Nos levantamos a las 7:00h, y llegamos al embalse sobre las 8h., dimos la vuelta al otro lado del pantano y nos pusimos en la misma rampa , que debe ser donde repueblan; Un frio y un aire terrible para la pesca, armamos las cañas y al segundo lance, en la recula de la izquierda , la primera bien maja, de unos 600grs, con un Rapala naranja de 9cm.
Tras desanzuelar la trucha , llega un pescador de Piedralaves, y nos dice que hasta las 10h. no se puede podìa pescar; Pues a rrecoger cañas y a esperar.Hablando con èl nos dice que allì era donde suele ponerse, y le invitamos a quedarse con nosotros y no tardò en traer sus aperos; Cuando dieron las 10h. , al ataque y consigo sacar otras 2 truchas y otra que la revuelco, en 10 minutos, en el mismo sitio con el mismo rapala. El dia se habia quedado maravilloso, con sol, sin aire y el agua como un espejo, pero las truchas al contrario , se pusieron duras.
Sobre las 11:30h , llegan los guardas les damos los permisos , les pregunto a que es debido eso de empezar a pescar a las 10h. de la mañana y me dicen que de eso nada que se podia empezar al amanecer. Si las miradas matasen el paisano del pueblo estarìa criando malvas, y no solo por David y por mi, sino tambien por otros pescadores que quitaron las cañas al vernos como las guardabamos y correrse la voz de que hasta las 10 no se podìa pescar. El paisano y creo que ante la verguenza, a las 12h. recogiò y se marchò abochornado a tomar el aperitivo, segùn èl., pero joder, antes de implicar a los demàs estate bien seguro coño. Pues seguido, nos apretamos unos pinchos morunos recien hechos en la sarten, al "estilo griego", unos tragos de vino, y que decir.
David , le cogiò el tranquillo luego con la veleta de inglesa corrida, bien plomadeada, y con un grano de maiz en un anzuelo del nº14, se veian perfectamente las picadas de las truchas, hundiendo el flotador y dejando las tipicas ondas alrededor. No tardè en sacar las sillas al borde del agua, poner la veleta, y todo aquello era maravilloso, el dia esplèndido de primavera unos 22 grados, el entorno de gran belleza, el agua como una tabla, la cerveza fria y ademàs las truchas sin parar de picar, esto debe ser muy, pero muy parecido, a lo que llaman "felicidad del pescador".
Animados los dos por las continuas cebadas en la superficie, quise probar tambien, con buldò y unas moscas secas, y nada mas echarla al agua zas picadota arriba , siento tension en la linea ,doy cachete y se escapa, al siguiente lo mismo y no consegui mas picadas, debido a que las moscas al mojarse se hundian ,lo cual me hizo decidirme sin dudarlo a , en cuanto pueda, comprar un bote para secar las moscas de esos de polvos o pulverizado.
En resumen, fui buscando un sitio bueno de pesca para que el sobrino se diviertiera y resultò inolvidable. Y, creo que a David , tambien le entusiasmò.