viernes, noviembre 24, 2006

Enchufada

Siempre me precié de conseguir las cosas por mi misma. Me daba mucha satisfacción personal e independencia en la vida. Pero ese camino se hace con mucho esfuerzo y se gastan muchas energías.

El día que probé la miel de la ventaja y me sentí una enchufada no me sentí ni insatisfecha ni esclava de nada, sino todo lo contrario, liberada de la pesada carga de ser una mujer hecha a sí misma.

Todo ocurrió de forma casual, como tantas cosas en la vida. Llevaba más de dos años dando tumbos con las clases de golf y jugando en el campo de prácticas sin conseguir tener un handicap que me permitiera jugar en un campo de verdad.

El handicap se conseguía cuando el profesor determinaba que tu juego era merecedor de él. También existía el atajo de pagar una cantidad al profesor para que viese el juego con mejores ojos o mediante un par de amigos que firmaban una tarjeta (más falsa que las pesetas de madera) de juego lo suficientemente buena para obtener el handicap. No me presté a la trampa y seguí dale que te pego en la cancha de prácticas para mejorar mi swing.

Todas mis amistades habían conseguido su handicap y jugaban en el campo grande. Sólo mi amiga Lola jugaba conmigo en el campo de prácticas por no dejarme sola, pero un día me dijo que me sacara el handicap de una vez porque me iba a dejar abandonada a mi suerte. Ante la presión me dispuse a ver la manera de obtenerlo.

Casi estaba determinada a hacer trampas y negociar con mi profesor, cuando la federación de golf estableció un nuevo procedimiento para conseguir el handicap. Pusieron unos exámenes que requerían el pago de una matrícula y para darle más credibilidad a la prueba empezaron a SUSPENDER. Me vi con una nube negra sobre mi cabeza, pero estaba decidida a pasar el mal trago de un examen y arriesgarme a que me suspendieran.

El día del examen tenía el coche en el taller y me acercó al campo de golf mi marido. Estaba nerviosita porque la prueba consistía en dar varios golpes de prueba con un pitch, un hierro 7 y una madera. Las maderas y yo somos incompatibles y no nos entendemos. Como me temía, a la hora del examen la madera no estuvo por la labor y solo conseguí dar unos rabazos.

Me veía ya suspensa y repetidora cuando el profesor que examinaba me dijo: "Tú eres la mujer de xxx, ¿no? Te he visto que venías con él" y con ojos de cervatillo asustado le dije: . Entonces ocurrió el trasvase de voltios y me puso en la tarjeta: APROBADO. En ese momento me pareció maravilloso ser una mujer de, a la que se le abren las puertas sin esfuerzo.

Creo que la soberbia me tenía cegada y que he estado haciendo el primo todos esos años.

Sección-Expedientes-X

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miércoles, noviembre 22, 2006

La alimaña

Estoy que me salgo, del blog por supuesto. Medio escribí un post en el blog de Muxfin y otro para el blog de Toxcaltl para su sección de estrella invitada (pendiente de publicar). Esto ha agotado mi escasa capacidad de creación de contenidos y por eso echo mano del fondo editorial.
No es por nada, pero la reorga en la que estoy inmersa me ha recordado este post que advierte que no "to el mundo e güeno"

Cuando se tiene un corazón de oro, noble y generoso, se está en disposición de ganarse el cielo pero supone una enorme minusvalía para ganarse el sustento. Esos corazones son presa fácil para las alimañas, que se sitúan al otro lado del espejo reflejando en la nobleza, bajeza; trocando generosidad en egoísmo y ambición desmedida.

El objetivo de la alimaña es hacer daño, aun a costa de no sacar tajada. Es como la zorra que entra al gallinero y que mata a todas las gallinas pero no se las come. Este espécimen utiliza como herramienta de ataque la mentira ponzoñosa, que el ingenuo corazón áureo no concebirá en su cabeza y que sólo percibirá cuando todo el mal esté hecho y sea irreversible.

