Tiene los días contados. Lo sabe. Aspira el humo del cigarrillo con deseo y esperanza. Es lo último que se pierde, ¿no? “Cada cual tiene lo que se merece”. ¡Qué gilipollez! Le cae ceniza sobre el pijama, sopla sin urgencia, tomando aire; sin nervios, como lo haría un hombre. Un hombre al que no le importase que su mejor pijama pareciera un colador. Las motas grises vuelan acobardadas: en la primera arruga se refugian indolentes. Otro desastre. ¿Qué más le puede pasar?
Piedra y Acero
- Petra Acero
- Soy como la PIEDRA: firme y resistente,... pero me deshago en ensoñaciones, y ¡me agrieto por contarlas!, por ayudarlas a escapar, a escurrirse como el ACERO fundido; relatando, en su huida, vidas inventadas y verdaderas mentiras.
27 de diciembre de 2011
Una navidad terrible
Tiene los días contados. Lo sabe. Aspira el humo del cigarrillo con deseo y esperanza. Es lo último que se pierde, ¿no? “Cada cual tiene lo que se merece”. ¡Qué gilipollez! Le cae ceniza sobre el pijama, sopla sin urgencia, tomando aire; sin nervios, como lo haría un hombre. Un hombre al que no le importase que su mejor pijama pareciera un colador. Las motas grises vuelan acobardadas: en la primera arruga se refugian indolentes. Otro desastre. ¿Qué más le puede pasar?
21 de diciembre de 2011
Jugando a las canicas
Raúl va a morir este viernes por culpa de Sofía. Los fines de semana, Raúl sucumbe ante las exigencias de Sofía. Desde el viernes por la noche hasta el domingo por la tarde, Sofía lleva las riendas. Atrevida, extravagante, creativa: llama la atención… y le gusta. Mientras tanto, Raúl es su sombra, un recuerdo para olvidar. Serio, hermético, simple, Raúl pasa la semana haciendo planes para Sofía. Por eso va a morir.
17 de diciembre de 2011
Maestros tallistas
MAESTROS TALLISTAS (por Petra Acero)
La cantería es uno de los oficios de más antigua tradición. Supone el trabajo de labrar la piedra para su uso posterior en la construcción. La piedra, después de su extracción en la cantera, se trocea y se regula sus formas, para terminar siendo tallada o labrada por los maestros tallistas.
14 de diciembre de 2011
No debo dormir
Está mi hijo en la cuna, envuelto en su niebla de llanto encanado, y mis muñecas de papel con sus vestidos recortables, y la Grand Place de Bruselas, como en un cuento de hadas, llena de ovejas de la Mesta española, y mi madre vestida de luto el día de su boda, y la canica verde esmeralda que me regaló Carlos en quinto curso, y la familia gitana de la sala de espera del hospital de Salamanca, y el enjambre de una colmena sin reina, y Armstrong, Aldrin y Collins en el corredor de la muerte, con pesadas bolas que dificultan sus pasos ingrávidos, y mi caja de lápices
5 de diciembre de 2011
¡Cállate!
—¡Ven aquí! Deja sentarse a ese señor.
—¡Gracias, joven, es usted muy amable!
—¿Eso ha sido un pedo, mami?
—¡Chiisss…!
—Pero, ¿ha sido un pedo?
—Iván, ¡Cállate!
—Ya, mami,… pero… ¿ha sido un pedo?
La madre, con un movimiento rápido, tapa la boca de su hijo y le regaña cerca del oído:
—¡Vale, Iván! ¡Eso no se dice!
—¡Pero… güele… a pedooo! —Bajo la mano materna, la voz infantil retumba como eco chillón.
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