miércoles, 21 de marzo de 2012

XII poemas de Juan Gelman IV

Sí, ya nos llevamos un mes de ventaja. La vastícima obra de Gelman no da respiro a la lectura y a la acción, el próximo día 31 de marzo a las 21 hs en la sala de actes de l'Ateneu Santfeliuenc, y con motivo de la semana de la poesía en Sant Feliu de Llobregat, realizaremos una lectura de poemas del autor argentino, bajo el título "Con voz autorizada" haremos un breve repaso de su producción poética durante el exilio, claro que hablar de Gelman y el exilio no es exactamente circunscribir demasiado su obra, ya que el autor aún vive en México; pero nos ceñiremos a los primeros años, a los de la incertidumbre de lo que pasaba en su patria, con sus hijos, sus compañeros, sus recuerdos... aquel exilio que motiva gran parte de su obra allá por finales de los setenta y principios de los ochenta, en gran medida una obra con una extraña alquimia entre ausencias y apariciones.
Esa tentativa de alquimia que comienza en el recuento memorioso de las pérdidas. Para Gelman, un ejercicio problemático en el destierro donde "la verdad de la memoria lucha contra la memoria de la verdad". Los recuerdos, además, acrecientan las ganas de volver y hacen más difícil integrarse en el nuevo entorno. Pero el olvido, como veremos, no es alternativa. "No te olvides de olvidar el olvido"


Poema V

de los deberes del exilio:
no olvidar el exilio/
combatir a la lengua que combate al exilio
no olvidar el exilio/o sea la tierra/
o sea la patria o lechita o pañuelo
donde vibrábamos/donde niñábamos/
no olvidar las razones del exilio/
la dictadura militar/los errores
que cometimos por vos/contra vos/
tierra de la que somos y nos eras
a nuestros pies/como alba tendida/
y vos/corazoncito que mirás
cualquier mañana como olvido/
no te olvides de olvidar el olvido.

(de Bajo la lluvia ajena. Roma,1980)


Enlace

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domingo, 11 de marzo de 2012

XII poemas de Juan Gelman III

La poesía social o reivindicativa nace casi siempre de las circunstancias que el poeta vive. A su vez, si es buena poesía, es universal. Las circunstancias vienen y van, se comprenden o se ignoran. La rebeldía, sin embargo, es atributo del poeta, como lo es el análisis. De Gelman se dice que es un poeta de la lucha. Durante este año estamos descubriendo cómo su poesía está íntimamente ligada a sus circunstancias personales y a la historia de Argentina… ¿qué se diría de él si no hubiera habido esa lucha? El poema que hemos escogido este mes, de su poemario Relaciones (1971-1973) despeja cualquier atisbo de duda sobre sus rebeldía poética.

NECESIDADES


el individuo que difiere de sus pares
que perturba o escandaliza a su familia o sociedad
suele ser calificado de insano acusado de enfermedad

mental y perseguido como enfermo
este acto de psiquiatría llena necesidades importantes


el individuo que ve piernas azules de mujer volar
arbolitos cantar el mundo heder
es encerrado golpeado con electricidad insulina médicos
este acto de psiquiatría llena necesidades importantes


¿necesidades del volar o cantar?
¿necesidades del individuo que difiere de sus pares
que perturba o escandaliza a su familia o sociedad y es
calificado de insano acusado de enfermedad mental y

perseguido como enfermo?


¿otras necesidades?
¿necesidades del individuo que no difiere de sus pares
que no perturba o escandaliza a su familia o sociedad
que no es calificado de insano acusado de enfermedad mental ni
perseguido como enfermo?


¿piernas azules de mujer volar no?
¿ni arbolitos cantar ni mundo heder?
este acto de psiquiatría llena necesidades importantes
los jabalíes de oro se están comiendo a yvonne

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miércoles, 15 de febrero de 2012

XII poemas de Juan Gelman II

Con Voz Autorizada

"Para San Agustín, la memoria es un santuario vasto, sin límite, en el que se llama a los recuerdos que a uno se le antojan. Pero hay recuerdos que no necesitan ser llamados y siempre están ahí y muestran su rostro sin descanso. Es el rostro de los seres amados que las dictaduras militares desaparecieron. Pesan en el interior de cada familiar, de cada amigo, de cada compañero de trabajo, alimentan preguntas incesantes: ¿cómo murieron? ¿Quiénes lo mataron? ¿Por qué? ¿Dónde están sus restos para recuperarlos y darles un lugar de homenaje y de memoria? ¿Dónde está la verdad, su verdad? La nuestra es la verdad del sufrimiento. La de los asesinos, la cobardía del silencio. Así prolongan la impunidad de sus crímenes y la convierten en impunidad dos veces." (frag. del discurso de Gelman en la recepción del Premio Cervantes, 2007)
El exilio es un suceso bisagra y, partir de allí, vehicular en la obra de Gelman: Las preguntas, las voces cortadas (dialógicas, entrecortadas, con aire callejero, la aparición de las barras que separan los versos son su marca, gráfica y personal) las aluciones a los compañeros muertos (Paco Urondo principalmente a quien lo unía una profunda amistad); pero sobre todo porque es un ida sin retorno, un camino de búsqueda desenfrenada que va desde la impotencia de los primeros libros ( "en mitad de la dura amargura?/¿avisaste // que te ibas a morir?/¿a caer mejor dicho alzándote // como lámpara en medio de la noche?" de Descansos, Interrupciones I) a la rabia y el desconsuelo (de carta a mi madre, por ejemplo) a esa sensación de vacío incesante que produce sobre todo Mundar (2007) una resignificación del término y de la palabra, en esa busqueda que como sostiene el mismo poeta "dice más de lo que calla y calla más de lo que dice"
La memoria, los recuerdos, el pasado que es suyo como es suyo el derecho a retornar a él, son ejes en la primera etapa de la poesía del exilio. de interrupcionesII escrito en varias locaciones de su primer exilio:

