8 nov 2015

Palabras prestadas...




A veces sucede que cuando las brujas se ponen a trastear con ciertas cosas técnicas, por muy fáciles que éstas sean, terminan por descuajeringar algo.
Al desaguisado se unió una pizca de falta de tiempo para arreglarlo o, mejor dicho, la ocupación de ese tiempo con otras actividades brujeriles.
Esto es lo que pasó conmigo y con el blog hace unas semanas.
Pero ya estoy de nuevo por aquí. 
No sé si escribiré mucho o poco, si divagaré, cantaré o por amor sonreiré.
Sólo sé que escriba lo que escriba, irá acompañado de todas mis ganas y mi corazón.

Pero hoy he decidido volver con unas palabras que he tomado prestadas. Las leí hace un tiempo ya. Pero ha sido en estos días (o en estos años), cuando les he encontrado más sentido que nunca.

Aunque sea una especie de consejo para aquellos que quieran ser escritores, yo pienso que se puede aplicar, sino a todo, a la mayor parte de las cosas que se hagan o quieran hacer en la vida....
Un beso kilométrico.




Si no te sale ardiendo de dentro,a pesar de todo,no lo hagas.

A no ser que salga espontáneamente de tu corazón y de tu mente y de tu boca y de tus tripas, no lo hagas.

Si tienes que sentarte durante horas con la mirada fija en la pantalla del ordenador o  clavado en tu máquina de escribir buscando las palabras, no lo hagas.

Si lo haces por dinero o fama,no lo hagas.

Si lo haces porque quieres mujeres en tu cama,no lo hagas.

Si tienes que sentarte y reescribirlo una y otra vez,no lo hagas.

Si te cansa sólo pensar en hacerlo, no lo hagas.

Si estás intentando escribir como cualquier otro, olvídalo.

Si tienes que esperar a que salga rugiendo de ti, espera pacientemente.

Si nunca sale rugiendo de ti, haz otra cosa.

Si primero tienes que leerlo a tu esposa o a tu novia o a tu novio o a tus padres o a cualquiera, no estás preparado.

No seas como tantos escritores, no seas como tantos miles de personas que se llaman a sí mismos escritores, no seas soso y aburrido y pretencioso, no te consumas en tu amor propio.

Las bibliotecas del mundo bostezan hasta dormirse con esa gente.

No seas uno de ellos. No lo hagas.

A no ser que salga de tu alma como un cohete, a no ser que quedarte quieto pudiera llevarte a la locura, al suicidio o al asesinato, no lo hagas.

A no ser que el sol dentro de ti esté quemando tus tripas, no lo hagas.

Cuando sea verdaderamente el momento, y si has sido elegido, sucederá por sí solo y seguirá sucediendo hasta que mueras o hasta que muera en ti.

No hay otro camino...Y nunca lo hubo. (Charles Bukowski)