de perros. Toda la tarde estuvo lloviendo. Se anuncian inundaciones en toda Asturias. Muchos cauces están desbordados. En diez minutos el tren debería llegar y, después de una parada de unos minutos, partir, el tiempo mínimo para que suban personas y enseres.
El tren llega, pero un chaqueta naranja, esos que atiende en las grandes estaciones a los viajeros de movilidad reducida, va comunicando con discreción a los que esperan a lo largo del andén principal que el tren entrará a una vía secundaria. Que hay algún problema y que dirán algo.
Haces una llamada y te enteras de que se acaba de producir un desprendimiento de tierras en el Puerto de Pajares y que todavía no se conoce la trascendencia, que marchó hasta allí el equipo que se encarga de realizar una primera evaluación.
Hace unos días no funcionaba la megafonía de la estación, por eso no te sorprende demasiado que no se oiga nada, pero nadie protesta, todos parecen estar enterados. La gente no se mueve del borde del andén, con maletas, paquetes, bultos y con sus cuerpos, a pie firme esperando noticias. Silencio.
Pasados diez minutos es como si la gente estuviera anclada al suelo, pero decidís retiraros al vestíbulo a esperar. No hay muchos sitios donde permanecer. Las estaciones, desmintiendo su nombre, son hoy más lugares de paso que de estacionamiento. La cafetería cierra a las nueve y media. Observas que el encargado está atento por si alguien se acerca en busca de bebida o de asiento. Nadie necesita nada. La cafetería apaga discretamente las luces y cierra. La gente sigue esperando.
En las pantallas se anuncia una demora de entre media y una hora. Algunos viajeros se decidieron a cruzar al andén donde el tren está esperando órdenes, pero no entran de momento. Se conoce que hay indicaciones en ese sentido. No obstante, en cuanto pasan unos minutos, el equipo de avanzadilla desapareció. No volvieron, así que buscaron acomodo en el tren varado.
Haces otra llamada y te enteras de que cayó tanta agua en la boca de un túnel que en algún punto los carriles están desnudos, sin piedras y traviesas debajo. Es posible que el tren se tenga que transbordar por carretera.
La gente, sin que nadie haya dicho nada, fue tomando sus bártulos y se fue acomodando en el tren. Estaba caliente, se podría estar sentado y alguien diría algo.
Se corrió la noticia de que definitivamente no había paso. Ya estaba en camino un autocar.
Otro pariente que fue a despedir a la expedición te comentó: muchas veces no hace falta decir nada, como el agua que busca el mar por el camino más corto, la gente se busca la vida, sin necesidad de grandes estrategias.
Así fue. Sin ruido, al poco de sentarse, la gente se levantó. Alguien dijo que había llegado un autocar que llevaría a los viajeros ¿hasta donde? Hasta donde fuera, podía ser hasta León, podía ser hasta Barcelona. No se oyó una voz. Nadie protestó. No hubo una voz más alta que otra.
A lo mejor las cosas funcionan así, sin grandes protocolos ni estrategias de comunicación.
Hizo un día de perros. Toda la tarde estuvo lloviendo. Se anuncian inundaciones en toda Asturias. Muchos cauces están desbordados. En diez minutos el tren debería llegar y, después de una parada de unos minutos, partir, el tiempo mínimo para que suban personas y enseres.
El tren llega, pero un chaqueta naranja, esos que atiende en las grandes estaciones a los viajeros de movilidad reducida, va comunicando con discreción a los que esperan a lo largo del andén principal que el tren entrará a una vía secundaria. Que hay algún problema y que dirán algo.
Haces una llamada y te enteras de que se acaba de producir un desprendimiento de tierras en el Puerto de Pajares y que todavía no se conoce la trascendencia, que marchó hasta allí el equipo que se encarga de realizar una primera evaluación.
