10.- ¡Che, escuchen! Se pudre todo (parte V de VI)
Buenos Aires, 28 de septiembre de 2012
[penúltima entrega de una serie de seis fragmentos que forman el décimo capítulo de este diario personal. para poder contarlo, antes hubo que vivirlo, lo bueno y lo malo]
Los sitios no son nada sin la gente que los habita. De todos los sitios por los que he pasado, el recuerdo que te queda, más allá de lugares, vistas, y demás, es el de las personas que estaban allí contigo. En este tiempo he conocido bastantes personas, y quería mencionar a algunas que han estado más cercanas a mí en los últimos tiempos:
- Los Rives. Patricia, Dani, Ayelén, Flor… son mi otra familia aquí, y no exagero. Estos meses no he estado apenas nada con ellos. No vienen casi por capital y yo no tengo bendita forma de ir hasta Bernal, donde viven, porque ando siempre ocupado. Les debo mil. Significan mucho para mí, y me han dado mucho cariño.
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Pato Leda. Es uno de nuestros compañeros en la facultad. También vive por zona sur. Tiene un grupo de rock llamado
Los Cubas, y es un rocker en potencia. Me gusta la actitud que tiene y el buen rollo que siempre lleva encima. Hemos compartido fechas de conciertos y le he invitado mucho a cantar conmigo. Un gran tipo.
- Patito Alvarez. El pichichi de zona norte. Pato me recuerda a Nico de la Flor, mi pseudo hermano pequeño en España, que tiene su relativo aquí en argentina. Patito es un genio de la guitarra, un adelantado a su edad, una persona que de seguir así y ponerle sólo un poco de ganas, no sólo vivirá de esto sí o sí, sino que destacará allá por dónde vaya. Sus padres le apoyan en todo, y él tiene un talento innato. Lo admiro mucho y es de esas personas que sólo puedes querer. Le estoy muy agradecido por apoyarme siempre. Es uno de “los niños perdidos” y sueño con llevármelo algún día conmigo a España a grabar y girar.
- Nico Pastelone. Forma parte del elenco de la facultad, de ese grupo de amigos que intentamos consolidar y que lamentablemente no hemos conseguido afianzar. Él siempre está de broma –a veces se pasa- y es una persona afable, que trata bien a los demás, y con el que paso buenos ratos. Ha sido incómodo saber que a él le gustaba mi novia, y eso ha creado a veces momentos medio desagradables, pero siempre hemos hablado las cosas, y la amistad se ha mantenido. Me gustaría haber sentido más apoyo suyo.
- Milagros. Abandonó la escuela para poder dar a luz a su hijo, que por cierto ha nacido hace apenas unos días. Me alegro porque todo haya ido bien para ella. Es increíble las vueltas que ha dado su vida desde que la conocí hace un año. De locos.
- Martin “Rock” Angulo. Posiblemente una de las personas que más valoro y aprecio. Siempre es sincero conmigo. Es uno de “los niños perdidos” más abnegado y trabajador. Su vida también ha cambiado mucho en este año, y se vino a vivir a la capital, ya que antes estaba en zona sur, viviendo en La Plata. Hemos compartido muchas cosas juntos, y espero y deseo que vengan muchas más.
- Lucía Muniagurria. Es compañera nuestra en la facultad. Lucía es un caso. En ella confluyen muchas cosas. Es raro de explicar y medio jugado hacerlo públicamente. No penséis raro, nada que ver. Me cae especialmente bien, siento que pasa por un momento muy delicado, y la veo como una persona madura e interesante. Tiene novio, al que además conozco y que me cae bien, y sé que es una chica que gusta entre el sector masculino. Ella y yo nos entendemos bien, aunque aún tengo que conocerla más.
- Lara Garinei. Con lara se da la casualidad de que hemos coincidido en horarios y clases siempre desde que entramos en la escuela. Hemos coincidido tanto, que hemos sacado notas parecidas, suspendido sólo el mismo examen, y para mayor sorpresa, justo vive en la misma ciudad que Natalia; Haedo. Es un encanto de persona. Tiene novio desde hace un mundo y es muy feliz a su lado. La envidio en ese sentido. Al estar muy ocupada entre estudios y trabajo, por desgracia no hemos podido hacer planes en los que ella se sume, pero viviendo en Haedo es posible que coincidamos.
- Lizzy Martínez. Hace bastante que no la veo. Le guardo un cariño especial. Esta joven paraguaya siempre se sale con la suya (o casi siempre). No sé cómo se las arregla pero logra ir saliendo adelante sin apenas ayuda y tiene una mirada que te ilumina. Sólo puedo desearle lo mejor.
- Guido Berhard. Dejó la escuela y desapareció. Nunca respondió a nuestros mensajes y se borró. Puede sonar grave, pero en esta ciudad y en este país ese tipo de actitudes, por lo visto no son raras. Pasó de ser nuestro amigo en la facultad a no volver a saber nada de él. Yo le tenía un aprecio especial. Tenía un don para la música. No sé en qué anda ahora mismo y es otra pérdida que lamento, aunque no quedábamos mucho porque siempre estaba ocupado en otras historias.
