jueves, 22 de febrero de 2007

Y bueeeeeeeno, mejor me voy despidieeeeeendo...

Hernán, Jorge, buenos días. Gracias por venir.
Ansina es la cosa nomás: ya me estoy yendo. A las valijas las tengo listas y alineaditas sobre la cama.
Por eso los cité aquí, en el restaurante ahora, aunque sea tan temprano.
Es que quería explicarles bien donde están las cosas.
Si, si, ya se que quedan acá Joselo, Tony, el Rata y el resto de la muchachada, pero que se yo. Es la primera vez que me tomo vacaciones desde que abrimos el lugar y me da como cosita.
Por allá está la cocina, por acá el baño, ese es el tablero que comanda las luces y aquel es el fierro para palanquear la persiana cuando se cae y se quedan todos acá encerrados.
Les hice un juego de llaves a cada uno, para que se controlen mutuamente como corresponde.
Ah! Me olvidaba.
Como no quiero que incurran en feos vicios en mi bodega, en el sótano -donde se encuentra- puse una botella con veneno por cada cinco de vino. Allá ustedes si quieren arriesgarse. Tampoco es que los quiero matar: solamente les puede dar unos feos retorcijones en las tripas y algún que otro episodio de diarrea.
Si alguno de los clientes le pide algún vino no duden en servirles, aunque no sepan si les están dando de las botellas envenenadas. Ellos, acostumbrados al vino de la casa, no tendrán problemas en asimilarlo sin mayor contratiempo.
Por favor no se asombren de las cosas que vean. Nunca.
Van a ver que con el correr de los días, estas pequeñas dosis de sal en la vida empezarán a gustarles.
Nos vemos en unos quince días, mas o menos. En realidad seguramente me daré una vueltita algún día con la excusa de dejar algún comentario o texto breve (si mi familia me deja) pero con la intención oculta de vigilantearlos un poco, porque ahora que estamos entrando en confianza, la verdad, sinceramente, tanto tanto todavía no confío.
Un abrazo.

martes, 20 de febrero de 2007

¿Qué clase de confianza me estás tratando de inspirar?

Estaba tratando de ingresar a mi cuenta de Gmail cuando IExplorer me sorprendió con este error:
¿Vaya?
¿Qué fue eso?, ¿un mensaje de sorpresa o una simple cargada?
Cómo es que Windows inicia sus mensajes de error con un ¡Vaya!
¿Estará contrariado?, ¿no tiene la menor idea de lo que pasó?
Por lo menos, hubiera disimulado un poco, caramba.
A mi me parece una falta de respeto.
Sin embargo, me viene de perillas para elaborar algunas respuestas innovadoras para cuando alguien se queja por algún pequeño desliz en la elaboración de un plato.
  • ¡Repámpanos! ¿Y de su plato dice que salió eso?
  • ¡Cáspitas! Usted nunca especificó que quería el vaso limpio
  • ¡Monocotiledóneas! Entonces, si viera lo que servimos ayer seguro se desmayaba
  • ¡Tétanos! Yo le aconsejaría no levantar la voz que el otro mozo se pone agresivo cuando se quejan
  • ¡Dumbledore! Bueno, al fin y al cabo también es carne

lunes, 19 de febrero de 2007

¡Ah!, ahora sí, me quedo tranquilo y duermo sin frazadas

www.clarin.com.ar - Edición del día de hoy

Se supone o se calcula -como prefieran- que el asteroide Apophis pasará de la superficie de la Tierra a un décimo de la distancia que hay entre ésta y la Luna. Esto ocurrirá en 2029 o 2036, según los expertos más expertos de toooodo el planeta.
Pero eso sí, eh?, quédense tranquilos, porque la ONU ya está tomando cartas en el asunto.
Y a menos que sean cartas de Tarot y alguno del organismo sepa tirarlas estamos fritos.
Fíjense, ¡ni siquiera saben si esto podría pasar en 2029 o 2036!
Hay un margen de 7 años entre una fecha y la otra. Por una diferencia mucho más chica tuve que rendir Física de 3º en diciembre.
Ah, eso sí, para el 2009 tendrán definidos quien va a hacerse cargo y quien va a poner la plata.
¡En 2009! Nos quieren hacer creer que necesitan casi 3 años para ponerse de acuerdo en el quien y el con qué, y que después les va a alcanzar 20 más para resolver el asunto.
Es como juntarse entre amigos, decidir quien va a prender el fuego y quien va a comprar la carne e inmediatamente después sentarse cubiertos en mano pretendiendo comer el asado.
¡Por favor! Es más, los yankees piensan esperar hasta el 2013 para ver si le ponen a la piedra un rastreador o no...
Esta gente, que no puede hacer nada por impedir el calentamiento global, las matanzas en medio oriente, el mal cocido de las hamburguesas de McDonald's, la escalada de violencia en India y Pakistan, la proliferación de Gran Hermano y las prepotencias de los de siempre, me va a decir a mí que pueden salvarnos de ese cascote gigante que nos tiene entre ceja y ceja.
Ni con la gomera de Piluso, zafamos.
Pero claro, total es más fácil tirar la pelota para adelante, igual la culpa se la van a hechar al pedruzco.
Yo por las dudas, renové mi póliza de seguro, a la que hice incluir un par de cláusulas por daños por granizo.

