Ya han pasado más de dos años, desde que la tengo en mi poder, y todavía no imagino, cuando la terminaré. Como muchas sabréis, es la oxford classic de la marca comercial artesanía latina, casa ni grande, ni pequeña, que en mi caso la compré en kit.
Pintarla fue fácil, empapelarla tampoco fue tarea difícil, para montarla ya necesité algo de ayuda y para electrificarla, ya ni os cuento, menos mal que tuve la ayuda de mi hermano un pequeño mañoso de la electricidad, aunque al final hay que reconocer, que yo también aprendí. Pero los retos, no terminan ahí, y escaleras sin barandillas, no era lo más apropiado para una vivienda clásica, pero señorial. Por fin, la estructura terminé, aunque aún faltan cosas por matizar.
Ahora cada día es un reto nuevo, con nuevas ideas para realizar y todo para que día tras día, mi pequeña casa, vaya cogiendo las características propias de una casa clásica de verdad, habitada por una pequeña familia de 4 componentes con su fiel y amable niñera, encargada de su lucidez.
