Siguiendo nuestra línea habitual de intentar recoger los estudios y evaluaciones sobre psicofármacos que van siendo publicados, traemos hoy quince trabajos del año en curso (y uno de 2014) que creemos de interés, con sus correspondientes enlaces (algunos a los artículos completos y otros a los abstract). Nos llama la atención cómo no cesa de acumularse bibliografía sobre efectos secundarios (hasta ahora sin duda minusvalorados) de los fármacos que solemos emplear en el tratamiento de los llamados genéricamente trastornos mentales, y también, no lo olvidemos, datos que ponen en duda al menos parte de la eficacia que considerábamos hasta hace no mucho fuera de toda duda. Sin embargo, nos parece escaso el efecto que estas publicaciones están teniendo en la prescripción de psicofármacos, que consideramos desmesurada, tanto a nivel de sobrediagnóstico como de polifarmacia.
En fin, atravesamos épocas pesimistas en cuanto a la esperanza de que realmente pueda haber una cambio en la atención a la salud mental tal como la conocemos. Demasiados intereses económicos, profesionales y sociales (de los que hemos hablado sobradamente en otros momentos y a los que no dejaremos de volver más adelante) para que confiemos en un cambio. O, al menos, para que confiemos en la posibilidad de tal cambio del sistema desde dentro. Si se llegara a producir una despsiquiatrización / despsicologización del malestar social, el fin del sobrediagnóstico, el fin del exceso de medicación / psicoterapia, etc., etc., será más por un movimiento desde fuera, a nivel de la opinión pública, casi de carácter revolucionario y sobre cuya probabilidad, para qué vamos a engañarnos, tampoco tenemos demasiadas esperanzas...
Pero no es el tema de hoy, aunque tal vez sea el único tema realmente importante. Vamos con un poco de ciencia, que no hará daño. La negrita es nuestra.
El British Medical Journal publicó en enero de 2016 una revisión sistemática y metaanálisis basada en informes de estudios clínicos sobre suicidio y agresión durante tratamiento antidepresivo. El objetivo era estudiar esos daños asociados con inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina e inhibidores de la recaptación de serotonina-noradrenalina, en concreto duloxetina, fluoxetina, paroxetina, sertralina y venlafaxina. Los resultados incluyeron 18.526 pacientes. Los ensayos clínicos tenían limitaciones en el diseño y discrepancias en los informes que podrían haber llevado a serias infraestimaciones de los daños. Las diferencias en mortalidad, suicidio y acatisia no fueron significativas, mientras que los pacientes que tomaban antidepresivos mostraron más comportamiento agresivo. Se destaca en el artículo que en los informes provenientes del sitio web del laboratorio Eli Lilly, casi todas las muertes fueron recogidas, pero todos los eventos de ideación suicida desaparecieron y la información de los resultados restantes era incompleta. Las conclusiones del artículo mencionan que, aunque en adultos no hubo incremento significativo en los cuatro resultados (mortalidad, suicidio, agresión, acatisia), en niños y adolescentes el riesgo de suicidio y agresión se dobló. Se precisaría acceso a los datos de pacientes individuales de forma anónima para elucidar los daños con seguridad. El artículo está disponible aquí.
El British Journal of Psychiatry ha publicado en este mes de noviembre de 2016 un artículo titulado "¿Deberían los psiquiatras ser más cautos acerca del uso preventivo a largo plazo de los antipsicóticos?" Como dice el abstract, a los pacientes que se recuperan de un episodio psicótico agudo se les prescribe frecuentemente antipsicóticos de forma preventiva durante muchos años, especialmente si son diagnosticados de esquizofrenia. Sin embargo, hay escasa evidencia acerca de la efectividad a largo plazo de esta práctica, y es creciente la preocupación sobre los efectos acumulativos de los antipsicóticos en la salud física y la estructura cerebral. Aunque la controversia permanece sobre algunos de los datos, los psiquiatras prudentes deberían regularmente revisar el beneficio a cada paciente de continuar los antipsicóticos preventivos contra el riesgo de efectos secundarios y pérdida de efectividad a través del desarrollo de supersensibilidad del receptor D2 de la dopamina. Los psiquiatras deberían trabajar con sus pacientes para reducir lentamente los antipsicóticos a la dosis más baja que prevenga el retorno de síntomas preocupantes. Hasta el 40% de aquéllos cuya psicosis remita después de un primer episodio deberían ser capaces de lograr un buen resultado a largo plazo o sin ninguna medicación antipsicótica o con una dosis muy baja. El artículo pueden encontrarlo aquí.