sábado, 17 de febrero de 2007

Ups! Creo que empezamos a involucionar, ¿no?

Reflexión de sábado por la mañana, luego de leer una nota en este blog.
Antes, muchos milenios antes, reinaban los dinosaurios. Unos bichos algo grandes y medios tontos, que no les daba ni para vestirse y se extinguieron en la era de los glaciares.
Luego el hombre, que sí sabía usar pieles pret-a-porter, ocupó su lugar ostentando inteligencia y perseverancia.
El siglo pasado, el hombre inventó el lavarropas, a quien dejó que se encargara del lavado de sus ropas y lo dotó de una cierta inteligencia para automatizar al proceso. Dicho en otros términos, el hombre fue reemplazado por un objeto dotado de una inteligencia artificial limitada.
Sin embargo, desde hace unos pocos años, ya no se habla de lavarropas inteligentes sino de jabones inteligentes.
¿Y qué es el jabón inteligente? Una montañita de polvo corrosivo con algunas pintitas de colores, en algunos casos.
Es decir que el jabón inteligente reemplazó a la inteligencia del lavarropas que había reemplazado al hombre que había sustituido a los dinosaurios.
Deben estar en proyecto los productos jabonosos que te revisan los bolsillos de la ropa sucia por si te olvidaste alguna moneda o que te zurzan las medias si le encuentran un agujero.
¡Valgame Dios!
Extrapolando esto a las otras facetas de nuestras vidas no me queda otra cosa que pensar que la semana que viene o cuanto mucho la otra seremos desplazados del universo por una colonia infernal de átomos y moléculas archiintelectuales que nos van a dar una palmadita en la espalda, como diciendo "correte un cacho que ahora me toca a mi" y pasaremos a ser no más que un triste rebaño montañés.

viernes, 16 de febrero de 2007

¿Te animás a mantener el boliche abierto por quince días?

La semana entrante me voy de vacaciones.
Con respecto a este blog, las opciones son tres:
  1. Lo cierro por 15 días.
  2. Desde mi lugar de descanso me voy todas las tardes a algún cyber y subo algo, ganándome el odio de mi familia y unas cuantas patadas en los tobillos.
  3. Dejar este blog en manos de algunos de los borrachos que al no tener otra cosa que hacer se acercan por las tardecitas a clavarse unos vinos.

Extrañamente, la que más me tienta es la tercer opción.

Por lo tanto, desde el viernes que viene, dejaré el blog en manos de quienes me inspiren confianza y tengan ganas de arrimarse dos o tres veces por semana a levantar las persianas del negocio.
Veamos, entonces, la cosa sería así:

  • Aquellos interesados en tirar un post acá de vez en cuando dentro de esos 15 días no tiene más que hacérmelo saber en los comentarios de este post.
  • Los interesados deberán esforzarse en mantener el buen gusto, la gracia sin par, el humor inusualmente sano y el exquisito estilo de este blog, pero sobre todo respetar la humildad de quien les escribe.
  • Por lo demás, libertad absoluta de temas, intenciones y frecuencias. Pueden subir un solo post, seis, veintisiete o cuatroscientos setenta y dos.
  • Sí o sí deberán ser usuarios registrados en Blogger, para poder habilitarlos y permitirles subir posts acá.
  • Es honesto aclarar que daré prioridad a aquellos bloggers cuyos trabajos ya me encuentro leyendo (aunque ustedes no lo sepan), pero esto no es excluyente. Aunque creo fervientemente en eso de que es mejor malo conocido.
  • Jamás verán un peso en concepto de honorarios, pero les dejaré la llave de la despensa y la bodega particular de quien les habla.

