Olvídate de tí, de cuando fuiste buena chica y tenías aún sueños. Olvida esa rabia que ya no tiene sentido cuando lo has perdido todo, guardalá ahora en tus adentros, quizás te atormente cuándo entiendas que fuiste quien falló, quien incumplió la única promesa. Ya no tiene sentido la tormenta, ni el viento, ni el sol cuándo has perdido la mano que lo ampara. No existe el silencio, la sonrisa, ni el imposible que buscaste alcanzar, solo hay decepción, esa que tú misma provocaste. No me culpes, busca en tí, tú perdiste.