Presente continuo (11 - 17 abril)
VIERNES 11 / Amor y amistad Abres los ojos a las once. La cabeza te explota. La noche fue excesiva, en todos los sentidos. Y hoy el día promete ser del mismo estilo. Queréis enseñarle a J. el tapeo murciano. A medio día te escapas unas horas al tanatorio para acompañar a A., que ha perdido a su mujer. Pasas en un segundo de la alegría a la tristeza. La vida es eso. Transiciones bruscas. De la luz a la oscuridad en cero segundos. A. está tranquilo. Ella era joven, pero tras el tiempo de enfermedad, parece que la muerte se siente como una liberación. Está en el mismo tanatorio en el que estuvo tu madre. En la misma sala. Al situarte frente a la ventana que muestra el ataúd, eres consciente de que allí está todo resumido. Pero esta vez no lloras. Sólo cuando subes al coche los ojos se te llenan de lágrimas y aprietas con fuerza los dientes. No entiendes nada. Y entonces decides parar de pensar. No es normal en ti; siempre intentas llegar al fondo de las cosas, aunque duela. Pero ho