Bueno, esa es la idea. Así que inspírense y convénzanme (¿está bien escrita esta palabra?) de que son dignos de estar del otro lado del mostrador.
Además, por favor, eviten que me deprima irremediablemente. Es que estoy dando por descontado que al menos alguien va a presentarse.

jueves, 15 de febrero de 2007

Equipo de expertos determinan el verdadero origen del tan argentino "No te metás" (acá vendría la musiquita de Crónica)

Un grupo de expertos ha publicado un artículo científico titulado "Si, somos expertos en canotaje, ¿y qué?", donde además de hacer notar que el hecho de que se la pasen todo el día arriba de un botecito no los hace peores ni unos nabos incapaces de descubrir algo importante en serio, sacan a la luz una teoría elucubrada por ellos mismos y que ha revolucionado los ámbitos académicos.
Esta tesis postula la idea de que el famoso "No te metás" no es otra cosa que el logro de una conspiración gubernamental que buscaba (y actualmente busca, y seguirá buscando) que la población no se entrometa en los chanchuyos del Estado.
El complot se basa en una idea simple: "¿para qué llegar hasta el fondo?".
Sicológicamente brillante, la campaña se viene centrando desde hace décadas en la forma que tienen los potes de yogures, postres y otros productos del rubro. Los fabricantes de estos envases han sido exhortados a diseñarlos de esta forma mediante beneficios y/o presiones varias, como ser eximisión de impuestos, subsidios provechosos o lisa y llanamente una buena serie de patadas en el culo.
¿Han notado que una vez que llegamos al fondo del envase, el mismo presenta siempre huequitos, hendiduras o rebordes que impiden que podamos retirar con la cuchara la última gota de alimento?
¿No les parece extraño que nadie haya notado nunca este error garrafal de diseño?
Esta imposibilidad de retirar lo último (que por otra parte hemos pagado y nos corresponde comerlo) es fomentada por el gobierno, en un claro mensaje que podría resumirse así: "¿para qué te gastás si es al pedo y sabés que no vas a lograr nada?".
Estadísticamente, comer el 98% del yogur contenido en un pote de 200grs. no lleva una persona más de 35 segundos. Intentar retirar del pote el 2% restante no se hace en menos de 4 minutos y medio, sin lograr nunca el objetivo y generando un malestar emocional intenso (incluso lesiones físicas por cortes a los que intenten sacar hasta la última gota con los dedos o la lengua).
La cantidad de personas que deben ser asistidas por profesionales de la salud mental por caer en el síndrome llamado "La última es la que engorda" ha crecido a niveles insospechados por las grandes campañas publicitarias tan de moda, que incentivan el consumo de estos productos.
Subliminalmente, en el inconciente colectivo de nuestro pueblo se han grabado en forma indeleble todas estas traumáticas experiencias dando cuerpo al "no te metás".
Vaya uno a saber que oscuros intereses internacionales se están encubriendo con este triste accionar delictivo.

martes, 13 de febrero de 2007

¿Miedo?, ¡já!, martes 13, papita pa'l loro.

A mi que no me vengan con las huevadas esas del martes 13 y viernes de brujas y todas esas perogrulladas.
Todavía no plantaron el árbol del que saquen la rama con el cual prendan la hoguera para quemar a la bruja que se transforme en fantasma y venga a asustarme por las noches.
Yo me desayuno a los martes 13.
Y almuerzo gatos negros debajo una escalera (ja ja, si, si, muy gracioso lo de rosarino comegatos, ja, ja, boludo), arrojando la sal sobre el hombro y gritando Menem tres veces.
Además no hay cosa más entretenida que atender el comedor un martes 13.
La gente se cuida, se hace la distraida pero se cuida.
Y nosotros les hacemos la mil y una, hasta que se cansan y se van, gritándonos "¡manga de mufas!".
Les llevamos fuentes espejadas y se las rompemos en la mesa, llenamos el local de gatos negros, colocamos una escalera enmarcando la puerta de entrada cosa que no se pueda evadir el hueco, no nos tocamos ni el derecho ni el izquierdo en todo el día aunque nos piquen hasta el hartazgo y todas esas cosas.
La gente se va muy ofendida y nosotros nos quedamos tirados en el piso despanzurrados de la risa.
Los martes 13 trabajamos a pérdida, generalmente terminamos tirando toda la comida que hemos hecho y no alcanzamos a comer nosotros mismos.
Pero por Dios, como nos divertimos.

lunes, 12 de febrero de 2007

Con razón en vez de los stickers de auto-tunning repartían los de una marca de pañales para adultos