La alimaña no siempre está dotada de una mirada torva ni de un aspecto amenazante, sino que a veces bajo la apariencia de un ser encantador esconde sus tendencias malvadas. No obstante, la cara es el espejo del alma y es difícil que no quede rastro de su vileza en sus facciones, aunque he conocido casos verdaderamente milagrosos en que las fechorías no ha dejado huella(1).

Aunque las alimañas tienden a disfrazarse bajo la piel de cordero, con el tiempo les resulta muy difícil ocultar sus capacidades abyectas, siendo reconocidos en su entorno y declarados de utilidad pública(2) por los que sustentan el poder, que los utilizan en faenas de aliño para despejar el camino de románticos librepensadores, conciencias incómodas, solidarios desfasados(3) . A veces se les va la mano y se llevan por delante hasta a los becarios más precarios.

Es muy interesante observar cómo se relaciona la alimaña en los eventos sociales, ya que una cosa es que sean de utilidad pública para ciertos usos y otra muy diferente su aceptación social por el poder. A la alimaña generalmente se la divisa en soledad o en compañía de los de su misma especie, intentando pasar desapercibida pero observando las posibles víctimas que confiadas se entregan a las risas entre los compañeros y sin embargo amigos.

Existe una falta total de previsión de las posibles víctimas y por tanto una carencia de organización basada en el Fuenteovejuna, todos a una para defensa de los cada vez más escasos corazones de oro.

Desde esta página hago un llamamiento contra las alimañas: ¡A por ellos que son pocos y cobardes!

(1) Deben ser casos similares a la novela de Oscar Wilde titulada El retrato de Dorian Gray, de tintes satánicos.
(2) Lo que son las cosas, como el agua mineral Solán de Cabras que es tan buena para el riñón.
(3) Son los que tienen la desfachatez de solidarizarse con el débil, en vez de hacerlo con el que sustenta el poder.

Sección-Fauna humana

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sábado, noviembre 18, 2006

Abriendo nuestra RED



Aprovechando que estamos a punto de "Operación Navidad" y que es una época en la que todos estamos más predispuestos a reunirnos, salir, divertirnos, etc., propongo un juego:

Si tenemos un pequeño grupo de amigos, dos o tres parejas o grupito de amigos/as con los que solemos quedar o salir los fines de semana a ese grupo es al que denominaremos GRUPO INICIAL .

El Grupo Inicial debe organizar una cena (o comida o desayuno o salida a caminar al campo o chuletada o lo que mejor les parezca) con motivo de las fiestas navideñas, independientemente de la cena de empresa que casi todos también tenemos, y cada miembro (ANFITRIÓN) de ese Grupo Inicial debe invitar a unirse a otra persona ajena al mismo: el INVITADO. Debe tratarse de alguien que los demás no conozcan, en principio, y que el anfitrión crea que pueda "cuajar" con el resto del Grupo Inicial.

En el caso de que sea una pareja, los miembros de esa pareja (anfitriones los dos) pueden invitar a otra pareja o cada uno a una persona por separado, del mismo sexo o no. En el caso de que sea una persona sola, deberá invitar solo a una persona más: no se trata de hacer el Arca de Noé.

En el caso de ese tipo de amigos que no siempre nos reunimos con ellos y nos apeteciera que asistieran también, se les puede unir al Grupo Inicial, como anfitriones, pero ellos también DEBEN traer un invitado, y eso lo debe decidir el Grupo Inicial: es decir, esa amiga que viene de vez en cuando a tomar unas copas pero que a veces pone pegas a los lugares a los que vamos o que no cae del todo bien a todos los anfitriones no pertenece del todo al Grupo Inicial y debe haber consenso, debe decidirse entre el Grupo Inicial si se la debe incluir como anfitriona o no. Otro caso, un matrimonio en el que ella es hermana de alguien del Grupo Inicial y han coincidido en algún cumpleaños de la persona conocida en común, y ambos miembros del matrimonio congenian con el Grupo Inicial; se les puede animar a venir siempre y cuando ellos traigan a otras dos personas. Así también ampliamos el Grupo Inicial.