- Fernanda y Fabricio. Ellos siguen siendo dos de las personas fundamentales en toda esta historia. Siempre me echan una mano en todo, siempre me dan cariño, siempre participan, siempre me invitan a hacer planes,… los quiero mucho, y los necesito cerca. Fabri, toca el teclado en “los niños perdidos” y nos ha facilitado siempre las cosas mucho. Fer, está ahora ocupada en su nueva aventura empresarial. Son dos de los amigos con los que he compartido más momentos a lo largo de este año. También se nota en ese sentido las edades… tanto ellos, como Martin, Claudia o Dante están bien entrada la treintena, y sus actitudes son bien distintas a las que pueden tener chicos de veinte años. Cada uno aporta lo suyo, claro está.
- Dante Alvarez. Llegó, vio, y venció. Se hizo “niño perdido” de la noche a la mañana, y la conexión fue perfecta. Durante un par de meses estuvimos todas las semanas participando juntos en ensayos, conciertos, y demás vainas. Luego se lesionó, y ahora está más en lo suyo, así que espero poder coincidir pronto con él. Persona noble donde las haya, siempre preocupado en echar una mano, en colaborar, amable, respetuoso,… una de las personas más agradables que me he encontrado.
- Cristian Torres. Está ahí ahí en llevarse la palma como una de las personas con las que más tiempo he compartido. Los dos vivimos situaciones parejas en cuanto a cómo nos sentimos en esta ciudad, y cuál es nuestra situación. Venimos de realidades muy distintas y tenemos gustos diferentes, pero nos entendemos bien, y empatamos bastante bien, así que estamos en constante comunicación. Ya dije antes que es “voz y voto en los niños perdidos”. Una persona muy correcta, muy educada, inteligente, responsable, centrado, y bueno. Me sabe bien tener alguien así como amigo.
- Claudia Damerdjian. La señorita Damerdjian, que ha protagonizado muchas páginas de este diario, ha estado muy poco presente en los últimos meses. Tomó la sabia decisión de irse a vivir lejos de la casa de sus padres por su cuenta. No sé cómo llevará la soledad, ella que siempre adolece de eso, pero por lo que intuyo está más o menos como siempre. Me rio mucho con ella. Es muy graciosa, sin querer hacer gracia, lo que hace que yo me ría más. Una de las personas que más quiero en este país. Es muy buena, y conmigo ha sido muy atenta, muy cariñosa, y le estoy tremendamente agradecido.
- Ale Müller. Desde que se fue del hostel donde trabajaba en el turno de noche, he tenido la suerte de coincidir algunas veces con él. Hemos hecho algunos planes juntos, pero no muchos. Vive muy lejos de mí, sí, en la misma ciudad, pero las distancias son una putada enorme y más si no tienes vehículo propio. Me gustaría verlo más. Ha sido una de las caras más amables que me he encontrado en este lugar. Alguien con quien me siento realmente a gusto. Uno de mis preferidos, sin lugar a dudas. Sé que podrían pasar montones de años, que si me encuentro con este tipo le daré un abrazo enorme y me lo llevaré a tomar algo. Es un grande.
- Vicky Mayer. Ella no podía faltar aquí. ¿Sabéis que nada ha cambiado? Es increíble. Hace poco me dijo que había tenido una paciencia de santo. Yo creo que no se hace idea… Desde el primer momento aposté por ella. Es buena persona. Se preocupa mucho por los demás, a veces olvidándose de sí misma. Coincido con muchos de sus valores y la forma de ver las cosas. Estamos en sintonía. Mi intención no ha sido otra que ser su amigo, y sé que lo he conseguido, aunque me habría gustado compartir mucho más con ella, pero le cuesta, se enroca y se encierra en sí misma, y yo soy un afortunado porque sé que confía en mí y que me quiere a su manera.
- Tomy Leone. No sé si es tristeza o rabia. Tomy era mi amigo inseparable. Durante medio año estuvimos uña y carne día sí día también. Luego, se fue. Siempre fue muy colgado, pero una cosa es eso y otra cosa es esto. Esto, es decir, lo que tenemos desde la última vez que escribí es nada. Verlo una vez al mes. No llama, no contesta, no escribe, no aparece, no se une,… seguro que yo no me he enterado de algo. Es lo que quiero creer. Cuando me ha llamado he intentado ir siempre. Cuando le he llamado no ha estado. No he podido contar con él y me ha dolido. Siempre había excusas y pretextos. Se puso a trabajar en una papelería y dejó de coincidir con los de la escuela. Dejó de venir a los conciertos a tocar (posiblemente porque él quiere hacer otro tipo de música; heavy). Nunca vino a los ensayos cuando armamos la banda porque le suponía mucho esfuerzo trasladarse, y no tenía tiempo. Sé que le aprecio, que me importa, y que ha sido una de las mayores decepciones que me he llevado, porque desde que llegué hasta final del año pasado, había sido mi amigo inseparable. A veces voy a jugar al fútbol con él, es lo único que nos queda. ¿El consuelo? Que nunca es tarde, y que mañana es un nuevo día y una nueva oportunidad.
Y eso es todo. Mi vida en el hostel, mis estudios en la facultad de música, el tema económico, el estrés de la gran ciudad, la gente con la que comparto mi vida aquí, las sensaciones que tengo, los trabajos que realizo, mi música, mi barrio,… y he dejado para el final, aquello que más feliz me ha hecho y que más me ha influido, algo especial, diferente, que no me esperaba; conocer a Natalia.
[En unos días, publico el desenlace]