jueves, 30 de septiembre de 2010

La sedición no es un pañuelo blanco


No es la diplomacia la cualidad de Hebe de Bonafini; así como en Estela de Carlotto su cualidad es la templanza. Ahora un camarista de San Isidro se inflama de pasiones patrióticas y de fe democrática y sintiéndose alarmado por la verba inflamada de Eve de Bonafini exige se la juzgue por sedición. Está bien: doña Eve no es especialista en susurros y persuasiones y su estilo no pasa por la mesura ni el tacto. Pero hace más de tres décadas que usa como arma un pañuelo blanco y no hay vestigios de que haya usado o use la violencia. Cabría preguntarse por qué su acusador- y tantos acusadores republicanistas y morales- no usaron el mismo criterio purista cuando hace dos años en un programa de televisión Mariano Grondona y Luis Biolcatti sugirieron con malicioso y desenfadado golpismo dialéctico la interrupción del mandato de la presidenta. Tampoco se sabe si su señoría estaba durmiendo o distraído o disfrutando de su sueldo libre de impuesto a las ganancias, cuando Cecilia de Pando amenazó con el degüello a un tribunal que juzgaba a represores, o cuando una interferencia al helicóptero presidencial hizo resonar la amenaza: “Maten a esa yegua”. Estilo que se reproducía en las manifestaciones ruralistas de 2008. Cualquiera se acuerda de la amplia difusión que tuvo una dama paquetona y sojera cuando desde su cuatro por cuatro gritaba para la televisión de Magnetto y para los cuatro vientos: “ maten a esa puta yegua montonera”. Hay más ejemplos de presuntas sediciones retóricas más amenazantes que las de Bonafini. Y más poderosas: no bien asumía Kirchner la presidencia el entonces director de La Nación Claudio Escribano le advirtió en una carta que si no cumplía con las medidas que allí se le recomendaban, su mandato iba a ser efímero. Quienes acusan a Bonafini por su mensaje exaltado de la marcha del miércoles en Tribunales, no deben considerar las veces que Elisa Carrió comparó a Néstor Kirchner y a Cristina con el matrimonio Ceaucescu, ejecutados en la horca. O cuando la misma Carrió se relamía diciendo que la gente en la calle le decía “los queremos matar” refiriéndose a los Kirchner. También podría recordar las tantas amenazas de Alfredo De Angelis y Eduardo Buzzi en la época en que montados en tractores le advertían al Gobierno sobre inminentes “derramamientos de sangre”. O les gritaban a los representantes de las provincias que tuvieran cuidado en sus bancas o ellos “les iban a enseñar a legislar y a su regreso a sus pueblos los iban a escrachar a sus casas”. Sedición significa también sublevación de las pasiones. Incluso algunos jueces necesitarían enfriarlas. Y así sensatamente usar sus cargos a favor de la Justicia.


Carta abierta leída por Orlando Barone el 30 de Septiembre de 2010 en Radio del Plata.

miércoles, 29 de septiembre de 2010

El mordisco de una madre


Hay miles de historias de las víctimas del terrorismo de Estado. Día tras día surge alguna sea a través del desenterramiento de restos oscuramente olvidados y ahora devueltos a su identidad por antropólogos, sea a través de un relato conmovedor de un hijo de desaparecidos que recupera con dolor su código genético y su árbol genealógico. Las madres y Abuelas no han cesado su lucha ni su búsqueda. Y no hay genocida viejo ni enfermo ni lastimero que no sienta sobre si la inminencia del tribunal o la condena. El otro día Pedro Sandoval-uno de los más de cien nietos recobrados- contó públicamente a la sociedad cuánto le costó liberarse de la atadura de sus apropiadores a quienes hasta ayudaba a falsear las pruebas de sus prendas personales para que la Justicia no pudiera obtener el ADN. Recién hace poco puede decirse y decir que él fue un “bebé robado”. Robado. Verbo brutalmente exacto y más justo y menos jurídico que decir apropiado. Me acaba de llegar un mensaje de Oscar Fernández Real, periodista jubilado de largo ejercicio en grandes medios. Es escritor y en su juventud ha recorrido el país intensamente, tanto como ha navegado por sus mares y ríos. Cada tanto nos reencontramos. El mensaje de Fernández Real cuenta lo siguiente: “Querido Orlando: Uno a veces escucha de manera fría algunos relatos sobre situaciones espantosas. Pero la realidad te hace estremecer. El otro día mi hijo Martín pasó por mi casa con un amigo de su edad, un gordito de melena larga que le cubría hasta las orejas. Esto tiene su importancia, porque luego mi hijo me preguntó si había anotado que le faltaba el lóbulo inferior de una de ellas. Y me contó que este muchacho había nacido en la ESMA y que su madre, ante la posibilidad de que se lo arrebataran, le dio un mordisco en su orejita, para poder identificarlo algún día. Ella y el marido luego fueron desaparecidos. Pero el bebé fue a parar a la Casa Cuna, y de allí tiempo después lo recuperaron sus abuelos que lo andaban buscando. Ellos sabían del mordisco en la oreja; de aquel lóbulo ausente y de aquel desesperado acto de su joven madre. Y gracias eso identificaron a su nieto. El caso de este chico fue uno de los primeros reconocidos y hasta Magdalena Ruiz Guiñazú hace tiempo le hizo un reportaje frente a la ESMA. Yo lo conocía solo como a un amigo más de mis hijos; me daba curiosidad su manera de esconder las orejas tan obsesivamente. Pero ahora al saber su historia (que él no me la contó) quedé fuertemente emocionado”. Releí varias veces el mensaje de Fernández Real. Y quiero que se conozca. Esta es una carta sobre otra carta. Es tan prudente en el lenguaje que puso mordisco en lugar de mordedura que suena más cruel. Gracias colega por contarnos acerca de este gesto desesperado ocurrido hace más de tres décadas en las mazmorras. Es la pequeña historia de una madre lastimando la oreja de su hijo, para salvarlo de no ser.