Se trata de aprovechar precisamente estas fechas por lo que mencioné antes de que uno está más predispuesto al "tenderete" y también es importante que como los invitados irán acompañados de alguien a quien conocen, no se sentirán extraños ni fuera de lugar.

Después de ese día, los anfitriones deben volver a reunirse lo antes posible porque deben hablar acerca de quienes sí y de quienes no han congeniado con los invitados, ya que en caso negativo, no se debe ofender a nadie y puede que haya habido personas que no nos hayan gustado y no queramos volver a coincidir "demasiado" con ellas. Por eso los anfitriones del Grupo Inicial deben hablarlo solo entre ellos.

En el caso positivo, el de que haya personas que hayan cuajado bien con miembros del Grupo Inicial (no hace falta que sea con todos, pero si una mayoría significativa), se debería convencer a los anfitriones de esos invitados para que los traigan pronto (para no perder el contacto ya establecido) y más a menudo a las reuniones del Grupo Inicial y poco a poco unirlos a él como anfitriones para el año siguiente y así poder repetir la experiencia aumentando cada vez más nuestra RED.

Objetivo: abriremos nuestra red de conocidos que puedan resultar a la larga nuevos amigos. Nunca se sabe dónde encontraremos una persona (o varias) que comparta nuestros gustos o pesares o con la que simplemente poder hablar de cosas que con otras personas no podemos porque no siempre compartimos todo con todos nuestros amigos o conocidos; con unos vamos a hacer deporte, con otros al teatro, con otros a pasear al perro, con otros de compras, con otros hablamos de nuestros problemas., y estas personas a veces son las mismas para varias cosas pero no para todas, porque hay amigos estupendos con los que ir a una ópera, porque entienden un montón de ello, pero no te "sirven" para ir a correr porque no hacen deporte o para pasear al perro porque tienen alergia o no les gustan los animales, o esa amiga perfecta para ir de compras porque se las sabe todas, no es la mejor compañía a la hora de ir a un concierto de música barroca porque se te queda dormida, o...

Obviamente, se trata de una reunión de amigos, no de una cena de empresa en la que paga el jefe, así que se debe dejar bien claro que la invitación es a UNIRSE al grupo que se reúna, pero que cada uno correrá con sus propios gastos.

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martes, noviembre 14, 2006

Cuestión de turno

Dedicado a Mint, que sienten curiosidad por mi lado camorrista. El comentario que dejó en el post de contrincantes me trajo a la memoria lo que voy a contar a continuación.


Hace ya unos cuantos años, cuando nació mi hija pequeña, residía en un pueblo costero del sureste de Andalucía. Allí pude comprobar que los hábitos sociales eran bastante diferentes a los de Madrid. No me llegué a adaptar a sus costumbres, alguna de ellas tan manifiestamente machistas que provocaron que aflorara mi lado Towanda como se verá más adelante.

En aquel pueblo estaba asumido el dicho de quien madruga Dios le ayuda . Por este motivo TODAS las mujeres(1) madrugaban como unas condenadas para ir al mercado y se llevaban todo el pescado antes de las 10 de la mañana. Acostumbrada como estaba en Madrid a que los mercados abrieran por la mañana y por la tarde y que siempre hallara lo que buscaba, me encontré en una situación de mucha incertidumbre para el avituallamiento familiar. Se daba la paradoja de que vivía en uno de los puertos pesqueros más importantes de Andalucía y que lo más complicado era comprar pescado.

