Eran veinte hermanos,más o menos.(Llega un momento en que se pierde la cuenta,se pierden algunos nombres incluso).
El Javier o "la pulga", estaba por el medio,entre unos ocho para arriba,y unos once para abajo,o algo asi.
Se crió casi solito,sin llamar la atención ni molestar a esa madre siempre de vientre abultado y pechos chorreantes de leche.
Tampoco al padre le interesó demasiado su presencia: _solo debía pasar inadvertido,ser uno más en la escuela,en la casa,en el fútbol.
El fútbol,o mejor dicho el club "Racing",era "su lugar" en el mundo.Allí tenía amigos de fierro,esos que cuando faltaba por alguna gripe,se preocupaban por él.
Y así fue creciendo,casi como una plantita de la huerta del fondo,o como los cachorros de la perra negra.
Era rápido con la pelota,pero pronto se dió cuenta que más rápido era con los asuntos comerciales y todos los amigos le pedían consejo.
El "flecha",el pibe que mejor jugaba al fútbol,le pidió consejo un día en que lo llamaron para que jugara para otro club.
Y aunque "la flecha" tenía pintados el celeste y blanco en la piel,se puso la camiseta de otro color a cambio del contrato que consiguió "la pulga".
Fue creciendo y se transformó en uno de los representantes de jugadores de fútbol más importantes del momento.
Aunque a él le hubiera encantado ser un haz de La Academia,al menos veía de cerca a ese mundo que lo fascinaba desde siempre.
Su vida entre tantos hermanos,gris e invisible,se había transformado en exitosa.
Vivía de una manera como jamás había soñado: lujos,mujeres, viajes!
No pudo tener hijos,por más que intentó preñar a más de una mujer.
Creia que de tanto maldecir la forma de procrear como conejos de sus padres,ese don se le había negado...
De todas formas,no le perdonaba la vida a ninguna persona de sexo femenino!
El único requisito era que fueran muy pero muy "putas",como a él le gustaban.
Otra vez,la contracara de su familia y sus hermanas tan castas!
Una de ellas,monja de clausura!
Pero el decía que si no la usaba,se le iba a atrofiar.Así que no perdía oportunidad.Y cuando supo que hijos no tendria,más aún!
Vibraba con cada mujer y vibraba con cada gol de "sus" jugadores!
Y así transcurria su vida como un sueño bello y apasible.
Un dia,estando con la mujer que hacía ya unos meses lo enloquecía y por la que estaba por renunciar a todas las demás,tuvo un derrame cerebral en pleno orgasmo.
Quedó con los ojos en blanco y su sexo dentro de ella.
Lo pudieron salvar y rehabilitar.Pero no caminó más.
Y aunque aún es joven, pasa los días en una silla de ruedas,empujado por una enfermera a la que paga una fortuna.
Por un poco más de dinero, a veces ella apoya fuerte su mano en su miembro casi muerto mientras lo enjabona y él esboza una sonrisa chueca,rememorando sus épocas más felices.
Los jugadores adornaron su silla de ruedas con todas las camisetas de fútbol,cadenitas,rosarios...y en sus ojos se puede ver el alma de quién no siente cuentas pendientes con la vida.
Bueno,una si.
Le confesó a su enfermera,que le hubiera gustado tener un hijo para dejarle su herencia de fortuna y toda su pasión.
Y ella que venia enamorándose de él desde hacia un largo tiempo,le ofreció inseminarse con su semen.
Esperan un varón,dijo el ecografista!
Un varón que llevará la camiseta de Racing,claro...