La revista Alzheimer Dis Assoc Disord publicó en abril-junio de 2016 un artículo sobre la asociación entre uso de antidepresivos en ancianos y riesgo incrementado de demencia. Se incluyeron 3.688 pacientes de 60 o más años sin demencia captados en un estudio de screening de depresión en atención primaria. Se comparó el riesgo de demencia entre los participantes de cinco grupos: sólo ISRS, sólo no-ISRS, grupo mezclado de ISRS y no-ISRS, pacientes deprimidos sin antidepresivos, y no deprimidos sin antidepresivos. Los pacientes con ISRS y no-ISRS tenían significativamente más alto riesgo de demencia que los sujetos no deprimidos sin antidepresivos. Además, los sujetos con ISRS tenían significativamente más alto riesgo de demencia que los pacientes con depresión grave sin antidepresivos. El artículo está disponible aquí.
El Comité de evaluación de nuevos medicamentos de Osakidetza (Servicio Vasco de Salud) ha valorado en este 2016 la vortioxetina, antidepresivo de reciente comercialización, siendo éstas sus conclusiones sobre el lugar en terapéutica de este fármaco: "En depresión mayor moderada o grave, se aconseja iniciar el tratamiento con los ISRS, antidepresivos con mayor evidencia y con mejor balance riesgo/beneficio. La vortioxetina sólo ha demostrado eficacia en el tratamiento de depresión con respecto a placebo, aunque en varios estudios tampoco fue superior a este último. No hay estudios que comparen vortioxetina con otros antidepresivos pero un metaanálisis que incluía brazos activos parece sugerir que la mejoría de los síntomas con vortioxetina es inferior frente a venlafaxina o duloxetina en comparaciones indirectas. En pacientes no respondedores a tratamientos previos, la vortioxetina mostró respuestas superiores a agomelatina aunque la selección retrospectiva de pacientes y el comparador elegido no permiten apoyar la eficacia de vortioxetina en estos pacientes. La compañía ha tratado de identificar una acción sobre el deterioro cognitivo en depresión pero los resultados no se atribuyen a un efecto distinto al propio antidepresivo. Su diferente mecanismo de acción no parece tener un impacto claro en el beneficio clínico. En seguridad es cualitativamente similar a ISRS e IRSN, aunque no hay estudios comparativos directos. Según ficha técnica vortioxetina puede retirarse de forma repentina sin necesidad de reducir gradualmente la dosis. Sin embargo, desde una postura más prudente, la agencia canadiense recomienda una retirada de manera gradual. El IPT considera que vortioxetina representa una alternativa más a los antidepresivos disponibles sin ventajas en cuanto a eficacia y el NICE propone reservarlo como alternativa de tercera línea, cuando dentro del mismo episodio depresivo no ha habido respuesta adecuada a 2 antidepresivos previos. Por todo lo anterior, vortioxetina no supone un avance terapéutico en el tratamiento de la depresión mayor". El informe está disponible aquí.
El British Journal of Psychiatry publicó en octubre de 2016 una revisión sistemática y metaanálisis sobre la relación entre adversidades en la infancia y trastorno afectivo bipolar. Los resultados señalaron que, a partir de los 19 estudios incluidos, las adversidades infantiles fueron 2,63 veces más probables de haber ocurrido en trastornos bipolares comparados con controles sanos. El efecto del abuso emocional fue particularmente robusto, pero las tasas de adversidad fueron similares a aquéllas en controles psiquiátricos. Los autores concluyen que la adversidad infantil está asociada con trastorno bipolar, lo que tiene implicaciones para el tratamiento de este grupo clínico. El artículo puede consultarse aquí.
La revista Psychotherapy and Psychosomatics publica en agosto de 2016 un trabajo sobre seguridad, tolerabilidad y riesgos asociados con el uso de los fármacos antidepresivos de nueva generación. Dice el abstract del artículo: "Los fármacos antidepresivos de nueva generación (AD) son ampliamente utilizados como la primera línea de tratamiento para los trastornos depresivos mayores y se consideran más seguros que los tricíclicos. En esta revisión crítica, evaluamos la literatura sobre eventos adversos, tolerabilidad y seguridad de inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina, inhibidores de la recaptación de serotonina-noradrenalina, bupropion, mirtazapina, trazodona, agomelatina, vilazodona, levomilnacipran y vortioxetina. Varios efectos secundarios son transitorios y pueden desaparecer después de unas semanas tras el inicio del tratamiento, pero los eventos adversos potencialmente graves pueden persistir u ocurrir más tarde. Incluyen síntomas gastrointestinales (náuseas, diarrea, sangrado gástrico, dispepsia), hepatotoxicidad, aumento de peso y anomalías metabólicas, trastornos cardiovasculares (frecuencia cardíaca, prolongación del intervalo QT, hipertensión, hipotensión ortostática), síntomas genitourinarios (retención urinaria, incontinencia), disfunción sexual, hiponatremia, osteoporosis y riesgo de fracturas, hemorragias, alteraciones del sistema nervioso central (disminución del umbral convulsivo, efectos secundarios extrapiramidales, alteraciones cognitivas), sudoración, alteraciones del sueño, alteraciones afectivas (apatía, efectos paradójicos), manifestaciones oftálmicas (glaucoma, catarata) e hiperprolactinemia. A veces, tales eventos adversos pueden persistir después de la interrupción del fármaco, produciendo comorbilidad iatrogénica. Otras áreas de preocupación involucran suicidio, seguridad en sobredosis, síndromes de interrupción y riesgos durante el embarazo y la lactancia. Por lo tanto, la selección racional de antidepresivo debería considerar los posibles beneficios y riesgos, la probabilidad de respuesta a la opción de tratamiento y la vulnerabilidad a eventos adversos. Los hallazgos de esta revisión deben alertar al médico para revisar cuidadosamente la idoneidad de la prescripción de antidepresivo en forma individual y considerar tratamientos alternativos si están disponibles". El artículo puede consultarse aquí.
El Sistema de Información Esencial en Terapéutica y Salud (SIETES) de la Fundació Institut Català de Farmacologia ha comentado un artículo publicado en The Lancet en agosto de 2016 sobre eficacia y tolerabilidad comparativa de antidepresivos para trastorno depresivo mayor en niños y adolescentes. Éste es su resumen:
ANTECEDENTES: Existe controversia sobre la idoneidad de tratar cuadros depresivos de niños y adolescentes con fármacos. El objetivo de este estudio fue comparar y clasificar los antidepresivos y placebo en el tratamiento de la depresión grave en niños y adolescentes.
MÉTODOS: Se realizó un metanálisis en red para identificar pruebas directas e indirectas a partir de ensayos clínicos relevantes a doble ciego, publicados y no publicados, hasta mayo de 2015, sobre el tratamiento agudo de la depresión grave en niños y adolescentes. Se incluyeron ensayos sobre amitriptilina, citalopram, clomipramina, desipramina, duloxetina, escitalopram, fluoxetina, imipramina, mirtazapina, nefazodona, nortriptilina, paroxetina, sertralina y venlafaxina. Las variables principales fueron eficacia (cambio en los síntomas de depresión) y tolerabilidad (abandonos a causa de efectos adversos). Se realizaron también metanálisis de comparaciones de dos opciones con el modelo de efectos al azar y a continuación un metanálisis en red de efectos al azar en un contexto bayesiano. Se evaluó la calidad de cada ensayo con la escala GRADE. Estudio registrado en PROSPERO con el nº CRD42015016023.
RESULTADOS: Se consideraron elegibles 34 ensayos con 5.260 participantes y 14 tratamientos antidepresivos.
La calidad de las pruebas fue calificada como muy baja en todas las comparaciones.
En cuanto a la eficacia, solamente la fluoxetina mostró diferencia estadísticamente significativa respecto a placebo [diferencia media estandarizada de -0,51 (IC95%, de -0,99 a -0,03)].
En términos de tolerabilidad, la fluoxetina también fue mejor que la duloxetina [OR=0,31 (IC95%, 0,13-0,95)] y la imipramina [OR=0,23 (IC95%, 0,04-0,78)].
