viernes, 13 de febrero de 2015

mi habitación roja

No podía aguantar la risa, entrabas una y otra vez, haciendote el duro.
Las ataduras estaban suaves, me podía safar, te había pedido que me ataras boca abajo en la cama, pero no podías.
Nada de nalgadas, ni menos de usar azotes, sólo tus manos en mis nalgas acariciando y yo intendando hacer de cuenta que estaba bien amarrada.
Luz de velas, tus manos en mi coño, intentaste abrirlo al máximo de su capacidad, empezaste a jugar duro con las uñas, con los dientes...
Tenías permiso de hacer lo que quisieras, (siempre lo tuviste) y no podías hacer más que besarme, besar mis nalgas, mi espalda y tirar de mis cabellos con tanta suavidad...
Fuiste por el plug, mi castigo sería no ser penetrada.
pusiste tu verga entre mis manos, la sentía flácida (no te inspira el sado, para nada)
pero estabas dandome el gusto, las velas, el incienso, las sogas flojas y tu sin inspiración para nada.
de cualquier manera me introdujiste el plug, pusiste el vibrador y trajiste el otro dildo para meterlo en mi vagina.
sentía que me iba a morir mientras manipulabas ambos dildos y trataba de mantener las ligaduras falsas en mis manos y piernas.
ahhhg
un orgasmo espansivo y me dejé caer sobre la cama.
apagaste las velas y me quitaste las ligaduras. "bueno amor, ya te di gusto, ahora cojamos si?
amanecimos trenzados, de la manera más tradicional posible.
así sos vos