Estaba de baja maternal pero me levantaba a la misma hora que cuando trabajaba. Tenía que levantar, vestir y dar de desayunar a tres niños, unos de ellos bebé, llevar a los mayores a la guardería que estaba en un extremo del pueblo para volver a cruzarlo en dirección al mercado. Todo ello a pie porque entonces solo teníamos un coche que utilizaba mi marido para ir a trabajar. Entre unas cosas y otras llegaba al mercado con muy poco margen por lo que decidí comprar en una pescadería que estaba cerca de casa para no agobiarme. El pescado de la zona era muy bueno pero poco variado: brótolas(2), salmonetes, rape y pez espada.

Uno de los días que fui a comprar a la pescadería encontré unas hermosas pescadillas de medio kilo. La pescadera las denominaba "merluzas" porque allí no se suelen dar de ese tamaño y como se suele decir el ojo del amo engorda al caballo. Pedí la vez y me la dio una de las dos señoras que estaban esperando para comprar. Empecé a rezar para que ellas pidieran otra cosa a la vez que me creaba expectativas y evaluaba las alternativas de cocinado de las "merluzas".

Estando en ese estado de estrés entró un hombre en la pescadería. La pescadera se dirigió a él para atenderle, saltándose todas las reglas del turno. En aquel pueblo los hombres no iban a la compra. Si aparecía uno tenía que ser por una causa de fuerza mayor y se consideraba que su tiempo era oro y el de las mujeres chatarra. Me pareció fatal, pero me contuve. Pero cuando el hombre abrió la boca y dijo "ponme las merluzas" ya no hubo barreras para contener mi indignación. Podía resignarme a que las señoras que iban antes que yo las compraran, era una cuestión de suerte, pero que entrase un hombre y sin esperar turno se llevase mis plateados objeto de deseo ¡NO! No lo podía consentir.

La pescadera puso las "merluzas" a pesar y mientras ella miraba en la báscula cuando la aguja llegaba a su tope, cogí la bandeja del peso y deposité de nuevo los pescados en el mostrador. Miré al caballero y le dije: "Usted ha llegado después que yo y no se va a llevar las merluzas". La pescadera se quedó de piedra y el hombre se quedó mudo y las señoras que iban delante me miraban como si estuviera loca. No sé si fue por miedo o porque tenían otros planes pero las señoras que iban delante de mí pidieron otra cosa y conseguí llevarme mis "merluzas".

Cuando nos las comimos le conté a mi marido lo duro que era hacer la compra en este pueblo con lo fácil que era hacerla en Madrid.

(1) Digo mujeres porque en al mercado en aquelas épocas no acudía ni un hombre
(2) La brótola es un pescado blanco riquísimo parecido a la pescadilla pero más blando. No lo venden fuera de la zona donde se pesca porque no debe aguantar bien el transporte.

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sábado, noviembre 11, 2006

Leonard Peltier

Me desperté el otro día con la idea de escribir algo sobre Leonard Peltier. Pensé que sería interesante dar a conocer un poco la personalidad de un hombre tan singular, con unas vivencias tan lejanas a las nuestras, pero no desconocidas.

Hace ya bastantes años que tengo contacto con los Lakotas. Tuve la suerte de conocer a Archie Fire Lame Deer, del que aprendí muchísimas cosas, sobre todo el profundo amor por la naturaleza.

Leonard Peltier procede de la tribu Lakota Oglala, una tribu Sioux, que hoy en día vive en Dakota del Sur.

La película "Incident at Oglala" de Robert Redford, da una visión actual de los nativos americanos y cuenta, a su modo, los sucesos acaecidos en Pine Ridge, que tuvieron como consecuencia el encarcelamiento de Leonard Peltier.

Hay mucho publicado en la red sobre él, pero si queréis tener una idea podéis entrar aquí.

