Poco a poco voy viendo la luz. Quiero recuperar la vida que tenía hace muchísimos años, no sé cuando me perdí y no me quise dar cuenta.
La verdad, no sé como se hace. Quizá estableciéndose pequeñas metas y cerrar cosas pendientes de hacía muuucho tiempo, aunque sean chorradas del día a día.
Quizá el secreto está en moverse, pero no demasiado. Hubo un tiempo que ocupaba casi todo mi tiempo en hacer muchas cosas, no dejar escapar ninguna oportunidad de ocio, imponiéndome otras obligaciones aunque no me apeteciera mucho. Sólo para "hacer cosas". Al final me saturé, claro. Lo que me gustaba pasó a ser indiferente, y entonces caí en la inmovilidad. Cada vez hacía menos, y lo que tenía que hacer, eran obligaciones. Ir a trabajar, ir a inglés, ir a básquet, quedar porque sí.
Una de las cosas que tengo pendiente desde hace muchos años es dedicar menos horas a internet. La verdad es que este último mes que me he dedicado más a escucharme a mí misma, analizarme (a veces hasta la extenuación) y en definitiva, en volver a ser autosuficiente, no he estado tanto en las redes sociales, aunque aún espero reducir más. No tener que conectarme cada día a Facebook, sólo para distraerme o interactuar con alguien, sintiéndome más vacía después.
Mi madre me ha dicho que mire lo positivo de las cosas. Pero la verdad es que nadie me enseñó nunca. Me cuesta adaptarme a los cambios impuestos, así que podreis imaginar que crearlos yo es algo que no suelo hacer. Ahora estoy haciendo cambios, aunque sean pequeños, por lo menos mentales.
A ver que pasa.
27 de marzo de 2017
12 de marzo de 2017
Yo soy esa
Soy la que va sola a las bodas.
Soy la que va sola a los conciertos.
Soy la que va sola a las cenas.
A las calçotades.
Soy la que va sola a los gin tonics, a las birras.
La que va sola de paseo.
La que duerme en medio de una cama de metro cincuenta.
Soy la que va al súper sola.
La que ha empezado a comprar online para no arrastrar sola el carrito y las bolsas.
Soy de los pocos especímenes que ha ido sola al cine.
Sola a beber en un bar.
A comer en un restaurante.
Todo esto es muy guay. Queda muy de guays. De autosuficiente.
Pero pesa mucho.
Soy la que va sola a los conciertos.
Soy la que va sola a las cenas.
A las calçotades.
Soy la que va sola a los gin tonics, a las birras.
La que va sola de paseo.
La que duerme en medio de una cama de metro cincuenta.
Soy la que va al súper sola.
La que ha empezado a comprar online para no arrastrar sola el carrito y las bolsas.
Soy de los pocos especímenes que ha ido sola al cine.
Sola a beber en un bar.
A comer en un restaurante.
Todo esto es muy guay. Queda muy de guays. De autosuficiente.
Pero pesa mucho.
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Rayadas
5 de marzo de 2017
Tiempo de introspección
Estoy un poco sorprendida de mí misma. No estoy llevando esta ruptura como pensaba que iba a reaccionar, no es que esté bien, pero tampoco es que esté llorando por las esquinas modo drama queen ON como siempre me había pasado ni dejando de tener objetivos propios.
Aun así esta semana empecé con la psicóloga. Es la primera vez que voy. Era algo que quería hacer muchos años, así que quizá sea el momento de solucionar lo que quedó pendiente.
Toda esta semana he estado pensando mucho, muchísimo en mi pasado sentimental y leyendo mis diarios de juventud para encontrar patrones parecidos entre mis relaciones y comparar cómo me sentía en ese momento y la actualidad. He encontrado cosas que no me han gustado, pero nada nada, a ver cómo las enfrento para que no me vuelva a pasar, aunque no sé si es posible, o fácil, cambiar partes de la personalidad, la manera de sentir, la manera de pensar. Sí que se puede, porque no soy la misma que hace 15 años afortunadamente, pero esta vez quiero hacer estos cambios mentales de manera consciente. Tengo ganas de volver a conocerme a mí misma.
Esta vez no voy a tirarme a la vida loca. No voy a hacer cosas aunque no me apetezcan para "distraerme" y "olvidarla". No voy a beber desmesuradamente. No voy a conocer a nadie para subirme la autoestima. Lo haré yo sola. Con la ayuda de psicóloga y amigas, claro.
El fin de semana deja demasiado tiempo para pensar y como suele suceder, no me apetecen las responsabilidadades caseras que puedan distraerme un poco.
Estoy triste pero aceptando. Creo. Agradecida, de hecho. Con EsaChica. Por no alargarme la agonía, por haberme dado la chispa para hacer cosas y sacarme del letargo en el que llevo instalada más de 3 años. Ahora será más complicado hacerlo sola, pero tengo objetivos de vida que intentaré cumplir. Cambiar de trabajo, de casa, volver a estudiar. Agosto 2018, se me antoja lejos pero será el momento en que pueda iniciar una nueva vida laboral. Ya tengo ganas.
Ahora sólo faltan las fuerzas.
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Profundeces
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