Comparados con los aleatorizados a placebo, los pacientes que recibieron imipramina [OR=5,49 (IC95%, 1,96-20,86)], venlafaxina [OR=3,19 (IC95%, 1,01-18,70)] y duloxetina [OR=2,80 (IC95%, 1,20-9,42)] mostraron una mayor tasa de abandonos a causa de efectos adversos.
La heterogeneidad de los ensayos fue elevada; los valores globales de I2 fueron 33,21% para eficacia y 0% para tolerabilidad.
Se reproducen a continuación algunas frases de especial interés de la DISCUSIÓN:
"En primer lugar, nuestro resultados sugieren que se debe considerar la fluoxetina como la mejor alternativa disponible cuando está indicado un tratamiento farmacológico en menores de 18 años con depresión moderada o grave que no tienen acceso a la psicoterapia o que no han respondido a intervenciones no farmacológicas. Los demás antidepresivos no parecen ser adecuados como opción terapéutica".
"En segundo lugar, se halló que la venlafaxina se asocia a un incremento de la tendencia suicida en los jóvenes. Dada la ausencia de información fiable sobre la tendencia suicida asociada a otros antidepresivos, no pudimos evaluar de manera completa este riesgo para los demás fármacos".
"En la comparación con placebo, la fluoxetina fue significativamente más eficaz en los ensayos sin promotor industrial; sin embargo, una posible explicación podría ser que los ensayos sin promotor industrial suelen incluir un menor número de pacientes, lo que puede dar lugar a una exageración de la verdadera magnitud del efecto terapéutico".
"Nuestro análisis halló pruebas sólidas que sugieren un incremento significativo del comportamiento y la ideación suicidas entre los jóvenes tratados con venlafaxina. Desgraciadamente, a causa de la ausencia de información fiable sobre tendencia suicida sobre muchos antidepresivos, no fue posible evaluar de manera completa el riesgo de suicidio asociado a los demás fármacos".
"Conocemos la publicación Restoring Study 329, la corrección de la publicación fraudulenta de un famoso ensayo clínico con paroxetina en adolescentes, que fue inicialmente falseado en sus resultados publicados, por la compañía GSK. Dado que este artículo fue publicado después de la última puesta al día de nuestra revisión, incluimos los resultados originales [falsos], que son erróneamente favorables a paroxetina. Sin embargo, los resultados de nuestra revisión no fueron afectados por los resultados de este ensayo, porque en conjunto la paroxetina no mostró ninguna diferencia estadísticamente significativa en las comparaciones con placebo que se realizaron en nuestro estudio".
INTERPRETACIÓN: Cuando se considera el perfil beneficio-riesgo de los antidepresivos en el tratamiento agudo de la depresión grave en niños y adolescentes, estos fármacos no parecen ofrecer una ventaja clara. Probablemente la fluoxetina constituya la mejor opción cuando esté indicado un tratamiento farmacológico.
Esta revisión está disponible aquí.
El Servicio Navarro de Salud ha publicado una ficha de evaluación terapéutica sobre vortioxetina en 2016, cuyos puntos principales son:
Sin comparación directa frente a antidepresivos de elección.
Sin evidencia de igual o mayor eficacia que otros antidepresivos.
En estudios indirectos parece sugerir que la eficacia es algo menor que duloxetina y venlafaxina.
El perfil de seguridad, a excepción de las náuseas, es similar a ISRS e ISRSN pero faltan datos a largo plazo.
No siempre ha resultado más eficaz que el placebo.
Los ISRS son los antidepresivos con mayor evidencia y mejor balance riesgo/beneficio, por lo que deberán considerarse la primera elección de tratamiento.
LUGAR EN LA TERAPÉUTICA:
Los ISRS son los antidepresivos con mayor evidencia y con mejor balance riesgo/beneficio, por lo que deberán considerarse la primera elección de tratamiento. En depresión mayor moderada o grave, se aconseja iniciar con un ISRS o con un ISRSN.
La vortioxetina sólo ha demostrado eficacia en el tratamiento de depresión con respecto a placebo, aunque en varios estudios tampoco fue superior a este último. No hay estudios que comparen vortioxetina con otros antidepresivos, pero en un metanálisis que incluía brazos activos, parece sugerir que la mejoría de los síntomas con vortioxetina es inferior frente a venlafaxina y duloxetina en comparaciones indirectas.
