Hoy quiero compartir con vosotros el resultado una pieza muy especial. Y ha sido así, primero, porque es el resultado de trabajar junto a mi padre ,y segundo, porque es un trabajo para mí,. Gracias a él ha sido posible llevar a cabo este proyecto de cabecero. Le presenté la idea, y juntos la fuimos perfeccionando. Y aunque él no tiene el título de carpintero, trabaja la madera como los mejores.
La idea surgió de una antigua puerta de castaño que tenía por casa. Me parecía que daba la medida para esta pieza, y además quería hacer alguna parte de rejilla tejida a mano para mi ( ya sabéis, en casa del herrero, cuchillo de palo).
Así se veía la puerta al empezar. Mi padre la adaptó a la medida necesaria, hizo las piezas de los laterales, torneó las patas y los terminales y hizo el marco donde iba a ir la rejilla echa a mano. Todo de madera de castaño reciclada de otras piezas que teníamos.
Por mi parte, decapé la puerta y limpié la madera para que toda la pieza quedara de un color uniforme. Y después tocó tejer la rejilla:
Una vez terminada la rejilla se montaron todas las piezas juntas. Después un poco de color, barniz, y ¡listo!. Este es el resultado, un cabecero precioso, y sobre todo único en todos los sentidos. Una pieza con un gran valor para mi, de la que voy a disfrutar muchos años. Espero que os guste