Carta abierta leída por Orlando Barone el 29 de Septiembre de 2010 en Radio del Plata.

lunes, 27 de septiembre de 2010

El deseo

Luis Buñuel decía, y su cine lo demostraba, que no había deseos inocentes. Tenía razón: entre nosotros sobran los deseadores de esa clase. Uno de peso es el editor Jorge Fontevechia que está haciendo méritos para probar que todo deseo estancado es un veneno. Escribió como si nada que Kirchner “cuanto más éxito tenga en disimular su enfermedad más se enfermará”. Mariano Grondona se inquieta porque aún no se creó el “antídoto” para acabar con los Kirchner. Toda pulsión tóxica expresa sus deseos a través de los medios o de sus representantes políticos. Se los ve, escucha y lee. O intuye ahí agazapados. Entre esos deseos están los siguientes: que se descubra que Lidia Papaleo ha recibido millones de dólares para estar contra Clarín y la Nación; que el canciller Timerman sea cómplice de su padre en el hipotético gansgterismo de robo de acciones de los Graiver; que se imponga la Intervención Federal a la provincia de Santa Cruz y se revele su saqueo; y que se encuentren los cientos de millones de las regalías petroleras en un atache Vuitton bajo el parqué del antiguo despacho de Kirchner. Aquí les doy un deseo tan previsible que da pudor incluirlo: que el Gobernador Scioli se de vuelta y pase a ser opositor y candidato a presidente y que lo anuncie junto a Karina y junto a Duhalde y Chiche en San Vicente. Más fresco está el deseo de que Hugo Yasky sea culpable de fraude en las elecciones gremiales de la CTA y que su aliado en el fraude sea Moyano. Y que si el que gana es Miceli- la lista ligada a Proyecto Sur- releerá como un golpe duro para el Gobierno. Ah, y está el pequeño deseo de que la hija de los Kirchner que estudia en Nueva York sea denunciada por sus vecinos de Manhattan por causar ruidos molestos a la noche. Y están los deseos internacionales: el de que una vez que los chilenos consigan salvar con éxito a los que sobrevivieron enterrados, aquí en una mina exterminadora de Cuyo un minero de pueblo originario se quede apretado por una roca chiquita y no haya tecnología que lo salve. Hay argentinos que desean que la hiperinflación colapse al país; y de que cuando se enciendan todos los aire acondicionados, justo se sequen las represas hidroeléctricas y haya un apagón catastrófico y la única casa con luz sea la de De Vido. Para no hablar del deseo de que las Abuelas de Plaza de Mayo no solo no ganen el premio Nobel sino que tampoco nunca lo ganen Las Madres. Hay un deseo subrepticio: que las familias de victimas de delitos emigren en masa al exterior y que otra vez vuelva a haber colas en los consulados para irse. Y también el deseo de que una de las parejas de matrimonio igualitario cometa alguna perversión en la crianza de un hijo y salga Bergoglio a decir que él auguró que el casamiento homosexual era peligroso. O el deseo de que un matón K con remera con logotipo K le pegue un pellizco en las nalgas a un periodista delicado, y la SIP pida la intervención de la ONU. Por buen gusto no incluimos deseos que involucren a la presidenta bipolar ni al ex presidente de la angioplastia. Esta es una lucha entre deseos no inocentes. Pero los que desean bien son muchos. Y últimamente aumentan de número más que los que tienen deseos indeseables.


Carta abierta leída por Orlando Barone el 27 de Septiembre de 2010 en Radio del Plata.


viernes, 24 de septiembre de 2010

Cobos: el sustituto invisible que no ejerce


Durante varios días, por el viaje de la Presidenta al exterior, la reemplaza o sustituye Julio Cleto Cobos. Y en esos pocos días con sus noches como presidente, Cobos no inquieta. No importa. Lo que hace dos años podría producir desvelos y alarmas hoy ni siquiera ocupa al periodismo conspirativo. Nada. Cobos presidente es un cargo acéfalo. Una función clausurada. Un nombre sin resonancia. De aquella amenaza que su sola presencia producía hoy quedan evanescentes restos; nostalgias lánguidas reducidas a la caricatura de aquel voto no positivo. Quedan vulgares memorias de su infidelidad estilo Bruto en la Antigua Roma; y de su efímero reino de la fallutería. Si se habrá ido reduciendo Cobos que no se teme que ejerza el cargo de presidente. Ningún estropicio puede causar desde ese no lugar de vacío adonde se ha ido acuclillando. Podría imaginárselo diciéndose a si mismo que es presidente y a la vez contradiciéndose moviendo la cabeza negándolo. No le han dejado papel ni lapicera ni tinta para que firme aunque sea el vale de un chofer para el delivery. No tiene ni la llave del cajón donde se cajonean las medidas que no deben firmarse y que él firmaría a hurtadillas y de un arrebato. Dale firmá le ordenarían los radicales democráticos y los coalicionistas feroces. Es lo que más extraña: poder practicar el gesto subrepticio, traicionar la confianza. Aprovechar la chance de causar daño y causarlo. Pero lo han ido vacunando y es como una bacteria ni siquiera latente: abolida. Despojada de sentido. Debe ser triste para él saberse presidente ocasional sin tener autorización, permiso ni consentimiento para ejercer el cargo. ¡Si al menos alguien se enterara de esta situación y lo tuviera en cuenta! Cobos es hoy como un acento tácito, como un político virtual, supositivo, inferido. No sé, habría que ir a golpearle la puerta de donde esté y si contesta es que está, solo que ni él lo sabe.

