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Carta a mis amigas - hermanas / hermanas - amigas

Amada amiga mía:
                               Estoy bien.
                               Alguien ha muerto en ese viaje que fue mi pasada vida, alguien que también era yo.
                               Estoy acá hoy reverdecida, y aunque algo de la vieja M ha quedado porque recuerdo y agradezco en nada me reconozco con lo pasado (o a decir verdad, me reconozco pero ya no lo quiero para mí).
                              Estoy acá refundada sobre mis pies como cimientos de aire, como en una plataforma leve, esperando nada, felizmente vacía. Y vuelvo a ser una niña porque me dí otra oportunidad.
                              Gracias porque me conoces desde mi nacimiento y me acompañaste y me soltaste a veces para que pueda ver por mí. Eternamente agradecida.

                                                                 Ávida por recomenzar.
                                                                 Siempre desde el corazón.

                                                                                                      M.

Palabras de mi amigo GP

Así que créele a tu cuerpo Meli
y defiéndelo,
ten esperanza,
cambia de lecturas
Gamoneda por ejemplo,
o intercala lecturas
no todas las palabras son iguales.
y cuando te bañes, mímate.

Tienes mucho Meli:
un proyecto de obra,
tu independencia.
Has leído a Chantal Maillard?
Combina un poco,
o Saramago
busca su poesía.

Ahhhh
espera
espera
date una pausa,
regresa a flotar
y no pidas mucho,
paso a paso,
pequeñas cosas.
Solo has tu día a día
y cuando empieces a sentirte mal
llama a un amigo,
escríbeme,
ve una peli,
compra una pizza,
sobre todo ve una peli,
deja pasar tiempo,
no pienses otra cosa que no sea el día a día,
incluso no cuestiones nada…
ni de ti.

Porque te digo algo: regresarán las fuerzas
así que ahora cosas pequeñas.

Te quiero Meli!!

sonrie mucho!

Apuntes/ notas/ bocetos





Apuntes para trabajo gráfico. 
Desde Merlo, San Luis, Argentina
Verano 2016

En Merlo soñé mucho

Soñé que me encontraba con mi amiga Sofi en París. Pero yo en realidad había viajado a San Luis y ella a Brasil. 
En el sueño yo le digo que cuando se viaja siempre se viaja al mismo lugar.

(Sueño nº 1)

Turista

Papagayos es un pueblo prolijo, pero no por prolijo es hermoso. Tiene un perro grande entre sus habitantes, de pelo corto y negro, un lugareño nos contó que se llamaba “Turista” porque acompañaba a todos los turistas en sus caminatas, “pero a la gente del pueblo no las acompaña, sólo a los turistas”, aclaró. A nosotros nos acompañó cual guía desde el camping hasta la plaza donde tomábamos el Paraholma y también nos esperó. En el camino se sumaron otros perros pero Turista tenía una amigable pero fuerte personalidad que hacía que los otros desistieran de seguir acompañando.
Papagayos es de esos pueblos a los cuales llegás, recorrés dos cuadras y te decís “acá sí tendría una casita”.
El sol caía calmo al final de la calle donde daba la sensación que se terminaba justo ahí el pueblo y también podía terminarse el mundo porque Papagayos no necesitaba nada más, tenía: un mercadito, una casa con una gran pelopincho a la calle sin reja, ni cerco, ni nada, una especie de pulpería con mesas en la vereda y uno de esos carteles con unas figuras de gauchos para poner la cabeza y las manos y retratarse, una estación de bomberos que era una modesta construcción de ladrillo a la vista pintado y como ya dije una plaza. Seguramente había una escuela, no la vimos, pero la pauta certera era que en Papagayos se respiraba lo indispensable. Además vimos unas niñas ensayar algún baile tradicional, estaban todas con faldas largas y muy verdes, seguían concentradas las indicaciones de una joven mujer.
Llegó el panaholma y lo tuvimos que correr porque estábamos sentados en la otra punta de la plaza distraídos sacando fotos y porque, como buenos turistas, no sabíamos que ahí el conductor se detenía un buen rato.
El otro Turista se fue sin que nos diéramos cuenta porque como buen lugareño imagino que odiaba las despedidas.
(Nota nº 1, Papagayos, San Luis, Argentina, 2016)


