Hoxe (a estas horas xa por onte) en Libro de Notas unha nova entrega da columna De Ventrílocuos Impostores, e terceira entrega consecutiva adicada ó apropiacionismo, desta vez cun breve repaso polas versións máis significativas do ye-yé made in Francia, Italia e España... a ver se polo menos botades unhas risas...
3ª entrega veraniega dedicada a versiones, y esta vez, con un poco de ye-yé.
El fenómeno ye-yé surge en Francia a finales de los años 50, la economía se recurpera de la 2ªGM y hay una nueva generación de jóvenes que non quieren ser como sus padres. Uno de los principales factores de la rebeldía era la nueva música, los éxitos del rock’n’roll primero, y del soul después llegados de los USA, y del folk, el rhythm’n’blues, y el beat de UK eran los referentes a copiar, y al igual que en el mundo anglosajón, la industria discográfica creció a base de copiar y versionar canciones de éxito con buenos músicos de estudio poniendo a una nueva cara con buena voz y listo, si funcionaba, otra oportunidad, y sino siguiente... En Francia se siguió este patrón al dedillo, pero casi siempre traduciendo las letras a su idioma, y mayoritariamente escogiendo a chicas como reclamo. De esta manera la habitual interjección ‘yeah’ anglosajona, se tradujo en los coros con continuos ‘ye-ye-ye...’ y así comenzó a conocerse como música ye-yé. Y de ahí derivó a Italia y España, y Alemania y Paises Bajos en menor medida. Todos con sus peculiaridades. Así que hoy haremos un breve repaso por tres de estos escenarios, a través de algunas de las mejores versiones hechas en los movimientos ye-yé de Francia, las dos grandes estrellas de Italia y terminaremos en España con un clásico del quiero y no puedo, que en este caso fue puedo pero no me dejan...
La difusión del ye-yé en Francia tuvo un medio excepcional, el programa de radio Salut Les Copains, que comenzó a emitirse en 1959 de forma ininterrumpida hasta el 69, presentando cada semana a nuevos valores. De allí salieron Sylvie Vartan, Françoise Hardy, Chantal Goya, Clothilde, Jane Birkin o Anna Karina. Al programa se unió una magazine mensual, dedicado a la música, moda, y todo lo más moderno posible, y así surgiría lo de las chichas ye-yé que iba mucho más allá de las cantantes.
Todo se versionaba, y normalmente con gran éxito y buenos resultados, para ello se contrataba a buenos arreglistas y solventes músicos de estudio, aquí un par de ejemplos, como esta versión de Eillen sobre el éxito de Nancy Sinatra, (el audio original francés aquí, el insertado en su versión en alemán):
Por supuesto, todos los éxitos de los Rolling Stones eran traducidos al instante, en algunas ocasiones como esta de Marie Laforet, sin nada que ver con el original:
También otras mucho más melódicas, como esta versión del ‘Will you still love me tomorrow’ de Carole King (1960) interpretada por Jocelyne:
No siempre fueron versiones de éxitos extranjeros, uno de los mayores éxitos de la popular Anna Karina ('Roller Girl') llevaba por base el ‘Psyché Rock’ de Pierre Henry, en la primera versión pop de la electroacústica, y auténtica reivindicación de las vanguardias patrias. Del mismo modo que aquellas chicas no siempre eran una cara bonita con buena voz, algunas eran excelentes compositoras y músicos, como mejor ejemplo Jacqueline Taïeb con su ‘7 heures du matin’, una composición propia con numerosos guiños reconocibles y con una fuerza muy poco habitual en el género:
Pero tampoco fueron siempre chicas, a comienzos de los 60 eran la mayoría, pero con el éxito, todo se fue desdibujando, muchos jóvenes quisieron ser chicos ye-yé, algunos como Jacques Dutronc o Serge Gaingsbourg estaban tan sobrados de talento que apenas tuvieron que recurrir a la versiones, el resto querían seguir su estela y se atrevieron con subgéneros más diversos y muchos más ricos que sus compañeras de generación:
Desde el garage de Ronnie Bird en ‘Chante’, que versionaba la estupenda ‘I can only give you anything de los Them (del 66 todavía con Van Morrison en sus filas):
Sullivan convirtió el ‘(I Can’t Get No) Satifaction’ de los Rolling Stones en una ambigua pieza de psychodelia orientalista (‘Hashish Faction’) que no termina de dejar muy claro si está en contra de las drogas, o todo lo contrario:
Y uno de los más pesados, pero al que hai que reconocer que en medio de tanto drama y tanta tragedia melódica se atrevió con temas increíbles fue Claude François, el que más me gusta es ‘Un homme libre’ que capta a la perfección el espíritu del original ‘I’m Alive’ de Don Fardon:
También es muy popular su versión del ‘If I hada a hammer’ (‘Si j’Avais un Marteau’), pero que se queda en nada si cambiamos de país...
