En estas fechas en las que aguardamos regalos, ya sea por parte de Papá Noel o de los Reyes Magos, uno no puede evitar sentirse como un niño.
El papel de regalo nos brinda una magia que ansía ser descubierta.
Sin embargo, el disponer de una independencia económica, permite hacer "autoregalos", con mayor asiduidad. Esto elimina la magia de la incertidumbre, si bien ya estamos acostumbrados en cierto modo.
Por ello, quise hacerme con otro libro más, para añadir a mi colección. La mayoría de los que tengo, son de pesca, así que este me venía muy bien.
La sorpresa fue mayúscula cuando comencé a hojearlo, (que no ojearlo).
La magia brotó al comenzar a leerlo. Confieso que esperaba otro tipo de libro, sin embargo, me recordó a otro que leí por obligación en los tiempos de estudiante, y que me gustó muchísimo.
Seguro que cualquier lector se queda enganchado a las historias que en él se cuentan.
Ya sólo queda terminar de leerlo y colocarlo en la estantería, a la espera de volver a ser leído.
Gracias a todos los que lo han hecho posible.
Seguro que cualquier lector se queda enganchado a las historias que en él se cuentan.
Ya sólo queda terminar de leerlo y colocarlo en la estantería, a la espera de volver a ser leído.
Gracias a todos los que lo han hecho posible.