Y va a Brasil y a Chile. Y al Salvador. Y aquí no viene. ¿Eso es malo o bueno o neutro o nada? Que Barack Obama esta vez no visite Uruguay, Bolivia, Paraguay, Venezuela, Perú, Colombia, etc no importa: no viene a la Argentina. ¿Hay que asustarse, entristecerse o alegrarse? Otra vez repiqueteará en los corrillos charlatanes la palabra “aislamiento”. Porque “Bwana” nos aísla. A los grandes medios y a sus voceros geopolíticos el salteo de Argentina de su próxima gira, revelaría un desaire del negro más poderoso y, hasta que empezó a gobernar, el negro más simpático.
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A Tarzán, los nativos de la selva africana (los negros contratados en las películas, claro) cada vez que le dirigían la palabra le decían inclinándose: “Bwana”. Es fácil darse cuenta- hasta para un chico y aunque no mediara traducción- que esa palabra sonante y servicial deja expuesto el sometimiento del inferior al superior: el blanco. O sea, Tarzán. Porque “Bwana” en lengua Swahili quiere decir: “señor, señor, señor”. O “caballero. O “amo”.
En la tapa del diario La Nación del jueves 26 la nota colonizada lleva este título: “ Malestar en el Gobierno por no venir Obama”. Entonces uno lee el comienzo de la crónica: “No habrá una comunicación oficial de queja ni expresiones de enfrentamiento con Washington. Pero lo cierto es que el anuncio de la visita de Barack Obama a Chile, El Salvador Y Brasil, y no a la Argentina, no cayó bien en el Gobierno”. ¿No? No. Es que todo es para adentro; no lo van a decir, pero el Gobierno se remuerde de rabia. Dios no viene. ¿No será la transferencia de un deseo de los otros queriendo imponérselo al Gobierno? Si como presume el diario La Nación no va a haber ninguna prueba pública de esa rabia; entonces se atreve a conjeturarla e imaginarla. “Sí, Bwana”; sí “señor, señor, señor”. Si tu no nos visitas nos dejas solos.
Un amo, negro o blanco o de cualquier color, no debiera causar tanta sensación de abandono. El Bwana Obama quiere más a Brasil y a Chile. Paradójica travesía la de esa palabra de película. Porque ahora es al revés. Y aquel humilde “Bwana” del negro al Tarzán blanco, ha pasado al “bwana” de tantos argentinos blancos colonizados implorándole una visita al presidente negro.
Por Orlando Barone, 27 de Enero de 2011.