Paginas de mi Moleskine

El año termina. Aun me cuento mis días en el calendario escolar. Y dejaré reposar el cuerpo curvando mi espalda hacia la ola de espuma blanca... Shhh... ¿lo oyes? Si. El viento susurra vuestros nombres... Y el mar golpea el barco: trae a mi memoria un año lleno de vosotros. Y sonrío. Sí. En la copa que vacío noto como los malos recuerdos emborranchan mi memoria. Quién se quiere acordar ahora. Nadie. Y yo tampoco. Mira, el sol se pone: desaparece tras la proa... Acomodo mi cabeza en el regazo, en su regazo, y me dejo dormir una hora mas.

Hasta la vuelta. : D

En el fondo, mi superstición me hace volver a mis (santos) lugares. Recordar cómo fue y cómo estaba hace un año siempre me da energía. Una vuelta al tablero, en el que recargar.

Hace un año estaba donde estoy hoy, mirando a un azul infinito de mar y cielo porque si miraba al infinito de adentro sólo veía oscuro triste. En el jardín han puesto molinillos de viento del color del arcoiris, que me hacen rsoneir: pienso en miles de locas agitando su colores enchidas de orgullo. Y yo estoy satisfecho.

(también es verdad que llevo un rato despierto y trabajando, teniendo en cuenta que ayer a las cuatro y media de la mañana era la ultima vez que brindábamos por el cumpleaños de bea).

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