Creo que lo mejor que puedo hacer es poner a vuestra disposición esta carta que escribió desde su celda:

Saludos mis hermanos y hermanas,

Primero, deseo agradecerles el haberme permitido el honor de poder hablar aquí. Aunque seamos de diversos colores, de diversos orígenes, y culturas, honro eso y reconozco nuestra madre tierra en común. Estoy en solidaridad con ustedes. Estoy en solidaridad con ustedes contra nuestro enemigo común, un enemigo que tiene muchas caras pero solamente un resultado de su agresión. Es una agresión aprovisionada por un apetito insoportable por la riqueza y el poder sobre nuestros recursos, nuestras vidas y nuestra tierra. Debo mencionar que el recurso que ocupa el lugar más importante de nuestro futuro, son nuestros niños, nuestras generaciones futuras. Porque el agresor tiene muchas caras y el más peligroso está sonriendo y muchas veces trae regalos brillantes, debemos armarnos con conocimientos. Con todo en la obtención de esos conocimientos, para no convertirnos en el enemigo. Ahora hay una guerra entre la tecnología de la vida y la tecnología de la muerte. Si usted se pregunta a cuál de los dos está mirando, mire el efecto a largo plazo de lo que se le presenta a su pueblo. El agresor no puede sacar continuamente de nuestra madre tierra y contaminar el aire y el agua y llamar a esto progreso. Esto es una regresión a la vida no una progresión de la vida.

Como dije debemos armar a nuestros niños y a nosotros mismos con conocimientos porque el conocimiento es poder. Debemos luchar para mantener armonía con el creador y nuestra madre tierra. Debemos luchar para mantener el equilibrio con nuestros hermanos y con nosotros mismos. Debemos reconocer la cara del agresor que viene a nuestros niños en forma de drogas y de alcohol o cualquier cosa que destruye nuestro círculo de la vida. Debemos mirar continuamente dentro de nosotros mismos y preguntarnos si estamos sirviendo a la vida o a la muerte. Debemos continuamente ejercitar nuestro músculo espiritual y mantenerlo fuerte así como nuestros cuerpos. Debemos reconocer que demasiadas veces nuestros esfuerzos de organizar son debilitados por la contrariedad dentro de nuestro propio grupo. Éste es nuestro problema más difícil de superar. Debemos ser honestos unos con otros y estar dispuestos a aceptar críticas constructivas o las preocupaciones habladas de hermanos y hermanas, y honrar esa sinceridad.

Los que han dado sus vidas por su pueblo son siempre agradecidos por su ejemplo. No hay mayor expresión de amor. Los que luchan diariamente para parar la destrucción de nuestra madre tierra, están expresando el verdadero amor por el trabajo práctico del creador. Era un hombre joven cuando me encarcelaron por luchar por mi pueblo. He estado aquí casi 28 años. En mi encarcelamiento, tengo mucho tiempo para meditar, rogar, reflexionar en el pasado y en las posibilidades del futuro. Les digo a usted, ellos han capturado solamente mi cuerpo no mi alma, corazón o espíritu. Si en mi encarcelamiento y en mis discursos he traído un sentido que liberaría a un niño o a una madre o a un padre, o a cualquier persona de nuestra familia mundial de pueblos indígenas, del hambre, de la pobreza de la mente, del cuerpo, de la cultura, o del espíritu, entonces todo mi tiempo no ha sido inútil. Mi espíritu está presente en su medio hoy. Deseo que mi cuerpo pudiera estar allí también. No obstante, estoy presente en solidaridad con ustedes desde mi célula en la penitenciaría de Leavenworth.

Su hermano en el espíritu de resistencia,

Leonard Peltier

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miércoles, noviembre 08, 2006

Desarrollo sostenible

Este post va dedicado a Julen que le hacen gracia mis crónicas sobre eventos. Desde aquí le pido disculpas por no haber asistido al evento BlogAut, lo que me impedirá escribir la crónica. Soy una malqueda vecina de su First life, pero sé que no me lo tendrá en cuenta.



Nos remontamos a junio del 2002 ...

