Participar en una red social es, cuando menos, idiotizante en la mayoría de los casos. Quiero aclarar antes de continuar que estoy generalizando, por lo tanto siempre habrán otras casuísticas y realidades diferentes a las que yo comento. Años llevo ya en la Red, más de la mitad de los vividos, ¡ahí es nada! Cuando llegaron las redes sociales no fui de los primeros en subirme al carro, pero tampoco de los últimos. Pronto me di cuenta que las redes sociales no eran para mi porque no pretendo mis quince minutos de gloria ni mucho menos. No son para mi porque yo no me encuentro en posesión de la verdad mientras que la inmensa mayoría sí que la posee, ¿entonces cómo un ignorante va a poder hablar con tanto sabio?
Si no piensas como la mayoría ya vas por el camino equivocado, pero no te preocupes siempre habrá otro grupo que piense como tú. Ese es el problema, que yo no quiero gente que piense como yo, quiero gente que piense de otra manera, quiero poder dar la razón constantemente y disfrutar de la experiencia de crecer como persona momento tras momento.
Pero si no piensas igual ya he dicho que vas por mal camino. Por un lado están los sabios, que saben que lo que dicen es así porque lo dicen ellos, evidentemente sientan cátedra cuando hablan y jurisprudencia a la misma vez. También tenemos a esos calladitos que no hablan, a veces porque no tienen nada que decir y a veces porque no les hace falta dar su opinión que es la verdadera revelación divina y solo ha de ser mostrado ante los elegidos. Luego los de la palabra, los de que si dicen una cosa no tienen porqué luego decir otra, (modo ironía) porque la palabra es la palabra y la palabra de un hombre va a misa (fin de la ironía), como si opinar hoy una cosa y mañana la contraria fuera pecado o de idiotas, porque una cosa es cambiar de opinión y otra de ideología, pero esto no lo entienden y aunque el cuervo sea blanco ellos lo seguirán viendo negro.
Lo bueno de las redes sociales es que no hace falta discutir, si no te interesa un tema es suficiente con que no contestes, hay quien cree que así demuestras que eres más inteligente, otros que de este modo pasan de discusiones y puede que también suceda que al no contestar no pierdan la batalla. Sin embargo la batalla la han perdido por no dar la oportunidad al otro de explicarse, la han perdido porque su silencio es el mismo que el del muerto en el campo de batalla.
¡Cómo me gusta decir "tienes razón"!, es lo que más me gusta de internet, de verdad. Hablar con alguien y llegar a la conclusión que desde la diferencia de opiniones puede que yo estuviera equivocado.
El otro día decía Marta Peirano "te obliga a arrancar opiniones que todavía no tienes" y eso es cierto, lo malo de las redes es que cuando discutes (la palabra discutir no tiene significado peyorativo al contrario de lo que piensa una gran mayoría) no se da el tiempo suficiente a pensar, reflexionar y recapacitar. Pocas veces son las que alguien me ha escrito por privado opinando diferente a mi y con argumentos, conversaciones que se han podido alargar luego tranquilamente durante semanas, en muchas ocasiones solo llegando a la conclusión de que pensamos diferente aunque nos respetamos y puede que hasta nos admiramos.
Ahora, pasado el tiempo, ya he entendido que las redes sociales no son una red en la que te lanzas y la gente te coge entre sus brazos como hacen algunos cantantes en sus conciertos al tirarse desde el escenario hacia el público. La red social es una tela de araña pegajosa y que lo único que pretende es que no te muevas, inmovilizarte mentalmente, quiere hacerte creer que ahí es dónde mejor estás porque si te movieras quizás podrías caerte desde las alturas.
No todo es malo, ¡ni mucho menos! Creo que al final las redes somos cada uno, ellas te intentan poner trampas y tú te dejas atrapar o no te dejas atrapar. Son algoritmos simplemente. A mi hijo siempre le digo "no creas que Youtube te deja elegir, Youtube te da a elegir entre lo que Youtube quiere que veas", no hay nada de malo en esto siempre y cuando tú sepas que en realidad no estás eligiendo. Así que he descubierto que hay lugares con gente con intereses comunes a los míos en los que poder ampliar mis conocimientos, lugares que aconsejo abandonar a no muy tardar porque hay otros mejores.