viernes, 26 de diciembre de 2025
miércoles, 24 de diciembre de 2025
Bolivia: el "gasolinazo" de Rodrigo Paz
Hay que organizarlo.
“Sorpresivamente”, el presidente Rodrigo Paz lanzó el miércoles 17 el decreto 5503, que en su parte fundamental quita subsidios a los combustibles y aumenta el precio de las naftas. Amplios sectores populares lo llamaron “el gasolinazo”: ¡la gasolina subió un 100% y el diésel un 160%!
Inmediatamente, comenzaron a desarrollarse, en forma semi espontánea, acciones de protesta con cortes de ruta, marchas y concentraciones en diversas ciudades y zonas de Bolivia a lo que se considera un fuerte ataque contra el pueblo trabajador y pobre. Rápidamente la tarifa del transporte público se subió en forma arbitraria por las patronales transportistas (en muchos casos en un 100%) y se está desarrollando un proceso de aumento de precios de los productos de consumo popular. El gobierno también está imponiendo la libre exportación (lo que repercute en aumento de los precios internos).
Frente a este cuadro de agitación y movilización, la COB (Central Obrera Boliviana) ha convocado este viernes 19 a una huelga general indefinida a partir de este lunes 22.
Ya hace un par de días que muchos sectores de choferes y camioneros estaban parando y/o cortando rutas.
El sábado, Evo Morales llamó a organizar una marcha popular primero hacia Cochabamba y luego hacia la Capital (La Paz).
Pero el éxito del paro no está garantizado. Hay mucha confusión y el gobierno se lanzó a una fuerte campaña política buscando, también, quebrar cualquier frente huelguístico. El domingo a la noche llegó a un acuerdo con las cámaras de choferes para que levanten la huelga, a cambio de negociaciones para darles ciertas ventajas corporativas (baja de impuestos, libre importación de repuestos, cupos de gasolina, etc.).
Aun así, el paro se empezaba a extender, pero no se puede saber aún a ciencia cierta su real efectividad.
La dirección burocrática de la COB ha estado, durante los últimos años, subordinada a los gobiernos (de Evo Morales, de la golpista Añez y de Arce consecutivamente). Recientemente ha sido cambiada por una nueva dirección, que es la que ha convocado ahora al paro general hasta que se retire el decreto del “gasolinazo”. El gobierno de Rodrigo Paz metió preso al exdirigente de la COB, Huarachi, acusándolo de corrupción con amplio despliegue publicitario para deteriorar la cohesión de los trabajadores en su resistencia al gobierno antiobrero y volcar a las clases medias a favor del “ajuste”.
En general, el gobierno ha lanzado en forma improvisada la constitución de “Comisiones de la Verdad” para investigar la corrupción en diversas reparticiones de los gobiernos del MAS. Saca del “manual del libertario” este tipo de campañas para plantear que la crisis de Bolivia y los sufrimientos que se le pretende endilgar a los trabajadores son producto de los gobiernos “populistas” y “corruptos” anteriores.
Ofensiva derechista
Por supuesto que no se trata de un ataque aislado. Va acompañado por una tendencia devaluatoria; y hace un par de semanas se quitó el subsidio a las harinas, lo que determinó un aumento drástico del 60% en el precio por unidad del pan (de 0,50 a 0,80$ bolivianos).
Rodrigo Paz se presentó en las elecciones como un centroderechista opuesto a las candidaturas derechistas de Doria Medina y Jorge Tuto Quiroga, que se esforzaban en considerarse como los Milei bolivianos. Rodrigo Paz prometía que sus “ajustes” iban a ser realizados con “gradualidad”, no con medidas de “shock”, y protegiendo el bolsillo popular. Se presentaba como una especie de Massa, el candidato del kirchnerismo contra Milei en el 2023.
Para ello, fue ampliamente utilizada la figura del “capitán” Lara –un excomisario policial, licenciado de la fuerza por sus denuncias contra la corrupción-, que fue como candidato a vicepresidente de Rodrigo Paz, desarrollando una campaña populista en las barriadas populares.
Evo Morales dio “libertad de voto” en el balotaje aunque bajo cuerda llamó a votar por Rodrigo Paz, pero –aclaró- sin darle un cheque en blanco (en la primera vuelta había convocado al voto nulo, que saco 1,3 millones de votos).
Alineamiento con Trump y Milei
Pero… rápidamente Rodrigo Paz se alineó con Trump y Milei. En materia de política exterior se sumó a la campaña trump/mileísta que prepara las condiciones para invadir Venezuela e imponer un cambio de régimen abiertamente proimperialista volteando al gobierno de Maduro. Por otra parte, acaba de reconocer, en una ceremonia realizada en Washington, al gobierno sionista genocida de Netanyahu, con el que Bolivia había cortado relaciones, señalando que está dispuesto a “coordinar regionalmente” (¿?) con este.
Ha llamado nuevamente a la DEA (la central de inteligencia yanqui contra el narcotráfico) a que regrese para actuar en Bolivia (de la que había sido expulsada hace una década) contra el narcoterrorismo: lo que preanuncia ataques contra el campesinado cocalero.