Bajo la lluvia ajena

Yo no me voy a avergonzar de mis tristezas, mis nostalgias. Extraño La callecita donde mataron a mi perro, y yo lloré junto a su muerte, y estoy pegado al empedrado con sangre donde mi perro se murió, existo todavía a partir de eso, existo de eso, soy eso, a nadie pediré permiso para tener nostalgia de eso.
¿Acaso soy otra cosa? Vinieron dictaduras militares, gobiernos civiles y nuevas dictaduras militares, me quitaron los libros, el pan, el hijo, desesperaron a mi madre, me echaron del país, asesinaron a mis hermanitos, a mis compañeros los torturaron, deshicieron, los rompieron. Ninguno me sacó de la calle donde estoy llorando al lado de mi perro.¿Qué dictadura militar podría hacerlo? ¿Y qué militar hijo de puta me sacará del gran amor de esos crepúsculos de mayo, donde la ave ser se balancea ante la noche?
No era perfecto mi país antes del golpe militar. Pero era mi estar, las veces que temblé contra lus muros del amor, las veces que fui niño, perro, hombre, las veces que quise, me quisieron. Ningún general le va a sacar nada de eso al país, a la tierrita que regué con amor, poco o mucho, tierra que extraño y que me extraña, tierra que nada militar podrá enturbiarme o enturbiar.
Es justo que la extrañe. Porque siempre nos quisimos así: ella pidiendo más de mí, yo de ella, dolidos ambos del dolor que el uno al otro hacía, y fuertes del amor que nos tenemos.
Te amo, patria, y me amás. En ese amor quemamos imperfecciones, vidas.

Roma, 9/5/1980

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jueves, 9 de febrero de 2012

Poema del mes: seguir viviendo sin tu música


Ayer, hace nada, ahora, acaba de morir "El Flaco" Luis Alberto Spinetta, uno de los pilares del rock en Castellano, poco se puede agregar sobre su figura y su importancia e impronta en la música: Almendra, Pescado Rabioso, Spinetta Jade, Los socios del Desierto, algunos de sus grupos, más los extensos periodos, con más de veinte discos, en solitario dejan un legado profundo y sobre todo muy poético con matices que van desde Artaud (a quien le dedicó un disco) hasta Castaneda.
Lírico y metafórico, comprometido con su tiempo, militante del rock (léase el manifiesto del 78) el flaco, se va a los 62 años, el cáncer es solo el nombre que le podemos poner a su pérdida, por ahora el dolor, ya vendrán tiempos mejores...

Cielo de ti

Una luna en tu noche tiene tiempo,
una figura de tus manos tiene mucho más.
Yo no tengo un solo signo tuyo en mi,
ya no se si quizá hay que jugar.

Los gemidos de tu siesta tienen tiempo,
y los fantasmas que amas tienen algo al fin
Yo no tengo un solo rastro tuyo en mi.
¡Oh! mi amor, sólo cabe luchar.

Sin despertar es como te atarás,
si no comprendes tus ojos brillarán,
solo brillaran...

Los desiertos y tus pasos
tienen tiempo,
Las mareas y las estelas
tienen cielo de ti,
ojalá tuviese yo tu amor así,
sin saber como entrar o como salir.

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viernes, 13 de enero de 2012

XII poemas de Juan Gelman

Juan Gelman (Buenos Aires 1930) poeta, periodista, militante incansable, es uno de los escritores hispanos más grandes de nuestro tiempo. Aún siempre fiel a su estilo, su lírica se ve modificada a través de su obra por su propia madurez , pero también por sucesos externos que no se pueden prescindir a la hora de entender algunos matices de sus poemas: el grupo literario Pan Duro, su militancia en las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), en el peronismo revolucionario y en las guerrillas organizadas, la desaparición de sus hijos, su yerno y su nieta durante la dictadura argentina, su exilio, su búsqueda inalterable de la verdad y la justicia, son pilares de una poesía intransigente que nunca baja el lenguaje para ser popular pero que es, a la vez, esencialmente social.


Este año desde el blog de serendipia dedicaremos un poema al mes a la difusión de la obra y la persona del poeta argentino, y comenzamos con un poema del Gelman más lejano (temporalmente hablando) más desposeído de los condicionantes que lo empujaron a tener una voz única en la poesía contemporánea, pero no por eso despojado de esa lírica social y contundente. Del libro “Velorio del solo” (Buenos Aires, 1961) el poema que le da nombre…


Velorio del solo

Especialmente anda preocupado
por el tiempo, la vida, otras cositas como ser
morir sin haberse alcanzado a sí mismo.

En esto era tenaz y los días de lluvia
salía a preguntar si lo habían visto
a bordo de unos ojos de mujer
o en las costas del Brasil amando su estampido
o en el entierro de su inocencia (muy particularmente).

Siempre tuvo palabras o pálidos y pobres pedazos
de amores sin usar, de grandes vientos,
trece veces estuvo por entrar a la muerte
pero volvió, de acostumbrado, decía.

Entre otras cosas quiso
que alguno más entendiera este mundo
con lo que horrorizaba a la propia soledad.

Hoy lo velan tan espantosamente aquí mismo,
entre estas paredes por las que resbalan todavía sus
puras maldiciones,
desde su rostro cae el ruido de las barbas aún vivas
y nadie que lo huela
llegará a imaginar cómo deseaba gozar con el misterio
del amor inocente,
darle agua a sus niños.

Mientras devuelve la piel y los huesos prestados al
descuido
mira a lo lejos su figura y se persigue
por lo cual sin duda pronto
va a empezar a llover.

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