Aquella noche de 1999 conseguimos más condensador de fluzo para arrancar de nuevo el delorean. Dimos un salto de 11 años (año 2010) y por unos instantes nos arrepentimos de haber utilizado la máquina del tiempo. Todo iba bien en el Bolero, la música, el ambiente... hasta que llegamos a la barra y pedimos 2 claros, el camarero, dubitativo nos miró y dijo: "Hacía más de 10 años que no servía un claro", fue entonces cuando nos dimos cuenta de que algo había cambiado. Aunque el Bolero seguía igual, el mismo mobiliario, el mismo hombre con el mismo jersey y el mismo aspecto abriendo y cerrando la misma puerta, parece que ha hecho un pacto con el diablo ¡El jersey no tiene bolas 10 años después! En esos momentos nos planteamos ¿Realmente existen los vampiros?

Al llegar a la calle Varillas nos encontramos que el Harley estaba cerrado y unos metros más abajo nos detuvo una chica, con un gran parecido a Velma de Scooby Doo y un gorro de lana con el texto "Pussy Wagon" que nos invitaba a ir al Tum Tum. Después de aquella conversación nos dimos cuenta de que algo había sído modificado en el continuo espacio-tiempo, nos dijo que la Imprenta (bar mítico de Salamanca donde los haya) era ahora de pijos ¿Pijos? No puede ser, es cierto que desconocíamos cual era su definición de pijos pero era algo raro. Alli dejamos a la confidente, que si nos hubiera invitado a una copa en el Tum Tum, hubiéramos modificado la ruta por un momento. Y más adelante vino la catástrofe:


¡¡¡¡El Rivendel ya no existe!!!! Si quieres tomar pan del camino no podrás ir a esa aldea élfica, en su lugar puedes acudir a Valinor (Tierra de los Valar) y enfrente otro bar llamado TBO ¿Tebeo? Pero que coño es esto!!! Y la plaza San Costo, digo San Justo estaba limpia, iluminada y sin ningún alma ofreciendo chocolate ni otros dulces, aquello no era lo que habíamos dejado atrás, todo se desmoronaba hasta que...


...una luz en el camino (tal vez una estrella) nos guió y se detuvo en el Country ¡¡Por fin algo se mantiene en pie como antes!!!


Al entrar vimos en el suelo la confirmación, estábamos en el lugar correcto, y la pared era la de siempre:

Nos quitamos un peso de encima al ver que el bar de los bares seguía alli.

Y al volver al delorean nos encontramos en una columna de la Gran Vía al auténtico torero que coge al toro por los huevos:


Por los viejos tiempos