Esta mañana nos disponíamos a afrontar la que seguramente será la última jornada de spinning del año.
Después de una parada obligada en un control de alcoholemia matutino, llegué a la zona escogida.
En vista de que el mar estaba desvocado, me puse en contacto con los compañeros para buscar un nuevo emplazamiento.
Esta vez acudimos un buen número de pescadores: Juan, Marcos, un primo y un amigo de este, Esteban y David.
Con todo listo para iniciar la jornada, pusimos rumbo a las rocas.
El mar mostraba olas enormes, así que echamos mano de la prudencia y nos fuimos a una zona resguardada.
Tras muchos minutos probando con minnows y vinilos, me decanto por un pequeño chivo de los que frabrica Rober. Con él alcanzo mucha más distancia, y en una de las recogidas noto que algo detiene el avance del señuelo. Voy recuperando línea con facilidad, hasta que lo tengo cerca. Se trata de un pequeño abadejo, que además es mi primera captura con un chivo.
Tras liberarlo, sigo probando fortuna por las mismas zonas, aunque sin resultado.
A mi izquierda se encontraba Marcos, que perdió una lubina tras una breve lucha.
El grupo se dispersa un poco, pero atrás nos quedamos Juan, Marcos y yo.
Como la marea estaba bajando, accedemos a las zonas que nos permiten pescar en zonas, que de otra manera serían inaccesibles.
Los vinilos fueron ocupando nuestras grapas, para ganar distancia a la vez que profundidad. Teníamos delante algunas zonas muy prometedoras, si bien no hubo respuesta por parte de los peces.
Volvimos sobre nuestros pasos para probar suerte en otra zona, sin embargo, el oleaje era tan fuerte, que tuvimos que invertir la marcha para terminar la jornada en una zona más somera.
Había unas condiciones muy válidas para intentarlo con un paseante y de hecho Juan me lo comentó. No dudé en hacer el cambio, ya que Marcos ha tenido buenos resultados con estos señuelos, independientemente de la época.
Ya que quería ganar distancia, opté por usar el Drivin´Wire de Whiplash Factory.
Bastó animarlo un poco para ver el ataque de una lubina, que no ofreció mucha lucha, hasta que se vio cerca de la orilla.
Foto de rigor y para el agua.
No hubo tiempo para mucho más, y cuando íbamos de retirada, varios buques de gran tamaño se aproximaban a la entrada de la ría, empequeñeciendo cualquier embarcación que estuviese por el lugar.
Hoy, además de estrenarme con el chivo, también empuñé por primera vez mi caña Shimano Stradic S910MH de 3 metros. La acción de esta va de los 15, a los 50 gramos y la verdad es que se ha portado muy bien con todo el abanico de señuelos que utilicé, si bien con los más ligeros me costó un poco cogerle el tranquillo.
En fin, que para mí fue una jornada entretenida entre colegas de afición y que sirve para poner punto y final a este 2012.