Carta abierta leída por Orlando Barone el 24 de Septiembre de 2010 en Radio del Plata.

jueves, 23 de septiembre de 2010

Obviedades dudosas e indudables

Desde hace un tiempo la palabra obvio se ha ido derramando por el lenguaje. Obvio y obviamente surgen en los diálogos en los cuales han ido desvaneciéndose los sustitutos o sinónimos que se empleaban antiguamente. Ya casi nadie dice naturalmente, evidentemente, visiblemente, claramente o manifiestamente. Ni “sin dificultad” o “sin duda alguna”. Hoy las eclipsa “obviamente”. La obviedad se abusa en el diálogo y domina la política. Es que es obvio que la oposición se opone y opondrá a cualquier proyecto del Gobierno. Que se negará a enfrentarse con las corporaciones. Y que será tan opositora como todo cuanto los medios hegemónicos la guionen. Obviamente que los así guionados se sentirán protegidos por sus guionadores. Con la obvia condición que ni se les ocurra estar en contra de ellos. Es obvio lo que está ocurriendo: que quienes esperaban una realidad política declinante se enfrenten a una realidad energizante. La obviedad más obvia es la de los opositores: ni siquiera se les ocurre un día sorprender y estar de acuerdo con algo del Gobierno. A lo mejor lo obvio es que la presidenta cuenta con el obvio apoyo opositor que, por paradoja, cuanto más se opone menos funciona. Si acabaron por ser obvios políticos de historia popular que eligen mal el enemigo y están más en contra que los opositores antipopulares obvios. Hasta hay periodistas notorios- no notables- que obviamente perdieron el humor y dudosamente se toman en serio ironías de un blog y se asustan de una amenaza obviamente inocua. Un bloguero enamorado consiguió que el mercado de periodistas serios se sintiera amenazado. En verdad mintió el miedo. Y ridículamente asustados son obvios. Se sabe que no hay ningún gobierno obviamente perfecto. En política la obviedad no sorprende. Por eso el Gobierno no es obvio. Porque cuando se espera que produzca algo predecible produce lo contrario y deja a los opositores desorientados. Y obvios.



Carta abierta leída por Orlando Barone el 23 de Septiembre de 2010 en Radio del Plata.

miércoles, 22 de septiembre de 2010

El funcionario intrépido

Se trata del ministro de Justicia: ayer se superó en intrepidez. Dijo que desde hace siete años la criminalidad en el país se ha detenido. Demostró que Argentina tiene hoy una tasa de seguridad satisfactoria. No es una broma ni un sarcasmo. Es lo que afirman los datos oficiales expuestos ante la comisión de Diputados. No se piensen que el ministro Alak recibió aplausos populares: no, aparte de los denuestos y críticas de la oposición, la red desbordó de descreímientos, burlas e insultos. Porque la creencia en que se convive con una ola de criminalidad desbordante se realimenta con el descreimiento ciudadano en cualquier dato que registre una mejora. Así que aunque el ministro demuestre que Argentina tiene una seguridad de mejor condición que las de Méjico y Brasil y una de las de más baja tasa de muertes violentas de la región, suena a embuste o a manipulación de estadísticas. ¿Pero cuál es lo real y cuál lo virtual y cuál el miedo al miedo y cuál el miedo fundado? Creo que quienes no creen en lo que dice el ministro no serán convencidos. No quieren serlo. Se obstinan en creer en que la inseguridad crece y no en que decrece. Y quienes menos creen son los medios de comunicación y los que transmiten noticias. Y por consiguiente todos quienes las consumen. Omito por obvias las referencias a intencionalidades de cualquier clase. Lo cierto es que la sensación tiene más valor científico que una tabla de números. Y que la realidad de las pantallas luce más verosímil que la declaración de un funcionario. Informes de organismos internacionales y de Universidades aseguran que la Argentina, Chile y Uruguay reflejan las tasas más bajas de criminalidad en la región pero las más altas de victimización de los ciudadanos. Los miedos del niño se resuelven en la adultez, pero no hay estadísticas que resuelvan los miedos de los adultos. La inseguridad se va agravando a medida que la razón corre a aliviarla. Es como un señuelo al que los argentinos post “blumbergianos” se han resignado. En este tema lo que vale es la creencia no la certidumbre. Mientras la sociedad mediática no cambie de sensación no habrá forma de creer en que disminuyen los crímenes. La verdad no tiene interés frente a un descreimiento emocionante. Por eso también esta opinión intrépida.