El sábado por la tarde me pegué un faltazo al restaurante (hacía años que no me tomaba un sábado) porque mi esposa había conseguido entradas para ir a ver a los UB40.
Hacía mucho que no iba a algún recital de este tipo y me costó adaptarme nuevamente a la conglomeración de personas. Digamos, por decirlo de una manera más clara: ya no soy del palo. Es más, la última vez que había ido a ver un recital fuera de un teatro fue cuando llevé hace ya muchos años a mi hija a ver a Piñón Fijo.
El reggae me gusta y UB40 sonó muy bien. El problema fue que además de escuchar había que ver, y bueno, si, sonaba como UB40, pero se veía como, digamos... Katunga.
Y uno siente lástima por ellos y por uno mismo también. El tiempo, al fin y al cabo, pasa para todos. Creo que la policía no estaba tanto para desbaratar cualquier intento de desorden sino para evitar a la salida una estampida cuyo objetivo sería la rotura masiva de todos los espejos y vidrieras que se crucen por el camino y tengan la osadía de reflejar las canas-kilos-arrugas de más.
Volviendo a los UB40. ¡Pobres!
El cantante era una copia calcada del Capitán Kirk, actualmente. La otra voz, el negro, parecía Samuel L. Jackson pero con rastas y dentro de diez años.
El percusionista, no parecía ser otro que Bud Spencer sobrevivido y el saxofonista creo que si no me equivoco era la cruza perfecta entre el Elvis gordo de los últimos años y Benny Hill.
Zafaba el bajista, lo más parecido a Pipo Pescador que vi sobre un escenario.
Ojo, reivindico a la banda, sonaba muy bien, pero francamente yo no podía sacar de mi mente la imagen de Silvio Soldán haciéndose el pendejo a una edad en que lo único de pendejo que se puede hacer es empezar nuevamente a usar pañales.
Haciendo cálculos yo no debo estar mucho mejor pero les llevo una ventaja: cuando ellos estaban en su apogeo tenían probablemente la edad que tengo yo ahora y cuando yo sea un viejo choto como ellos, los UB40 estarán llegando a la edad de Mick Jagger.
Ellos deben haber visto muchos cambios también. Antes miraban al público y veían a la gente ondeando encendedores para crear clima. Ahora es una multitud de pantallitas de celulares lo que flota por sobre las cabezas.
Lo que también flotaba por sobre las cabezas, y al costado y abajo y adelante y atrás, era el humo de la marihuana.
Yo, que lo más parecido al acto de fumar que hice en mi vida ha sido chupar un cubanito para sacarle el dulce de leche, me convertí el sábado en un drogadicto pasivo.
Encima, al lado armaban porros, delante los compartían, atrás los buscaban y yo y mi esposa en el medio.
Nos daba miedo que llamaran a seguridad: "¡Ahí, ahí!, ¡esos dos no están fumando!".
Para disimular, agarramos una de las entradas, la enroscamos formando un tubito y nos hacíamos los que fumábamos. Peace, man.
Así que contentos por la música, deprimidos por la imagen, endrogados con el estómago revuelto y más cansados que Kung Fu (si, Kung Fu además de estar solo también se cansaba) pegamos la vuelta apenas desenchufaron la última guitarra.
Mierda, no veía tanta droga desde el show de Piñón Fijo.

sábado, 10 de febrero de 2007

¿Otra vez?, ¿no existirá un viagra para el cerebro?

¡Crash!
Si, si, si, si. Ese fue el ruido de la lamparita de mi cerebro.
Se rompió, estalló. Literalmente cagó fuego.
A la merda con la lú.
Lo curioso y realmente llamativo es que en la mayoría de los blogs que suelo visitar tampoco veo actualizaciones frecuentes (como si lo era la semana pasada, tal vez). Y en muchos casos, los que agregan notas son autorreferenciales y explican que tan mal/bien/seguido/espaciado postean. Y yo vengo a ser uno más de esos.
¿Qué está pasando?
Quizás necesite mis vacaciones YA.
Por lo pronto esta es una situación de quiebre y debo tomar una decisión al respecto.
Lo primero que voy a hacer es quitarme de encima el compromiso de escribir una nota por día por cuatro razones: 1) no me da; 2) tengo trabajo que terminar a lo sumo en 15 días; 3) mejor calidad que cantidad, premisa válida para todo excepto para el helado y 4) no me pagan por hacerlo (esta razón eclipsa a las otras tres).
Así que a partir de la semana que viene, verán esto actualizado sólo cada dos o tres días.
Otra alternativa es que haga como en la tele: cuando no tenga ideas para escribir subiré algún capítulo de Los Simpson.

