Se está terminando el año
y me vuelvo codiciosa de
recuerdos.
Soy una avara
y quiero el tesoro de mis vivencias,
acumular la fortuna de las noches estrelladas
y los días de libertad,
guardar
bajo llave los instantes felices,
impedir que vuelen al olvido
las sonrisas de
hada,
los abrazos de hiedra
y cada una de las palabras
con esencia de gardenia
que encadenaron la confianza
bajo el cielo del amor y la amistad.