Carta abierta leída por Orlando Barone el 22 de Septiembre de 2010 en Radio del Plata.


viernes, 17 de septiembre de 2010

No intimidéis a los intimidadores

Sentirse intimidado es sentirse con miedo. E intimidar es lo contrario: hacerle tener miedo a otros. Jorge Rafael Videla, el ex general, advirtió que se sintió intimidado por una presunta amenaza terrorista que atribuye a ex montoneros ahora en la militancia democrática. Justamente él, Videla- un intimidador que en ejercicio ordenó crímenes de lesa humanidad- hoy acusa de intimidación a sus antiguos intimidados. Es como un verdugo que se intimida por presumir que sus antiguas victimas - aquellos que sobrevivieron al Terrorismo de Estado- podrían reaparecérsele para vengarse. Esto ya no es una paradoja sino un absurdo. El mismo absurdo que ha permitido a algunos decir que como hay que estar con el más débil hay que estar con Magnetto y con Clarín. O que hace que políticos opositores que se oponen a la aplicación de la Ley de Medios y a la democratización de Papel Prensa, digan que tienen miedo de perder la libertad de prensa, y lo dicen en los medios que se han apropiado privadamente de esa libertad. Que la han estado concentrando prósperamente. Su propias fallas ideológicas y de praxis los auto convencen de falsas intimidaciones e hipotéticos miedos republicanos que los intimidados saben muy bien de donde provienen. No de la demonizada letra “K” sino del modelo. Lo que los intimida es que se profundicen sus efectos. Ya que cada día que pase les va a resultar más difícil reinstalar cualquier otro que rebaje los actuales beneficios. Les cuesta encontrar un antídoto verosímil superador; y tener el coraje de oponerse con ideas y no con quejas y rechazos. Para abolirlo o reemplazarlo solo les queda conspirar y tratar de conseguir que fracase. Por eso apenas oyen que va descendiendo el riesgo país, o que el consumo continúa al igual que el crecimiento del empleo y del salario, se sienten intimidados. Y ya no pueden intimidar: la culpa la tiene el modelo.

Carta abierta leída por Orlando Barone el 17 de Septiembre de 2010 en Radio del Plata.

jueves, 16 de septiembre de 2010

El “periodisismo” y la distorsión de los “ismos”.

En estos días en gran parte de los análisis políticos opositores cundió la idea negativa del fin o el ocaso del “kirchnerismo”. La angioplastia de Néstor Kirchner proveyó al mal deseo de no menos indeseables augures. Aparte del impudor moral de esos análisis- en circunstancias de salud que merecen algún respeto humano- está el error interpretativo. Error que se origina en un voluntarismo que ignora la realidad exitosa de un país que lo contradice. El actual proyecto político no depende ni termina exclusivamente en un solo protagonista. Esté perfecto, sano, enfermo o finito. Llamar “kirchnerismo” al proceso que se enmarca dentro del vasto y diverso peronismo, dentro del Frente para la Victoria, y de aportes trasversales y de la mayoría de los trabajadores, es una interesada forma de reducción. Porque a Néstor Kirchner, o a Cristina Fernández los supera , por suerte, la propia inercia e intensidad del proyecto accionado y aplicado. La multitudinaria convocatoria de los jóvenes militantes del otro día es un indicio. El anunciado encuentro para el 17 de octubre de la CGT es otro. Sería distinto y más acotado con “ismos” infundados; o con ismos que suenan graciosos y anecdóticos como “felipismo”, “macrismo”, “michettismo”, “Dasnevismo”, duhaldismo o reutemanismo. Todavía, por suerte nadie se atreve a agendar el “bitterismo” ni el “denarvaezismo”. Más risueño suena el “lilismo”. Aunque ya hay quienes han introducido el “pinismo bonsai”. Hay grupos e intenciones políticas que merecerían llamarse “nadaismos”. Originalmente el sufijo del sustantivo “ismo” nombraba solo grandes doctrinas, movimientos y sistemas. Como el budismo, el cristianismo, el platonismo, el impresionismo, el liberalismo, el comunismo, el cientificismo etc. Hoy hay un superficialismo del ismo. Y aunque no sé si existe el “twitterismo”, ya existe el “tinellismo”. Y en cualquier momento aparece el “bailando por un sueñismo”. La política no se excluye de este desborde. Y el exceso, trasciende al peronismo, al radicalismo, al socialismo o al anarquismo tradicionales con sus al menos justificados ismos. Por eso el nombre de “kirchnerismo” es incompleto y limitador. Sugiere que en el supuesto de que se apartase o se desplazara el apellido del líder temporal como jefe de época, sus ideas se perderán y desvanecerán enseguida. Porque Cristo puede continuar en el cristianismo, pero a nadie, por ejemplo, se le podría ocurrir que a de la Rua lo iba a continuar el “delarruismo”. Pero no es apropiado considerar de ese modo al actual liderazgo político argentino. No hay que meterlo en la bolsa del pasatismo de un nombre, por más importante que suene. Hay cuestiones de este modelo que no se discuten ni como progresismo, ni como izquierdismo, ni como trasversalismo, ni como populismo. Son eso: peronismo o justicialismo. Sea K, C, o el abecedario. Lo demás es “periodisismo”. O “incompresinismo”.