Teniendo aún reciente la lectura del El mercado y la globalización, de José Luis Sampedro, fui a una charla de título Las Telecomunicaciones: un Desarrollo Sostenible. En ella descubrí una nueva estrategia de las multinacionales, que consiste en aumentar la cuenta de resultados por medio de una imagen solidaria con la sociedad y respetuosa con el medio ambiente. Lo del desarrollo sostenible está claramente enfocado a la sostenibilidad final -"quicir"(1) la cuenta de resultados-, que a fin de cuentas es la que paga la nómina seamos o no respetuosos con el medio ambiente o solidarios con nuestros congéneres.

El evento se desarrolló en el edificio de Ericsson y lo moderaba el presidente de CIECAT(2). El ambiente era muy agradable y cosmopolita -cual corresponde a una multinacional acostumbrada a agasajar a sus grandes clientes-. Como lujo asiático tenían a una persona que pasaba las transparencias de PowerPoint, puesto laboral desconocido por mí hasta la fecha. Primero un sueco nos contó el poco C02 que tienen las líneas de abonado (yo no sabía que lo tenían). Luego tomó la palabra un director de una operadora fija para enumerar todos los AENOR de su empresa y todas las comisiones de medioambiente. En tercer lugar intervino una operadora móvil, representada por la responsable de medioambiente que contó todos los esfuerzos para crear su sistema de gestión medioambiental. Llegado a este punto, pausa para el café.

La sala donde nos sirvieron el desayuno era fría y funcional; personalmente me gustó la decoración. El desayuno era abundante y exquisito, tuve opción de comerme cinco minicroissants y tres pastas de té (recientemente en un sarao de APD solo pude comerme una pasta y porque estuve muy despierta)

Tras la pausa cafetera, otro san sueco nos contó cómo organizan voluntariado para asistir en grandes catástrofes en colaboración con la ONU. A una pregunta de cómo gestionan a los voluntarios para que no les afecte a sus planificaciones, saltó la liebre al decir que primero es el cliente y luego la catástrofe. Terminada la presentación de los voluntarios de Calcuta ?perdón, de Ericsson- se pasó al turno de ruegos y preguntas.

Para romper el hielo, el moderador le hizo una pregunta a la representante de la operadora móvil, que la puso en un brete ya que no sabía cómo contestar. El calor de la situación derritió el hielo y las preguntas del público empezaron a fluir hacia los representantes de las operadoras. En este punto empezó el efecto Boomerang de la mesa contra los inocentes asistentes: cuando se realizaba una pregunta a una operadora su representante en la mesa buscaba un compañero del su empresa para pasársela. De esta forma varios asistentes fueron atracados in situ sin que les diera tiempo a decir aquello de me alegro que me haga esa pregunta...

Hasta ese momento todo iba sobre ruedas, el coloquio era ameno y las preguntas inteligentes y sin acritud. Pero se acercaba la hora D del día H: el partido España-Sudáfrica. La mesa -muy respetuosa esta vez con las aficiones deportivo-patrióticas- cerró el coloquio a las 13:10. Pero un Pepito Grillo, a la sazón director de calidad de Ericsson, recordó que faltaba el representante de la Administración para clausurar la jornada. Con la educación que caracterizaba a todos los asistentes, y a pesar de que se acercaba peligrosamente la hora del partido de fútbol, nos quedamos en nuestro sitio esperando la llegada del hombre del Ministerio.

El representante del Ministerio de cuyo nombre no quiero acordarme, de categoría Director, tenía un aspecto de funcionario gris plomo y entró con total desfachatez a las 13:15 para clausurar unas jornadas a las que no había asistido. Sacó un papel que contenía un discurso polivalente donde hablaba de lo horizontal y de lo vertical que lo mismo servía para un foro de calidad de las Telecomunicaciones como para la asociación de mujeres maltratadas. Sólo nuestra buena educación y el temor de enfrentarnos a la Administración -poseedora de presupuestos eternos- nos impidió levantarnos y dejarle solo con su papelito.

Al punto que dijo: para concluir ..., los de la mesa dieron un respingo y se les notó un gesto de alivio. Como no hay mal que cien años dure, terminó su huero discurso cuando empezaba el partido de fútbol.