Hace unos días no funcionaba la megafonía de la estación, por eso no te sorprende demasiado que no se oiga nada, pero nadie protesta, todos parecen estar enterados. La gente no se mueve del borde del andén, con maletas, paquetes, bultos y con sus cuerpos, a pie firme esperando noticias. Silencio.
Pasados diez minutos es como si la gente estuviera anclada al suelo, pero decidís retiraros al vestíbulo a esperar. No hay muchos sitios donde permanecer. Las estaciones, desmintiendo su nombre, son hoy más lugares de paso que de estacionamiento. La cafetería cierra a las nueve y media. Observas que el encargado está atento por si alguien se acerca en busca de bebida o de asiento. Nadie necesita nada. La cafetería apaga discretamente las luces y cierra. La gente sigue esperando.
En las pantallas se anuncia una demora de entre media y una hora. Algunos viajeros se decidieron a cruzar al andén donde el tren está esperando órdenes, pero no entran de momento. Se conoce que hay indicaciones en ese sentido. No obstante, en cuanto pasan unos minutos, el equipo de avanzadilla desapareció. No volvieron, así que buscaron acomodo en el tren varado.
Haces otra llamada y te enteras de que cayó tanta agua en la boca de un túnel que en algún punto los carriles están desnudos, sin piedras y traviesas debajo. Es posible que el tren se tenga que transbordar por carretera.
La gente, sin que nadie haya dicho nada, fue tomando sus bártulos y se fue acomodando en el tren. Estaba caliente, se podría estar sentado y alguien diría algo.
Se corrió la noticia de que definitivamente no había paso. Ya estaba en camino un autocar.
Otro pariente que fue a despedir a la expedición te comentó: muchas veces no hace falta decir nada, como el agua que busca el mar por el camino más corto, la gente se busca la vida, sin necesidad de grandes estrategias.
Así fue. Sin ruido, al poco de sentarse, la gente se levantó. Alguien dijo que había llegado un autocar que llevaría a los viajeros ¿hasta donde? Hasta donde fuera, podía ser hasta León, podía ser hasta Barcelona. No se oyó una voz. Nadie protestó. No hubo una voz más alta que otra.
A lo mejor las cosas funcionan así, sin grandes protocolos ni estrategias de comunicación.
2012/02/08
TAPIÓN
Posiblemente sea un acto de crueldad acordarse de esta parodia ahora mismo, cuando acaba de morir Antoni Tapiès. En vida la crueldad la habrás cometido con tu hija, a la que teniendo ocho o nueve años le sugerías que viera contigo “Orden especial”, aquella serie semanal de cinco minutos en la que Els Joglars parodiaba a sectores diversos de la sociedad y organizaban redadas para detenerlos y meterlos entre rejas.
A ella debió de hacerle gracia de verdad, porque desde entonces Tapiès fue siempre Tapión. Para ti también.
Cuando se entera del fallecimiento, te manda un correo. En el asunto pone TAPIÓN y el cuerpo del mensaje es simplemente un enlace.
Este: http://www.youtube.com/watch?v=JXEgBCp9_uc
Dicho lo anterior, por excéntrico que parezcan algunos aspectos, el arte no tiene vuelta atrás y crees que las instituciones, los domicilios particulares, las empresas nunca más decorarán sus paredes con cuadros que intenten reproducir la realidad. El arte figurativo llegó para quedarse.
A ella debió de hacerle gracia de verdad, porque desde entonces Tapiès fue siempre Tapión. Para ti también.
Cuando se entera del fallecimiento, te manda un correo. En el asunto pone TAPIÓN y el cuerpo del mensaje es simplemente un enlace.
Este: http://www.youtube.com/watch?v=JXEgBCp9_uc
Dicho lo anterior, por excéntrico que parezcan algunos aspectos, el arte no tiene vuelta atrás y crees que las instituciones, los domicilios particulares, las empresas nunca más decorarán sus paredes con cuadros que intenten reproducir la realidad. El arte figurativo llegó para quedarse.