En no respondedores a tratamientos previos, la vortioxetina mostró respuestas superiores a agomelatina aunque la selección retrospectiva de pacientes y el comparador elegido no permiten apoyar la eficacia de vortioxetina en estos pacientes.
La compañía ha tratado de identificar una acción sobre el deterioro cognitivo en depresión, pero los resultados no se atribuyen a un efecto distinto al propio antidepresivo.
Su diferente mecanismo de acción no parece tener un impacto claro en el beneficio clínico. Su perfil de seguridad es similar a ISRS e ISRSN, aunque no hay estudios comparativos directos. Podría retirarse sin reducción gradual. Para documentar efectos infrecuentes pero graves es preciso un seguimiento postcomercialización.
El informe está disponible aquí.
La revista Therapeutic Advances in Psychopharmacology publicó en febrero de 2016 un artículo que creemos interesante no sólo por los hechos que presenta sino por cómo desarrolla las conclusiones. Vamos a traducir el abstract completo y luego, en cursiva para diferenciar, incluiremos algunos comentarios propios.
Efectividad de los antipsicóticos de acción prolongada en la práctica clínica: 1. Un seguimiento retrospectivo de 18 meses y comparación entre palmitato de paliperidona, inyección de risperidona de acción prolongada y decanoato de zuclopentixol
ABSTRACT:
OBJETIVOS: En el Reino Unido, existen nueve compuestos diferentes disponibles como inyecciones antipsicóticas de acción prolongada (LAIs). Existen pocas pautas clínicas para determinar qué LAIs son más efectivos en grupos específicos de pacientes. Para medir la efectividad clínica de los LAIs se intentó determinar el concepto ya establecido de las tasas de interrupción del tratamiento antipsicótico y medir los resultados de la Impresión Clínica Global (CGI).
MÉTODO: La población (n fue de aproximadamente 560.000) era un servicio secundario de salud mental del NHS en Lanarkshire, Escocia, Reino Unido. Se trató de una búsqueda retrospectiva de casos clínicos de pacientes no tratados previamente con LAI iniciados con palmitato de paliperidona (n = 31), risperidona de acción prolongada (RLAI) (n = 102) o decanoato de zuclopentixol (n = 105) con un seguimiento de 18 meses. Se calcularon las estadísticas de supervivencia de Kaplan-Meier para las tasas de interrupción y la hospitalización. Los indicadores de gravedad y mejora de CGI fueron asignados retrospectivamente por el equipo investigador.
RESULTADOS: El palmitato de paliperidona se comportó menos favorablemente que la risperidona de acción prolongada (RLAI) o el decanoato de zuclopentixol. El palmitato de paliperidona tuvo mayores tasas de interrupción debido a cualquier causa, ineficacia y aumento del riesgo de hospitalización. El palmitato de paliperidona tuvo la menor proporción de pacientes asignados a una puntuación de CGI-I clínicamente deseable de 1 (muy mejorada) o 2 (bastante mejorada).
CONCLUSIONES: El palmitato de paliperidona tuvo una discontinuación y resultados CGI menos favorables en comparación con RLAI y decanoato de zuclopentixol. Esto no pudo ser explicado adecuadamente porque los pacientes en el grupo de paliperidona estuvieran más crónicamente o gravemente enfermos, ni por la presencia de comorbilidades tales como alcohol o abuso de sustancias, ni por el uso de dosis más bajas en comparación con RLAI o decanoato de zuclopentixol. Consideramos que los prescriptores se están familiarizando con la paliperidona y los resultados pueden mejorar con el tiempo.
Lo que nos llama poderosamente la atención (aunque tampoco nos sorprenda mucho a estas alturas) es cómo ante un estudio como éste, que demuestra que el palmitato de paliperidona tiene no sólo peores resultados que la risperidona de liberación prolongada sino también peores que el zuclopentixol depot (la comparativa de precios la pueden consultar aquí: es espectacular), los autores se sacan de la manga como final de la conclusión (evidentemente, lo único que mirarán del artículo la mayoría de los lectores) nada menos que una predicción propia de adivinos y futurólogos que afirma que "los resultados pueden mejorar con el tiempo". ¿Y en base a qué?, nos preguntamos nosotros. ¿Por qué han de mejorar?, ¿Por qué no pueden quedarse como están o, incluso, empeorar? Da toda la impresión de que como el resultado no nos ha gustado, vamos a hacer una predicción gratuita (bueno, no gratuita para el sistema público de salud que asuma el coste diferencial de la paliperidona frente al zuclopentixol, desde luego) de que en el futuro el resultado va a cambiar. Y a esto lo llamamos ciencia.