¿Por qué les aclaro todo esto?
Simple: desde atrás del vidrio que separa mi escritorio de la cabina de control (por si no lo sabían tengo una cabina de control tipo estudio de radio y además cuando posteo lo hago en vivo, con gente que me ve mientras escribo) me están haciendo señas de que estiiiiiiiire para hacer tiempo e ir al corte.
Ah, y además como pronto me voy de vacaciones, no se si cerrar el boliche por 15 días o pedir a alguno de los viejos borrachos que pasan por acá a clavarse una ginebra que me haga el favor de seguir levantando las persianas.
No se.
Pero escucho sugerencias.

jueves, 8 de febrero de 2007

10 maneras de ahorrar plata para las vacaciones

Después de muchos años de sequía, este año logramos ir de vacaciones en familia.
Eso sí, llevó todo un año de sacrificios lograrlo.
Como no somos ningunos egoistas, les dejo acá diez consejos para que pongan en práctica durante trescientos cuarenta y dos días y logren pasar relativamente bien los catorce restantes del año.

  1. La ley exije que si usted compra en un negocio y por falta de cambio no pueden entregarle el vuelto justo, siempre debe redondearse a favor del cliente. Planifique cuidadosamente sus compras para que siempre su compra termine en cuatro o nueve centavos. Como las monedas de un centavo no están circulando, el redondear a un importe menor que termine en cero o cinco centavos hará que por cada compra usted ahorre cuatro centavos. Si no entendió como viene la cosa, mejor vaya armando la Pelopincho porque no tiene otro futuro.
  2. Si en vez de hacer una sola compra, divide su compra en diez partes y hace diez veces la cola para pagarlo en diez veces, aplicando el método anterior estaremos ahorrando cuarenta centavos en total. Subdividiendo aún más la compra obtendrá mejores dividendos.
  3. Repitiendo el método 2 hasta el hartazgo, no solamente ahorrará de su bolsillo, sino que además nunca más gastará un centavo en bolsas de residuos ya que su casa se plagará de bolsitas de supermercado.
  4. Cuando tenga que tomar un colectivo, haga lo siguiente: suba al coche y una vez que arranque pregúntele al chofer si lo deja en tal o cual lado donde usted sepa que este colectivo no pasa. Cuando el chofer le diga que no, pídale instrucciones sobre como llegar, si sabe qué otro ómnibus lo deja, que recorrido hace o si cambió hace mucho.
    Una vez que haya viajado entre dos y cuatro cuadras gratis (o lo más que pueda demorar la estancia), bájese y espere el siguiente coche. De esta forma llegará a su destino absolutamente gratis.
  5. Abuse de los vendedores de sandía que suelen aglomerarse en verano a los costados de las rutas. Muéstrese un cliente exigente y pruebe todas las caladuras que sandía que le ofrezcan para convencerlo. Una vez saciada su hambre, avise que mejor no llevará nada porque la sandía le da diarrea.
  6. Vaya a un shopping que posea un patio de comidas muy concurrido con muchos locales.
    De alguna mesa en donde queden envoltorios de algún local de comida chatarra (son ideales las cajitas de cartón del boliche del pelirrojo payaso trolo o las bolsitas de papafritas del bodegón del rey de las hamburguesas) tome uno de estos residuos y vaya hasta el local de donde fueron expendidos.
    Con cara de "hace un ratito nomás que compré esta porquería acá" digale al que atiende el mostrador: "¿me das un par de ketchups para las papas? ". Obviamente puede reemplazar el ketchup por el aderezo que más le agrade o el que esté faltando en su heladera.
    Repitiendo esto dos o tres veces por semana nunca más gastará en este tipo de alimentos.
  7. Cerca de la pantalla en las salas de cine, suele haber una o dos puertas de emergencia que suelen dar a la calle. Desde afuera, debido a que la puerta no tiene la misma protección acústica que las paredes, suele escucharse la banda sonora de la película que estén proyectando.
    En vez de gastar dinero en llevar los críos al cine, júntense en familia a escuchar la película desde afuera y si es usted hábil con las manos, puede complementar el efecto cine haciendo sombras chinescas alusivas contra la pared.
  8. Nunca deje de faltar a ningún cumpleaños al que sea invitado y mórfese hasta las velitas de la torta.
  9. ¿Gastar en regalos?, ¡ni hablar!. Guarde sin usar todos los regalos que le hagan a usted (algún sacrificio hay que hacer, aproximadamente siempre los recibirá en la misma cantidad que los que tenga que hacer usted) y regálelos a los cumpleañeros. Eso sí, anote quien le entregó cada uno, no es cuestión de devolver el regalo al que nos lo entregó.
    Tampoco regale aquellos que haya recibido personalizados con su nombre, como tazas y libros dedicados. O hágase invitar a cumpleaños de gente que se llame como usted.
  10. Déjese de boludear en internet. ¿Usted sabe cuanto gasta por mes leyendo huevadas en lugares como éste?. Ya mismo se me va desconectando, se va tranquilito y a la cama temprano, casi antes que oscurezca, que no es cosa tampoco que todos los ahorros se le vayan después en la boleta de la luz.