2012/02/07
AHORRO EN PROGRAMAS ELECTORALES
En Asturias se vuelve a votar para el Parlamento autónomo el 25 de marzo. Las elecciones anteriores de hace unos meses dieron como resultado un Parlamento muy fraccionado, con la derecha y la izquierda divididas, con una mayoría clara de los partidos de derecha sumados sus votos y escaños.
Foro Asturias, el nuevo partido de Cascos, obtuvo un resultado espectacular ya que ganó las elecciones unos meses después de fundar su partido. Sacó un diputado más que el PSOE y derrotó al Partido Popular, que no cedió a sus pretensiones de encabezar la candidatura asturiana.
Los votantes apostaron por un político que siendo ministro de Fomento, impulsó las infraestructuras en Asturias. El mismo lote de político eficaz, como parte indisoluble, incluía su ración de estilo bronco y cañero muy querido por sus votantes y por el ambiente ciberespacial. No se puede uno llamar a engaño. Cuando se vota como sheriff a un matón hay que saber a lo que se arriesga, unas veces se consigue la paz y otras se inicia una guerra.
Dicen que unas nuevas elecciones son un despilfarro. Lo serán, pero al menos en esta repetición nos podemos ahorrar los programas electorales. Cambiarlos sería absurdo. El programa político de máximos, donde se concretan los objetivos a largo plazo, no puede ser diferente del de hace un año escaso. Seguirlos tampoco importa y nadie va a examinar al gobernante por ello. Incidir en el programa no tiene sentido en esta votación. No se va a votar un programa. Se va a votar a un gobernante o a un partido para que obtenga una mayoría que le permita adoptar medidas sin tener que pactar cada actuación.
Haciendo política ficción, la situación no presenta buen aspecto. Foro va a bajar y parte de sus votos volverán al PP. IU se mantendrá. El PSOE recuperará algo por el inicio del desgaste del gobierno central. Si hipotéticamente ganara, tendría al PP y Foro en contra. Por el contrario, si gana el PP, el Foro le devolverá la misma moneda negando el pan y la sal.
Difícil papeleta política para los próximos años.
Foro Asturias, el nuevo partido de Cascos, obtuvo un resultado espectacular ya que ganó las elecciones unos meses después de fundar su partido. Sacó un diputado más que el PSOE y derrotó al Partido Popular, que no cedió a sus pretensiones de encabezar la candidatura asturiana.
Los votantes apostaron por un político que siendo ministro de Fomento, impulsó las infraestructuras en Asturias. El mismo lote de político eficaz, como parte indisoluble, incluía su ración de estilo bronco y cañero muy querido por sus votantes y por el ambiente ciberespacial. No se puede uno llamar a engaño. Cuando se vota como sheriff a un matón hay que saber a lo que se arriesga, unas veces se consigue la paz y otras se inicia una guerra.
Dicen que unas nuevas elecciones son un despilfarro. Lo serán, pero al menos en esta repetición nos podemos ahorrar los programas electorales. Cambiarlos sería absurdo. El programa político de máximos, donde se concretan los objetivos a largo plazo, no puede ser diferente del de hace un año escaso. Seguirlos tampoco importa y nadie va a examinar al gobernante por ello. Incidir en el programa no tiene sentido en esta votación. No se va a votar un programa. Se va a votar a un gobernante o a un partido para que obtenga una mayoría que le permita adoptar medidas sin tener que pactar cada actuación.
Haciendo política ficción, la situación no presenta buen aspecto. Foro va a bajar y parte de sus votos volverán al PP. IU se mantendrá. El PSOE recuperará algo por el inicio del desgaste del gobierno central. Si hipotéticamente ganara, tendría al PP y Foro en contra. Por el contrario, si gana el PP, el Foro le devolverá la misma moneda negando el pan y la sal.
Difícil papeleta política para los próximos años.
2012/02/05
PUERTAS Y PORTERÍAS
Sales a ver el partido del Madrid y una vez que marca un gol, concentras tu atención en la puerta, sometiéndola a una estrecha vigilancia, aunque únicamente visual.