La “justicia” ha liberado a la golpista presidente Añez y lo está haciendo con todos los racistas golpistas del 2019. El emblema indígena de la Whipala ha sido quitado de la bandera de ceremonias nacional. Avanza la reacción política.
Pone en marcha el “capitalismo para todos”
Durante la campaña electoral, contra el estatismo corrupto de Evo Morales y de Luis Arce y contra los “ajustes” ortodoxos contra el pueblo, Rodrigo Paz prometió “capitalismo para todos” y “platita” en el bolsillo de la gente.
El “capitalismo para todos” está siendo puesto en marcha, beneficiando al gran capital y descargando la crisis sobre las masas trabajadoras. Rodrigo Paz eliminó impuestos que debe pagar el gran capital, entre ellos el impuesto a las Transferencias Financieras y el Impuesto a las Grandes Fortunas.
Afirma que son “ineficientes” y “perjudiciales” a la economía nacional, que no aportarían sino poco más del 1% a los ingresos fiscales y que por culpa de ellos los capitales “se fugan”. ¿”Perjudiciales para quién? Para los capitalistas. En cambio, ataca las condiciones de vida de las masas trabajadoras y campesinas.
Crisis en el gobierno
Este giro derechista y antiobrero ha determinado una crisis en el seno del nuevo gobierno. El vicepresidente, capitán Lara, ha salido a desmarcarse –en varias oportunidades en forma violenta- de su compañero de fórmula, el presidente Rodrigo Paz. Lo tildó de “mentiroso” y de haber traicionado sus promesas de campaña electoral. Señaló que el verdadero jefe del gobierno es el derechista Doria Medina. Pero lo hace de una manera ecléctica. Se pasó las primeras dos semanas de gobierno, cuando Rodrigo Paz ponía en marcha sus equipos y su ofensiva, haciendo viajes “diplomáticos” al exterior. Critica a Paz porque está jugando con fuego, azuzando la rebelión popular, pero no se coloca abierta y claramente del lado de esta.
Y, a pesar de que plantea derogar el decreto del “gasolinazo” y amenaza con la ruptura, llama cada tanto a Rodrigo Paz a consensuar una política común. Rodrigo Paz, por su parte, ha nombrado un nuevo cargo: el de viceministro de “relaciones parlamentarias”, con el que pretende disputar los fueros del excapitán como vicepresidente a cargo del funcionamiento del parlamento.
Comando de Lucha
No alcanza con una convocatoria: es necesario organizar la huelga general. Convocar asambleas en fábricas, minas y barriadas para poner en marcha la huelga, formar piquetes y movilizar al pueblo. El gobierno ha convocado al “diálogo”, pero la respuesta de la COB ha sido, en este punto, correcta: solo se puede “dialogar” si el gobierno retira previamente el decreto 5503. Lo primero es derogar el decreto del “gasolinazo” y retrotraer los aumentos de las naftas y las tarifas del transporte.
Asambleas y plenarios con delegados mandatados, conformar comandos de coordinación de la huelga y las movilizaciones, marchar hacia congresos nacionales de los trabajadores y los campesinos con delegados electos y mandatados.
Para ello es fundamental reagrupar, en torno a posiciones de independencia de clase, a la vanguardia de estas luchas. En particular, a los sectores de base que se ilusionaron con el “capitán” Lara y Rodrigo Paz y a las bases en evolución dentro del masismo. Frente único para derogar el decretazo 5503.
Rafael Santos
lunes, 22 de diciembre de 2025
sábado, 20 de diciembre de 2025
Una “gran armada” bloquea el Caribe para atacar a Venezuela
El reciente documento de Seguridad Nacional firmado por Donald Trump, expone toda la ‘racionalidad’ de la guerra lanzada por Estados Unidos contra Venezuela. Se trata de expulsar de América Latina a los rivales económicos y políticos del imperialismo yanqui (por sobre todo a China); convertir al subcontinente en una plataforma excluyente de las cadenas de producción norteamericanas; y combatir la migración masiva y expulsar a la población migrante de EEUU, como punta de lanza para instaurar un régimen político de excepción (no solamente policial) en Estados Unidos. La guerra contra Venezuela, como ocurre con el conjunto de la guerra mundial en desarrollo, es una manifestación final de las contradicciones explosivas que atraviesan las metrópolis imperialistas y la economía y política mundiales en su totalidad. En este contexto se ha ampliado la confrontación de Trump contra México, así como la guerra arancelaria inacabada contra Brasil.
Trump ha declarado el bloqueo naval contra Venezuela. Ha ejecutado operaciones de piratería marítima contra navíos sancionados que transportan crudo venezolano. Aunque continúa la ejecución extrajudicial de pequeñas naves acusadas de cargar drogas, la cuestión del narcotráfico es sólo la envoltura para imponer un cambio de régimen en el país e instalar un gobierno de ultraderecha pseudo liberal, incluso cuando gran parte de las fuerzas de oposición al gobierno de Maduro rechazan el extremo de una ola de ataques militares o una invasión. Maduro “tiene las horas contadas”, le confió al cotidiano Político. La perspectiva de un derrocamiento violento del gobierno de Maduro ha provocado un alza de la cotización de la deuda pública de Venezuela.