Balance de la charla: DOS CUADERNOS Y UN BOLI.

(1) Quicir es la contracción de "es decir", muy usada por una persona que se ganó a pulso el apodo de "Quicir" a fuerza de repetirla continuamente y de contagiarla a todo su entorno. Un día hablaré de Quicir, personaje que merece una semblanza
(2) CIECAT es el Círculo Español para la Calidad en Telecomunicación


Sección-Crónicas de sociedad

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domingo, noviembre 05, 2006

Arboladuras


Aquel sábado me fui a Cádiz a ver barcos. Estaban todos los grandes veleros atracados y dispuestos a partir hacia la competición, de modo que llegué al puerto bien tempranito. Había quedado con unos amigos que vienen de familia de militares de marina, gente de rancio abolengo naval.

El espectáculo era magnífico: los grandes buques insignia de muchos países, engalanados de pendones y marinería, luciendo orgullosos sus arboladuras y sus mascarones de proa.

Y de repente, un bocinazo me arrancó de mi contemplación. Eran los remolcadores. Esas barcazas negras, chatas y humildes. Feas y sin gracia, pero capaces de sacar del atolladero a cualquier trasatlántico. Al fondo, las grúas de hierro y el cemento de los muelles de carga. Durante un buen rato, tuve ante mis ojos la imagen vívida de otros puertos industriales, idénticos en todos los mares del globo.

Y entonces empezó la danza. Los veleros comenzaron a largar cabos y los remolcadores ?dos por cada navío- a sacarlos de puerto. Jalando uno de proa y otro de popa, parecían cagarrutas junto a la majestuosidad y las magníficas líneas marineras de los veleros. Pues bien, a poquito a poco, entre bocinazos y rugir de motores, los separaron del filo del muelle y los hicieron rotar sobre sí mismos, en giros de 180º, para despedirse de la ciudad y enfilar la bocana del puerto.

Me conmovió profundamente ver cómo esas grandes moles, prodigios de ingeniería naval y resultado de siglos de navegación y depuración técnica, necesitaban de la potencia y la maniobrabilidad de aquellas barcazas negras forradas de neumáticos para ejecutar sus pasos de baile.

El último en salir fue el Juan Sebastián Elcano, 117 m. de eslora y cuatro palos. Dicen los que saben que es el más marinero de todos, si bien no es el que más luce en puerto por no tener aparejos cruzados. Y durante dos años estuvo capitaneado por el padre de la amiga que nos acompañaba.

Cuando nos hubimos quedado huérfanos de mástiles, nos fuimos a comer a su casa.

Nada más llegar, pedí pasar al baño y un bujero para el pen(1), pues tenía que abrir el correo y mandar unos archivos. Subí al despacho por una escalera de caracol, y me senté frente a una magnífica pantalla de las de plasma. Abrí internet, y mientras salía la maldita palabra "loading" del correo, fijé mi vista en la pared que había justo tras la pantalla.

Allí colgaba un solo cuadro: la reproducción de un grabado al aguafuerte, y en él podía verse una gran cordillera nevada y un poblado de casas diseminadas en su falda. Tuve la sensación de que, pese a ser un grabado antiguo, para mí era una imagen bien reciente. La curiosidad me llevó a leer el título. Era una imagen de Santiago de Chile. En 1800, o así.

Y preguntando el por qué de ese cuadro, mi amiga me contó que pasó su adolescencia en Chile. Me contó de sus amigos chilenos y de Viña del Mar. De otro tiempo y del Chile que conoció. De las recepciones en la Embajada y de la delicia del vino. De los mismos bailes de oficiales de mi madre en Sevilla. De los últimos años de Allende. Y del Chile mágico del desierto y la sierra. Me habló de su juventud y de su padre y de su madre y de los barcos y de sus amores y desamores. Sirvió el café en unas tazas de porcelana china compradas en un anticuario de Santiago. Cada una tenía un mes escrito (en inglés, por supuesto) con letras doradas, y las flores propias de ese mes. A mí me tocó noviembre con su ramito de violetas.