Carta abierta leída por Orlando Barone el 16 de Septiembre de 2010 en Radio del Plata.

martes, 14 de septiembre de 2010

Politizados y repolitizados


Tienen razón: los estudiantes que toman los colegios están politizados. Los padres de los estudiantes y los abuelos y los parientes; los maestros y profesores, y los preceptores y los porteros: todos están politizados. También los concesionarios del buffet y los dueños de las fotocopiadoras y los libreros. Y hasta los que no son estudiantes y los que llaman a las radios y escriben en los blogs están politizados. Claro que la ocupación de los colegios está politizada. Los piquetes en las calles, también. Y están politizados los sindicatos y los sindicalistas. La Iglesia está politizada, los cardenales, los curas villeros y los monaguillos. Están politizados los rabinos, los pastores y los sanadores. Y los intelectuales. Y los que están en twitters y en facebook. Los cantantes de rock, los de tango, los de folklore, los de baladas, afinados o desafinados están politizados. Las embarazadas y las que no están y los responsables de los embarazos y los integrantes de matrimonios igualitarios y los que los rechazan están politizados. Cunde un derrame de politización que se propaga por los foros y los mítines, por todas partes. Por los almuerzos de Mirtha Legrand, por las botineras y por los futbolistas que aman y desaman a las botineras. La juventud está politizada; la que estudia y la que no estudia. Es curioso que produzca sorpresa que los estudiantes estén politizados, repolitizados, recontrapolitizados. ¿Cuál es la rareza? Si están politizados los apolíticos y los que ni siquiera son apolíticos; hasta los políticos que ejercen la política están politizados aunque algunos no se lo merecen. La ignorancia y la sabiduría, el candor y la experiencia, la asamblea de Gualeguaychú, la Mesa agraria, la CGT y Milagro Sala; están politizados. Y las reuniones de consorcio y las de los paseadores de perros en las plazas. Y también el jurado de bailando por un sueño y el jurado que juzga genocidas. Y está politizada la estatua de la Justicia con los ojos vendados del palacio de Tribunales. Y las angioplastias. La politización es una conversación general donde todos participan por gusto, por disgusto o por contagio. O para superar el estatus de ente. Y se hable en voz alta o se esconda la palabra ya no hay apoliticismo que valga.

Carta abierta leída por Orlando Barone el 14 de Septiembre de 2010 en Radio del Plata.

lunes, 13 de septiembre de 2010

La política “antiflama” de los porteños


Que Mauricio Macri haya vuelto de un viaje es ya una costumbre: siempre se va de viaje y siempre vuelve. Y cuando no viaja y está, es como si no estuviese. Entre medio a su gobierno le suceden desaciertos y a la sociedad desgracias. Nadie lo va a desalentar de su espíritu viajero sea en la geografía, sea por distraímiento. Macri es un viajero afanoso. Un migrante de la política cuyo público de pertenencia es también migratorio. El jefe de gobierno de la ciudad es una abstracción real virtualmente omnipresente. Ha conseguido que su nombre sea una marca que se consume o se desecha por oposición, pero que aún en el rechazo adquiere resonancia. El mercado tiene sus reglas y él participa de ellas. Para esto cuenta con el sinuoso apoyo de una gran porción del periodismo que en alianza con la clase media que mira mal a la media baja o no la mira, le cantó loas al batir de campanas que en la ciudad celebró festivamente el derrumbe. Sépase que esta ciudad no es rara ni por sus palacios y rascacielos ni por sus piquetes y sus exclusiones, que los tiene en escala notable; es rara porque es capaz de resistir a los porteños y todavía más: de resistir las contradicciones que ellos contienen. Que contenemos. Mauricio Macri es su más actual consecuencia. Si en su lugar el cargo lo ejerciese un líder de algún movimiento social también sería una contradicción coherente. No hace falta trazar las contradicciones entre Puerto Madero y ciudad Oculta o entre el circuito de gastronomía gourmet y el de gastronomía del choripán y el chipá para entendernos como habitantes de este batido de berretines sociales e ideológicos. La mitad de los alumnos aquí va a la escuela privada, la otra mitad a la pública. El encargado de edificios o el portero es el amable servidor de los propietarios e inquilinos hasta que le toca un aumento que lo convierte en el indeseable enemigo. No vayamos a creernos, que por los continuos desaciertos de la gestión municipal no exentos de tragedia, que Macri no representa a esta ciudad: la representa. Y quien aspire a reemplazarlo va a tener que hacer muchos méritos para superar esa representación que los porteños lograron instalar paradójicamente cuando en Latinoamérica más fluyen gobiernos populares y no elitistas. Somos tan proclives a imponer tendencias y a desestimarlas tan pronto como se imponen, que es probable que en el futuro aquí se procuren gestiones innovadoras. Algún día no hay por qué desestimar se elija un jefe de gobierno más bizarro todavía si eso resulta chic; o uno abstracto salido de facebook. Aunque más lógico sería un intendente blumbergniano y seguritista. La resistencia sus errores y devaneos de esta ciudad se funda en que es “antiflama” políticamente. El viajero Macri seguirá en su objetivo: el de estar para quienes nunca deja de estar, y no seguir estando para quienes seguirán esperando. Hay un tipo de votante porteño que es un votante efímero. Lo que vota hoy no lo vota dentro de un rato. O sí.

