El vacío se ha llenado
con la luz que hay en tus ojos
con matiz de su paz verde
de un amanecer hermoso
enredados en un sueño
dibujándome sonrojos.
Se llenó el amanecer,
tú rompiste el abandono
de esperanzas en mi alma
que nadaba envuelta en lodo
y entre brumas del olvido
tan pesadas en mis hombros.
Y llegaste por azar,
transcurridos los periodos
de los tiempos del pasado,
que escondían tus tesoros
a mis ojos que buscaban
la caricia, de tu otoño
plasmada en tu jardín
donde hay magia si te nombro.
Se llenó el atardecer
y se abrieron los cerrojos
que cerraban tus encantos
en iglesias de aires góticos,
similar mi soledad
y el vacío de mi entorno.
Se llenó el anochecer
de tus letras y tu arrojo
envolviéndome en tus brazos
y en mis brazos yo te adoro
en tu voz y en tu silencio
que en mi vida lo son todo.
Aquí comienza el camino de nuevo. El presente avanza aunque yo no lo sienta y los días se consumen con la misma celeridad. Propuse recuperar los albores de los sonidos y no me considero un traídor. Así que, desafiando a todas las debilidades y deseos de desistir durante el tiempo necesario, y absorbiendo el dolor natural, doy el primer paso. Mi agradecimento infinito a quienes me siguen acompañando y desde el cielo estoy oyendo un aplauso.
miércoles, 14 de marzo de 2012
martes, 6 de marzo de 2012
SONETO LXXV "Ya no brilla"
Las fuerzas van perdiéndose a lo lejos,
corazón perdedor de mil batallas.
Me sincero y me faltan las agallas,
hoy me rindo y no quiero más consejos.
Ya no hay brillo del cielo en tus reflejos,
ni más música, yo callo, tú callas.
El amor ya no brilla en nuestras playas,
nuestros ojos no sirven como espejos.
Ya no rugen de fuego las miradas,
ni la tuya, ni la mía, la verdad,
vivimos ilusiones terminadas.
Nuestra historia ya no es complicidad,
y seguir con pasiones apagadas
no es querer mirar la realidad.
corazón perdedor de mil batallas.
Me sincero y me faltan las agallas,
hoy me rindo y no quiero más consejos.
Ya no hay brillo del cielo en tus reflejos,
ni más música, yo callo, tú callas.
El amor ya no brilla en nuestras playas,
nuestros ojos no sirven como espejos.
Ya no rugen de fuego las miradas,
ni la tuya, ni la mía, la verdad,
vivimos ilusiones terminadas.
Nuestra historia ya no es complicidad,
y seguir con pasiones apagadas
no es querer mirar la realidad.
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