Dj mahn
El viernes pasado cumplí un pequeño sueño secreto: hacer que sonaran en un pub las Variaciones Goldberg tocadas al piano por Glenn Gould . Por cosas del azar –y del destino–, acabé de improvisado Dj en una de las secciones del Musik, en la que se celebraba el fin de exámenes, un San Juan e incluso el eco de un cumpleaños (el mío) . No tenía a mano otra cosa que el iPhone y mi lista de reproducción del Spotify . Pero enganché el equipo del bar a la entrada de auriculares del teléfono y, casi por arte de magia, aquello comenzó a sonar como si saliera de la mismísima Razzmatazz. El único problema era que no había posibilidad de hacer transiciones entre tema y tema, así que los cambios debían ser bruscos y calculados, pulsando la siguiente canción justo en el momento oportuno para mantener el ritmo. Confieso que la experiencia me gustó. La experiencia de conducir a la gente (aunque ya quedaba mucha menos cuando comencé) a través de la música se parece mucho a la de dar clase, aunque el