Saltamos a Italia, allí el fenómeno ye-yé se inició también a finales de los 50, con menos repercusión inicial y con la impresionante Brunetta (e I suoi Balubas) como diva, las dos mayores exponentes italianas fueron Rita Pavone y Caterina Caselli, ambas cambiaron pronto el chip hacia lo casposo, pero en pocos años tuvieron tiempo para convertirse para siempre en las chicas ye-yé italianas.
Caselli fue la gran estrella pop italiana de los años 60, apodada el Casco d’Oro, siempre fue mucho más proclive a hacer versiones de éxitos anglosajones, desde los Rolling Stones, convirtiendo el ‘Paint it, Black’ en un soso 'Tutto Nero' por exigencias del guión, o el ‘I’m a Believer’ de los Monkees convertido en el ‘Sono bugiarda’ mucho más gracioso y uno de sus mayores éxitos, en 1967:
Habitualmente incluía versiones de los Beatles y bandas muy melódicas en su repertorio televisivo, por eso vamos a destacar también este ‘Baby please dont go’ (un clasico del blues de los años 30 recuperado en los 60 por Them) como rareza:
Y en frente, Rita Pavone, Pel di Carota que en mi opinión tenía muchas más cualidades artísticas, tanto por su poderosa voz, como su facilidad expresiva, pero optó por la tradición melódica italiana, y dejó lo de la modernidad para contadas ocasiones. La mayoría de sus versiones eran nuevas interpretaciones de otros artistas italianos, por eso destacamos la ya mencionada de ‘If I had a Hammer’, convertida en esta insuperable ‘Datemi un martello’, desde luego la única versión en que de verdad te crees que quiere uno para usarlo...
Y saltamos nuevamente de pais a través de Rita Pavone (que igual que Caselli se versionearon a si mismas en español, con muy poco éxito), uno de sus primeros éxitos fue 'La partita di pallone' de 1963, que ya ese mismo año fue versionada en España por una de las primeras chicas ye-yé en alcanzar realmente la fama, era Gelu con su 'El partido de Futbol' del 63:
El fenómeno triunfó en España, pero siendo otra cosa. Aunque en realidad el ye-yé, era algo concreto, que a través del éxito fue creciendo y cambiando, como hemos visto ejemplos en Francia, en España fue desde el principio muchas más cosas, tantas que casi todo era ye-yé, o mejor dicho el ye-yé no era realmente nada. Para el público y los medios oficiales, llegó a asímilarse ye-yé con todo lo moderno, todo lo que venía del exterior (una década después de la autarquía todavía se recelaba en muchos sectores de todo lo foráneo, menos de las suecas, claro). Todo lo distinto a lo tradicional se consideró ye-yé, todo aquello que no fuesen sinfonías, boleros, jotas, flamenco y muiñeiras era ye-yé, cuando nos lo explica el tío José Luis López Vázquez nos queda mucho más claro:
Así entre el ye-yé español de los 60 encontramos todo: psycodelia, garage, soul o rhythm’n’blues, hasta el salto en los 70 hacia las formaciones de rock progresivo, cuando a los rockeros se le comenzó a identificar directamente como melenudos, todo era ye-yé. En este caso prescindimos de los chicos, porque hai fenómenos de todo tipo, pero realmente en España no hubo muchos chicos auténticamente ye-yés. Y Chicas? mencionábamos a Gelu como una de las pioneras, sobra decir que hubo unas cuantas más, aunque no todas grabaron en estudio, pero en cualquier caso todas ellas fueron eclipsadas en la memoria colectiva por Conchita Velasco, con su ‘Chica Ye-yé’ de 1965, uno de