En el Rockdelux de Marzo, ilustrando el artículo de Eduardo Guillot Pena, penita, pena.Por cierto, los lectores de la revista han elegido El manual de mi mente como el mejor cómic de 2008. Mil gracias desde aquí a todos los que lo votaron.
Y ya que estamos, gracias también a todos aquellos que lo habéis incluído en vuestras listas de Lo Mejor del Año, lo habéis reseñado, habéis hablado bien de él, le habéis hecho un huequecito en vuestras estanterías, lo habéis cuidado y limpiado, me habéis pedido que os lo firme, os lo habéis llevado como acompañante en vuestros desplazamientos, habéis hecho vuestras necesidades en su compañía, habéis hablado con él, lo hayáis besado, lamido, mordido mientras os salía espuma por la boca, lo hayais utilizado como arma arrojadiza, se os haya caído comida o fluídos corporales sobre sus páginas, lo hayais olido intensamente vigilando que no os viera nadie, en general a todos los que os lo habéis comprado (sobre todo a aquellos que han comprado cuatro ejemplares: uno para leerlo, otro para guardarlo en una cámara antiatómica, otro para meterlo en una bolsa hermética y otro para dormir con él) y muy, muy especialmente a aquellos miembros de Ficomic que en estos días de votaciones para los Premios del Salón del Cómic tengan el corazón tan lleno de generosidad y sabiduría que decidan entregar su voto en todas las categorías posibles a un hombre que les estaría eternamente agradecido por haber conseguido un billete de tren y una habitación de hotel gratis. A todos, gracias. Gracias. Muchas gracias. De nada.
