¡Ave!
la estudiosa
que cuenta títulos
que cuenta títulos
y apila libros
como si fueran las monedas de Mc Pato.¡Ave!
el rugbier
que atrona la mañana
con sus risotadas y su eructo de ajo.¡Ave!
el dueño de hotel
su cabeza de cebolla
y el empapelado
que se despega
como un sticker de Barton Fink.
¡Ave!
la poeta envenenada
por el vapor del espiral
de su monólogo interno.
¡Ave!
la moza de la cajeta cosida
con hilo matambrero.
Ave yo,
que los sobrevuelo
gaviota
buscando poema
en el caracú
de sus desechos.