los mayores éxitos de la historia musical española, tema generacional, icono cultural y demás, la lógica indicaría que este tema abriría las puertas a más chicas ye-yé, que las discográficas se lanzasen a por nuevas estrellas, pero sin embargo no fue así, no más chicas ye-yé, Desde entonces en España solo habría una chica ye-yé y ninguna más. Así de ridículo y así de real. Como en muchos otros ámbitos culturales, pero sobre todo en la música, todo lo que no podía ser asimilado por ese nuevo folklore aperturista y artificial del ‘tipical spanish’ era ignorado, y borrado de lo memoria colectiva (y así hasta no hace mucho tiempo, muy poco diría yo... pero ese ya es otro asunto para filosofar sobre los documentales de música española de tve y dejar salir la furia de la vergüenza que dan...).
Una de esas chicas eclipsadas fue Sonia, precoz estrella infantil, que desde muy joven fue prototipo de chica ye-yé, en sus eps versionaba temas de Cliff Richard & The Shadows, el ‘If I had a hammer’ de Pete Seeger, convertida en ‘Si tuviera un martillo’ totalmente en la onda de la misma Rita Pavone de quién también versionó otros de sus éxitos, pero que en este caso podréis entender perfectamente lo del ye-ye-ye... fue su mayor éxito comercial:
También hizo versiones de bandas británicas como Manfred Mann y su poco afortunada 'Do Wah Diddy Diddy', abandonó su carrera en 1966 por la escasa atención que recibía de su discográfica y la nula promoción de sus discos. Pero con el paso de los años siempre será recordada por su fantástica versión del ‘Get off my Cloud’ de los Rolling Stones, ‘Aquí en mi nube’:
Y por último saltamos hacia finales de la década para encontrarnos con Shelly y La Nueva Generación, una auténtica anomalía en cuanto al fenómeno ye-yé, y dentro de la propia música española. En primer lugar por que no era una chica contratada para cantar lo que le pusieran delante, sino que La Nueva Generación era una grupo de verdad, que componía sus propias canciones y que además tenía a una chica como cantante (Shelly era hija de españoles emigrados en Venezuela) de lo cual apenas hay casos, y sobre todo por que en apenas un año de existencia publicaron tres eps, con sus propios temas, totalmente freakbeat, algo que en España solo a unas pocas bandas les permitían sus discográficas (como Los Kifers, Los Gatos Negros o Los Salvajes en contadas ocasiones), participaron en películas, y completaron una gira americana. Y de repente desaparecieron como si jamás hubiesen existido. Quizás sea uno de esos caso en que eran demasiado avanzados para su momento, si escucháis 'I’m Just a Fool' o 'I’m a Poor Girl' veréis que esto ya no es la España cañí de Gelu, ni de Conchita Velasco, y es que Shelly no era exactamente el prototipo de chica ye-yé, sino que iba un poco más allá, nada de poses ingenuas, una voz tremenda y unos movimentos antes nunca vistos. Se supone que la separación vino por sus pocas ventas y la incomprensión de su propuesta. Su último single de 1969, fue ‘Vestido Azul’ una versión del tema ‘Vesti Azul’ compuesto por Nonato Buzar para Wilson Simonal, pero que no deja rastro alguno del tropicalismo brasileiro y lo convierten en puro freakbeat y pop psicodélico:
Para que luego España se queje, de que aquí no había... de que no dejaban... y de lo que se olvida por el camino que? Como decía Reixa: <<Haiche moito ye-yé>>.
Mon Falcón