Pendiente de un hilo estamos con la mentada corporación de la que hablaba en un post anterior...
A veces parece que no aprendes con las hostias que te dan y luego, reviviendo las escenas en tu cabeza dices "por qué no le habré contestado tal o cual...". Pero en realidad no somos tan valientes como nos gusta imaginarnos o, por lo menos, no lo somos cuando nos hace falta conseguir o conservar el cliente.
Sólo una vez le he dicho a un cliente lo que pensaba y fue porque se autodefinió a sí mismo como "un hombre muy machista". A partir de ese momento, la relación comercial fue en declive porque yo no podía ocultar mis dos tetas y él no podría reprimir su retrógrada forma de pensar.
Volviendo al tema de la corporación, atentos a la conversación:
- Bueno, pues lo que voy a hacer es presentar esto (el diseño y el presupuesto) a los de arriba y ya os diré algo
- Está bien, pero necesito que me firmes el diseño, ya que no tenemos ningún presupuesto firmado
- (el responsable con cara de póquer...)
- Hombre, tú trabajas en esto. Lo tienes que entender
- (cara de más póquer...)
Después de esa conversación (tensa conversación) aún hemos tenido que disculparnos afanosamente porque el buen hombre nos acusaba de no confiar en él (y en la corporación). Por poco nos da puerta. Le hemos hecho entender que no iba con él, que nosotros trabajamos así (que es la verdad) pero no atendía a muchas razones.
Finalmente, hemos conseguido que se calmara, que aceptara quedarse con el boceto de la discordia y despedirnos en paz "como buenos amigos".
Tres horas después, hablamos con el contacto que nos consiguió el trabajo (que aún no tenemos) y nos dice que el responsable no está seguro, que es muy caro, que los de arriba no se lo van a aceptar...
Te sientes bien cuando las cosas van bien, pero cuando te tratan como a un miserable principiante y te acaban colando un gol (porque creo que nos lo han colado) te dan ganas de pegarle una patada en salve sea la parte al que no te respeta...
Continuará...
Por cierto...
Sé que no está bien visto eso de criticar, malmeter o quejarse de las cosas que a uno le pasan en su blog. Podría decir como Umbral, que yo he venido aquí a hablar de mi libro. Pero lo cierto es que cuento estas cosas porque me gustaría que alguien aprendiese de mis errores y que, cuando intenten colarle un gol al susodicho, se acuerde de este humilde sitio de internet donde intentaron avisarle...
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