“Estamos en el año 28 después del nacimiento de Killian
Jornet. Todo el panorama del trail running está ocupado por carreras organizadas con afán recaudatorio…. ¿Todo? ¡No! Una aldea en el corazón del Espadán resiste irreductiblemente
a la invasión capitalista”.
LA MARATÓ DELS DEMENTS: ESLIDA AL CEL DE L´ESPADÀN.
Es tan obvio que el trail running está de moda que no voy a
entrar a intentar demostrar esta afirmación, solo hay que buscar el número de
carreras que se organizan cada fin de semana para que este argumento se
demuestre por su propio peso.
La cantidad jamás fue buena compañera de la calidad, cada
vez proliferan más carreras chapuceras o con un claro afán recaudatorio en sus desorbitadas
inscripciones. Este fenómeno creo que se ve más claro en las carreras de
asfalto, pero poco a poco va introduciéndose en las carreras de montaña. Poderoso caballeo es don dinero.
-Ha salido la inscripción de la Maratón dels Dements.
-¿Qué cojones es eso?
- Un carrerón por el Espadán, hazme caso y vamos a
apuntarnos que esa carrera es como las de antes, tu fíate de mí.
Esta recomendación de un perro viejo como Charly y unos atractivos
3800+/- en 43 km fueron motivos más que suficientes para que no me lo pensase
mucho para apuntarme con tantos meses de antelación. En esos momentos no era
consciente de que una simple inscripción
se iba a convertir en un billete a Ítaca durante los próximos meses.
Un viaje cartografiado por nuestro mister Jorge Mañez, con
Charly y Raúl como compañeros de abordo habituales y refuerzos esporádicos de
miembros del Trail Villena con los que compartir remo en las galeras. Si Kavafis
hubiese sido corredor de montaña hubiese resumido más o menos así los últimos
meses.
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Si vas a inscribirte a una carrera
Pide que la preparación sea larga,
Llena de aventuras, llena de entrenamientos.
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Pide que tus entrenamientos sean largos
Que sean muchas las mañanas de sábado
En que llegues sobre un mar de nubes
A montañas nunca antes ascendidas.
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Ten siempre la carrera en tu mente
Llegar en tu pico de forma es tu objetivo
Más no apresures nunca el viaje.
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Con lo
que no contaba ni Ulises ni yo era con un agujero en el bote justo a 7 días de
llegar a la costa. Un esguince en el último entrenamiento que amenazaba con tirar
por la borda todo el esfuerzo de los últimos meses.
Con serias dudas de poder terminar la carrera y con la
sensación de haber entrenado en balde me planto en la aldea gala de Eslida el
viernes por la tarde.
La previsión de Charly se confirma, hay un ambiente de
carreras de las de antes. Recogemos los dorsales en el bar Paquita, la
encargada de repartir los elixires de la marmita. Y entre brebaje y brebaje asistimos a la
charla técnica y el briefing de carrera.
Poco después miembros
de la organización nos llevan al alojamiento que ellos mismos se han encargado
de encontrarnos. El Forn Vell, apartamento rural propiedad de una atenta y amabilísima
Carmen.
Son las 7:30 de la mañana en Eslida cuando da comienzo la
última parada de este viaje que ha sido la Marató dels Dements. Salgo de los últimos
y con un ritmo muy tranquilo con la intención de ir calentando el tobillo. Me hubiese
gustado salir con mis compañeros pero mi batalla ahora mismo es intentar
terminar la carrera.
Van pasando los km y el tobillo me transmite confianza en
las subidas, las bajadas serán otra historia, pero de momento me siento fuerte.
El problema es que al haber salido tan atrás y ser las sendas tan estrechas a
penas puedo adelantar y llevo un ritmo inferior al que me gustaría.
Empiezo a ansiarme y desesperarme. Empiezan los tramos
técnicos y el ritmo parece el de un grupo senderista del inserso. Intento
adelantar, pero es bastante peligroso ya que tengo que salirme de la senda y
pisar por terreno en el que el tobillo se resiente, además enseguida me
encuentro con otros grupos en zonas técnicas donde es imposible adelantar y me
vuelve a pillar el grupo al que he adelantado. Esta situación se repite en
bucle y empiezo a frustrarme mucho.
No estoy disfrutando nada la carrera y es simplemente
cuestión de actitud. Intento replantear la situación, hace unas horas soñaba
con poder terminar la carrera y ahora estoy amargado y refunfuñando como un
viejo gruñón por no poder llevar un ritmo más alto… soy un puto capullo, me
recrimino a mí mismo.
Con estas llego al avituallamiento de Ain y durante unos 10
minutos disfruto de una soledad total en la que puedo incrementar el ritmo y
notar esa sensación de quemazón en el pecho que tanto necesitaba. Esto me
cambia el ánimo y me tomo con una filosofía diferente el tapón que se vuelve a
formar en la parte final de la subida al pico Espadán. Las carreras son muy
largas y al final siempre te ponen en tu sitio, aun quedan km y tendré ocasión
de dar todo lo que me quede dentro, voy pensando durante la bajada.
De repente, me encuentro con Charly. Me sorprende mucho
porque él está mucho más fuerte que yo y pensaba que lo tendría a estas alturas
de carrera al menos una hora por delante. Hoy no le responden las piernas me
comenta, decidimos terminar juntos la carrera.
A partir de este momento la carrera da un giro para mí,
empiezo a disfrutarla y a ser consciente de lo capullo que he sido durante los
km anteriores. Pasan los km y con esfuerzo nos plantamos en el último
avituallamiento de carrera. Qué
ambiente, que fiesta, que trato a los corredores, como bien decía Charly… esto
es una carrera de las de antes.
El hecho de haber guardado, me hace llegar bastante fresco a la última bajada y disfrutarla más de lo que esperaba, bajada espectacular en la que vamos viendo Eslida en todo momento. Entrada a meta y todo el esfuerzo de estos meses cobra sentido.
Han hecho falta 43km y 3800+/- para reafirmare en que al
final el tiempo de una carrera es lo de menos, lo que antes se olvida. Al final
son los momentos de los entrenamientos, los paisajes de la carrera y las
sensaciones vividas lo que perdura. Después de todos estos entrenamientos soy
mejor corredor, tengo lazos más fuertes con los amigos y la sensación de haber invertido muy bien
mí tiempo.
Gracias a Jorge por prepararnos los entrenamientos, a Charly
y a Raúl (que hizo un carrerón) por sufrirlos juntos. Y sobre todo a los
organizadores dels Dements y al pueblo de Eslida por proporcionarnos una
carrera como las de antes. Volveré seguro, Amunt Dements!