Carta abierta leída por Orlando Barone el 13 de Septiembre de 2010 en Radio del Plata.

viernes, 10 de septiembre de 2010

Hoy lo tajante le gana a lo relativo

Se sabe que aparte del blanco y el negro hay grises; y que en esos grises los opuestos pueden aproximarse. A la pregunta ¿Te interesa tal cosa?, una contestación relativa sería: “relativamente”. El abuso del matiz puede terminar en un tono chirle. Si se empieza por querer aclarar un azul profundo, éste puede convertirse en un celeste claro, o en un blanco acelestado hasta alcanzar lo incoloro. “Relativo” es hoy un concepto superado por lo tajante. Por lo absoluto. Vivimos una época de contrastes, de oposiciones, de antítesis. Y nos toca sobrellevarla estando en alguno de los lados; ya no sirve estar en el medio ni en los dos ni en el “no lugar” porque la corriente te lleva o te deja atrás. Fue el caso de Cobos: por más que quiso relativizar su voto no positivo, fue un voto negativo absoluto. Tanta tensión antagónica es incómoda. Hace fatigar al ciudadano a la par que lo está construyendo más frontal y al descubierto. Y menos hipócrita. Algunos elegirían no tensarse; otros gozan con la tensión. Se desplaza la idea de la neutralidad, de la asepsia, del “yo argentino”. A favor o en contra. Entre medio, nada. O se está de acuerdo con reivindicar la memoria y los Derechos Humanos o se está de acuerdo con el olvido; o se está de acuerdo con potenciar el Estado o se está de acuerdo con estrujarlo o desvanecerlo. Los dilemas que plantea la encrucijada social, económica y política se incluyen en ese proceso binario de lo blanco y lo negro. La sociedad lo ha decidido; los votos lo han estado determinando. El Congreso es su caja de resonancia. Calentar o enfriar la economía no es una cosa relativa. Más claro, échele agua: el ejemplo se reveló con las retenciones y continuó con las jubilaciones recobradas por el Estado, y con el Banco Central cautivo o soberano. Y continúa con averiguar o no averiguar la dudosa identidad de los hijos de Ernestina Herrera de Noble, con apoyar o boicotear la nueva Ley de Medios o la investigación de Papel Prensa. No son relativos ni Magnetto ni Lidia Papaleo; ni son relativos un torturado y su torturador. Con casi tres décadas de democracia, las próximas elecciones serán las más tajantes.

Carta abierta leída por Orlando Barone el 10 de Septiembre de 2010 en Radio del Plata.

miércoles, 8 de septiembre de 2010

De opiniones y opinantes


Opinamos sobre el Big Bang y sobre la existencia de Dios. Opinamos sobre el karma y sobre la levitación y sobre la luz fosforescente que dicen que vio el que dice que vino de la muerte. Opinamos acerca de la amenaza de lapidación de una mujer en Irak, acerca de la dudosa tregua de Eta y acerca de la huelga de trabajadores en Francia. Opinamos sobre el desastre de los mineros en Chile, sobre la ocupación de colegios de la ciudad de Buenos Aires, sobre el dilema de Fibertel y sobre el mecanismo del Indec. Opinamos sobre si Yabrán está muerto o vivo o sobre si Magnetto va a perder el poder o a aumentarlo. O sobre qué pasa en la psiquis de la presidenta y qué hablan de entrecasa con su marido. Opinamos sobre lo que hay que hacer para evitar las salideras, sobre lo que hay que hacer para ordenar el tránsito y sobre lo que hay que hacer para que los colectivos no cometan estropicios. Opinamos sobre crímenes que suceden y sobre presuntos asesinos y sobre los fallos de los jueces que los condenan. Opinamos acerca de las personas que viven en las villas, en los barrios cerrados y en cualquier parte.
Opinamos sobre las personas cercanas y las lejanas y las extraterrestres. Opinamos acerca de amores y divorcios de famosos y de amores y divorcios de conocidos y de no conocidos, y de presuntos amores y divorcios que nos cuenta el vecino sobre otros amores y divorcios de vecinos de vecinos. Opinamos acerca de nuevas tecnologías y de nuevos inventos que no se inventaron y de los que van a fracasar ya antes de inventarse. Opinamos sobre fútbol, sobre economía, sobre enfermedades y sobre curaciones. Opinamos acerca del calentamiento global, del calentamiento sexual y del calentamiento del estado de ánimo. Y opinan acerca de la muerte quienes aún no están muertos y acerca de la vida quienes ni siquiera han vivido ni viven lo suficiente. Desde la antigüedad Parménides y Platón dicen que la opinión de los mortales es opuesta a la verdad, que está entre el conocimiento y la ignorancia y que la opinión es un pensamiento que tanto puede ser verdadero como falso. Hoy como ayer los filósofos opinan que una opinión es carente de toda garantía de validez. La más ignorada de las opiniones es la del silencio. A lo mejor es la mejor opinión. Es la que menos se practica.

Carta abierta leída por Orlando Barone el 8 de Septiembre de 2010 en Radio del Plata.

martes, 7 de septiembre de 2010

Twitter se atraganta de “yo”


