No he terminado
de oir.
No se ha esmerado
el tímpano en decidida afinación.
No he concebido pasar por alto,
como si nada fuera,
la acogedora sala de estar
de estos escritos
que atan
y desatan
pasiones y enredos
No he sabido
repercutir mi voz
para que fuera
siempre siempre
eco
sonante
incesante
o te lo
apropiaras,
solo tú, único y universal dueño..
No he dado un solo paseo
por las gloriosas plegarias
desprendidas
del aire,
cumpliendo el mensaje atmosférico
que te mandaba.
No he sentido la presencia
inverosímil de mis
dioses
y diosas
del Olimpo
que me asisten.
No. No los he
llamado en mi ayuda
Mas aquí se han perpetuado
en la
búsqueda
ellos, poderosos,
sin solicitar su presencia.
Mas aquí están los tímpanos,
Sí las plegarias
Sí los ecos....
Sí he querido soltar de la mano
las fuentes
de agua viva
para regar albahacas
y alhelíes, como tu estela de aromas.
Sí, he atendido a tus cuentas
y Sí he atisbado tus cuentos.
Sí podrás indicarme
por qué sendas
he de buscarte
y tenerte un instante
para siempre.