No estás hablando de la puerta del Madrid, que de esa se encarga eficazmente Casillas, sino de la puerta de la sidrería donde ves la mayor parte de los partidos entre el barullo añorando el serrín. Vas con intención de disfrutar de una bicicleta de Cristiano Ronaldo, una diagonal de Özil, o de sufrir por un calentón de Sergio Ramos o un cruce de cables de Pepe, pero no eres capaz porque no quitas la vista de la puerta.
Cuando saliste de casa, el termómetro marcaba dos grados. En el bar hay buena temperatura, pero la gente entra y sale y unas veces la puerta batiente queda cerrada, y otras abierta. El amo no llegó todavía, suele hacerlo comenzado el partido. Algunos clientes la cierran al salir, otros al entrar, la mayor parte no reparan en ese nimio detalle.
A veces se juntan un par de camareros junto a la misma entrada. Deben estar acalorados de la actividad porque parece que agradecen el fresquillo que entra. Si la puerta está abierta, que siga así. Dirán: si quieren que esté cerrada, que ajusten el muelle.
Llega el amo. El personal aumenta la actividad y la atención a la barra y a las mesas. El amo merodea por el área, cerca de la puerta. En el área viven los cazagoles, junto a la puerta los cazaclientes. Cuando alguien la deja abierta, él la cierra. A partir de ese momento, también el encargado está atento.
Te preguntas si lo hacen para evitar un consumo inútil de combustible o si es por el bienestar de la clientela o por ambas cosas. Igualmente te preguntas si a los que trabajamos por cuenta ajena nos lo tienen que decir absolutamente todo, porque lo que no nos manden no es de nuestra estricta competencia, y si nos lo dicen, depende, que no nos pagan para eso.
Con ese agite visual y mental, no estabas en condiciones de discutir sobre las faltas, los fueras de juego u otros lances del ídem. Casi no te enteras del final del partido porque tú estabas atento a tu particular quiniela: estos la dejan abierta, estos cerrada, ahora cierra sola, sale el dueño, entra el encargado, la puerta bate, cierra, abre, entran, salen…
No estás hablando de la puerta del Madrid, que de esa se encarga eficazmente Casillas, sino de la puerta de la sidrería donde ves la mayor parte de los partidos entre el barullo añorando el serrín. Vas con intención de disfrutar de una bicicleta de Cristiano Ronaldo, una diagonal de Özil, o de sufrir por un calentón de Sergio Ramos o un cruce de cables de Pepe, pero no eres capaz porque no quitas la vista de la puerta.
Cuando saliste de casa, el termómetro marcaba dos grados. En el bar hay buena temperatura, pero la gente entra y sale y unas veces la puerta batiente queda cerrada, y otras abierta. El amo no llegó todavía, suele hacerlo comenzado el partido. Algunos clientes la cierran al salir, otros al entrar, la mayor parte no reparan en ese nimio detalle.
A veces se juntan un par de camareros junto a la misma entrada. Deben estar acalorados de la actividad porque parece que agradecen el fresquillo que entra. Si la puerta está abierta, que siga así. Dirán: si quieren que esté cerrada, que ajusten el muelle.
Llega el amo. El personal aumenta la actividad y la atención a la barra y a las mesas. El amo merodea por el área, cerca de la puerta. En el área viven los cazagoles, junto a la puerta los cazaclientes. Cuando alguien la deja abierta, él la cierra. A partir de ese momento, también el encargado está atento.
Te preguntas si lo hacen para evitar un consumo inútil de combustible o si es por el bienestar de la clientela o por ambas cosas. Igualmente te preguntas si a los que trabajamos por cuenta ajena nos lo tienen que decir absolutamente todo, porque lo que no nos manden no es de nuestra estricta competencia, y si nos lo dicen, depende, que no nos pagan para eso.