miércoles, 7 de febrero de 2007

Cerrado por falta de ideas

Bueno, señores, el día ha llegado.
Por primera vez en los dos últimos meses de vida de este blog, donde he subido prácticamente una entrada por día, me quedé sin ideas.
Bueno, bah, tengo dos o tres en la cabeza, pero me da fiaca darles forma definitiva.
A los fines prácticos se vació el tanque, se secó el charco, se acabó lo que se daba, disparé los últimos cartuchos y/o/e carnié el chancho y ahora me quedé sin jamón.
Espero recibir hoy la visita de las musas y mañana despertarme rebosante de ideas nuevas y originales.
Por esta vez les recomiendo ir directamente a tocar los enlaces de la derecha. Si tienen suerte tal vez encuentren algo para engañar el estómago.

martes, 6 de febrero de 2007

La inauguración del centro de convenciones

En el restaurante estamos encantados.
Enfrente, habilitaron un centro de convenciones municipal. La sala es enorme y se utilizará tanto como sede de importantes convenciones como sala de teatro para distintas actividades culturales.
Creemos que nuestro comedor se verá favorecido por la gente que antes, después o en los coffee-break de las largas jornadas se acercará a comer o tomar algo.
Pero, tememos que también algo de inseguridad nos traiga el probable incremento en la clientela.
Algo de eso ocurrió el día de la inauguración.
Estábamos cerrando en el anochecer de un día agitado por la inusual clientela y mientras apilaba las sillas, ya envuelto el local en penumbras por las pocas luces que todavía estaban prendidas, sentí como si una sombra se escurriera por detrás mío hacia la zona de los baños. Como no vi nada al voltear la cabeza, fue una sensación que dejé pasar.
Pero al rato volvía a percibir un movimiento acompañado de un ruido.
Esta vez sí, tomé acción porque una casi invisible silueta se movió detrás mío.
Lisa y llanamente, le partí a la sombra una silla en la cabeza.
Una vez que cayó al piso, quedé entre asombrado y asustado.
No tuve tiempo de meditar demasiado.
La sombra que había intuido inicialmente regresó desde la zona de baños gritando y convertida en una silueta consistente. Estaba vestida de negro y encapuchada. No entendí el idioma en que me increpaba.
Para mí era un ninja. Y no de los buenos, porque se tiró hacia mí con tan mala fortuna que logré calzarle un puñetazo en pleno rostro y creo que después ni se imaginó desde donde le tiraron tantas patadas.
En ese mismo instante, una fuerza invisible jaló de mí hacia atrás y vi que Joselo y dos hombres desconocidos intentaban sujetarme, mientras yo seguía repartiendo puntapiés.
Me inmovilizaron y tranquilizaron.
Después asistieron a los dos maltrechos ninjas. Uno de ellos se repuso bastante, el otro quedó tendido en el piso a la espera de una ambulancia.
En ese momento me explicaron todo.
Si bien comprendí la situación, justifico mi accionar.
No es mi culpa si para la inauguración del centro de convenciones decidieran contratar a un grupo dependiente del Teatro Negro de Praga y justo se les ocurra visitarnos sin previo aviso, de noche y sin haber cambiado su vestuario.

