martes, 31 de diciembre de 2019

Echar de menos

La tierra media



La única verdad es que este año ha sido un poco la continuación del infierno. Me pregunto si el que viene va a ser igual o peor y sospecho que, dadas las circunstancias y la salud de las personas que me importan, y todo lo que conlleva la falta de inversor en esta fase de mi proyecto, va a ser un año catastrófico.

Me gustaría que las cosas hubieran cambiado, pero como siempre, en el último momento se torcieron.

Esta mañana me escribieron de la fundación del jeque de Dubai para animarme a que me presentara. Es alucinante, pensé. Pero luego me acordé que sólo soy uno más entre centenares de proyectos y que siempre me pasa algo a última hora.

A veces pienso que es mejor así, que de todos los que triunfan yo puedo ser ese otro porcentaje que no lo logran. Vivimos en la falsa creencia que con esfuerzo y constancia se logra cualquier cosa, pero no es cierto. Hay otros factores, como la suerte y los orígenes sociales de donde partes. La meritocracia es algo real sólo cuando tienes acceso a poder presentarte en ciertos círculos. Eso de la igualdad de oportunidades no es así.

Pero eso ya lo sabía.

El mundo está cambiando y el dinero está en manos de unos pocos que juegan. Para ellos todo esto es sólo un juego. Es como en la edad media, los señores feudales siguen siendo señores, los fondos de inversión son los castillos y las escuelas de negocios órdenes.

Todas las estructuras de poder se repiten.

El pez grande se come al chico.

O eres señor o eres vasallo.

No importa lo que hagas o lo que tengas. Puede que vivas una vida sin sobresaltos, que acabes teniendo algo así como un taller de artesanía que trabaje para un señor, pero todo es lo mismo.

Supongo que no estoy hecho para este mundo.

Echo de menos hablar contigo.

miércoles, 18 de diciembre de 2019

Terrazas



Me sigue gustando este vídeo. Me pasé años quedando a jugar en las terrazas...

domingo, 15 de diciembre de 2019

Después de un tiempo



Me gusta conducir. Es lo más parecido que conozco a dejarse llevar, a fluir.

Dicen que cuando sueñas que conduces, en realidad estás imaginando en una vida que te lleva y que si sientes angustia al no poder frenar es que en realidad has perdido con control. Pero, ¿quién cree en los sueños?

Llevo años sin soñar que voy en un coche por una carretera. En realidad lo hago todos los días en la vida real, así que ¿por qué debería hacerlo también mientras duermo?

Diría que las cosas han ido más o menos bien, pero en algún momento se torcieron, pero mentiría si dijera eso. Las cosas ya nacieron torcidas. Uno toma malas decisiones y trata de huír hacia adelante. Supongo que debería empezar en otra parte del mundo. Antes se podía hacer. Ahora es más complicado. Ser extranjero pobre es lo peor que se puede ser en este mundo. Esa es la realidad. No importa lo que pienses, es lo que piensan los demás.

Si pienso a largo plazo creo que este blog, en realidad, ha sido sólo un oráculo; una especie de isla a la que regresar a ratos. Siempre he sabido, desde muy niño, que mi habilidad no valía nada. El mundo es complicado y yo nunca lo he sabido leer ni me he sabido adaptar. Ahora ya casi no importa nada. Llega Navidad y todo va a ser más triste.

No sé qué va a pasar. Puede ocurrir cualquier cosa. Lo único que tengo claro es que por muchos años que viva siempre voy a sentirme así de inadaptado a mi entorno al tiempo que mi entorno no me va a aceptar.

Lo disimulo bien. El otro día fui la estrella de una reunión de ingenieros. Al acabar se me acercaron los organizadores y otros ingenieros a pedirme la tarjeta. Por dentro pensaba "vaya mierda todo. He hecho el ridículo" pero se ve que no, me dijeron literalmente que no se cansarían de escucharme. No lo entiendo.

Improviso a cada instante. Nunca sé lo que voy a escribir cuando empiezo una frase. La voy construyendo mientras pienso en algo. Supongo que es por eso que nunca escribiré esa novela y que nunca llegaré a acabar nada del todo. Me siento como un niño en un mundo de adultos al que todavía no he pillado el truco de cómo funciona, mientras aparento que sí lo sé y trato de imitar a los demás.

Sé que todo esto terminará mal si no encuentro mi lugar en el mundo. Me duele haber dejado tantos sueños atrás, haber involucrado a otras personas e ir decepcionándolas poco a poco. Yo ya sabía que no se podía confiar en mí y creo que lo he ido dejando claro a cada paso que he dado. No dejo de ser el personaje de la novela con la que empecé esto de Moriría por ella y como el mismo personaje también ella se irá en un coche rojo bien lejos.

No sé cuánto tiempo podré aguantar esto, ni cuándo llegará mi final. Intuyo que acabaré mal y probablemente solo.

Podría decir que no me importa, pero la verdad es que sí me importa.

Estudié, me saqué una carrera, inventé inventos increíbles y que despertaron la admiración en la meca de los inventos, pero nada más.

La derrota no es no haberlo intentado. La derrota siempre es haberlo hecho y haber perdido.

No me queda más remedio que seguir hacia adelante. La huída acabará cuando mi cuerpo o mi cabeza ya no aguanten.

Hasta entonces seguiré en la brecha, haciendo honor al poema If de Rudyard Kipling

Porque se trata al fin y al cabo de ser el hombre que siempre he querido ser.

Y eso lleva tiempo.

Nobleza obliga.

jueves, 5 de diciembre de 2019

La elipse infinita con la que sueñan los cometas


A veces creo que todo acabará pronto. Es decir, que despertaré del sueño y todo se habrá acabado. ¿Habrá otra vida en ésta o tendré que morir y encarnarme de nuevo? ¿Qué habré aprendido de mi paso por este planeta? ¿De qué me arrepentiré? ¿De qué diré ha valido la pena? ¿Podré ver a las personas que quise en el más allá o estaré completamente solo como en un primer día de colegio?

Hace tiempo que hace tiempo de casi todo. Los últimos cuatro años han sido un despropósito. Un viaje hacia donde me llevaba el alma del universo, un lugar desde donde ver la matriz de donde sale y está todo.

¿Crees en la magia?

Yo no creía.

Entonces apareció un hilo de tela de araña. Y en el otro extremo estabas tú.

Todo tan sencillo como eso, pero lo que no me di cuenta es que los hilos de tela de araña están hechos para atrapar. Y ahí estoy. Sin querer escapar. Rezando para que un día escribiera algo que llamara tanto tu atención que me dijeras algo.

Y aquí estoy, a veces me siento como uno de esos perros que ladran y persiguen a los coches que pasan por su calle. Sigo corriendo detrás de la estela de polvo que dejas como el que busca viajar al infinito agarrado a la cola de un cometa. Y la verdad no es que me importe, creo que en realidad nací para esta clase de devociones inalcanzables. Al fin y al cabo qué haría el perro con el coche si este se dejara alcanzar por él ¿acaso sabría cómo actuar ante algo tan inesperado?

Al fin y al cabo todo es buscar hasta el día en que morimos.

Hace días que ya no tengo miedo a la muerte. No sabría decir el porqué. Es algo que en cierta forma diría que me inspira.

Pasar por este planeta no era tan divertido como se podía uno imaginar al leer los anuncios de El autopista galáctico.

En realidad yo sólo vine por la chica.

En el fondo, este planeta es igual de gélido que el resto de la galaxia sin ti.



https://rakuten.tv/es/movies/guia-del-autoestopista-galactico