«Nuestra decepción se sienta entre nosotros».
(Charles Bukoskwi)
y, al otro extremo de la cama,
mirando a la pared,
dormía yo.
Éramos ya, ella y yo,
como dos interrogantes.
La metáfora del fin
de nosotros mismos.
La nada se había
instalado en nuestra casa.
Se fue adueñando de cada cosa.
Había decidido quedarse
a vivir entre nosotros
y dominarnos.
Ella sólo quería
estar lejos de mí.
Yo sólo quería
no estar solo.