lunes, 5 de febrero de 2007

Nos faltaba la tegnología de punta, nos faltaba

Cuando ayer entré al bar, me di cuenta que estábamos muy lejos de los estándares de los restaurantes modernos y me dije "así no vamos a durar mucho".
Todo parece muy antiguo, gastado. No te digo sucio porque sucio no está. La semana pasada nos tocó la trapeada bimestral de las baldozas y como después no vino tanta gente se mantiene incluso algo del olor a lavandina (porque esta vez le agregamos lavandina al agua, para probar si el piso queda mejor que con agua sin aditivos).
Las telarañas son también viejas. Algunas están pegadas a carteles que todavía muestran los precios en australes.
Miré a los mozos, y a mi mismo en un espejo que está tras el mostrador con una calcomanía publicitaria de Cynar. Viejos, todos viejos.
Acá hacía falta un cambio.
Nos quedamos toda la noche trabajando duro y parejo.
Hoy abrimos al mediodía y sacamos nuevos carteles a la calle.
"Área Wi-fi. Servico gratuito para los clientes", "TV Plasma 42. Todos los partidos", "Viernes Wine Bar".
Con eso tiramos por un tiempo, aunque sea para cubrir las apariencias mientras se nos ocurre algo.
Total, clientes nuevos no creo que entren.
De los viejos clientes, el que trae algo más parecido a una notebook que pueda conectarse mediante wi-fi es el ruso, que sigue con su ilusión de terminar su novela y se carga la Olivetti al hombro para seguir escribiendo mientras se regala un liso con ingredientes.
El tele de plasma, nadie lo necesita. Acá corre la radio AM, o la FM Tango.
Y lo del wine bar los viernes, es una redundancia. Los muchachos le dan duro y parejo al Termidor tinto todos los días, todos los horarios.
Para qué vamos a gastar pólvora en chimangos.

sábado, 3 de febrero de 2007

A papá mono...

Cansado de romper todos los ritos y tradiciones habidas y por haber en esto de cebar mate, opté por buscar un método propio.
Me cansé de que me digan "se te hirvió el agua", "uh, le faltan un par de grados", "sos un sacrílego" y otras estupideces por el estilo.
Preparar el agua para el mate es como cocinar una receta de la abuela: todas las medidas son a ojo y lo que a la vieja le sale bien por sus siglos de experiencia, a nosotros nos sirve exclusivamente para volver a fijar los azulejos que se aflojaron en el baño.
Eso fue hasta ahora. Cebar mate ya es una ciencia exacta.
Ahora tengo mi método propio: científico, probado, exacto y próximamente patentado (así que no se hagan los turros y ni se atrevan a copiarlo).
Primero, el secreto es utilizar entre otras cosas una jarrita medidora. Con esto regularemos la temperatura ideal del agua.
Ahora bien, ¿cuál es la temperatura ideal del agua?. Hay varias corrientes. A fines de la explicación supongamos que queremos tomar mate a 90ºC.
Entonces tomamos la jarrita y medimos 900cc de agua.
Volcamos esta cantidad en la pava y la dejamos hervir. Sí, hervir. Hasta que está toda toda llena de burbujitas.
Sacamos de la heladera agua helada (la ideal es la de los cubitos que todavía no se han congelado del todo) y medimos 100cc que agregados a lo ya hervido completarán un litro de agua.
Una de las pocas cosas que aprendí en el secundario es que el agua no supera los 100ºC al hervir y que a 0ºC se congela. Por lo tanto, la mezcla poseerá los ideales 90ºC que buscábamos (se puede hacer esta aproximación por regla de tres, esto también lo aprendí en el secundario). Obviamente, para obtener 87ºC se hubieran necesitados 870cc de agua hirviendo y 130cc de agua helada.
Los muy ortodoxos dicen que hervir el agua la desoxigena. Yo no creo en eso pero por las dudas, para prevenir fallas en el método, lo que hago es meter en el termo el tubito del oxigenador de la pecera (tengo entendido que los peces puedan bancarse un rato largo que no estén las burbujitas) y con eso suplo cualquier deficiencia.
Ahora, sí, a cebarse unos buenos dulces y a disfrutar de la vida.
Y no quiero fomentar una discusión sobre si el mate se toma dulce o amargo porque en realidad lo tomo de cualquier forma (dulce, amargo, frío, hirviendo, lavado, fuerte, con yuyos, sin palo, a veces con yerba e incluso me da igual si tiene o no bombilla).
Eso sí, si se pegan una vuelta por acá: yo pongo el agua, pero ustedes traen las facturas.

viernes, 2 de febrero de 2007

Ah, ¿no era por delivery la cosa?

Esta es una noticia vieja, pero como acabo de encontrarla, para mí ocurrió hoy.
Una pareja de alemanes que concurrieron a una clínica de fertilidad para saber por qué no tenían hijos tras ocho años de matrimonio, recibieron un diagnóstico que dejó de una pieza a quienes los examinaron: no estaban teniendo relaciones sexuales. Y no es que no las mantuvieran en el último tiempo, no las habían tenido nunca.
(Nota completa)

jueves, 1 de febrero de 2007

Ojo, este post es meloso. No recomiendo su lectura, salteenlón. Después no digan que no les avisé.

