Confieso que tuve algunas reticencias antes de aventurarme a leer a Haruki Murakami (Kioto, 1949). Recuerdo que varias personas que conozco decían estar leyendo algún libro de este autor pero las claves que me daban no suscitaban mi curiosidad. Leí una discusión en Café Literario que me animó, se discutían varios títulos y pregunté cuál sería el más recomendable para iniciarme. Casi todos los participantes coincidieron en recomendarme este en particular.
Gran parte de los críticos literarios están de acuerdo en que este es, quizás, el mejor libro hasta el momento de Murakami. Es un libro extenso, de lectura agradable y sencilla, en el que aparecen personajes que van tomando forma a borbotones en capítulos dedicados a ellos y que en varias ocasiones tienen forma de carta.
Lo más llamativo del libro es quizás el estilo argumental, realismo y ficción se dan la mano y caminan juntos por la trama sin distanciarse y sin tomar ninguno la delantera. El mundo de lo onírico tiene también gran importancia. Los sueños son reveladores y la acción discurre también a través de ellos, llegan a mezclarse con la realidad.
Hacer una descripción demasiado detallada de los personajes incurriría en desvelar gran parte de la esencia del libro. Como idea general debemos tener en mente que la historia gira en torno a Tooru Okada, quizá el personaje más plano inicialmente. A medida que vamos conociendo rasgos del resto de los personajes vamos formando también, aunque de forma más lenta, la imagen del protagonista.
Tooru Okada abandona su trabajo en un bufete de abogados. Vive con su esposa Kumiko, que sigue trabajando. Al principio del libro sabemos que el gato, Noboru Wataya, se escapa de casa. El gato comparte nombre con el cuñado del Tooru Okada, hermano de Kumiko, un ejecutivo sin escrúpulos capaz de cualquier cosa por ganar reputación y poder. Durante la búsqueda del gato van apareciendo personajes, una mujer que realiza extrañas llamadas de teléfono, May Kasahara, una adolescente que deja la escuela y que parece tan perdida como el Señor Okada pero con una inquietud filosófica que nos incita a todos a pensar, el Señor Mayami, pozo de sabiduría y por el que conocemos aspectos históricos de la guerra sino-japonesa y las hermanas Malta y Creta Kano, dos personajes con poderes psíquicos, al principio implicadas en la búsqueda del gato y luego en averiguar el paradero de Kumiko cuando esta decide abandonar a su marido. La antítesis del Señor Okada es su cuñado, Noboru Wataya, que se pone en contacto con el protagonista para pedirle que desista en la búsqueda de Kumiko y que rivaliza con él en carácter y actitud.
Un detalle a descubrir es el por qué del título del libro. El pájaro que da cuerda al mundo aparece numerosas ocasiones, en forma de leyenda o de una estatua de piedra en un jardín.
En resumen, es un libro ameno, de lectura fluída y que además incita al lector a descubrir otros títulos de la obra del autor.