La cara es ser comprensivo, tolerante, empático, abierto de mente. La cruz es la indefinición, el sí a todo, la falta de opinión propia, el vacío interior. Esa es mi cruz particular, la que llevo siempre a cuestas, desde hace tanto que normalmente ya no noto su peso... aunque cuando caminando por la calle me miro en el reflejo de un escaparate, veo que mi cuerpo ha cedido un poco y ya estoy algo encorvada. Difícil corregir eso, ni yendo al mejor fisio.
¿Nací así? ¿me educaron así? ¿Seré siempre así? En lugar de respuestas, tengo un montón de palabras en un gran saco. Creo que si supiera ponerlas en orden daría con el quid de la cuestión. Así que aquí las dejo, admito sugerencias:
inseguridad, necesidad de aprobación, miedo a ser manipulado, miedo a tomar partido, adaptabilidad, autoexigencia, pensamiento lógico, empatía, todo está bien, abnegación cristiana, sentimiento de culpa, búsqueda de equidad, vacío interior, miedo al conflicto, miedo a la soledad...
Fíjate qué curioso, cuántos miedos.