Esta es la entrada número 80 de este blog y por lo tanto no es un post en joda.
Parece que no, pero son muchas. En poco más de dos meses de vida de Polenta con Pajaritos son muchas. 80 entradas y 4400 visitas.
En este tiempo, hay cosas que excedieron el espacio de este humilde comedor y han encontrado tierra fértil en otras latitudes virtuales. Tal vez sea por eso que las valoro tanto.
Por ejemplo, haber aportado dos palabras al Exonario (ver posopia y mutónimo) de Jorge Mux, con quien además compartimos ¿Qué estás buscando?, es una satisfacción inenarrable. Palabras además que incorporé a mi vocabulario, como muchas otras que pueden encontrar por allí.
Ver una foto que saqué una vez en San Gregorio (sur de Santa Fe) utilizada por Maxxi en su blog Parte del Aire, y que además diga abajo "Colaboración de Polenta con Pajaritos" (como si la foto fuera de Robert Doisneau, faaaaah!) no tiene parangón.
Ver plasmado un rumor propio en la página de don Karmelo Restelli y que el mundo siga girando como si nada tampoco tiene precio.
Además, que en un blog tan leído como el de Podeti, haya tenido el gusto de ver publicado un coso y un miravós, gracias a los cuales mucha gente se ha acercado a Polenta con Pajaritos, es algo difícil de compensar.
No cuenta tanto que Podeti haya sugerido ver mi otro blog, Culo de camión, porque yo le pedí de rodillas que lo hiciera. Sin embargo es destacable el poder de su medio: en los días anteriores había recibido unas 15 o 20 visitas diarias. El primer día que puso un link a mi blog recibí más de 1100 visitas.
Además de los ya citados, verme entre los links recomendados del ácido Esquivando el éxito, Monstruos y berenjenas, No te tires al pasto y tantos otros que ahora no podría enumerar -simplemente porque no los conozco y no creo que existan-, páginas que leo cuando se les canta las pelotas actualizar (cosa no muy frecuente, es justo reconocer) me aumenta la autoestima a niveles supranormales.
Pero lo que más más más más me hace subir la autoestima es que mi hija sea mi lectora más fiel y ¡figure entre sus vínculos!. Se ve que la admiración es mutua, veremos qué pasa cuando llegue la adolescencia.
En fin, este fue un post de balance y de cosas impagables.
Y un balance con cosas impagables no puede dar otra cosa que dar déficit.
Por lo tanto, gracias por su atención, pero ¿ustedes vinieron a consumir o a qué?

Ya nadie es ajeno a las adicciones

Hoy lo agarré a Toni haciendo trampa.
Él, que está todo el día dale que dale con que "¿dónde vamos a conseguir otro chef como él?", "si no fuera por mí esto se transforma en un bodegón de cuarta" y "por la guita que gano, agradecé que te hago cocina internacional".
Llegó sobre la hora, cuando ya estábamos poniéndonos nerviosos porque casi se nos acababan los platitos con porotos en escabeche y lengua a la vinagreta que usamos para mantener entretenidos a los clientes cuando sabemos que se nos demora un pedido. Incluso en una de las mesas, un morocho al que ya le habíamos hecho comer unas cuatro porciones de porotos, nos llegó a advertir que "uno más que se acerca con un plato de porotos y les juro que se los meto en el culo, uno por uno. ¡Y después el plato de canto!".
Cuando lo vimos entrar, lo quisimos acogotar.
-¡Eh! Paren la mano, -nos dijo a la defensiva- en cinco minutos les saco todos los pedidos. ¿O quién es el chef acá? Eso sí, no me molesten mientras cocino.
Como yo mucha confianza no le tengo, me hice el sota y me quedé espiando por la ventanita por donde saca los platos preparados para que los repartan los mozos.
Ahí lo ví.
Abriendo latas, vertiendo el contenido sobre los platos y después metiendo estos últimos dentro del microondas.
Cuando se sentó sobre la mesada a esperar los dos minutos y medio de calentamiento, me descubrió. Blanco se quedó, blanco como huevo fantasma.
Inmediatamente se puso a llorar y patalear desconsoladamente.
Entré a la cocina e intenté calmarlo. Era inútil.
Que "¡cómo he caido tan bajo!", decía, que "lo hice inconcientemente", explicaba. La cuestión es que del soberbio, altanero, pedante y asquerosamente egocéntrico Toni no quedó ni la sombra.
Me hizo prometerle que no le contaría a nadie de tamaña bajeza.
Me dijo que él quería curarse, pero era más fuerte que él, que lo ayudara.
Después de hacer un par de llamadas telefónicas a las personas indicadas, le conseguí una vacante en una terapia grupal que coordina la Asociación de Usadores Compulsivos de Microondas.
Me comprometí a acompañarlo, si el me prometía a su vez dejar este feo vicio.