El bloqueo militar, considerado una acción de guerra, es completo. En el Caribe, frente a las costas de Venezuela se encuentra el 11% de los buques de guerra que Estados Unidos tiene distribuidos en el planeta. “A largest Armada”, se congratuló Trump. Puerto Rico ha sido reactivada como base militar, con claras proyecciones futuras, en un acto claramente colonial, en especial porque los puertorriqueños habían logrado eliminar esas bases hace casi dos décadas. Una parte importante del petróleo confiscado tenía por destino a Cuba. Como la capacidad de acumulación de petróleo, por parte de Venezuela, alcanza a lo sumo a cinco días, el bloqueo podría llevar a la inutilización de gran parte de la producción. El perjuicio afecta a China, que importa el 80% de las exportaciones de Venezuela, en especial como pago de deudas contraídas. Quien no está bloqueada es Chevron, amparada por un acuerdo firmado con Biden; del orden del 25% de la producción total, abastece a sus refinerías de crudo pesado en el Golfo de México. Otra cosa ocurre con Exxon, que fue nacionalizada por Hugo Chávez porque rechazó operar con Pdvsa la cuenca del Orinoco. Trump la recalificó como una “confiscación”, y ha pasado a formar parte del botín de guerra del gobierno imperialista. Exxon tiene, asimismo, un interés especial en una guerra, porque se ha convertido en el inversor dominante de Guyana, convertida en una enorme plaza petrolera, que disputa con Venezuela la región de Esequibo. La recuperación del Esequibo es una reivindicación compartida por toda Venezuela, ultraderecha incluida.
Los daños ocasionados a la población venezolana son enormes, porque han acelerado de nuevo la desvalorización del bolívar y porque amenazan la circulación del dólar – bajo control financiero de Estados Unidos (Swift). Las transacciones han comenzado a realizarse en cripto, aunque sólo para una minoría.
Los dos aliados de Venezuela (China y Rusia) apenas han abierto la boca. Ponen la prioridad en la guerra arancelaria desatada por Trump y en “el cese del fuego” pactado entre Trump y Putin en Ucrania. Los gastos inmensos efectuados por Chávez para modernizar a las Fuerzas Armadas con material de Rusia, han sucumbido a la obsolescencia y a los cambios políticos internacionales. La velocidad con que la guerra mundial se ha infiltrado en América Latina es impresionante, volviendo a dejar en “orsai” a la izquierda que se protege a si misma con la afirmación que el capitalismo mundial apenas atraviesa “conflictos locales”.
Gustavo Petro, el presidente de Colombia, ha advertido que Trump se está metiendo en un nuevo “Vietnam”. Puede ser una caracterización temeraria, cuando Venezuela no cuenta con ningún apoyo en su retaguardia territorial, como lo tuvo Vietnam con China. Trump no ha logrado derrocar a Maduro por medio de años de sanciones y bloqueos, y nuevas sanciones y nuevos bloqueos. Trump repite que no necesita autorización del Congreso de Estado Unidos para poner los pies en Venezuela; de hecho, los republicanos rechazaron una moción en sentido contrario presentada por los demócratas. Trump está lanzado a imponer una solución militar quirúrgica; las invasiones del imperialismo yanqui han fracasado miserablemente en Irak y Afganistán, y no consigue reunir una fuerza internacional para convertir a Gaza en un Protectorado. Atraviesa una crisis en sus fuerzas armadas, con renuncias de alto nivel. La “Gran Armada” que ha reunido en el Caribe está diseñada para un ataque a activos seleccionados en Venezuela, pero los críticos piden que se le ofrezca “una rampa de salida” para evitar la caída en un pantano final. No ha amenazado explícitamente a Cuba, a la que también califica como narcoterrorista, pero la tiene claramente en la agenda de guerra.
Como ocurre con el genocidio en Gaza, la declaración de guerra contra Venezuela ha dejado paralizados a los nacionales y populares de la Patria Grande, y a los stalinistas que han perdido las coordenadas y la brújula. Parafraseándolos: ALBALCARAJO. Desarman a los trabajadores y sabotean su movilización ante la mayor amenaza de la historia contra la independencia de América Latina. No sorprende. Lo mismo hizo el gobierno peronista de Juan Perón cuando el imperialismo yanqui armó una expedición para invadir a Guatemala y derrocar al gobierno de Jacobo Árbenz en 1954; un año más tarde un golpe gorila derrocaba a Perón. Ninguna de las usinas ‘intelectuales’ del kirchnerismo ha salido a denunciar esta clamorosa traición a la famosa Patria Grande.
Fuera el imperialismo de Venezuela. Por la Unidad Socialista de América Latina.
Jorge Altamira
19/12/2025
viernes, 19 de diciembre de 2025
miércoles, 17 de diciembre de 2025
martes, 16 de diciembre de 2025
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