sábado, 10 de octubre de 2015

Masiva protesta en Berlín contra el TTIP y su expolio a los trabajadores

Un muñeco que representa a la canciller alemana, Angela Merkel, encendiendo 'la bomba TTIP', en la manifestación de Berlín contra el acuerdo comercial que negocia la UE con EEUU. EFE / EPA / JOERG CARSTENSENMás de 250.000 personas marchan contra el Tratado de libre comercio que se negocia entre Estados Unidos y la UE, en el que se regularán las condiciones laborales, los sistemas sanitarios y se debilitarán estándares medioambientales en favor de las multinacionales

Fuente: LAURA CRUZ - Público

BERLÍN.- Una masiva protesta contra el TTIP ha colapsado este mediodía Berlín. Decenas de miles de personas ─250.000 según los organizadores y 150.000 según la policía─, han marchado desde las 11.00 horas por la capital alemana contra un tratado comercial entre la Unión Europea y Estados Unidos que rebajará los derechos de los trabajadores europeos (VER FOTOGALERÍA). Los eurodiputados sólo pueden leer extractos de este tratado durante un tiempo limitado sin llevar consigo ni teléfono móvil, ni cámara de fotos o papel para apuntar cuestiones que consideren importantes y que pueden verse modificadas si se aprueba, como las condiciones sanitarias o laborales. Tampoco se les permite hacer copias del documento, lo que dota a estas negociaciones de un halo de opacidad que ha molestado especialmente a la sociedad alemana.

La marcha, preparada con varios meses de antelación, salió de la estación central de Berlín en dirección a la columna de la Victoria situada detrás de la Puerta de Brandenburgo, donde hubo mítines y conciertos. Decenas de autobuses y trenes viajaron por todo el país con destino Berlín y fueron protagonistas de esta cita para expresar el rechazo alemán al TTIP, pero también al acuerdo integral de economía y comercio (CETA).

La manifestación ha estado apoyada por partidos políticos, sindicatos, organizaciones ecologistas, asociaciones de economía crítica como ATTAC y el Consejo de la Cultura. En ella se pudo ver a líderes de partidos como Die Linke (la izquierda), Die Grüne (los verdes) e incluso al Partido Socialista de Berlín. La posición sobre el tratado de este partido, que forma parte de la Gran coalición con Angela Merkel, es favorable, pero  su organización en Berlín se muestra en contra y llamó a la movilización a través de su página web. Para el Partido Socialista berlinés, “en otoño de 2015 la negociación del TTIP y CETA entra en una fase caliente, en la que se puede ver socavada la democracia y el Estado de derecho, así como también la salud, la seguridad, el sector cultural y las normas de protección del medio ambiente. Estamos a favor de los tratados internacionales, pero para mejorar todas estas cosas, no para lo contrario”, declaran.

Activistas de los derechos de consumidores participan en la marcha para protestar contra TTIP en Berlín.- REUTERS.Sin embargo, en la manifestación sólo se pudo ver un tímido grupo con banderas del Partido Socialista (SPD) pero sin pancarta para formar cortejo, como sí llevaban otras organizaciones políticas.

Entre las organizaciones de emigrados se pudo ver al 15M-Marea Granate de Berlín, grupo organizado de españoles residentes en la capital alemana, que se unieron a las Euromarchas que llegarán a Bruselas en próximo día 15.

Al inicio de la marcha, un caballo de Troya con carteles en contra del TTIP capitaneaba una manifestación que paralizó durante varias horas el centro de la ciudad y en la que podían leerse lemas en contra de la OTAN, grupos de personas disfrazadas formando un cortejo fúnebre a la democracia, que culminaba con una especie de falla de Angela Merkel prendiendo la mecha de una bomba llamada Democracia.

Vista general de la manifestación en Berlín contra el TTIP. REUTERS/Fabrizio BenschTambién se dejaban ver carteles contra de los transgénicos o contenedores a los que arrojar el TTIP, colocados por miembros de Ver.di, uno de los sindicatos mayoritarios en el sector sanitario en Alemania que este año ha protagonizado una gran huelga en el Hospital Charité de Berlín para exigir más personal.

La jornada se ha caracterizado por un tiempo muy soleado que ha animado a muchas familias y grupos juveniles a salir a la calle. Tal ha sido la afluencia, que muchas personas no han podido acceder a la plaza de la estación central de Berlín y la policía ha tenido que desviar un camino alternativo. También ha sido modificado el tráfico ferroviario de la ciudad, suprimiendo la parada de la estación central durante unas horas. La imagen que se observaba al lado del Parlamento alemán era un río de miles de personas que caminaban a través de los puentes y de Friedrichstrasse, punto neurálgico y comercial de la ciudad, cuyos comercios permanecían abiertos a esas horas.

Esta ha sido la cita más importante de la sociedad alemana contra el TTIP desde que se empezó a negociar, pero se esperan más movilizaciones. Desde el escenario, la política Socialista Gesine Schwan mostraba su optimismo con las cifras de participación y animaba a “mantener la presión política para lograr paralizar este tratado”. Schwan fue la candidata del Partido Socialista y los verdes a la presidencia en 2004, siendo finalmente derrotada por el político conservador Horst Köhler, que presidió Alemania desde 2004 hasta 2010, durante las cancillerías de Schöder y Merkel.
Los participantes en la manifestación contra el TTIP pasan por delante de la sede de la Cancillería, donde tiene su despacho Angela Merkel, en Berlín. EFE/EPA/JOERG CARSTENSEN

También hubo comparecencias del Presidente de la federación de sindicatos alemanes, Reiner Hoffmann, el presidente de la asociación para la conservación del medio ambiente y la naturaleza de Alemania (BUND) y la Presidente del Consejo Cultural. También hizo su intervención una asociación de ciudadanos Estadounidenses que están en contra de estos tratados.

Se cree que con la implantación del TTIP no sólo se rebajarán los derechos laborales, sino que también se verán afectados los derechos de representación colectiva sindical, debilitamiento de las regulaciones medioambientales y desaparición progresiva de los servicios públicos, además de amenazar la cultura. Este tratado es un traje a medida para las multinacionales y daría un giro mucho más neoliberal a la Unión Europea.