El articulo está disponible aquí.
La revista Journal of the American Geriatrics Society publica en este 2016 un artículo sobre fármacos antipsicóticos y riesgo de fractura de cadera en personas a partir de 60 años en Noruega. Traducimos del abstract:
La revista Journal of the American Geriatrics Society publica en este 2016 un artículo sobre fármacos antipsicóticos y riesgo de fractura de cadera en personas a partir de 60 años en Noruega. Traducimos del abstract:
OBETIVOS: Examinar las asociaciones entre la exposición a diversos subgrupos de fármacos antipsicóticos y el riesgo de fractura de cadera en adultos mayores.
DISEÑO: Estudio de cohortes a nivel nacional.
UBICACIÓN: Noruega, 2005-2010.
PARTICIPANTES: Todos los habitantes de Noruega nacidos antes de 1945 (N = 906.422).
MEDICIONES: Se obtuvo información sobre todas las recetas de fármacos antipsicóticos entre 2004 y 2010 (Base de datos de Prescripción Noruega) y datos sobre todas las fracturas primarias de cadera de 2005 a 2010 (Registro Noruego de Fracturas de Cadera). Se compararon las tasas de incidencia de fractura de cadera durante el tiempo-persona expuesta y no expuesta a fármacos antipsicóticos calculando la razón de incidencia estandarizada (SIR).
RESULTADOS: Treinta y nueve mil novecientos treinta y ocho (4,4%) participantes experimentaron una fractura primaria de cadera. El mayor riesgo de fractura de cadera se asoció con la exposición a cualquier antipsicótico (SIR = 2,1, intervalo de confianza del 95% (IC) = 1,9-2,1), antipsicóticos de primera generación (SIR = 2,0, IC del 95% = 1,8-2,2), antipsicóticos de segunda generación (SIR = 2,2, IC del 95% = 1,9-2,4), antipsicóticos ahorradores de prolactina (SIR = 2,4; IC del 95% = 1,8-3,1) y antipsicóticos elevadores de prolactina (SIR = 2,0; IC del 95% = 1,9-2,2). ).
CONCLUSIÓN: En personas de 60 años o más en Noruega, los que tomaron un fármaco antipsicótico tuvieron el doble de riesgo de sufrir una fractura de cadera durante la exposición que durante la no exposición. Aunque la confusión por indicación, comorbilidad u otros fármacos utilizados no puede ser excluida, esta asociación es relevante para la práctica clínica porque la fractura de cadera y el uso de fármacos antipsicóticos son frecuentes en individuos mayores vulnerables. Se necesitan estudios clínicos que examinen mecanismos o causalidad de la asociación observada entre el uso de fármacos antipsicóticos y el exceso de riesgo de fractura de cadera.
El artículo está disponible aquí.
El British Medical Journal publicó en mayo de 2016 un trabajo sobre seguridad cardiovascular del metilfenidato en niños y jóvenes con trastorno de déficit de atención / hiperactividad (TDAH). Traducimos del abstract:
OBJETIVO: Determinar si el tratamiento con metilfenidato en niños y jóvenes con trastorno de déficit de atención / hiperactividad (TDAH) se asoció con eventos cardiovasculares.
DISEÑO: Análisis de la serie de casos autocontrolados.
AJUSTE: Base de datos nacional de seguros de salud, del 1 de enero de 2008 al 31 de diciembre de 2011, en Corea del Sur.
PARTICIPANTES: 1224 pacientes de ≤17 años que habían sufrido un evento cardiovascular incidente y habían recibido al menos una receta incidente para el metilfenidato.