Manifiesto para futuro grupo de 4 mujeres grabadoras (borrador)

Proyecto para “Somos cuatro”

Puente Ahora/tiempo Puente

Río-sonido-ardor/der = fuego

Ecuación

Las ecuaciones nunca han tenido sentido para mí. Lo cierto es una incógnita  o una variable (¿)

Ese día hablamos del puente, de la idea puente o del puente como idea… si es una idea entonces creo que contiene otra idea esencial que es la de atravesar (a través de). Y atravesar implica transitar la vivencia como un hecho de máxima conciencia (creo). La conciencia de lo que no sabemos, la conciencia de lo que puede ser, la conciencia de lo que puede ser será hermoso, la conciencia de la duda, la conciencia de continuar a pesar de la duda, la duda como motora de sentido, el sentido es múltiple.
Somos cuatro partes de un todo dentro de otro todo y aquí la teoría de los conjuntos. Nunca fui buena en matemáticas pero la teoría aplica en nuestro caso. Somos cuadro autónomas partes enteras, somos cuatro con la energía de la unión y la realización, la reflexión sobre lo que es posible.
Si la idea puente implica atravesar entonces es claro que compromete movimiento y el movimiento es un hecho transformador.
Arder en el movimiento que transforma el hecho de atravesar un puente con el poder luminoso de lo posible
(Ahora y continuamente).
Arder.

La matemática es simple a veces.


Pis

Cuando llegué a la playa con Lau ya tenía ganas de irme a casa (a la seguridad de la casa en Buenos Aires). Tenía mucho calor, ¡bah! todos teníamos mucho calor, el clima del mar estaba siendo sofocante por esos días, “enero siempre es bueno” dicen.
Igualmente llegué simulando calma, tendí mi lona y me fui automáticamente al agua. No soy de adentrarme mucho en el mar, más bien soy como las señoras y los niños que se quedan un poco más allá de la primera rompiente. Aprovecho entonces para que el agua, la espuma y los objetos extraños que trae el oleaje me masajeen las piernas.
En la orilla me reuní de nuevo con mi hermana, ella sonreía, yo también. Necesité decirle que me hacía pis como quien dice me pica o me duele o tengo sueño. Ella me dijo: “ah, pero yo hago pis en el agua”. Yo no dije ni si ni no, dejé mi cara con una mueca creo que de desconcierto, a lo que ella me dijo: “¿y dónde vas a hacer si acá no hay nada?. Le expliqué que el frío del agua me congelaba las ganas, que no me metía tanto al mar como para que me tape, que me daba cosa y bla bla. Fue entonces cuando ella me explicó su técnica con demostración y todo.
“¿Pudiste?” me dijo al rato de que unas cuantas olas nos revolcaron por la arena desatando nuestras mallas, “no” dije, “¡ah no, vení! no te vas a quedar incómoda toda la tarde”. Aproveché el envión y el empujón de Lau y seguí su consejo, hice fuerza al fin. “¿Pudiste?. Yo reía, las dos reíamos y reímos por un rato como niñas traviesas y nos quedamos mas tiempo entre las olas jugando.
- Estoy llena de arena, le dije.

      - ¡Vamos!

Trepar

¿Nunca te subiste a un árbol? Me preguntó y lo dijo con un tono desesperado por saber de antemano que mi respuesta sería “No, nunca”, yo tenía 17 años. “¡AAAAH NOOO! ¡Crucemos a la plaza ahora TODOS! ¡¡hoy Melisa se va a trepar a un árbol por primera vez!!. Lo proclamó con alegría. (Estábamos en medio de una clase de la Cátedra de video) Todos se mostraron entusiasmados con la idea, entonces no me quedó otra que cruzar. Recuerdo difusamente lo que vino después, creo que llegamos cantando y creo que ni lo pensé de nervios nomás. Me parece que ni elegí yo a la especie que me ayudaría a superar el miedo. El me dijo “este”. Y me subí a un arbolito de la placita de Quilmes.
Cada vez que decido emprender acciones por primera vez recuerdo ese día y a mi amigo Manuel.