Con ese agite visual y mental, no estabas en condiciones de discutir sobre las faltas, los fueras de juego u otros lances del ídem. Casi no te enteras del final del partido porque tú estabas atento a tu particular quiniela: estos la dejan abierta, estos cerrada, ahora cierra sola, sale el dueño, entra el encargado, la puerta bate, cierra, abre, entran, salen…
Cuando llegas a casa te pregunta tu mujer qué tal jugaron.
De momento quedas mudo hasta que se te ocurra algo.
2012/02/04
EL CAMBIO
Los presocráticos ya lo resumieron caso todo. Razón tenía Heráclito cuando se opuso al inmovilista o esencialista Parménides, para afirmar que las cosas tienen más existencia que esencia. Decía πάντα ρεῖ, panta rei, todo fluye, todo cambia, no te bañas dos veces en el mismo río.
Todo cambia, pero ¿todo debe cambiar? ¿debe cambiar todo? Sí. Hay que ser muy tenaz para que la rutina no nos adormezca y nos acabe venciendo. La democracia permite la elección de los mejores (suponiendo), pero no para siempre. Una regla inteligente establecida en muchas democracias limita los mandatos. Por algo será.
Vega Arango, presidente del Sporting de Gijón, despidió con lágrimas a su entrenador Manolo Preciado. Crees que no son lágrimas de cocodrilo. Vega Arango y también la afición querían a Preciado, pero todos veían la necesidad de un cambio, y dado que no es posible cambiar a toda la plantilla, se cambia lo que se puede.
La permanencia en las mismas situaciones nos acaba adocenando. Se pierde frescura. Ocurre así en las empresas, no solo en los puestos técnicos o directivos, sino en los más rutinarios. La rutina es causa de accidentes de trabajo sin ir más allá.
Ocurre a los políticos, a los sindicalistas, a los futbolistas, y no hay sector que se libre. Acabas de leer ahora mismo que el imputado exconsejero Riopedre cogió cuatro días de vacaciones en un buen hotel canario a cargo de una empresa suministradora habitual. Hasta ahora quisiste pensar que los delitos que pudo cometer habían sido por sacar las castañas del fuego a su hijo y a veces por un hijo se hace todo, pero esto de las vacaciones y otros chocolates del loro que se acaban sabiendo no son más que las confianzas que se toman quienes permanecen años en un puesto, que creen que no los van a pillar, que los trámites no tienen importancia, que aquello es su cortijo.
A veces, sin fichajes externos, es suficiente con un cambio de cromos dentro de la casa.
Todo cambia, pero ¿todo debe cambiar? ¿debe cambiar todo? Sí. Hay que ser muy tenaz para que la rutina no nos adormezca y nos acabe venciendo. La democracia permite la elección de los mejores (suponiendo), pero no para siempre. Una regla inteligente establecida en muchas democracias limita los mandatos. Por algo será.
Vega Arango, presidente del Sporting de Gijón, despidió con lágrimas a su entrenador Manolo Preciado. Crees que no son lágrimas de cocodrilo. Vega Arango y también la afición querían a Preciado, pero todos veían la necesidad de un cambio, y dado que no es posible cambiar a toda la plantilla, se cambia lo que se puede.
La permanencia en las mismas situaciones nos acaba adocenando. Se pierde frescura. Ocurre así en las empresas, no solo en los puestos técnicos o directivos, sino en los más rutinarios. La rutina es causa de accidentes de trabajo sin ir más allá.
Ocurre a los políticos, a los sindicalistas, a los futbolistas, y no hay sector que se libre. Acabas de leer ahora mismo que el imputado exconsejero Riopedre cogió cuatro días de vacaciones en un buen hotel canario a cargo de una empresa suministradora habitual. Hasta ahora quisiste pensar que los delitos que pudo cometer habían sido por sacar las castañas del fuego a su hijo y a veces por un hijo se hace todo, pero esto de las vacaciones y otros chocolates del loro que se acaban sabiendo no son más que las confianzas que se toman quienes permanecen años en un puesto, que creen que no los van a pillar, que los trámites no tienen importancia, que aquello es su cortijo.
A veces, sin fichajes externos, es suficiente con un cambio de cromos dentro de la casa.
2012/02/02
PASIÓN
A uno le parece que no milita entre los apasionados, dejando de lado determinadas materias, porque quedamos que este blog narra cosas no demasiado íntimas.
Pero algo de sangre debe correr por sus venas cuando le gusta ir a ver el fútbol en el barullo de un chigre en vez de contemplarlo en la salita de su casa con las patas estiradas encima de la mesa.
El caso es que vas a ver el partido de Copa entre el Valencia y el Barcelona con la vana esperanza de ver un buen partido... y que acabe perdiendo el Barcelona. Ahí hay algo de pasión. La pasión no llega hasta el extremo de ver un penalty donde no lo hay o viceversa, sea el que sea el equipo favorecido o el perjudicado. Otro contertulio apasionado/desapasionado te aclara una cuestión técnica de rayas y cuerpos. En el fútbol el fuera de juego lo delimita la parte más adelantada del cuerpo, sea la cabeza o la punta del pié; en la hípica, es la cabeza del caballo la que decide el ganador, en el atletismo el pecho, en el ciclismo la rueda.
Pasión pone el futbolista que quita la camiseta para celebrar un gol a sabiendas de que es tarjeta amarilla, pero no se puede aguantar.
Pese a que ves el partido con cierta pasión, no puede ser tanta que en cada barullo o algarabía el camarero aproveche para echar un culín, cuestión que comentas con el resto de conmilitones futboleros. Que moderen su pasión el chigrero y los suyos.
Pasión o algo más lo ponen unos sindicalistas de CC.OO. que hablan sin parar de El Entrego, que tienes detrás de ti y que por poner la oreja te desconcentras de si cubren al hombre o defienden por líneas. Oyes unas palabras inconcebibles de un tío de barba a quien prefieres no conocer. Que es hoy el día que cuando ve la esquela de un guardia civil o de un policía se alegra.
¡A veces oye uno en los bares (o fuera) cada cosa!
Pero algo de sangre debe correr por sus venas cuando le gusta ir a ver el fútbol en el barullo de un chigre en vez de contemplarlo en la salita de su casa con las patas estiradas encima de la mesa.
El caso es que vas a ver el partido de Copa entre el Valencia y el Barcelona con la vana esperanza de ver un buen partido... y que acabe perdiendo el Barcelona. Ahí hay algo de pasión. La pasión no llega hasta el extremo de ver un penalty donde no lo hay o viceversa, sea el que sea el equipo favorecido o el perjudicado. Otro contertulio apasionado/desapasionado te aclara una cuestión técnica de rayas y cuerpos. En el fútbol el fuera de juego lo delimita la parte más adelantada del cuerpo, sea la cabeza o la punta del pié; en la hípica, es la cabeza del caballo la que decide el ganador, en el atletismo el pecho, en el ciclismo la rueda.
Pasión pone el futbolista que quita la camiseta para celebrar un gol a sabiendas de que es tarjeta amarilla, pero no se puede aguantar.
Pese a que ves el partido con cierta pasión, no puede ser tanta que en cada barullo o algarabía el camarero aproveche para echar un culín, cuestión que comentas con el resto de conmilitones futboleros. Que moderen su pasión el chigrero y los suyos.
Pasión o algo más lo ponen unos sindicalistas de CC.OO. que hablan sin parar de El Entrego, que tienes detrás de ti y que por poner la oreja te desconcentras de si cubren al hombre o defienden por líneas. Oyes unas palabras inconcebibles de un tío de barba a quien prefieres no conocer. Que es hoy el día que cuando ve la esquela de un guardia civil o de un policía se alegra.
¡A veces oye uno en los bares (o fuera) cada cosa!
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