PRINCIPALES MEDIDAS DE RESULTADO: Un diagnóstico registrado (ya sea una causa primaria o secundaria) de cualquiera de los siguientes eventos adversos cardiovasculares: arritmias (ICD-10 (clasificación internacional de enfermedades, 10a revisión) códigos I44, I45, I47, I48, I49), hipertensión (códigos I10 I15), infarto de miocardio (código I21), accidente cerebrovascular isquémico (código I63) o insuficiencia cardíaca (código I50). Las razones de la tasa de incidencia se calcularon con la regresión condicional de Poisson y se ajustaron para la comorbilidad y la comedicación variables en el tiempo.
RESULTADOS: Se observó un aumento del riesgo de arritmia en todos los períodos de tiempo expuestos -es decir, períodos de tratamiento con metilfenidato- (tasa de incidencia 1,61, intervalo de confianza del 95% 1,48 a 1,74) y el riesgo fue mayor en los niños con cardiopatía congénita. No se observó un riesgo significativo de infarto de miocardio en todos los períodos de tiempo expuestos (1,33, 0,90 a 1,98), aunque el riesgo fue mayor en los períodos de riesgo temprano entre ocho y 56 días después del inicio del tratamiento con metilfenidato. No se observó un aumento significativo del riesgo de hipertensión, accidente cerebrovascular isquémico o insuficiencia cardíaca.
CONCLUSIÓN: El riesgo relativo de infarto de miocardio y arritmias se incrementa en el primer período después del inicio del tratamiento con metilfenidato para el TDAH en niños y jóvenes. Aunque el riesgo absoluto es probable que sea bajo, el balance riesgo-beneficio de metilfenidato debe ser cuidadosamente considerado, en particular en los niños con TDAH leve.
El artículo puede ser consultado aquí.
La revista Psychological Medicine incluye en julio de 2016 un artículo titulado: "Síntomas, funcionamiento y estrategias de afrontamiento en individuos con trastornos del espectro de la esquizofrenia que no toman medicación antipsicótica: un estudio comparativo de entrevistas". El abstract dice:
Una proporción considerable de personas con trastornos del espectro de la esquizofrenia no toman medicamentos antipsicóticos pero parecen estar funcionando bien. Sin embargo, poco se sabe acerca de este grupo. Este estudio comparó los síntomas, el funcionamiento, las estrategias de afrontamiento y el apoyo social en individuos no medicados y medicados con trastornos del espectro de la esquizofrenia para probar la suposición de que la ausencia de medicación es compensada por un afrontamiento más efectivo y un mayor apoyo social.
En total, se incluyeron 48 participantes con trastorno del espectro de la esquizofrenia del DSM-IV que tomaban (n=25) o no tomaban medicación antipsicótica (n=23). La evaluación consistió en la autovaloración de los síntomas, el malestar relacionada con los síntomas y el apoyo social combinados con una entrevista semiestructurada que evaluó el funcionamiento general y social, la evaluación subjetiva de los síntomas y las estrategias de afrontamiento.
La gravedad de los síntomas y el malestar no difirieron entre los grupos. Sin embargo, los participantes no medicados tenían niveles significativamente más altos de funcionamiento general que los participantes medicados y un mayor período de no estar medicados se asoció significativamente con un nivel más alto de funcionamiento general. En contraste con las hipótesis, no tomar medicamentos no se asoció con estrategias de afrontamiento más eficaces o con mayores niveles de apoyo social. Los participantes medicados reportaron más frecuentemente el uso de ayuda profesional como una estrategia de afrontamiento.
Nuestros resultados corroboran estudios previos que hallaron un mejor funcionamiento en individuos con trastornos del espectro de la esquizofrenia que no toman medicamentos en comparación con los que toman medicamentos, pero no apoyan la idea de que esta diferencia se explica por una mejor afrontamiento o mayores niveles de apoyo social. Se discuten otras explicaciones y vías de investigación.
El artículo puede encontrarse aquí.
La revista Acta Psychiatrica Scandinavica ha publicado un artículo en julio de 2016 titulado: "Cuarenta años de imágenes estructurales en psicosis: promesas y verdad". Traducimos su abstract:
OBJETIVO: Desde el primer estudio publicado en la revista The Lancet en 1976, la neuroimagen estructural se ha utilizado en la psicosis con la promesa de utilidad clínica inminente. El impacto real de la neuroimagen estructural en la psicosis aún no está claro.
MÉTODO: Presentamos aquí una revisión crítica de estudios que involucran técnicas de resonancia magnética estructural en pacientes con psicosis publicados entre 1976 y 2015 en revistas seleccionadas de relevancia para el campo. Para cada estudio, se extrajo un resumen de las variables descriptivas. Adicionalmente, describimos cualitativamente los principales hallazgos estructurales de cada artículo en notas resumidas y empleamos un sistema de clasificación de biomarcadores basado en la calidad de la evidencia (puntuación 1-4) y el tamaño del efecto (puntuación 1-4).
RESULTADOS: Se recuperaron 80 estudios que cumplían los criterios de inclusión. El número de estudios aumentó con el tiempo, lo que refleja un aumento de la investigación de imagen estructural en la psicosis. Sin embargo, la calidad de la evidencia fue generalmente afectada por pequeñas muestras y definiciones de biomarcadores poco claras. En particular, hubo poco intento de replicación de los hallazgos anteriores. Los tamaños del efecto variaron de pequeño a modesto. No se identificó ningún biomarcador diagnóstico o pronóstico para uso clínico.
CONCLUSIONES: La neuroimagen estructural en la investigación de la psicosis no ha proporcionado todavía las aplicaciones clínicas que se previeron.
El artículo puede consultarse aquí.
El Butlletí de Farmacovigilància de Catalunya, publicación del Departament de Salut de la Generalitat de Catalunya, publicó en su número de marzo - abril de 2016 una revisión de los riesgos del uso de antipsicóticos en niños. Recogemos parte de las conclusiones, pero recomendamos la lectura completa del trabajo, disponible aquí.
Dice el texto: "En conclusión, el rápido aumento del uso de antipsicóticos en la población infantil es motivo de preocupación, dado que se conocen poco su eficacia y efectos a largo plazo. Hay muy pocos ensayos clínicos en población pediátrica con estos medicamentos y, a menudo, la práctica clínica se basa en la extrapolación de los datos en adultos. La falta de datos sobre los efectos adversos de los antipsicóticos en niños dificulta el desarrollo de unas recomendaciones que son esenciales para mejorar su uso seguro. Además, hay que conocer mejor los efectos adversos de los antipsicóticos en niños a fin de mejorar la relación beneficio-riesgo. Recuérdese que la notificación de las reacciones adversas que se sospechen en esta población es de especial interés en farmacovigilancia".
La revista Eur Neuropsychopharmacol publicó en abril de 2014 un artículo sobre enfermedad renal terminal asociada al tratamiento profiláctico con litio. Traducimos el abstract:
El objetivo principal de este estudio fue estimar la prevalencia de la enfermedad renal terminal (ESRD) asociada al litio y comparar el riesgo relativo de ESRD en los usuarios de litio frente a los no usuarios de litio. En segundo lugar, se evaluó el papel del litio en la patogénesis de la ESRD. Utilizamos el Registro Renal Sueco para buscar pacientes tratados con litio con ESRD entre 2.644 pacientes con terapia de reemplazo renal crónica (RRT), ya sea diálisis o trasplante, en dos áreas geográficas definidas en Suecia con 2,8 millones de habitantes. La fecha de prevalencia fue el 31 de diciembre de 2010. Encontramos 30 pacientes con ESRD con antecedentes de tratamiento con litio. ESRD con RRT fue significativamente más frecuente entre los usuarios de litio que entre los no usuarios de litio (p <0,001). La prevalencia de ESRD con RRT en la población de usuarios de litio fue de 15,0 ‰ (95% IC 9,7-20,3), y cerca de dos por ciento de la población de RRT eran usuarios de litio. El riesgo relativo de ESRD con RRT en la población de usuarios de litio en comparación con la población general fue de 7,8 (IC del 95%: 5,4-11,1). De esos 30 pacientes, el uso de litio se clasificó, según las revisiones de los gráficos, como la única (n=14) o principal (n=10) causa de ESRD en 24 casos. Su edad media al inicio de la RRT fue de 66 años (46-82), su tiempo medio de litio 27 años (12-39), y 22 de ellos habían estado en litio durante 15 años o más. Concluimos que la ESRD asociada al litio es una complicación poco común pero no rara del tratamiento con litio.
El artículo puede consultarse aquí.