Que se le conceda a la humanidad la lucidez de dejar de ver (solo) los contornos.

¿¡Cómo no vas a enamorarte de ella si es la propia belleza de la mujer imaginada!? Fina, dulce, delgadísima como una espiga y alta (mas alta que vos por cierto).


Me pregunto, apropósito de esta noticia de que te has enamorado, si existirán hombres que logren (deseen) correr los márgenes de la belleza ideal, exquisita y externa (principalmente externa). Si alguien encontrará belleza soñada en las cicatrices de mi cara, si dejará de ver el defecto de mi dentadura, si no centrará importancia en el diminuto tamaño de mis pechos, si logrará amar el desorden de mi pelo, la punta de mi nariz enrojecida cuando lloro, la chuequera leve de mis piernas, la inmensidad de mi espalda, la pequeñez de mis ojos.

Pues prefiero que se le conceda a la humanidad la lucidez de dejar de ver (solo) los contornos.
El futuro

Y se muy bien que no estarás.
No estarás en la calle
en el murmullo que brota de la noche
de los postes de alumbrado,
ni en el gesto de elegir el menú,
ni en la sonrisa que alivia los completos en los subtes
ni en los libros prestados,
ni en el hasta mañana.
No estarás en mis sueños,
en el destino original de mis palabras,
ni en una cifra telefónica estarás,
o en el color de un par de guantes
o una blusa.
Me enojaré
amor mío
sin que sea por ti,
y compraré bombones
pero no para ti,
me pararé en la esquina
a la que no vendrás
y diré las cosas que sé decir
y comeré las cosas que sé comer
y soñaré los sueños que se sueñan.
Y se muy bien que no estarás
ni aquí dentro de la cárcel donde te retengo,
ni allí afuera
en ese río de calles y de puentes.
No estarás para nada,
no serás mi recuerdo
y cuando piense en ti
pensaré un pensamiento
que oscuramente trata de acordarse de ti.

Cortázar

Baudelaire - amigo -

El deseo de pintar
¡Desdichado tal vez el hombre, pero dichoso el artista desgarrado por el deseo!

Ardiendo estoy por pintar a la que tan raras veces se me apareció para huir tan de prisa, como una cosa bella que se ha de echar de menos tras el viajero arrebatado en la noche. ¡Cuánto tiempo hace ya que desapareció!

Es hermosa y más que hermosa: es sorprendente. Lo negro en ella abunda; y es nocturno y profundo cuanto inspira. Sus ojos son de astros en que centellea vagamente el misterio, y su mirada ilumina como el relámpago: es una explosión en las tinieblas.

La compararía a un sol negro si se pudiese concebir un astro negro capaz de verter luz y felicidad. Pero hace pensar más a gusto en la luna, que indudablemente la señaló con su temible influjo; no en la luna blanca de los idilios, semejante a una novia fría, sino en la luna siniestra y embriagadora, colgada del fondo de una noche de tempestad y atropellada por las nubes que corren; no en la luna apacible y discreta, visitadora del sueño de los hombres puros, sino en la luna arrancada del cielo, vencida y rebelde, a quien los brujos tesalios obligan duramente a danzar sobre la hierba aterrorizada.

En su estrecha frente moran la voluntad tenaz y el amor a la presa. Sin embargo, en la parte baja de ese rostro inquietador, donde las móviles aletas de la nariz aspiran lo desconocido y lo imposible, estalla, con gracia inexpresable, la risa de un boca grande, roja y blanca y deliciosa, que hace soñar en el milagro de una soberbia flor abierta en un terreno volcánico.

Hay mujeres que inspiran deseos de vencerlas o de gozarlas; pero ésta infunde el deseo de morir lentamente ante sus ojos.