Es ahora la presidenta quien se presenta en Twitter. La presidenta no lo atiende personalmente ya que eso exigiría un tiempo ilimitado. Nada original. Y nada grave ni nada. Obama lo hace. Y también cientos de líderes notorios y seres anónimos buenos y malos. Lo curioso es que en la era de la comunicación colmada de palabras, Twitter nos impone la reducción a mensajes de solo ciento cuarenta caracteres. Se supone que esas pocas palabras son suficientes para crear un mundo paralelo o yuxtapuesto de lenguajes que, desde los tiempos del primer teléfono y de la primera transmisión de radio, se propagaron y propagan sin parar. El ser humano habla y habla. Por eso la brevedad, el laconismo de Twitter tiene una ventaja: exime de aguantar tantas larguras que requieren mucho tiempo de atención para la misma cantidad de vacío. La poesía japonesa creó hace muchos siglos el haiku, un tipo de poema de dos o tres versos y de unas poquísimas sílabas. En Occidente lo practicaron bellamente Borges y Octavio Paz, e incluso Benedetti. El haiku permite también estupideces de quienes creen que para componerlo basta con escribir frases cortitas. Si se tratara de eso los twitteros serían poetas. Investigadores de San Antonio, Texas, analizaron durante días dos mil twetts de los Estados Unidos y los separaron en seis categorías, a saber: noticias, controversias, autopromoción, mensajes repetidos, correos basura y palabras sin sentido. Ganó la categoría “palabras sin sentido”. Y la segunda categoría más frecuente fue “Correo basura”. Uno podría tratar de imaginar un basural a cielo abierto en algún lugar del universo adónde indiscriminadamente se vuelcan el correo basura y las palabras sin sentido. No quisiera desilusionarme pero también ahora estoy aportando a esas dos categorías. Es que en ese basural seguramente la mayor parte de lo que ahí se deposite compite entre si en igualdad de vacío. Pero es inútil tratar de impedir la necesidad contemporánea de sentirse hablar y hablado. Sobre todo de sentir hablarse uno. La palabra Dios tiene cuatro caracteres. La palabra “Yo” tiene solos dos y es la que más fieles tiene.

Carta abierta leída por Orlando Barone el 7 de Septiembre de 2010 en Radio del Plata.

lunes, 6 de septiembre de 2010

Contradicciones imperdonables


Todo lo que contradice a su naturaleza o a su estándar causa sorpresa. Por ejemplo un negro que promoviera el apartheid contra si mismo. O un vicepresidente de la Nación que traiciona a su presidente. Al pasaje o transfuguismo político se le llama burlonamente “borocoteada”; acaso un exceso creativo que ocasionalmente estropea un apellido. Alberto Fernández, que hace cinco años expuso al sarcasmo a Lorenzo Borocotó al atraerlo a su despacho, ahora se ha pasado al clarinetismo. Y nadie le llama a eso “Alberteada” y ni siquiera le llaman “traicionismo”. Últimamente los que más desorientan son algunos líderes de izquierda. No ya Vilma Ripoll tratando de subir entusiasmada a la gesta triunfal de los ruralistas con El Manifiesto de Marx enrollado en el poncho. O Elisa Carrió que de coincidir hace siete años con un economista de izquierda como Lovuolo, ahora termina coincidiendo con uno de derecha como Prat Gay, mientras aterrada de que el grupo Clarín se empequeñezca advierte que la presidenta va a instalar el Terrorismo de Estado. Hay otros casos más desorientadores. El de Felipé Solá es el de un desorientado que se creyó e hizo creer que era peronista y aunque se empeña en querer mostrar que nunca lo fue sufre el desencanto de que los antiperonistas tampoco lo asumen como propio. Por lo cual está en un no lugar del que solo se sale por abajo y sin probabilidad de volver a la superficie. Chiche Duhalde para demostrar que no es peronista da charlas combinadas sobre crisis de valores con Santiago Kovadloff.
Eduardo Duhalde cena con Héctor Magnetto sin darse cuenta que le toca la silla más baja y el plato le queda alto.
Debe haber un “gen” peronista que cuando se deforma dentro del pensamiento peronista empieza a morder a los de su familia. Y que hace que los ex peronistas se vuelvan más antiperonistas que los gorilas. Lo que llama la atención entre tantas contradicciones es la de Pino Solanas. ¿Cómo se hace para atravesar el largo camino que va de La Hora de los Hornos hasta pactar en el Congreso con la oposición antiperonista? Parece increíble que haya presentado una denuncia penal contra la presidenta en el caso del Banco Central, o que en las retenciones votara igual que Cobos. Más increíble es que cuando Mariano Grondona en televisión le ofreció su simpatía ideológica Pino las recibió gratificado. O que cuando los antiperonistas necesitaban quorum para votar, Proyecto Sur estuvo a pleno para no dejarlos solos. El socialismo de Giustiniani y de Binner, que proclama la mejor distribución del ingreso, busca acordar con el radicalismo de Gerardo Morales y Aguad. Contradictorio es que el socialismo considere aliados a los radicales liberales. Juntos quieren hacer creer que, que porque Ricardo Alfonsín es simpático y pacífico, para las elecciones se irán volviendo progresistas. Eso no les impide contradecirse y mandar a la diputada Giúdice a defender a los medios hegemónicos; los mismos que en su tiempo conspiraron contra el radicalismo. Contradicciones son las de los periodistas que hoy se resisten a la nueva libertad de medios y eligen la libertad empresa de los medios concentrados. Imperdonable es que por desplazar a un gobierno un dirigente se desplace de su historia y vote junto a sus enemigos.

