El pasado sábado, poco antes del partido Valencia - Real Madrid, tuvo lugar un acto en el palco V.I.P. que ha pasado desapercibido para la mayoría de los valencianistas.
De hecho, en un repaso de la prensa en internet, solo he encontrado referencias del mismo en Superdeporte, en Asco (como no, faltaría mas) y en elvalencianista.com, aunque este último achaca la idea a la Asociación de Veteranos, cosa que no es cierta.
El florero sinvergüenza impuso la insignia del VCF (supongo que de oro y brillantes) a los jugadores ya retirados Santiago Cañizares y Gaizka Mendieta.
Este acto que, como digo, se produjo en el palco V.I.P., lejos de la vista de la afición del Valencia puede tener diferentes lecturas e interpretaciones. Yo expongo la mía.
Habiendo sido tan grandes jugadores del VCF, lo lógico hubiera sido realizar la imposición en el centro del campo, para que toda la afición hubiera ovacionado a ambos, y seguro que Soriano lo planeó así.
Pero, claro, en el VCF debe haber gente mas lista que el tonto que tenemos por presidente y, rápidamente, alguien pensó que si se hacía de esa forma se podía caer el campo abajo, y no por la ovación, sino por el abucheo y la bronca general.
En el caso de Cañi, tengo la impresión de que el Sori sigue pagando sus deudas morales a los que, de alguna forma, le ayudaron a conseguir la presidencia, como ya lo hizo con Albelda, al que nombró titular indiscutible.
Si no, no se entiende que a un individuo al que creo que todavía se le está pagando el año de contrato que le quedaba en el VCF, y que ahora se dedica, desde los micrófonos de una emisora de radio, a despotricar contra el que fue su club y contra los que la temporada pasada eran sus compañeros, si es que ha tenido alguna vez algún compañero, le sea impuesta semejante distinción.
Acabo con Cañizares diciendo que ha sido, seguramente, uno de los mejores porteros que ha tenido el VCF, pero, desgraciadamente, compensándolo con haber sido una de las peores personas que han pasado por el club.
Por cierto, a Eizaguirre no le prestaron tanta atención hace unos días cuando estuvo en Valencia.
Sobre Gaizka Mendieta, al que se le llegó a equiparar en su día con el murciélago del escudo (yo creo que el murciélago del escudo es la afición), tampoco estoy de acuerdo, ya que, aparte sus problemas personales, se dejó engatusar por el Madrid y quiso que el VCF lo traspasara, pero cuando el tema falló, no tuvo mas remedio que marchar a la Lazio, donde fracasó estrepitosamente y, tras su fugaz paso por el Barsa, donde jugó cedido un año, acabó en el Middlesbrough FC inglés, donde colgó las botas, con mas pena que gloria, el verano pasado.
A este paso, y si sigue de presidente florero Vicente Soriano, me veo al VCF concediendo la insignia a Judas Mijatovic.
Urge que en la próxima junta general se elimine del VCF a todas aquellas personas que solo se sirven de su puesto, sin pensar en el honor de la entidad que dirigen.
De hecho, en un repaso de la prensa en internet, solo he encontrado referencias del mismo en Superdeporte, en Asco (como no, faltaría mas) y en elvalencianista.com, aunque este último achaca la idea a la Asociación de Veteranos, cosa que no es cierta.
El florero sinvergüenza impuso la insignia del VCF (supongo que de oro y brillantes) a los jugadores ya retirados Santiago Cañizares y Gaizka Mendieta.
Este acto que, como digo, se produjo en el palco V.I.P., lejos de la vista de la afición del Valencia puede tener diferentes lecturas e interpretaciones. Yo expongo la mía.
Habiendo sido tan grandes jugadores del VCF, lo lógico hubiera sido realizar la imposición en el centro del campo, para que toda la afición hubiera ovacionado a ambos, y seguro que Soriano lo planeó así.
Pero, claro, en el VCF debe haber gente mas lista que el tonto que tenemos por presidente y, rápidamente, alguien pensó que si se hacía de esa forma se podía caer el campo abajo, y no por la ovación, sino por el abucheo y la bronca general.
En el caso de Cañi, tengo la impresión de que el Sori sigue pagando sus deudas morales a los que, de alguna forma, le ayudaron a conseguir la presidencia, como ya lo hizo con Albelda, al que nombró titular indiscutible.
Si no, no se entiende que a un individuo al que creo que todavía se le está pagando el año de contrato que le quedaba en el VCF, y que ahora se dedica, desde los micrófonos de una emisora de radio, a despotricar contra el que fue su club y contra los que la temporada pasada eran sus compañeros, si es que ha tenido alguna vez algún compañero, le sea impuesta semejante distinción.
Acabo con Cañizares diciendo que ha sido, seguramente, uno de los mejores porteros que ha tenido el VCF, pero, desgraciadamente, compensándolo con haber sido una de las peores personas que han pasado por el club.
Por cierto, a Eizaguirre no le prestaron tanta atención hace unos días cuando estuvo en Valencia.
Sobre Gaizka Mendieta, al que se le llegó a equiparar en su día con el murciélago del escudo (yo creo que el murciélago del escudo es la afición), tampoco estoy de acuerdo, ya que, aparte sus problemas personales, se dejó engatusar por el Madrid y quiso que el VCF lo traspasara, pero cuando el tema falló, no tuvo mas remedio que marchar a la Lazio, donde fracasó estrepitosamente y, tras su fugaz paso por el Barsa, donde jugó cedido un año, acabó en el Middlesbrough FC inglés, donde colgó las botas, con mas pena que gloria, el verano pasado.
A este paso, y si sigue de presidente florero Vicente Soriano, me veo al VCF concediendo la insignia a Judas Mijatovic.
Urge que en la próxima junta general se elimine del VCF a todas aquellas personas que solo se sirven de su puesto, sin pensar en el honor de la entidad que dirigen.