De "Pequeños poemas en prosa"

Agua Viva de Clarice Lispector (fragmentos)

Te escribo toda entera y siento un sabor en ser y el sabor a ti es abstracto como el instante. Es también con todo el cuerpo que pinto mis cuadros y en la tela fijo lo incorpóreo, yo cuerpo a cuerpo conmigo misma. No se comprende la música, se la oye. Óyeme entonces con tu cuerpo entero. Cuando vengas a leerme preguntarás por qué no me restrinjo a la pintura y a mis exposiciones, ya que escribo tosco y sin orden. Es que ahora siento necesidad de palabras –y es nuevo para mí l oque escribo porque mi verdadera palabra ha sido hasta ahora intocada. La palabra es mi cuarta dimensión.

(…)

Quiero escribirte como quien aprende. Fotografío cada instante. Ahondo en las palabras como si pintara, más que un objeto, su sombra. No quiero preguntar por qué, se puede preguntar siempre por qué y siempre continuar sin respuesta: ¿lograré entregarme al expectante silencio que sigue a una pregunta sin respuesta? Aunque adivine que en algún lugar o en algún tiempo existe la gran respuesta para mí.

(…)

No quiero tener la terrible limitación de quien vive sólo de lo que es pasible de tener sentido. Yo no: lo que quiero es una verdad inventada.

(…)

Me pregunto si te aguantás que el tiempo sea hoy y ahora y ya.

Salvo el crepúsculo

AH, este camino
Que ya nadie recorre
Salvo el crepúsculo

Basho


Ahí estaban, creo que esperándome, para ser leídas por segunda vez al infinito.
El libro de poemas de Cortázar es una y otra vez un descubrimiento mayor para mí, cada vez mas emoción, palabra tras palabra… risa tras llanto.

"Sueñe sin miedo, amigo"

Poco le quedaría al corazón si le quitáramos su pobre
noche manual en la que juega a tener casa,
comida, agua caliente,
y cine los domingos.
Hay que dejarle la huertita donde cultiva sus
legumbres;
ya le quitamos los ángeles, esas pinturas doradas,
y la mayoría de los libros que le gustaron,
y la satisfacción de las creencias.
Le cortamos el pelo del llanto,
las uñas del banquete, las pestañas del sueño,
lo hicimos duro, bien criollo,
y no lo comerá ni el gato
ni vendrán a buscarlo entre oraciones
las señoritas de la Acción Católica.
Así es nomás: sus duelos
No se despiden por tarjeta,
lo hicimos a imagen de su día y él lo sabe.

Todo está bien, pero dejarle un poco
de eso que sobra cuándo nos atamos
Los zapatos lustrados de cada día;
una placita con estrellas, lápices de colores,
y ese gusto por bajarse a contemplar un sapo o un
pastito
por nada, por el gusto,
a la hora exacta en que Hiroshima
O el Gobierno de Bonn o la ofensiva
Viet Mihn Viet Nam.

(En Salvo el crepúsculo – Julio Cortázar-)

Fragmentos de un discurso amoroso

El texto que sigue es solo una pequeñísima muestra de la belleza que brinda este libro de Roland Barthes. Me tomo la libertad de comenzar a sumar recortes de textos que me llenan el alma, me inspiran, me alimentan y, así, compartirlos...



El lenguaje es una piel: yo froto mi lenguaje contra el otro. Es como si tuviera palabras a guisa de dedos,o dedos en la punta de mis palabras. Mi lenguaje tiembla de deseo. La emoción proviene de un doble contacto: por una parte toda una actividad discursiva viene de realzar discretamente, indirectamente, un significado único, que es “yo te deseo”, y lo libera, lo alimenta, lo ramifica, lo hace estallar (el lenguaje goza tocándose a sí mismo); por otra parte, envuelvo al otro en mis palabras, lo acaricio, lo mimo, converso acerca de estos mimos, me desvivo por hacer durar el comentario al que someto la relación.
(Hablar amorosamente es desvivirse sin término, sin crisis, es practicar una relación sin orgasmo. Existe tal vez una forma literaria de este coitus reservatus: es el galanteo)