Carta abierta leída por Orlando Barone el 6 de Septiembre de 2010 en Radio del Plata.

jueves, 2 de septiembre de 2010

La fiesta de los velorios


Se trata de Funexpo: la segunda exposición de funerarias que organiza la Federación que agrupa a las empresas de pompas fúnebres. Se realiza durante los días 8 y 9 de septiembre en el palacio San Miguel, de esta ciudad. Se espera superar los cinco mil asistentes del año pasado. Vivos, obviamente. Una verdadera fiesta de la creatividad y la tecnología con más de cincuenta expositores. Se exhibirán urnas, hornos crematorios, lozas marmoladas para tumbas, así como diseños de lápidas. Un surtido de modelos de mortajas, sean convencionales o sofisticadas, serán expuestas junto a carrozas fúnebres, sistemas para conservación de fallecidos, maquillajes para extintos y la más surtida colección de ataúdes y féretros de distinto rango sea para yacentes notorios o yacentes estándar. La Funexpo, como su nombre lo indica, es una exposición viviente sobre la muerte. Naturalmente los cajones y urnas que se expondrán allí estarán vacíos. Se ofrecerán charlas con historias alusivas, e información acerca de las nuevas tendencias del mercado mortuorio, que es tan demandante que nunca cesa. Todo en un clima animoso y festivo al cual el decorado impondrá una originalidad provocativa. La propuesta incluye servicios de catering y hasta instrucciones para dar condolencias y pésames apropiados sin salirse de mambo. No se prevee la aparición de ningún resucitado ni tampoco la presencia de fantasmas y espectros. El ataúd aquel de Herminio Iglesias ha sido abolido por el curso del tiempo. Metafóricamente fue sustituido por nuevos ataúdes donde van siendo enterradas viejas políticas antipopulares y en los cuales se colocarán los nuevos muertos que merecidamente va a ir dejando la Ley de Medios y la nueva etapa de Papel Prensa. La exposición mortuoria tendrá cena de clausura y admite reservas. El menú tiene el look Recoleta y Parque Memorial antes que de La Chacarita. Habrá bocaditos de langostinos, fuentes de ostras, endibias con centolla, tempura de cordero y gírgolas. Frutos del bosque y champán además de vinos de crianza. Hay quienes sugieren agregar al menú platos sugerentes al tema: sesos, morcilla rellena con sangre fresca de animal recién muerto y algunos de esos quesos franceses que se comen putrefactos y con gusanos vivos. Ah, y papas revueltas en la ceniza. A la fiesta no es obligatorio ir de negro. Ni mucho menos triste.

Carta abierta leída por Orlando Barone el 2 de Septiembre de 2010 en Radio del Plata.



miércoles, 1 de septiembre de 2010

La tentación de elegir un nuevo presidente tranquilo

Imaginemos un nuevo presidente. Uno nuevo que reemplazara democráticamente a la actual presidenta. Imaginemos que para anteponer a gestiones precedentes provocadoras y rupturistas, la sociedad elige a un presidente templado de una fórmula igualmente templada. Pongamos que a la K le sucede una A de Alfonsín, una B de Binner, una C de Cobos, una R de Reutemann. O cualquiera de las letras que surgen de los apellidos de aspirantes a ser elegidos presidentes. No digo la M de Macri porque para entonces podría haberse convertido en minúscula. Sigo. Recuérdese que para reemplazar a la gestión de Carlos Menem se votó a Fernando De la Rúa precisamente por sus dones diferentes. Hasta en su propaganda él mismo se ironizaba diciéndose: “Dicen que soy aburrido”. Y consiguió gobernarnos efímeramente. De la Rúa ganó con un perfil mesurado, tradicional, de diseño más bien occidental y cristiano, y nada de oropel, danza oriental ni champán. Su vicepresidente Chacho Alvarez lucía más intenso, por no decir despierto, y eso lo eximió oportunamente del naufragio. Al tiempo, aquel encantamiento de “dicen que soy aburrido” se trasmutó en un entretenimiento trágico: el de la represión y las muertes, el desbande político y el colapso.
Atentas, las corporaciones se apuraron a no fundirse imponiendo una economía de trasnoche que fundió la de millones de ciudadanos corrientes. Hoy un gobierno difícil para los que siempre la tuvieron fácil, les plantea a esos la tentación de cambiar de estilo. O de destino. Sustituir la discordia actual por otro comportamiento político neutro que obre serena y ambiguamente. Diplomáticamente. Hay varios candidatos que reúnen ese perfil de ponderación de diálogo y de ética. Con poco bombo pero con mucha largura legislativa, y con largos cafés y oratorias jurídicas. Imaginemos entonces -hipotéticamente, claro- un poder ejecutivo con dos políticos, presidente y vice, respetados por los grandes medios y por los grandes grupos económicos. Y por fin, por el ruralismo, que vería recobrada la dicha. Imaginemos que no hay ya necesidad de cenas subrepticias con políticos cautivos. Se harían a cara descubierta. Y que los notables editorialistas políticos que hoy sufren el poder desbocado, escriben nuevamente con júbilo y no con rencor. Y que de los diarios económicos del primer mundo surgen loas a la nueva argentina menos criolla y más blanca. Imaginemos que el presidente que se elija sea simpático, pacífico, que casi ni se le note la política. Que cada vez que hable luzca el comportamiento tipo de un clase media estándar, y que políticamente correcto se proponga cumplir con lo que está escrito. Nada que altere el estilo de vida verdaderamente argentino. Imaginemos cómo los reclamantes de la eterna inseguridad jurídica recobrarían su lugar y cómo los trabajadores retrocederían a su correspondiente inseguridad. Imaginemos qué le pasaría frente a las corporaciones a ese nuevo presidente tranquilo. Y qué pasaría con nosotros, si lo elegimos.

Carta abierta leída por Orlando Barone el 1 de Septiembre de 2010 en Radio del Plata.