(Este es el último video grabado con mi querida y perdida GoPro)
(Miguel, Pau y Santi, estibando los kayaks...)
(Antes de salir de los Alcázares)
Por fin las previsiones mejoraron, y partimos desde los Alcázares hacia el Mar Mayor, para ello como Moisés debíamos realizar la travesía en el desierto (Mar Menor)... (No por memospreciarlo, sino por que estábamos ansiosos de navegar por mar abierto junto a esos expectaculares paisajes de la costa murciana.
(Carlos y Federico)
Para no perder la costumbre, al llegar a la Isla Mayor, o del Barón, paramos a comer y disfrutar del excelente Sol que nos acompañaba. Una vez repuestas nuestras energías, zarpamos en dirección al canal de Marchamalo ya en la Manga del mar Menor, para de ahí dar el salto al Mediterraneo, y al cabo de Palos. Al llegar al canal, nos encontramos una fuerte corriente encontra, y justo en la bocana de salida, las olas golpeaban las rocas con furia, quizás demasiada... tras valorar la situación, decidimos que lo prudente sería dar media vuelta y buscar un plan alternativo.
(isla Mayor)
(Berni junto a isla Mayor)
(Lorena y Peitos)
Ese plan final, fue encaminarnos hacia la cercana isla del Ciervo, donde pasaría el grupo la noche, y a la mañana siguiente tratar de pasar Marchamalo si las condiciones mejoraban.
La llegada a la isla fue algo parecido a la conquista del Oeste, cada grupo corría por la isla en busca del sitio más idoneo donde plantar la tienda, labor algo complicada pues entre la vegetación y las abundantes piedras, eran pocos los lugares apropiados para pasar una confortable noche.
(Paleando junto a la Manga)
Nuestra llegada debió de alterar la tranquilidad de la colonia de gaviotas de la isla, por lo que el cielo en un momento, se convirtió en una algarabía.
Tras colocar las tiendas, algunos nos dimos un paseo hasta lo alto de la isla, para poder ver una panorámica del Mar Menor, la Manga y el Mediterraneo. Sin duda unas vistas expectaculares, acompañadas de la tranquilidad del lugar, rota en este caso por nuestra presencia.
(Carlos velando por la salud del personal...)
Ya de noche realizamos el descenso, y rápidamente nos dispusimos a preparar la cena al calor de nuestros infiernillos...mientras algun@ se dedicaba a ir de grupo en grupo degustando brebajes de zumo de uva...
Tras la cena, una sesión de juegos entre los diferentes grupos, que acabó con todos cantando como becerros bajo la luz de las estrellas.
(Vista de el campamento y de la Manga, desde lo alto de isla del Ciervo)
Video: