Entradas

Mostrando entradas de abril, 2014

Presente continuo (11 - 17 abril)

VIERNES 11 / Amor y amistad Abres los ojos a las once. La cabeza te explota. La noche fue excesiva, en todos los sentidos. Y hoy el día promete ser del mismo estilo. Queréis enseñarle a J. el tapeo murciano. A medio día te escapas unas horas al tanatorio para acompañar a A., que ha perdido a su mujer. Pasas en un segundo de la alegría a la tristeza. La vida es eso. Transiciones bruscas. De la luz a la oscuridad en cero segundos. A. está tranquilo. Ella era joven, pero tras el tiempo de enfermedad, parece que la muerte se siente como una liberación. Está en el mismo tanatorio en el que estuvo tu madre. En la misma sala. Al situarte frente a la ventana que muestra el ataúd, eres consciente de que allí está todo resumido. Pero esta vez no lloras. Sólo cuando subes al coche los ojos se te llenan de lágrimas y aprietas con fuerza los dientes. No entiendes nada. Y entonces decides parar de pensar. No es normal en ti; siempre intentas llegar al fondo de las cosas, aunque duela. Pero ho

Presente continuo (4 - 10 abril)

VIERNES 4 / Sick Hoy es el día. Sick: vida y muerte de Bob Flanagan (supermasoquista) . A primera hora de la mañana. Te conoces la película de memoria. Ya no puedes ponerla y mirar a tus alumnos sin que te posea el espíritu de Intento de escapada . Eres prisionero de tu propia ficción. Helena, Marcos y Montes vuelven una y otra vez. Cuando acaba, haces siempre la misma performance: enciendes la luz de golpe, los miras fijamente con los ojos humedecidos y dices “bueno, la semana que viene hablamos”. Percibes todos los años los resoplidos, el silencio y el bajón absoluto que se produce entre los estudiantes. Algunos ni siquiera saben qué decir. Otros, como I., prefieren no decir nada para no ofender. A veces piensas si es necesario poner estas cosas en clase. Lo dudas. Sick hace pensar; Bob Flanagan te obliga a posicionarte. A favor o en contra. Cuando llegas a casa, ves en Twitter las pinturas de George W. Busch. Te parecen más dolorosas que las de Flanagan. Mucho más obscenas. E

Presente continuo (28 marzo - 3 abril)

VIERNES 28/ Infraleve Por la mañana, Marcel Duchamp. Dos horas para explicar su obra. El deseo y el azar. El amor y la muerte. No todos están convencidos. Cuesta trabajo hacerles ver que Duchamp en realidad era un filósofo, un pensador que miraba el mundo de modo diferente y que veía problemas y soluciones donde el resto ni siquiera se había parado a mirar. Te demoras especialmente en el concepto de “infraleve”. Te fascinó desde la primera vez que lo leíste entre sus notas: lo más fino que lo fino, la distancia que separa a la sombra del suelo, el sonido de las uñas al crecer, el peso de las lágrimas…, lo que queda en el espejo cuando dejas de mirarte. Energías y distancias poéticas para pensar a la contra un mundo materialista y mecanizado. Por la tarde, escribes el “Presente continuo” de la semana. Envías el texto y sales para el Teatro Circo a ver La vida resuelta . Lo confiesas, no eres muy de teatro. Esto es algo que deberías cambiar; lo dices siempre. Sobre todo porque al

Presente Continuo (21 - 27 marzo)

Imagen
[Diario personal publicado cada domingo en La Opinión de Murcia ]  VIERNES 21 / Cuadrado negro Te levantas con tierra en los ojos. La noche anterior, después de Loopoesía, hiciste el mal. Apenas has dormido y tienes tres horas seguidas de clase que intentas sobrellevar como puedes. En ese estado hablas de la abstracción. Te adentras en Kandinsky, Mondrian y especialmente en Malevich. Uno de los momentos que más deseas de esta asignatura es llegar al célebre “Cuadrado negro”. Hoy lo tienes que explicar casi sin tiempo. Te gustaría detenerte como la obra se merece y ahondar en lo que significó realmente. Hace casi cien años, en 1915, un icono desnudo condensaba el fin de una concepción del arte y la vida y el comienzo de una nueva era. En tu tesis dedicaste varios meses vida a estudiar cómo el cuadrado condensaba un mar de significados. Algo de eso escribiste aquí . Y ahora –pasa siempre, no es ninguna novedad– tienes que aguantar el clásico “esto también lo puedo hacer yo”. Una a