Nos despedimos sabiendo que en la vida los círculos cada vez son más estrechos. Más como si nos fuéramos acercando a no se sabe qué centro por la fuerza centrífuga de los años.

Tal vez por eso fuimos a ver los barcos, para soñar que nuestras almas volaban junto a esas velas, libres en un mar sin confines ni círculos ni elipses.

(1) Son AMIGOS-ADSL

Reflexiones

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jueves, noviembre 02, 2006

Con la sartén por el mango

Tirando de fondo editorial de nuevo, en este casó sobre el tema de la satén que encierra grandes secretos como su número áureo o su influencia negativa en el aprendizaje del swing en el golf. Nos centraremos en el segundo secreto y el primero lo dejo para los que les guste la física.



Cuando escribo estas líneas tengo tres ampollas en las manos: dos en la mano izquierda y una en el pulgar de la mano derecha. No es de barrer, ni de fregar, ni de arar en el campo, ni de segar, es de algo tan fino como jugar al golf. Las ampollas de la mano izquierda obedecen al hecho de que me he olvidado meter en la maleta el guante de golf y la de la derecha a que no sé sostener con propiedad los palos de golf.

Durante el curso escolar, una vez por semana, asisto junto con dos compañeras a una clase de golf. Las tres compaginamos la vida familiar con la profesional y además intentamos adquirir a base de esfuerzo y tesón un swing elegante y eficaz. El profesor, de una paciencia equiparable al Santo Job, no para de repetirnos que agarramos el palo con demasiada fuerza y que este defecto nos da rigidez al swing.

Vengo pensando que esto se debe a nuestra naturaleza controladora, acostumbradas como estamos a lidiar con las tareas del hogar y del trabajo, intentando tener todo dentro de un orden, sujetando siempre la sartén por el mango para ser dueñas de la situación. Esta actitud tan rígida se refleja cuando hacemos el swing y nos suministra un hieratismo propio de las faraonas egipcias, que arruina todos los esfuerzos del profesor por hacernos unas golfistas de pro. Nada más lejos de "un movimiento suave y acompasado" como retiradamente nos recalca en cada clase, seguimos cogiendo los palos de golf como si de una sartén se tratase y fuéramos a dar un sartenazo.

También las tareas domésticas aportan su granito de arena a la hora de restarnos flexibilidad. Tenemos la costumbre de sujetar con energía el palo de la escoba y el de la fregona. En este caso no salen ampollas, salen cayos, por el reiterado uso de estas herramientas de la limpieza. También sujetamos con cierto brío el plumero, a pesar de su ligereza. Sicológicamente, cuando nos dan un palo, tendemos a asirlo con fuerza y a moverlo con los brazos de derecha a izquierda. Por eso lo del giro y desgiro del swing no nos entra en la cabeza y parece que estamos barriendo con exagerados movimientos.

Tanto el exceso de ocupación en diversas tareas que proporcionan un constante stress, junto con lo vicios adquiridos por el uso de herramientas de limpieza domestica, limitan considerablemente el aprendizaje del swing. Por eso, es un deporte que se da más en las clases acomodadas en divanes que en las incomodadas por trabajos varios. Una señora que no sabe lo que es una escoba ni una fregona, que siempre tiene a alguien que se ocupa de su sustento y bienestar, parte de una posición privilegiada para aprender a jugar al golf.

Se lo tengo dicho a mi marido, que me retire de trabajar, que así nunca tendré un handicap decente, pero siempre me contesta que le retire yo. Respuesta fuera de toda lógica, porque él ya tiene un buen handicap y además, sería capaz de barrer con un giro de hombros que lanzase las pelusas por encima de los muebles.


Sección-Handicap 43

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miércoles, noviembre 01, 2006

Anís del más allá

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